El tráfico ilegal de animales es el tercer negocio más lucrativo en el mundo y genera cientos de millones de dólares al año. En Brasil se capturan más de 38,000 animales anualmente, de los cuales el 90% mueren durante la caza o transporte. Las especies más traficadas son serpientes venenosas, felinos, loros, caimanes, tortugas y monos vivos, así como colmillos, pieles y aletas de animales muertos.