1. La Montaña, 13 de febrero de 2015.
“Dos amigos”
Mis queridas semillas,
Había una vez, dos niños que decidieron de irse a la aventura y un
día de buena mañana prepararon su mochila, bocadillos, agua y unos
buenos básquets que llevaban de
recambio, querían comerse al mundo,
pero no sabían dónde iban, qué
dirección tomar, alguien les dijo que
existía un lugar donde se era feliz y
decidieron de ir allí, pero también les
habían aconsejado que se prepararan
muy bien, encontrarían pruebas muy
duras, si llegaban a pasar su meta sería alcanzada, si se rendían tendrían
que volver a empezar.
Así que empezaron, no corrieron, reían, compartían, iban
descubriéndose su carácter, sus personalidades y se dieron cuenta que
eran lo opuesto, salieron algunasdisputas, algunoscelos, algunasenvidias
y después de haberrecorrido muuuchoskilómetros, iban preguntando a la
gente de las ciudades “¿Son ustedes felices?” y les contestaban: “¿Cómo
vamos a ser felices? aquí tenemos los impuestos, aquí nos han robado, no
tenemos dinero” otras ciudades decían: “Seríamos felices si tuviéramos
agua y no tenemos”, todos tenían problemas, excusas, todos sin excepción.
Los dos amigos muchasveces cuandose iban a descansar -algunas
veces le tocaba en el suelo, otras en
albergues-, se miraban y comentaban:
“Nunca encontraremos ese lugar en
donde existe la felicidad” el turno de
cada uno era levantar la autoestima
“No te preocupes, lo encontraremos y
podrás realizar tus sueños” y se iban
animando “Sí y yo tendré un castillo”
“Y yo una casa”, “Yo tendré un
Ferrari” “Pues yo un Porsche, un Rolls Royce” los grandes perfumes, las
grandes modas, sin saber que se estaban acercando ya a ese país de la
2. felicidad, las personas que habían dejado atrás tooodas eran infelices,
todas, a todas les faltaba algo, todas tenían una enfermedad, un problema,
todas.
Una mañanase levantaron y vieron quealrededor suyo había gente
con una gran sonrisa, al mirarse los dos amigos dijeron: “Ya hemos
llegado, es la primera vez que vemos sonrisas, que la gente es feliz y les
preguntaron: “¿Dónde está la fuente de la felicidad, dónde está ese
manantial?” los llevaron al centro de una plaza, los sentaron y todos
estaban sonriendo, sólo una palabra les dijeron: “Aquí no tenemos
deseos” los dos amigos se miraron, no comprendían, de pronto dijeron:
“¿Es cierto?”, “Sí, no tenemos deseos” “¡¿Cómo es posible?!, no se
puede vivir sin desear”, “Por eso vivimos felices, porque no tenemos, ni
envidiamosel deseo, desde el nacimientomatamosese deseo y vivimos en
paz con nosotros mismos, sólo dejamos crecer el bien hacer, la creación,
vivir en paz y sin tener deseos”.
Fueron directos a un ancianopreguntándole si estaban en lo cierto
y les dijo: “Sí, si tienes un deseo lucharás por él, una vez que lo has
obtenido querrás otro y cuántos más deseos tengas, menos
satisfacción, menos alegrías, menos placeres, con el deseo
se puede obtener todo y quien tiene todo no es feliz, la
felicidad siempre está en ti, alégrate de lo que tienes,
alégrate de lo que posees dentro y ahí existe tu felicidad,
con ella podrás crear y ayudar a todos aquellos que lo
necesitan”. Los amigos no estaban muy satisfechos, se
esperaban otra respuesta, otro mundo más maravilloso, el
que nada tiene, nada puede perder y el que nada tiene, lo tiene todo.
Los realistas dirán ‘no se puede vivir sin tener nada’, mis semillas,
comprender muy bien que todo lo que os rodea, las fortunas, los bienes,
casas, nada nos pertenece, tenemos que cuidarlo y cultivarlo, pero la
auténtica riqueza es esa quese lleva dentroy que se puede compartir, esa
riqueza también tiene un nombre Fe, Fe en lo más Grande, Fe en el
Universo, Fe en vosotros mismos, a la Fe la acompaña la Confianza, la
Confianza no deja lugar ni a los miedos, ni a las dudas, ni los malos
pensamientos.
3. Los dos amigos se miraron, sonrieron, se abrazaron, tomaron de
nuevo la mochila que ya estaba vacía, se despidieron del anciano y de ése
lugar tan maravilloso, regresaron, en el camino encontraron un arcoíris,
maravilla de las maravillas, era la
respuesta que lo que llevaban
dentro era esa Sabiduría, esa
Felicidad y sus mochilas estaban
ligeras, lo que tenían que dar ya lo
llevaban en sus sonrisas. Fueron
amigos para siempre, transmitieron
su felicidad, nunca les faltó de nada,
nunca, tenían más de lo que podían utilizar y así pudieron compartir y
hacer felices a los otros.
El ser humanosiempreestá buscandomásallá, casi de lo imposible
y olvida lo que le rodea. Mis semillas seáis felices para siempre.
Con todo mi amor,
La Jardinera