2. Contaminación del barco
Los impactos principales tienen que ver con
las emisiones de contaminantes (NOx y HC)
y el consumo de energía (eficacia del
motor), así como también con la
generación de ruidos.
3. Daño al medio ambiente
Actualmente está muy encendida la polémica en torno al impacto que tienen los
cruceros en el medio ambiente. Según los especialistas, los costes son muy
grandes, tanto a nivel ecológico como social y en muchas ocasiones, tampoco es
correspondido con una verdadera rentabilidad económica para los lugares de
destino.
Como sabemos, el turismo no solo es una fabulosa industria multimillonaria,
sino que también sirve como medio de intercambio cultural entre las distintas
naciones. La idea es que exista un beneficio de ambas partes: entre el turista y
el lugar que visita. Bien utilizado, contribuye a acortar la brecha entre los
distintos puntos que habita la humanidad.
Pero, ¿cuál es la preocupación de los ecologistas? Con los cruceros, en
principio, el mayor problema tiene que ver con que muchos de ellos no hacen
ningún tratamiento con sus residuos; además de las emisión de aguas
residuales que normalmente procesan, su impacto ambiental viene motivado por
el vertido de entre 13.000 y 26.000 litros de aguas oleosas de sentinas y entre
67 y 130 kilos de residuos tóxicos. La contaminación atmosférica es también
muy elevada: el combustible de un crucero equivale al de 12.000 vehículos, con
el agravante de que la mala calidad del fuel que utilizan la mayoría de ellos
resulta 50 veces más tóxica que la habitual. Sin embargo, algunos buques
nuevos ya funcionan con turbinas de gas que pueden reducir las emisiones a la
atmósfera en un 90%.
4. Daño ambientales
El turismo responsable implica, sin dejar de proporcionar rentabilidad
a las empresas turísticas, brindar un aporte al lugar que visitan los
cruceros, procurando mejorar la calidad de vida de sus habitantes y
cuidando la ecología del mismo.
Con respecto al tema de la basura que generan los cruceros, los
ecologistas siguen reclamando que los puertos dispongan de
instalaciones para que puedan depositar sus residuos y así ahorrar al
mar ese mal trago. También, utilizar siempre productos biodegradables
y por supuesto, educar a los pasajeros para que cuiden el lugar, en sus
eventuales excursiones a tierra.
Correctamente planificado, el turismo de cruceros no causa un alto
impacto ambiental, no consume territorio y además es una fuente de
ingreso para los trabajadores del país de destino.