BARCELONA MUSEOS - 19 MUSEU DE LA MÚSICA L`AUDITORI
El parque de la ciutadella
1. El Parque de la
Ciutadella
Lleno a rebosar de una vegetación en buena
parte centenaria y muy rica en especies, el
parque de la Ciutadella contiene una gran
diversidad de elementos que lo hacen
especialmente valioso. La cascada monumental
y los edificios construidos en la segunda mitad
del siglo XIX y hoy convertidos en museos, el
lago donde se puede pasear en barquitas a
remo, los paseos y las numerosas esculturas
que hay en el parque son unos cuantos
ejemplos de ello. Compartiendo espacio: el Zoo
de Barcelona.
Construido en la segunda mitad del siglo XIX,
este parque es uno de los principales
referentes de los espacios verdes de Barcelona.
Durante muchos años fue el único de la ciudad,
y el primero de los actualmente existentes que
2. se diseñó específicamente como parque
público.
En el parque de la Ciutadella hay espacios para
tos los usos imaginables. Esto lo ha convertido
en uno de los lugares con más actividades
lúdicas y culturales de Barcelona. Tiene amplias
zonas de césped y grandes paseos, y por todas
partes se encuentran bancos para sentarse
plácidamente a descansar o leer un rato, y
parterres de césped donde menudean -tanto
en invierno como en verano- jóvenes que se
tumban a tomar el sol. También frecuentan
este parque aquellos a quienes gusta pasear,
ya sea a pie o en bicicleta.
El trazado
El parque de la Ciutadella tiene un trazado
ecléctico, con una parte de líneas más sinuosas
y naturalistas frente a un trazado más clásico y
de geometrías regulares. Sobresale la
ordenación paisajista formada por una gran
cascada monumental, un lago donde se puede
3. navegar con pequeñas embarcaciones a remo,
y una glorieta de música. Todo ello forma un
conjunto de gran belleza.
Otra pieza importante del parque es la plaza de
Armes. Proyectada en el año 1916 por el
ingeniero y paisajista francés J.C.N. Forestier,
está situada ante el Parlamento. Se trata del
trabajo paisajístico mejor conservado del
parque. Es un espacio rectangular con un
estanque elíptico en el centro, rodeado por
liños de ciprés recortados en forma regular y
parterres con arbustos, entre los que destacan
los rosales. Hay pinos y naranjos y, definiendo
los límites de la plaza, una doble hilera de
plátanos de tronco bajo. Es un lugar ordenado
y sereno donde sentarse un rato para
contemplar su armonía, un notable ejemplo de
urbanización vegetal.
El paseo delsTil·lers
Se extiende a partir de la entrada principal del
parque de la Ciutadella y culmina un
4. espléndido recorrido que se inicia en el paseo
de Sant Joan, sigue por el paseo de Lluís
Companys -encabezado por el magnífico Arco
de Triunfo- y abre las puertas del parque justo
delante del monumento a Rius i Taulet. Es ésta
una de las perspectivas urbanas más bonitas de
Barcelona.
Junto a la doble hilera de tilos, recorriendo
todo el paseo hasta la escultura ecuestre del
general Prim, se encuentran amplios parterres
con arbustos recortados donde sobresalen
altísimas palmeras. En uno de los lados, cerca
de la entrada del parque, están los pabellones
que aún quedan de la época inicial del parque y
de la Exposición Universal de 1888.
Los pájaros
En este parque viven una gran cantidad de
pájaros, con un censo de más de 100 especies
diferentes. Cabe destacar la gran colonia de
garzas reales, actualmente la más importante
de Cataluña. Elegantes y majestuosas, es fácil
5. verlas volar por todo el parque. La Ciutadella
es, pues, un lugar idóneo para los aficionados a
la ornitología.
Vegetación
El parque de la Ciutadella es rico en especies
vegetales, con numerosos ejemplares que
tienen el valor añadido de la edad, ya que
fueron plantados a finales del siglo XIX. Del
mismo modo que es considerado un museo al
aire libre por la gran cantidad de esculturas
que contiene, este parque también puede ser
calificado de arboreto por el número de
especies que lo ajardinan: más de un centenar.
En este parque son abundantes los tilos (Tilia X
europaea y Tilia tomentosa y Tilia X euchlora),
las magnolias (Magnolia grandiflora), los
álamos (Populus alba y Populus alba
"Pyramidalis") y los plátanos (Platanus X
hispanica). Los alatoneros (Celtisaustralis) son
los protagonistas en la glorieta de Aribau y en
la zona del lago, donde se eleva un ejemplar
6. excepcional. Cerca del Umbráculo
encontramos paulonias (Paulownia
tormentosa) y Prodocarpusneriifolius, y junto
al mamut árboles sagrados (Ginkgo biloba).
Otras especies arbóreas presentes en el parque
son la acacia (Robinia pseudoacacia), los
cipreses (Cupressusmacrocarpa y
Cupressussempervirens), el pino australiano
(Casuarina cunnighamiana), la bellasombra
(Phytolacca dioica) y los castaños de Indias
(Aesculushippocastanum). Destacan, por su
exotismo, los tres ejemplares de ciprés de los
pantanos (Taxodiumdistichum) que hay dentro
del lago.
También son importantes, tanto por su
número como por sus dimensiones y su edad,
las palmeras de Canarias (Phoenix canariensis),
las palmeras datileras (Phoenix dactylifera) y
las yucas (Yuccaelephatipes), y por su rareza,
las palmeras azules (Braheaarmata). En cuanto
a los arbustos, se hallan, entre otras especies,
grandes ejemplares de laurel (Laurusnobilis),
7. de tamarindo (Tamarixgallica) y de adelfa
(Neriumoleander), y extensas vallas vegetales
perfectamente recortadas de pitosporo
(Pittosporumtobira) y de bonetero del Japón
(Euonymusjaponicus).
En el parque de la Ciutadella se encuentran
diversos ejemplares incluidos en el catálogo de
Árboles de Interés Local de Barcelona: una
acacia de Constantinopla (Albiziajulibrissin), un
naranjo de Luisiana (Maclurapomifera), un pino
australiano (Casuarina cunninghamiana) y un
ejemplar de Quercuspolymorpha, plantados a
finales del siglo XIX, y los cipreses de los
pantanos que están en el lago, plantados
durante el primer tercio del siglo XX.
Arte y arquitectura
El parque, que en 1951 fue declarado
monumento histórico-artístico, está
considerado como un museo al aire libre por la
profusión y calidad de sus esculturas. Hay
obras de FredericMarès (estatua ecuestre del
8. general Prim), Eusebi Arnau (busto de mármol
de MariàAguiló), Josep Clarà (desnudo de
bronce dedicado a los Voluntarios Catalanes de
1914), Josep Llimona (desnudo femenino de
mármol El desconsuelo), Pau Gargallo (busto
de mármol de LleóFontoba), Manuel Fuxà
(bustos de mármol de Milà i Fontanals, Víctor
Balaguer y Joaquim Vayreda, y figura de bronce
de Bonaventura Carles Aribau) y Eduard B.
Alentorn (grupo de mármol La cigüeña y el
zorro), entre otros escultores.
Por su popularidad, cabe mencionar dos
esculturas: La dama del paraguas, de Joan Roig
Soler, que durante muchos años fue uno de los
símbolos de Barcelona y que corona una fuente
ornamental diseñada por Josep Fontseré, y un
mamut de piedra, primera y única de las
reproducciones a medida natural de animales
extinguidos que en 1907 la Junta de Ciencias
Naturales quería instalar en el parque.
La cascada monumental
9. Fue diseñada por Josep Fontseré en 1875, e
inaugurada en el año 1881. Fontseré tuvo
como ayudante a Antoni Gaudí, en aquel
momento muy joven, y a quien se atribuyen las
rocallas de la cascada y algunos motivos
decorativos. A ambos lados hay escaleras para
acceder a una especie de templete desde
donde se puede contemplar una perspectiva
privilegiada del parque.
La cascada está ornamentada por muchos
elementos escultóricos de artistas catalanes de
finales del siglo XIX, colocados tras su
inauguración. El elemento central es el
Nacimiento de Venus, de VenanciVallmitjana, y
a lo alto, culminando el conjunto, La cuadriga
de la Aurora, de RossendNobas, autor también
de cuatro grupos de genios, dos faunos y de la
figura de Eros. A bajo, cuatro grifos modelados
por Rafael Atché protegen a Venus
Los edificios
10. De la antigua ciudadela militar construida en
1715 quedan la capilla castrense, obra de
Próspero de Verboom (1728), el palacio del
gobernador -sede del Instituto Escuela durante
la Segunda República y hoy uno de los centros
de educación secundaria de la ciudad- y el
edificio del arsenal, actualmente sede del
Parlamento de Cataluña.
El resto de edificios que se encuentran en el
parque fueron construidos en el último tercio
del siglo XIX. El primero fue el Museo Martorell
de Geología, de estilo neoclásico, proyectado
en el año 1879 por Antoni Rovira i Trias, y que
se integró en el diseño del parque realizado
por Josep Fontseré en el año 1982.
En cuanto a las construcciones realizadas en
motivo de la Exposición Universal de 1888, se
conserva el restaurante, un edificio de ladrillo
visto, coronado de almenas, obra de
Domènech i Muntaner, y perteneciente a la
primera época del modernismo barcelonés.
Fue denominado popularmente el Castillo de
11. los Tres Dragones, y desde el año 1934 es la
sede del Museo de Zoología de Barcelona.
También fueron proyectados para la Exposición
Universal de 1888 el Umbráculo, un recinto
singular diseñado por Josep Fontseré (1883)
que integra el ladrillo, el hierro y listones de
madera, que procura sombra a especies
subtropicales, y el Invernadero, una
construcción de hierro y vidrio diseñada por
Josep Amargós en el año 1884.
Historia
Este parque es un espacio muy vinculado a la
historia de Barcelona. Está situado en los
terrenos donde Felipe V, después de rendir la
ciudad el 11 de septiembre de 1714 y ganar la
Guerra de Sucesión, en el año 1715 mandó
construir una gran ciudadela militar para
controlar la ciudad. A fin de disponer de los
terrenos necesarios, se derribaron las murallas
del extremo noreste de la ciudad y 1.262 casas
del barrio de la Ribera.
12. Casi un siglo y medio después, y con el objetivo
de obtener el apoyo de la burguesía industrial
barcelonesa, en 1869 el general Prim -cuya
estatua ecuestre podemos contemplar dentro
del actual espacio verde- entregó la ciudadela a
Barcelona bajo la condición de que el solar
fuese dedicado a parque público. La fortaleza
militar fue derribada por brigadas de
voluntarios.
La recuperación de estos terrenos permitió
crear un gran espacio verde muy necesario en
la Barcelona cada vez más masificada del
desarrollo industrial. Se necesitaban lugares
donde "poder respirar", algo muy bien definido
en el lema del proyecto de Josep Fontseré: "Los
jardines son a la ciudad lo mismo que los
pulmones al cuerpo humano". Un criterio
urbanístico que hoy nos parece evidente, pero
que a finales del siglo XIX no era tan evidente.
El trazado original del parque realizado por
Josep Fontseré en el año 1872 fue modificado
para acoger la Exposición Universal de 1888 y,
13. más tarde, para instalar el Zoo de Barcelona,
uno de los más importantes de Europa y que
ocupa la mitad de los terrenos.