La biodiversidad depende de la precipitación, siendo menor en desiertos más secos. Es importante proteger la biodiversidad para evitar extinciones y seguir evolucionando. Los desiertos proveen beneficios como producción de energía solar, atracción de turismo, alimentos como dátiles, obtención de minerales y recursos naturales como petróleo y cobre, así como el uso histórico de camellos domesticados.