2. • Quién iba a decir que marcaría el rumbo de
nuestra historia. Cuando un día los navegantes
españoles se hicieron a la mar en busca del
Nuevo Mundo, tenían en la cabeza la idea de
encontrar El Dorado, ese lugar imaginario donde
las calles estaban pavimentadas de oro, y éste
era algo tan común que incluso se despreciaba.
Desde luego que jamás dieron con ese sitio
mítico, supuestamente ubicado en alguna región
de la amazonia. Pero como consuelo nada
desdeñable, se encontraron con otro metal que
bien pronto definiría el giro que iba a tomar la
historia de México y América.
3.
4. hay estudios reveladores de que los prehispánicos ya habían desarrollado conocimientos sobre
minería
muestra que en la matrícula de tributos del emperador Moctezuma se señalan 18 provincias
tributarias de productos mineros
5. los españoles concentraron sus esfuerzos en la extracción del oro. Utilizando esclavos e indios
de encomienda como mano de obra, explotaron los placeres auríferos conocidos por los
naturales. No parece que hayan sido muy abundantes los frutos de esta primera cosecha, pero
gracias a ella dispusieron de un medio de cambio que les permitió iniciar tratos mercantiles con
la Metrópoli y adquirir ganados, semillas y aperos de labranza para el aprovechamiento de la
tierra.
Puede decirse que desde que fueron descubiertas sus minas comenzó la gran aventura de la
plata. Los fabulosos relatos, en parte confirmados por la realidad, echaron abajo el dique de la
sensatez. La "fiebre de la plata" surgió, y ya no la extinguiría nada ni nadie; en grado más o
menos alto, según lo cercano o distante que se estuviera del sitio de un descubrimiento
sensacional, la padecería la Colonia hasta sus últimos días