El documento describe el mito del Minotauro. El Minotauro era un monstruo mitad hombre y mitad toro que vivía en un laberinto en Creta. Nació de la unión entre Pasífae, la esposa del rey Minos, y un toro blanco. Como castigo, Atenas tuvo que enviarle 7 hombres y 7 mujeres cada año para que los devorara. Teseo mató al Minotauro y liberó a los atenienses del laberinto.
1. El Mito del Minotauro:
Los hijos del Rey Minos, uno de los descendientes de Europa y Zeus, fueron, (según cuenta la mitología), Ariadna,
Fedra, Glauco, Catreo y Androgeo. Era precisamente este último el favorito del monarca puesto que era un joven
atleta capaz de vencer a cualquier rival que se le opusiera. Así pues, de entre los hijos que tuvo junto a Pasifae,
Androgeo era su predilecto.
Pero la desgracia llegó a la corte del Rey Minos cuando, tras unos importantes juegos en honor a la diosa Atenea,
diosa de la sabiduría, Andrógeno, que resultó vencedor, cayó muerto bajo la ira del pueblo de Atenas que no pudo
soportar su victoria, (otra versión cuenta que murió bajo la fiereza del Toro de Maratón). Cuando Minos se enteró de
esta terrible noticia, la furia y el dolor se apoderaron de él y juró vengarse de todo ateniense que hubiera sobre la faz
de la Tierra. Y lo primero que ordenó a su ejército fue partir hacia la ciudad y ponerla bajo su control a cualquier
precio. Y así fue…
Posteriormente, y en uso de su nuevo poder, estableció una serie de terribles leyes para Atenas, entre las cuales
destacaba por su crueldad la de que anualmente, y por un periodo de nueve años, siete jóvenes varones y siete jóvenes
doncellas debían ser enviadas hasta Creta para ser introducidas en el laberinto situado en Knossos del que resultaba
imposible salir y en el cual eran ofrecidos para morir devorados por un ser que era mitad humano y mitad toro,
temible Minotauro, nacido de la unión entre Pasifae y un toro blanco, (esta vez Zeus también tuvo algo que ver, pero
ya no era él transformado en bestia como cuando raptó a Europa).
Pero ocurrió que, transcurridos tres años, el joven Teseo, que era hijo del por entonces Rey de Atenas Egeo, sintió
que debía de hacer algo al respecto y que tenía que poner fin a tanta crueldad sobre su pueblo. Entonces se ofreció
voluntario para entrar en el laberinto, esperando así darle muerte y liberar a cualquier ateniense que se encontrase aún
en su interior. Cuenta la leyenda que incluso el propio Minos intentó convencerlo habida cuenta de que pertenecía a
la nobleza, pero finalmente tuvo que ceder.
Ariadna, hija de Minos, impresionada por el porte y el valor de Teseo, se propuso ayudarlo. Aprovechando un
momento en que se encontraban a salvo de ojos y oídos ajenos, la joven puso en la mano del aguerrido príncipe un
ovillo de hilo de oro y un puñal y, pidiéndolo que llevara ambos objetos ocultos bajo sus ropajes, le rogó que los
utilizara y que confiara en ella.
Teseo y el minotauro
Y así lo hizo Teseo. Entró en el laberinto y caminó despacio mientras con cuidado desenrollaba el hilo que le había
entregado la bella Ariadna, y que se encontraba sosteniéndolo desde el exterior. Cuando se encontró ante el
Minotauro se enfrentó a semejante bestia valerosamente, y, empuñando el arma que llevaba escondida, consiguió
darle muerte. Luego no tuvo sino que enrollar de nuevo el hilo y desandar lo que llevaba caminado. Después de
liberar a los atenienses que aún quedaban con vida dentro del laberinto, salió de él como vencedor.
Ya sólo le quedaba regresar a Atenas. Y debía hacerlo, ya que había vencido, desplegando las velas blancas de su
embarcación, tal y cómo le había pedido Egeo, su padre… Para otros usos de este término, véase Minotauro
(desambiguación).
El Minotauro, según George F. Watts.
El Minotauro (del griego Μινότασρος, Minótauros), era un monstruo con cuerpo de hombre y cabeza de toro. El
mito tiene su versión más completa en la Biblioteca mitológica de Apolodoro.[1]
Su nombre significa "Toro de
Minos", y era hijo de Pasífae y el Toro de Creta. Fue encerrado en un laberinto diseñado por el artesano Dédalo,
hecho expresamente para retenerlo,[2]
ubicado probablemente en la ciudad de Cnosos en la isla de Creta. Por muchos
años, hombres y mujeres eran llevados al laberinto como sacrificio para ser el alimento de la bestia hasta que la vida
de ésta terminó a manos del héroe Teseo.
2. Nacimiento del Minotauro [editar]
Existen varias versiones acerca de la afrenta que ocasionó que la esposa de Minos, Pasífae, tuviera la necesidad de
unirse al toro de Creta. La versión más extendida dice que Minos, hijo de Zeus y de Europa, pidió al dios Poseidón
apoyo para suceder al rey Asterión de Creta frente a sus hermanos Radamantis y Sarpedón y ser reconocido como tal
por los cretenses. Poseidón lo escuchó e hizo salir de los mares un hermoso toro blanco, al cual Minos prometió
sacrificar en su nombre. Sin embargo, al quedar Minos maravillado por las cualidades del hermoso toro blanco, lo
ocultó entre su rebaño y sacrificó a otro toro en su lugar esperando que el dios del océano no se diera cuenta del
cambio. Al saber esto Poseidón, se llenó de ira, y para vengarse, inspiró en Pasífae un deseo tan insólito como
incontenible por el hermoso toro blanco que Minos guardó para sí.
Para consumar su unión con el toro, Pasífae requirió la ayuda de Dédalo, que construyó una vaca de madera
recubierta con piel de vaca auténtica para que ella se metiera dentro. El toro yació con ella, creyendo que era una vaca
de verdad. De esta unión nació el Minotauro, llamado Asterión.[3]
El laberinto de Creta y el tributo de Atenas [editar]
El castigo de Poseidón continuaba. El Minotauro sólo comía carne humana, es decir era antropófago y conforme
crecía se volvía más salvaje. Cuando la criatura se hizo incontrolable, Dédalo construyó el laberinto de Creta, una
estructura gigantesca compuesta por cantidades incontables de pasillos que iban en distintas direcciones,
entrecruzándose entre ellos, de los cuales sólo uno conducía al centro de la estructura, donde el Minotauro fue
abandonado.
A la par que el laberinto encerraba al Minotauro, uno de los hijos de Minos, Androgeo, fue asesinado en Atenas
después de una competición olímpica donde quedó campeón. El rey de Creta declaró la guerra a los atenienses.
Minos atacó el territorio ateniense y, ayudado por la peste que azotó a los asediados, conquistó Megara e hizo rendir a
Atenas.[4]
La victoria de Minos imponía varias condiciones por la rendición, y se dice que el oráculo de Delfos fue
quien aconsejó a los atenienses ofrecer un tributo a Creta.[5]
Así, una de las condiciones emergentes era entregar siete
jóvenes y siete doncellas como sacrificio para el Minotauro. Existen dos versiones conocidas acerca de la frecuencia
de este tributo. Según una historia, los catorce vírgenes eran enviados anualmente; en cambio, otra versión dice que
los siete muchachos y las siete doncellas eran llevados cada nueve años. Los catorce jóvenes eran internados en el
laberinto, donde vagaban perdidos durante días hasta encontrarse con la bestia, sirviéndole de alimento.