La familia de Ron, Lisa y Shane estaba muy unida a su perro Belker y esperaban un milagro. Sin embargo, decidieron que Shane, de 6 años, presenciara la eutanasia de Belker para que aprendiera de la experiencia. Al día siguiente, Shane acarició a Belker por última vez y pareció aceptar su muerte sin problemas. Más tarde, Shane explicó sabiamente que los animales viven menos que los humanos para que estos aprendan a amar y ser buenas personas.