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2. DISEÑO DE
AUTOMATISMOS LÓGICOS
2.1. INTRODUCCIÓN
La creciente complejidad de los pro­
cesos y la disponibilidad de controla­
dores más potentes y con mayor nú­
mero de funciones, obligan a replan­
tearse los métodos de diseño de los sis­
temas de control.
Tradicionalmente, los automatismos
a base de relés han sido diseñados con
métodos intuitivos a base de ensayo y
error, métodos que se han seguido em­
pleando en los autómatas programa-
bles, debido quizás a que muchos de
ellos eran y siguen siendo programa-
bles a base de dibujar un esquema de
contactos. Sin embargo, la disponibi­
lidad de estos y otros sistemas digitales
más potentes, con bloques funcionales
más complejos que un simple relé (re­
gistros de desplazamiento, contadores
bidireccionales, comparadores, etc.)
obliga al empleo de métodos de diseño
más globales y sistemáticos. F.n defi­
nitiva, más adaptados a las nuevas tec­
nologías. Muchas de las variables y fun­
ciones que se manejan en los autó­
matas, por ejemplo, no son siquiera re-
presentables en un esquema clásico de
relés.
Por otro lado, en un mismo auto­
matismo coexisten elementos de tipo
electromecánico, neumático, hidráuli­
co, electrónico, etc., y esto hace ne­
cesario utilizar modelos y herramientas
de diseño que permitan una represen­
tación y tratamiento común de todos
ellos para poder hacer un estudio glo­
bal del sistema de control y la planta.
La clave de un método de diseño
«sistemático» y que permita un trata­
miento global del sistema, está preci­
samente en interesarse por los «esta­
dos» posibles de cada componente o
bloque más que por su naturaleza fí­
sica. Aun asi cabe distinguir distintos
tipos de bloques, que tendrán un tra­
tamiento con métodos específicos tal
como se Índica a continuación.
Un componente o bloque del cual
nos interesa sólo distinguir dos estados
posibles lo trataremos como un sub­
sistema Iónico. Por ejemplo, un inte­
rruptor abierto o cerrado, un circuito
que conduce o no conduce, un motor
en marcha o parado, una presión o
temperatura mayor o menor que un li­
mite, etc. Se suele identificar el estado
de un componente lógico con una va­
riable Iónica representada matemática­
mente por un 6/7, que toma sólo los
valores 1 y 0.
Por otro lado, un componente o blo­
que en el que interese distinguir varios
estados posibles lo trataremos como
subsistema ilinital. siempre que el nú­
mero de estados posibles sea finito y.
por tanto, numerable. Este conjunto de
estados se representa por una variable
numérica y cada estado viene represen­
tado por un nrupo ¡le bits.
Finalmente, quedarían los compo­
nentes analónicos, en los que teórica­
mente habría que distinguir infinitos
estados posibles. Sin embargo, muchos
sistemas de control utilizan actualmen­
te métodos numéricos para el trata­
miento de magnitudes analógicas, trun­
cando su valor a un número limitado
de cifras decimales (dependiendo de la
resolución deseada) y, por tanto, li­
mitándose a tratar un número finito de
estados. De esta forma, las magnitudes
analógicas pueden ser tratadas median­
te sistemas de control digitales. Los au­
tómatas programables son un buen
ejemplo de ello, ya que mediante con­
vertidores analógico/digitales suelen
convertir las magnitudes analógicas en
valores numéricos y, así, podemos de­
cir que se trata de un sistema digital
que procesa magnitudes analógicas, con
un cierto grado de resolución.
La tabla 2.1 presenta de forma es­
quemática la división de los sistemas
según el tipo de variables e indica cuá­
les son las herramientas de diseño em­
pleadas en el supuesto de utilizar con­
troladores de tipo lógico-digital.
Tabla 2.1. Modelos pura tratamiento genérico de automatismos.
SISTEMAS
AUTOMATICOS
PARTES TIPOS MODELO VARIABLES ('TILES DE
DISEÑO
S IS T E M A
D E
C O N T RO L
+
A C C IO N A M IEN T O S
+
PLA N T A
C O M P O N E N ! ES
0
B LO Q U ES
TO D O
0 N A D A 2 EST A D O S
L Ó G IC A S
T IPO B IT
1 o 0
FU N C . LÓ G IC A S
G R A F C E T
A N A LO G IC O S
N U M E R IC O S
N. FIN IT O
D E E ST A D O S
N U M E R IC A S
TIPO
R E G IS T R O
(B IN A R IO ,
BCD. A SC II)
FU N C . LÓ G IC A S
G R A F C E T
O P A R IM F T IC A S
T E X T O S
F T R A N S F E R E N C IA
T R A N S F L A P l.A C E
T R A N S E Z
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DISEÑO D I AUTOMATISMOS
LÓGICOS
En este capítulo presentaremos los
métodos de diseño específicos para sis­
temas lógicos y en el siguiente trata­
remos de los sistemas en que intervie­
nen variables numéricas. Los primeros
se diseñan con métodos basados en el
álgebra de Boole y requieren un cierto
conocimiento del sistema de numera­
ción binario y de las operaciones con
bits y registros, l iemos considerado que
sobre estos temas básicos existe una
bibliografía suficientemente amplia y
detallada y. por tanto, en este texto nos
limitaremos a dar unos resúmenes en
ios anexos I y 2, remitiendo al lector
a las referencias [1] y [2), por ejemplo,
para más detalles sobre dichos lemas.
2.2. M O D ELO S Y FU N C IO N ES DE
TRANSFERENCIA
En el apartado anterior hemos in­
dicado ya la necesidad de métodos sis-
Figura 2.I. Modelos de sistemas lógicos.
a) Modelo psqüema de reles
o
b) Modelo con puertas lógicas
LOD A
AND B
LODN C
CRN D
AND E
OR LOD
OUT 5
A
Hl
B
II
S
I H
c) Modelos con lista de instrucciones
o diagrama de contactos utilizado
en autómatas
5 - A B + (C + D) •E
d) Modelo matemático mediante
función lógica
V
1á■
COMPONENTE
£V =0,1V
<1
71 ir
t I
P1 P2
ov
©T OC
VARIABLES LÓGIC&S
0 ' Abie-to
1 Cebado
0 - Bobina str> tensión
1 - Bobino con tensróo
0 - A *
 - A *
0 Pq'O
1 - M a r c h o
0 - T em p eratu ra < X °C
1 - Tem p eratura >X °C
0 - Nivel ¿ h
1 - N i v e l > h
0 - C a u d a l = 0
1 Cauda* > 0
VARIABLES NUMERICAS
Ve n.iv
1 - 5 A
V -- * x % * i v )
tQn- * * * •1*1
P 1: x x * x ( b a r )
PJ z x x x x (b a r >
n = x x x x (r p.rn )
M r - x x * * ( n v k g )
T : n n ( 0C)
N i v e l = xx x x ( m ^ )
h s x x * x ( m )
Q z ** * » ( f n } / h l
Figura 2.2. Variables lógicas y numéricas.
temáticos y herramientas de diseño que
permitan un estudio global de los sis­
temas de control, con cierta indepen­
dencia de su naturaleza fisica. Dichos
métodos se basan en el empleo de mo­
delos, entendiendo como tal cualquier
tipo de representación de tipo mate­
mático o gráfico, que permita deducir
el comportamiento del sistema ante
unas condiciones de entrada determi­
nadas.
Así, por ejemplo, los esquemas de
relés o los esquemas lógicos a base de
puertas son modelos gráficos de los sis­
temas que representan, en tanto que
permiten predecir el comportamiento
de los mismos. De la misma manera,
la función o funciones lógicas que re­
lacionan las entradas con las salidas del
mismo sistema constituyen un modelo
matemático de éste. Extrapolando el
criterio podríamos decir que el progra­
ma de un autómata es un modelo del
sistema de control que implementa, ya
que define perfectamente su compor­
tamiento. La figura 2.1 muestra, a titulo
de ejemplo, algunos modelos habitual­
mente empleados en el campo de la
automatización con tecnología eléctrica
o electrónica.
El concepto de modelo no es exclu­
sivo de los sistemas lógicos; en el pró­
ximo capítulo trataremos con modelos
de sistemas digitales o incluso de blo­
ques analógicos. Por ejemplo, las ex­
presiones matemáticas que relacionan
el par y la velocidad de un motor con
la tensión y la corriente permiten ob­
tener un modelo del comportamiento
del motor.
Debemos aclarar que el modelo no
depende estrictamente del componente
o sistema, sino de lo que deseemos
«observar» del mismo. Como ejemplo,
la figura 2.2 representa una serie de
componentes y algunas de las variables
en las que podemos centrar nuestro In­
terés; en unos casos se trata de varia-
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AUTÓMATAS
PftOORAMABLKS
bles lógicas, representadas por 0 y I y
en otros casos de variables numéricas,
representadas en sistema de numera­
ción decimal, binario, hexadecimal u
otro. Así, por ejemplo, en el caso del
motor, nos puede interesar simplemen­
te si está en marcha o parado, lo cual
se representaría por una variable lógica,
o podemos estar interesados en co­
nocer su velocidad y su par y entonces
debemos utilizar variables numéricas
para representar estas magnitudes.
En un mismo sistema pueden mez­
clarse, y de hecho es común que asi
suceda, variables de tipo lógico y de
tipo numérico. Aún más, existen ope­
raciones con variables numéricas que
pueden dar como resultado una varia­
ble lógica, como es el caso de las ope­
raciones de comparación ( > , ;> , etc.).
Como ejemplo, en la figura 2.3 hemos
representado un sistema completo de
control de rumbo, donde se mezclan
variables de distintos tipos. El estudio
de tales sistemas se hará dividiéndolos
en subsistemas o bloques más simples
y tratando cada parte con el modelo y
los métodos de diseño que les corres­
ponda.
F.I diseño sistemático, en contrapo­
sición a los métodos más o menos in­
tuitivos, pasa casi siempre por estable­
cer un modelo de tipo matemático y
unas reglas de operación que no ad­
mitan ambigüedades. Por otro lado, la
forma de hacer un tratamiento gené­
rico de todas las partes de un sistema,
cualesquiera que sean sus componen­
tes y la tecnología empleada, se basa en
los siguientes principios:
a) Dividir el sistema en bloques. En un
primer estudio, estos bloques pue­
den ser muy globales y posterior­
mente, cuando se avanza en el es­
tudio, pueden ser divididos a su vez
en bloques más elementales, hasta
llegar al nivel de componentes.
b) De cada bloque nos interesan sólo
las magnitudes de entrada y las
magnitudes de salida.
c) Cada magnitud de entrada o salida
se representará por una variable. Es­
tas variables podrán ser de tipo ló­
gico o numérico, según la propiedad
que interese observar.
d) Hallar, para cada bloque, la función
que relaciona las variables de entra­
da y de salida, denominada /'unción
(le transferencia, Dichas funciones
podrán ser de tipo Iónico, algebraico
o numérico, según la naturaleza del
bloque que representen,
e) A todos los efectos, dos bloques que
tengan funciones de transferencia
idénticas se considerarán idénticos,
con independencia de los compo­
nentes que los formen e incluso de
la tecnología empleada en su im-
plementación.
Una vez establecidos estos principios
fundamentales, podemos planteamos
el estudio del sistema de control desde
dos puntos de vista: el análisis y la sín­
tesis.
El análisis parte de un sistema pre­
viamente construido y pretende pre­
decir su comportamiento o, lo que es
lo mismo, pretende obtener sus salidas,
conocido su estado inicial y las entra­
das. El proceso a seguir, según se ilus­
tra en la figura 2.5, consta de los si­
guientes pasos:
• Identificar los componentes.
• Conocer para cada uno el modelo de
Finura 2.3. Sistema de control con magnitudes y variables de distintos tipos.
COMPONENTE
ENTRADA SALIDA MODELO
m a g n it u d TIPO MAGNITUD TIPO MAGNITUD
TIPO DE
V A RIA BLES
BU Q U E Rumbo
deseado
Analógico Rum bo
seguido
Analógico «s N UM ÉRICAS
CAPTADOR
MAGNÉTICO
Orientación Analógico Tensión A nalógico c< 2 . Vp N U M ÉRIC A S
SELECTOR
DE RUMBO
Botón
m ando Anológico Tensión Analógico CK, Vr N U M ÉRIC A S
c o m p a r a d o r
>
oc>
Analógico Tensión Lógico
Va >Vf 1
Vp >VR 0
NUM ÉRICAS-
LÚGICAS
A ♦V Lógico C o n ta c to
Lógico
C e rra d o 1
A b ierto 0
LOGICAS
B -V Lógico C ontacto
EIECTROVÁLVUIAS Tensión Logico Presió n Lógico
Pre sió n +
P re s ió n —
LÓGICA5
CILINDRO Presión Lógico Desplazamiento Analógico
Po sició n
ém bolo
LÓGICAS-
NUM ÉRICAS
TIMÓN Posición A nalógico
Rumbo
seguido Analógico 0 o< 2 N U M ÉR IC A S
12
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DISKÑO D I AUTOMATISMOS
LÓGICOS
M O DELO
Ü -
I
H
SU BSISTEM A S
- - i c e - '
— C23
X< -
X2-
Xn '
TABLAS DE VERDAD
r.o Atmc. p.c c 11 icxir iaUnArv)j ww r LUCINLIA
r~i iMriZMICC MCEUNCIÜNth DE
t r a n s f e r e n c ia ■—►
Y<
Yz
F N TRAD AS SIST EM A
DE CONTROL
S A LID A S VA RIA BLES
DE ENTRADA
VARIABLES
CE SALIDA
Finura 2.4. Sistemas y modelos.
SISTEM A
FUNCIONES DE
TRANSFERENCIA
ANALISIS
í>
e n t r a d a s
y, =f ix,)
S i - f ( E l )
PREDICCIÓN DEL
COMPORTAMIENTO
Figura 2.S. Análisis de un sistema.
comportamiento (función de trans­
ferencia).
• Identificar las entradas del sistema.
• Determinar las salidas de cada uno
de los componentes, según sus fun­
ciones de transferencia y las inter­
conexiones entre ellos.
La síntesis plantea el problema a la
inversa, es decir, se parte del compor­
tamiento deseado de un sistema (es­
pecificaciones), generalmente indican­
do la respuesta ante determinadas con­
diciones de entrada y se pretende di­
señar o construir un sistema que obe­
dezca a dicho comportamiento. El pro­
ceso sería el siguiente:
resultar de una síntesis no es único, ya
que posiblemente existirán multitud de
combinaciones de componentes que en
su conjunto den como resultado la fun­
ción de transferencia deseada. Como
consecuencia, aun basando la síntesis
en métodos sistemáticos, existirá siem­
pre una cierta indeterminación que de­
berá resolverse mediante criterios de
tipo tecnológico o económico. Es en
este punto precisamente donde la má­
quina programable puede aportar enor­
mes ventajas, ya que se trata de un
componente con una configuración fí­
sica (hardware) estándar en el que po­
demos elegir la función de transferen­
cia mediante el software.
2.3. AU TO M ATISM O S
C O M BIN A C IO N A LES Y
SECUENC1ALES
Los sistemas o bloques lógicos po­
demos dividirlos en dos grandes cate­
gorías: combinacionales y secucncialcs.
Un sistema o bloque cnmbinacional
es aquel cuyas salidas dependen úni­
camente del estado de sus entradas, con
total independencia de cuál sea el es­
tado inicial de partida. Esta definición
lleva implícito que la función o fun­
ciones de transferencia del sistema son
simplemente funciones lógicas que re­
lacionan las salidas con las entradas
mediante combinación Je los operadores
«Y», «O» y «NO». El nombre combi-
nacional se deriva precisamente del
hecho que las variables de salida de­
penden exclusivamente de la combi­
nación de variables de entrada que se
aplique.
Un sistema secuencia/, en cambio, es
aquel cuyas salidas dependen de las va­
riables de entrada y del propio estado
inicial del sistema. Si tenemos en cuen­
ta que cualquier estado puede ser to­
mado como estado inicial, se despren­
de que el sistema ha de ser capaz de
memorizar todos y cada uno de los es­
tados posibles. Dichos estados se me-
morizan mediante variables internas
denominadas variables de estado. La
denominación de sistema secuencial se
debe precisamente a que el valor de las
salidas depende de los estados de las
entradas y de la secuencia anterior de
estados en dichas entradas.
Como ejemplo de sistema secuencial
tomemos el circuito de la figura 2.7 y
supongamos que se le aplica la siguien­
te sucesión de señales de entrada, par­
tiendo del estado inicial A = 0, B = 0.
S = 0:
Dar la especificación del sistema, in­
dicando las salidas deseadas ante de­
terminadas condiciones iniciales y
entradas.
Traducir dicha especificación a una
función de transferencia global del
sistema completo.
Elegir componentes de función de
transferencia conocida o programa-
ble y obtener la función de transfe­
rencia deseada.
Obsérvese que el sistema que puede
Figura 2.6. Síntesis de un sistema.
ESPECIFICACIONES S ÍN T E S IS
ELECCIÓN DE
COMPONENTES
FU N C IO N ES DE
TRANSFERENCIA
S i= f <E¿>
Yi s f <X. )
COMBINACIÓN DE
FUNCIONES DE
T R A N S FER EN C IA
HARDWARE Y
SOFTW ARE
DEL SISTEM A
13
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AUTÓMATAS
PftOORAMABLKS
1) A = 1. B = 0
2) A = 0, B = 0
3) A = 0, B = I
4) A = 0, B = 0
La tabla de la figura 2.7 muestra la
evolución de la salida del sistema y en
ella puede observarse que para com­
binaciones idénticas de entradas, A = 0.
B = 0 por ejemplo, se tiene distinta sa­
lida, en concreto en el paso 2 se tiene
S = 1 y en el paso 4 se tiene S = 0, a
igualdad de entradas. Vemos, pues, que
la salida no depende sólo de las entra­
das sino de la evolución anterior o, si
se quiere, del estado inicial de partida.
Desde un punto de vista estructural,
los sistemas secuenciales están forma­
dos por interconexión de bloques com-
binacionales, pero aparece en ellos un
elemento nuevo, una variable interna
que se introduce nuevamente como
entrada (la variable interna Y en el caso
de la figura 2.7). Este tipo de variables
internas hace que la respuesta del sis­
tema ya no dependa exclusivamente de
las entradas, sino que dependa también
del estado interno, por lo cual se suelen
llamar variables de estado. La figura 2.8
muestra la estructura más general de
un sistema secuencial, que se conoce
como estructura de Meuiy.
Desde el punto de vista del modelo
matemático, la función o funciones de
transferencia de un sistema secuencial
siguen siendo funciones lógicas, pero
contienen variables internas que guar­
dan «memoria» del estado del sistema
o, si se quiere, de su evolución ante­
rior. Precisamente este tipo de variables
internas son las que marcan la diferen­
cia entre un sistema combinacional y
un sistema secuencial. En el primero
hemos dicho que la función de trans­
ferencia relacionaba salidas con entra­
das con los operadores «Y», «O» y
«NO», en los secuenciales las salidas y
las entradas están relacionadas por los
operadores «Y», «O», «NO» y «ME­
M ORIA». De hecho, los nombres de los
operadores para la función memoria
suelen llamarse 5£7'(memorizar un I)
y R ESET (memori/ar un 0). Obsérvese
que, en el ejemplo de la figura 2.7. ha­
cen falta dos funciones lógicas para de­
finir la función de transferencia n una
única función de tipo implícito, donde
la salida aparece también en el segundo
miembro.
Hay que señalar también que la tabla
incluida en la figura 2.7 no es propia­
mente una tabla de la verdad, sino una
tabla de evolución de estados La dife­
rencia entre ambas es que en una tabla
de verdad podemos deducir el estado
de la salida sin más que elegir la fila
correspondiente a la combinación de
entradas. En cambio, en una tabla de
evolución se indica una sucesión de es­
tados en que cada fila tiene como
estado inicial la fila anterior.
Cabe preguntarse ¿qué implica la
existencia del nuevo operador que he­
mos llamado «memoria», desde un
punto de vista tecnológico?; pues bien,
esto quiere decir que para poder cons­
truir sistemas secuenciales con una de­
terminada tecnología debe disponerse
en ella de una célula básica de memoria,
capaz de ejecutar esta operación. A esta
célula básica de memoria se le suele
llamar también biesiable y suele estar
formada por dispositivos lógicos com-
binacionales, inlerconectados de forma
que exista un enclavamiento interno
entre ellos. La propia figura 2.7 cons­
tituye un ejemplo de biestable cons­
truido a base de dos puertas lógicas
NO-O. Obsérvese que el biestable es
un elemento con dos entradas llamadas
SET y R E SE T y con una salida. Po­
demos encontrar también un ejemplo
de biestable, en el caso de los relés, con
el esquema clásico de un paro-marcha
como el que muestra la figura 2.9.
Debemos pues replantear cuál es la
estructura básica de un bloque lógico
dentro de un sistema de control. Hasta
ahora habíamos considerado cada blo­
que como una caja en la que intro­
ducíamos entradas y obteníamos sali­
das. Después de lo dicho para los sis­
temas secuenciales deberemos añadir
un nuevo tipo de variables, las variables
internas de estado.
El concepto de variable interna es
importante en el mundo de los autó­
matas programables y se refiere de for­
ma general a variables que no tienen
conexión con el exterior. Existe tam­
bién un paralelismo en los automatis-
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DISEÑO DK AUTOMATISMOS
LÓOICOS
' i I V i f W í "i . 4’ L
- s con contactos con aquellos relés
.ue no tienen interconexión con in-
'ruptores o pulsadores de mando ni
. m accionamientos externos. Sin em-
- -go. no debe confundirse el concepto
de variable interna de un automatismo
con el de variable de estado que hemos
definido en los sistemas secuenciales.
La figura 2.10 muestra un esquema con
los distintos tipos de variables que in­
tervienen en un sistema y, a continua­
ción, se dan las definiciones.
Las entradas de un bloque son va­
riables independientes, es decir, su es­
tado varia de acuerdo a unas condicio­
nes u órdenes externas, no controladas
por el propio bloque. No se descarta
que dichas variables puedan ser a su
vez salidas de un bloque anterior o de­
pendientes a su vez de otras, pero a
efectos del modelo del bloque que es­
tudiemos tendrán el tratamiento de va­
riables independientes.
Las variables internas son aquellas
que elabora el sistema a partir de las
entradas y eventualmente de otras va­
riables internas. Dentro de las variables
internas podemos distinguir dos tipos:
las dependientes sólo de las entradas o
combinaeionales y las de estado.
Finalmente, las variables de salida
son, en el caso más general, variables
dependientes de las entradas y de las va­
riables de estado.
Obsérvese que si un bloque forma
parte de un sistema más amplio y sus
entradas proceden de otro bloque pre­
vio pasarían a tener la condición de va­
riables internas para el sistema. Así por
ejemplo, sí en la figura 2.11 estudiamos
el bloque B individualmente, el con­
junto de señales Z 4 y X8 serían las en­
tradas y Z„ e Yh serían las salidas; pero
en este mismo bloque, considerado
como parte del sistema completo, todas
las variables serían internas.
En realidad, si se analizan las acti­
vidades de un proceso cualquiera, po­
dremos encontrar casi siempre los dos
tipos de acciones; combinaeionales y
secuenciales y, en consecuencia, los sis­
temas como tales suelen ser híbridos,
conteniendo parte combinacional y
parte secuencial.
A titulo de resumen de los conceptos
analizados en este apartado, la labia 22
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c a r a c t e r ís t ic a
ESENCIAL
Salidas independientes del estado inicial
Salidas dependientes del estado inicial
AUTÓMATAS
M tOÓRAM AftLIS
muestra las diferencias esenciales entre
sistemas combinacionales y secuencia-
íes.
2.4. D ISEÑ O D E AUTO M ATISM O S
C O M BIN A C IO N A LES
El término «diseño» con el que he­
mos titulado este apartado suele to­
marse como sinónimo de «síntesis», es
decir, obtención de un sistema físico
que responda a unas ciertas especifi­
caciones. Sin embargo, las herramien­
tas de análisis y de síntesis suelen ser
las mismas: concretamente en el caso
de sistemas lógicos combinacionales, el
álgebra de Boole (véase anexo I).
En el apartado anterior hemos in­
dicado que los sistemas combinacio­
nales quedan perfectamente definidos
mediante funciones de transferencia
que relacionan cada salida con las en­
tradas mediante los operadores «Y».
«O» y «NO». El proceso de síntesis em­
pezará, pues, por obtener una tabla de
verdad que refleje la relación de cada
salida con las entradas, de acuerdo con
las especificaciones. Posteriormente,
deberá traducirse cada una de dichas
tablas a una función lógica y, a con­
tinuación, deberán implementarse las
funciones lógicas mediante componen­
tes cableados o programables.
Para concretar algo más el método
vamos a desarrollar un ejemplo apli­
cado al diseño de un sistema de control
de una machacadora de áridos (figura
2. 12).
Supóngase que las especificaciones
del sistema son las siguientes:
— El motor M3 se pone en marcha
con un interruptor M.
— El motor M2 se pone en marcha
siempre que esté en marcha M3.
— El motor M I se pone en marcha
si lo está M2 y no se detecta so­
brecarga en la machacadora (relé
R1 con un contacto normalmente
cerrado).
— Cada motor está además prote­
gido por un relé térmico: R T I,
RT2 y RT3, respectivamente. El
contacto del relé térmico estará
normalmente cerrado si no hay
sobrecarga.
— Debe sonar una alarma si M I está
en marcha y se paran M2 o M3
/«i
/ K2
I / « T ?
RT3
Ü )
ENT RAD A S S A LID A S DESCRIPCIÓ N
M Interruptor de m archa
RT1 Relé térm ico m otor MI
RT2 R elé térm ico m otor M2
RT3 R elé térm ico m otor M3
RI R elé sobrecarga M2
Kl C o n tacto r motor M I
K2 C ontactor m otor M2
K3 Contactor m otor M3
AL A larm a
Figura 2.12. Ejemplo de diseno de sistema combinacional.
y también si M2 está en marcha
y se para M3.
Las fases del diseño serán las si­
guientes:
a) Identificación tic entradas i salidas
del sistema.
En nuestro ejemplo, las entradas y
salidas serán las indicadas en la tabla
de la propia figura 2.12.
b) H allar ana tabla de verdad para cada
salida.
En nuestro caso, dichas tablas se in­
dican en la tabla 2.3.
tj Deducir las ecuaciones Iónicas.
Las ecuaciones lógicas se deducen de
las tablas de verdad, sin más que apli­
car los métodos indicados en el anex
I. En nuestro caso, las ecuaciones so
las siguientes:
a) K3 =M RT3
b) K2 =K3 ■RT2 RI
c) K.1 =K3 • K2 -RTI
d) A L =K2 •K3 + Kl K2
Obsérvese que la ecuación d se h:
obtenido después de una simplifica
ción, pero, como se dice en el anexa
I, no siempre es preciso llegar al má
ximo grado de simplificación.
d) Deducir el esquema de cableado o i
programa del automatismo.
A partir de las ecuaciones lógicas, l»
implementación depende ya de la leo
nologia con la cual se quiera construí*
16
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LÓOICOS
ENTRADAS SALIDA
M RT3 K3
0 0 0
0 1 0
l 0 0
! 1 1
1¡ indo motor M3
Manilo motor MI
ENTRADAS SALIDA
K3 K2 R TI K l
0 0 0
0 1 0
1 0 0
1 1 0
0 0 0
| 0 1 0
| 1 0 0
1 1 1 1
ENTRADAS SAI.IDA
K3 RT2 R I K2
0 0 0 0
0 0 1 0
0 1 0 0
0 1 1 0
1 0 0 0
1 0 1 0
1 1 0 0
1 1 I 1
b) Mando motor M2
d) Mando alarma Ai.
2.3. Tablas de verdad correspondientes aI ejemplo de la figura 2.12.
ENTRADAS SALIDA
K l K2 K3 A L
0 0 0 0
0 0 1 0
0 1 0 1
0 1 1 0
i 0 0 1
1 0 1 1
1 1 0 1
1 1 1 0
. automatismo (contactos, neumática,
7-.rtas lógicas, autómata programable,
i No obstante, de las ecuaciones
* ¿Mas puede deducirse de forma in-
- cdiala la interconexión de sistemas
anisados o el programa de un autó-
-aia. Un paso intermedio que puede
* jdar a la implementación práctica,
• nre todo en sistemas cableados, son
•? esquemas utilizando los símbolos
¿icos convencionales definidos en el
. " íxo I. La figura 2.13 muestra dicho
r-quema para el ejemplo que hemos
Jesarrollado.
Obsérvese que, a pesar de que los
contactos de los relés térmicos son nor­
malmente cerrados, en la expresión ló­
gica aparecen sin complementar. Efec­
tivamente esto es asi porque el sistema
de control debe recibir un I lógico para
indicar que no ha disparado el térmico.
La detección de condiciones de alarma
mediante contactos normalmente ce­
rrados es una práctica común para ase­
gurar que en caso de rotura del cable
el sistema interpretará una condición
de alarma y no se quedará sin protec­
ción como podría ocurrir en el caso
de utilizar un contacto normalmente
abierto.
2.5. D ISEÑ O D E AUTO M ATISM O S
SEC U EN C IA LES
En la práctica son muchos los pro­
cesos que implican la realización de una
serie de actividades u operaciones, si­
guiendo una determinada secuencia.
Dichas actividades y los dispositivos
empleados para ejecutarlas pueden ser
de índole muy diversa, incluyendo par­
tes lógicas, analógicas, cálculos arit­
méticos, manipulación de datos, etc.,
pero el desarrollo del proceso consiste
casi siempre en una sucesión encade­
nada de operaciones, cuya evolución se
controla mediante unas condiciones de
tipo lógico, que indican si el proceso
puede continuar y cómo. Un diagrama
de flujo genérico para representar el
funcionamiento de tales sistemas po­
dría ser el de la ligura 2.14.
Los automatismos que controlan este
tipo de procesos no puede decirse que
sean puramente secuenciales, sino que
combinan partes combinacionales con
partes secuenciales dando un sistema
híbrido. En realidad un sistema pura­
mente secuencial no existe ya que, es­
tructuralmente. los sistemas secuencia­
les están formados por bloques com­
binacionales y células de memoria
(biestables) interconectados, tal como
se indicó en la figura 2.8. No debe, por
tanto, extrañarnos que una de las he­
rramientas básicas del diseño secuen­
cial sea una vez más el álgebra lógica,
aunque, como se verá, los métodos pu­
ramente algebraicos no bastan por sí
solos para el estudio completo de tales
sistemas.
Desde los años setenLa han apare­
cido numerosos útiles para el diseño de
sistemas lógicos secuenciales. Algunos
de ellos, presentados por diversos gru­
pos de investigación, son de tipo ana-
lítico-teórico y otros, menos rigurosos,
son de tipo más práctico. Los primeros
suelen tener poca implantación por su
relativa complejidad para la mayoría de
los usuarios y los últimos suelen ser,
en general, muy dependientes de tec­
nologías particulares y, por tanto, no
aplicables de forma general.
Uno de los métodos teóricos más co­
nocidos para resolver sistemas secuen­
ciales es et método de HuíTmann (ver
referencias [11"y [2]), que tiende a la
obtención de las ecuaciones de un sis­
tema lógico con el mínimo número de
www.FreeLibros.me
componentes. Pero su aplicación re­
sulta, en general, compleja para siste­
mas grandes y el automatismo resul­
tante es difícil de interpretar y analizar
una vez alcanzada la simplificación de
dichas ecuaciones. Esto dificulta la
comprensión y el posterior manteni­
miento del automatismo por parte de
no especialistas. Otros útiles de tipo
más práctico no son del todo adecua­
dos, o resultan incompletos, por cuanto
centran más el interés en la forma de
realización del sistema que en el fun­
cionamiento propiamente dicho.
Ante la necesidad de unificar y ra­
cionalizar el lenguaje para describir los
sistemas lógicos y en particular la parte
secuencial de los mismos, la A FC E T
(Association Fran<;aise pour la Cyber-
nétique Économique et Technique)
creó una comisión formada por varios
organismos universitarios, fabricantes y
usuarios con objeto de armonizar los
criterios de cada uno de estos colecti­
vos y obtener un método de represen­
tación del funcionamiento de sistemas
lógicos independiente de la materiali­
zación tecnológica de los mismos. El
resultado de los estudios de dicha co­
misión fue un útil de tipo gráfico, apo­
yado por métodos de álgebra lógica,
que una vez depurado ha dado lugar
al denominado G R A F C E T (GRÁfico
Funcional de Control de Etapas y
Transiciones).
El método de diseño que vamos a
emplear en este texto para sistemas ló­
gicos. incluyendo parte secuencial, es
precisamente un método basado en el
G R A F C ET , cuya utilidad en el análisis
y síntesis de dichos sistemas se verá en
los siguientes apartados.
2.6. GRAFCET: RESU M EN
H ISTÓ RICO
El G R A F C E T nació como resultado
de los trabajos de la A FC ET , iniciados
en la década de los setenta. En prin­
cipio se pretendía satisfacer la necesi­
dad de disponer de un método de des­
cripción de procesos, con total indepen­
dencia de la tecnología, mediante un
gráfico funcional que pudiera ser in­
terpretado por no especialistas en au­
tomatización. El gráfico funcional per­
mite unificar la forma de descripción
del proceso para técnicos de distintos
campos, desde el ingeniero de orga­
nización o de producción, que define
las necesidades del automatismo, pa­
sando por el de diseño, que debe im-
plcmentar el sistema de control y los
accionamientos, hasta el técnico de
mantenimiento, que debe cuidar de su
funcionalismo o introducir modifica­
ciones en la fase de explotación.
A partir de 1977 y gracias a la co­
laboración entre A FC E T y A D EPA
(Agence pour le DÉveloppement de la
Productique Appliquée) se crearon una
serie de útiles metodológicos, entre los
que destaca el G E M M A (Guide d'Etu-
de des Modes de Marche et Arrét), para
apoyar el G R A F C E T como método no
sólo descriptivo, sino como herramien­
ta de diseño.
En 1982 el trabajo fue recogido por
un grupo de trabajo de A FN O R, or­
ganismo encargado de la normalización
en Francia, compuesto por miembros
AUTÓMATAS
M O O A A M A BLU
18
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DISEÑO DE AUTOMATISMOS
LÓOICOS
de U TE, CNOM O. U N M y de otros
organismos relacionados con la indus­
tria, la automatización y la enseñanza
culminado con la publicación de la
Norma N F C-03-1904. Esta norma fue
también adoptada por IEC en 1988, con
el número 1EC-84H y título «Établis-
sement des dlagrammes fonctionnels
oour svstémes de commande».
En la actualidad, diversos autómatas
orogramables incorporan algunas ins­
trucciones de programación que per­
miten introducir directamente el grafo
ce G R A FC ET . En otros casos se dis­
pone de software capaz de compilar un
¿rafia G R A F C E T al lenguaje de la má-
.uina, permitiendo en ambos casos una
aran flexibilidad y rapidez de diseño,
con ventajas sustanciales en las fases de
.erificación, explotación o eventual
modificación del automatismo. A pesar
de ello no debe confundirse el G R A F ­
C ET con un lenguaje de programación.
FJ gráfico funcional, complementado
._on los métodos del álgebra de Boole,
-'ermite ir más allá de la simple des­
cripción c interpretación gráfica de un
proceso y se ha convertido en una po­
tente herramienta de diseño de siste­
mas lógicos, con unas regias bastante
simples.
2.7. D ISEÑ O BASADO EN
GRAFCET
Los principios que inspiraron la crea­
ción del G R A F C E T y en los que se
basa su aplicación son los siguientes:
a) Debe caracterizarse el funciona­
miento del automatismo con total
independencia de los componentes
;on los que vaya a ser construido.
Esto equivale a centrar nuestro in­
terés no tanto en la estructura física
o en la tecnología empicada para
¡mplementar el automatismo, sino
en la «función» que debe realizar.
b) El conjunto de un sistema auto­
mático se divide en dos partes: parle
de control (PC) y parte operativa
(PO). La parle de control compren­
de todo aquello que contribuye a la
automatización del proceso y la par­
te operativa incluye el resto del mis­
mo. El conjunto está relacionado
con e! medio exterior a través de un
diálogo con el operador y comuni­
caciones con otros automatismos
que operen en el mismo contexto,
(figura 2.15)
c) El elemento fundamental de un
proceso es la «operación» (deno­
minada etapa en el lenguaje de
G R A FC ET ), entendiendo como tal
una acción realizada por el auto­
matismo. Obsérvese que en una pri­
mera aproximación podemos dividir
el proceso en unas pocas operacio­
nes relativamente complejas (por
ejemplo: taladrar, roscar, cambiar
herramienta, etc.), llamadas tam­
bién macroetapas (apartado 2.10).
Estas operaciones complejas podrán
ser subdivididas a su vez en ope­
raciones más elementales a medida
que avanzamos en el nivel de de­
talle. Por ejemplo, una operación de
taladrar puede subdividlrse en otras
más elementales como: impulsar
pieza, bloquear pieza, giro de broca,
aproximación de broca, etc.
d) Debe dividirse el proceso en ma­
croetapas y éstas en etapas más ele­
mentales, hasta conseguir que las
acciones a realizar en cada una de
ellas dependan sólo de relaciones
combinacionales entre entradas y
salidas. Cada una de estas etapas
elementales tendrá asociada una va­
riable de estado.
e) Establecer un gráfico de evolución
que indique la secuencia de ope­
raciones (secuencia de etapas) y las
condiciones lógicas para pasar de
una a otra (denominadas candiao-
nes ile transición en el lenguaje de
G R A FC ET ). Como resultado de
esta lase se obtienen las ecuaciones
lógicas de las variables de estado y,
por tanto, queda resuelta la parle
secuencial del automatismo.
0 Establecer para cada operación ele­
mental (etapa) las relaciones lógicas-
entre entradas y salidas, utilizando
eventualmente otras variables inter­
nas combinacionales.
g) Finalmente, ¡mplementar el sistema
utilizando tantos biestables como
variables de estado y cableando o
programando las relaciones lógicas
obtenidas en las fases e y f.
La figura 2.16 muestra las lases del
diseño en forma de diagrama de flujo.
Es importante resaltar que el G R A F ­
C ET no sólo es útil como herramienta
de diseño, sino también en las fases de
especificación y posteriormente en la
fase de explotación y mantenimiento.
Obsérvese que el método está ba­
sado en una pregunta clave, que per­
mite identificar la parte secuencial de
un proceso; la pregunta es: ¿cuántos
estados debe metnorizar el sistema,
para poder fijar su comportamiento
posterior, partiendo de cualquier esta­
do inicial? La respuesta a esta pregunta
nos permitirá identificar las etapas y, en
consecuencia, las variables de estado.
El número de estados distintos en un
Figura 2.15. Estructura del sistema automatizado.
PARTE DE CONTRO! PARTE OPERATIVA
19
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AUTÓMATAS
PROORAMABLKS
proceso no puede ser infinito, sino que
se repiten de forma más o menos cí­
clica una serie de estados equivalentes
y, por tanto, el número de etapas es
finito; de lo contrario, nos encontraría­
mos ante un sistema de comporta­
miento aleatorio.
Aparece aquí el concepto de-estados
equivalentes, que se definen de la si­
guiente forma; Dos estados son equi­
valentes si la evolución posterior del
sistema a partir de ellos y para cual­
quier combinación de entradas es la
misma. En el G R A F C E T los estados
equivalentes se asocian a una única eta­
pa y en el modelo algebraico quedarán
representados por una misma variable
de estado.
Al contrario de lo que ocurre con
otros métodos, como el de Huffmann,
el método basado en G R A F C E T no
pretende minimizar el número de va­
riables de estado, por lo que puede no
resultar óptima desde el punto de vista
de minimizar el hardware. Sin embar­
go, el coste y volumen de un sistema
dependen cada vez menos del número
de variables empleadas, sobre todo si
se emplean autómatas programables y,
en cambio, adquieren cada vez más im­
portancia otros aspectos como el pro­
pio coste de diseño, tiempo de desa­
rrollo de software, fiabilidad y facilidad
de test y mantenimiento, aspectos que
permite optimizar el método propues­
to.
El G R A F C E T es, como se ha dicho,
un modelo de representación gráfica
del funcionamiento de un sistema au­
tomático. Dicho modelo está definido
basándose en los siguientes elementos
y reglas de evolución que se relacionan
a continuación:
A ) E L E M E N T O S G R Á F IC O S D E
BASE.
Estos elementos constituyen los
símbolos a partir de los cuales se
dibuja el gráfico funcional. Los
símbolos básicos son los siguientes
(figura 2.17):
A l) Las etapas, que representan
cada uno de los estados del
sistema. Cada etapa debe co­
rresponder a una situación tal
que las salidas dependan úni­
camente de las entradas o, di­
cho de otro modo, la relación
de entradas y salidas dentro de
una etapa es puramente com-
binacional. El símbolo em­
pleado para representar una
etapa es un cuadrado con un
número o símbolo en su in­
terior que la identifica y even­
tualmente una etiqueta.
Se denominan etapas inicia­
les aquellas en que se posicio-
na el sistema al iniciarse el
proceso por primera vez. Las
etapas iniciales se representan
por un cuadrado con doble lí­
nea.
A2) Las lineas de evolución, que
unen entre sí las etapas que
representan actividades con­
secutivas. Las lineas se enten­
derán siempre orientadas de
arriba hacia abajo, a menos
que se represente una flecha
en sentido contrario.
A3) Las transiciones, que represen­
tan las condiciones lógicas ne­
cesarias para que finalice la ac­
tividad de una etapa y se inicie
la de la etapa o etapas inme­
diatamente consecutivas. Estas
condiciones lógicas se obten­
drán por combinación de va­
riables denominadas receptiv-
dades. Gráficamente se repre-
20
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►V*’'•••■, ■ ■í . • J
DISKÑO D I AUTOMATISMO!
LÓGICOS
sentan las transiciones por una
linea cruzada sobre las lincas
de evolución (figura 2.17).
A4) Los reenvíos son símbolos en
forma de flecha que indican la
procedencia o destino de las
lincas de evolución. Las fle­
chas de reenvió permiten frac­
cionar un gráfico o evitan di­
bujar líneas de evolución con
excesivos cruces.
A5) Dos lineas de evolución que se
crucen debe interpretarse, en
principio, que no están unidas.
Las reglas para cruces y bifur­
caciones se explican en detalle
en el apartado de estructuras
del G R A FC ET .
A6) Cuando se recorre el gráfico
de evolución, por cualquier ca­
mino posible, deben alternarse
siempre una etapa y una tran­
sición.
La regla básica de sintaxis
del G R A F C E T es que entre
dos etapas debe existir una y
sólo una condición de transi­
ción, bien entendido que ésta
puede venir expresada por una
función lógica combinacional
todo lo compleja que sea ne­
cesario, siempre que dé como
resultado un bit <1=condición
verdadera, O=condición falsa).
Téngase en cuenta que el gráfico
funcional representa en forma es­
tática un conjunto de situaciones
posibles. Es posible, sin embargo,
representar la situación dinámica en
un instante dado, indicando qué
etapa o etapas están activas y cuáles
están inactivas. El simbolismo uti­
lizado para ello consiste en marcar
con un punto las etapas activas (fi­
gura 2.18).
Cabe señalar, finalmente, que
los números de las etapas nada in­
dican respecto a su orden de eje­
cución. sino que simplemente tie­
nen carácter de identificación.
Como consecuencia, pueden nu­
merarse las etapas de la forma que
se desee, sin que ello tenga ningún
significado desde el punto de vista
funcional.
B ) M E N S A JE S D E IN T E R P R E T A ­
CIÓN.
Estos mensajes pueden ser tex­
tos, símbolos o ecuaciones lógicas
asociados a las etapas o transicio­
nes para indicar la actividad desa­
rrollada o las relaciones entre va-
Figura 2.18. Estado instantáneo de un
proceso, indicado por las etapas activas e
inactivas.
riables del sistema que deben cum­
plirse. Pueden distinguirse dos ti­
pos de mensajes:
B l) Mensajes de acción asociados
a cada etapa. Indican cuál es la
actividad a desarrollar en dicha
etapa cuando esté activa (ver
reglas de evolución), bien sea
en forma de texto o en forma
de ecuaciones lógicas que in­
diquen la relación salidas-en­
tradas (figura 2.17).
B2) Mensajes de receptividad aso­
ciados a cada transición. Estos
mensajes indican las condicio­
nes lógicas necesarias y sufi­
cientes para pasar de cada eta­
pa a la consecutiva o conse­
cutivas (figura 2.17).
C) R EG LA S D E EVO LUCIÓN.
Estas reglas permiten definir e in­
terpretar de forma univoca el com­
portamiento dinámico del sistema.
Las hay que hacen referencia a las
etapas y otras a las transiciones, por
lo que algunas resultan redundan­
tes entre sí. A continuación damos
una lista de las esenciales:
C 1) Cada etapa tiene asociada una
variable de estado Xi de tipo
bit.
C2) Se distinguen dos posibles es­
tados de una etapa: activa o
inactiva. Diremos que una eta­
pa está activa cuando su varia-
21
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sentan las transiciones por una
linea cruzada sobre las líneas
de evolución (figura 2.17).
A4) Los reenvíos son símbolos en
forma de flecha que indican la
procedencia o destino de las
líneas de evolución. Las fle­
chas de reenvío permiten frac­
cionar un gráfico o evitan di­
bujar lineas de evolución con
excesivos cruces.
A5) Dos líneas de evolución que se
crucen debe interpretarse, en
principio, que no están unidas.
Las reglas para cruces y bifur­
caciones se explican en detalle
en el apartado de estructuras
del G R A FC ET .
A6) Cuando se recorre el gráfico
de evolución, por cualquier ca­
mino posible, deben alternarse
siempre una etapa y una tran­
sición.
La regla básica de sintaxis
del G R A F C E T es que entre
dos etapas debe existir una y
sólo una condición de transi­
ción, bien entendido que ésta
puede venir expresada por una
función lógica combinacional
todo lo compleja que sea ne­
cesario, siempre que dé como
;ura 2.17. Elementos gráficos Jel GRAFCET.
resultado un hit (l=condición
verdadera, O=condición falsa).
Téngase en cuenta que el gráfico
funcional representa en forma es­
tática un conjunto de situaciones
posibles. Es posible, sin embargo,
representar la situación dinámica en
un instante dado, indicando qué
etapa o etapas están activas y cuáles
están inactivas. El simbolismo uti­
lizado para ello consiste en marcar
con un punto las etapas activas (fi­
gura 2.18).
Cabe señalar, finalmente, que
los números de las etapas nada in­
dican respecto a su orden de eje­
cución, sino que simplemente tie­
nen carácter de identificación.
Como consecuencia, pueden nu­
merarse las etapas de la forma que
se desee, sin que ello tenga ningún
significado desde el punto de vista
funcional.
B) M E N S A JE S D E IN T E R P R E T A ­
CIÓN.
Estos mensajes pueden ser tex­
tos, símbolos o ecuaciones lógicas
asociados a las etapas o transicio­
nes para indicar la actividad desa­
rrollada o las relaciones entre va-
ET A PA
INICIAL
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ET A PA I
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Acciones
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•
"T21/21 Etapas
activas
Figura 2.18. Estado instantáneo de un
proceso, indicado por las etapas activas e
inactivas.
riables del sistema que deben cum­
plirse. Pueden distinguirse dos ti­
pos de mensajes:
B l) Mensajes de acción asociados
a cada etapa. Indican cuál es la
actividad a desarrollar en dicha
etapa cuando esté activa (ver
reglas de evolución), bien sea
en forma de texto o en forma
de ecuaciones lógicas que in­
diquen la relación salidas-en­
tradas (figura 2.17).
B2) Mensajes de receptividad aso­
ciados a cada transición. Estos
mensajes indican las condicio­
nes lógicas necesarias y sufi­
cientes para pasar de cada eta­
pa a la consecutiva o conse­
cutivas (figura 2.17).
C) REG LA S D E EVOLUCIÓN.
Estas reglas permiten definir e in­
terpretar de forma unívoca el com­
portamiento dinámico del sistema.
Las hay que hacen referencia a las
etapas y otras a las transiciones, por
lo que algunas resultan redundan­
tes entre sí. A continuación damos
una lista de las esenciales:
C l) Cada etapa tiene asociada una
variable de estado X i de tipo
bit.
C2) Se distinguen dos posibles es­
tados de una etapa: activa o
inactiva. Diremos que una eta­
pa está activa cuando su varia-
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AUTÓMATA!
PftOOftAMABLKI
ble de estado vale 1 e inactiva
cuando vale 0.
C3) Denominaremos arranque en
frío a la inicialización de un
proceso automático sin guar­
dar memoria de ninguna si­
tuación anterior. La orden de
arranque en frío puede pro­
ceder de un operador humano
o de un sistema automático je­
rárquicamente superior (figura
2.19).
Después de un arranque en
frío se activan todas las etapas
iniciales y quedan inactivas to­
das las demás.
C4) Denominaremos arranque en
caliente a la reinicialización de
un automatismo cuando éste
guarde memoria de alguna si­
tuación anterior. Esta situación
suele corresponder a un rea­
rranque sin pérdida del con­
texto anterior, es decir, man­
teniendo memorizadas las
variables de estado del pro­
ceso.
En un arranque en caliente
pueden activarse las etapas ini­
ciales o mantener el contexto
o estado anterior al arranque
en caliente. Esta decisión suele
tomarla una parte específica
del automatismo destinado a
ejecutar lo que se denomina
una tarea previa.
C5) Durante la evolución normal
del proceso, una etapa no ini­
cial se activará cuando esté ac­
tivada la etapa anterior y se
cumplan las condiciones de
transición entre ambas.
C6) Cualquier etapa se desactiva
cuando se cumplan las condi­
ciones de transición a la si­
guiente o siguientes y dicha
transición se haya efectuado.
En el gráfico de la figura 2.18,
por ejemplo, si se cumple la
c o n d ició n de tra n sició n
T I 1/12, se activaría la etapa 12
y se desactivaría la etapa 11.
C7) Una transición puede encon­
trarse en una de las cuatro si­
tuaciones siguientes (figura
2.20):
Na validada: La etapa o eta­
pas inmediatamente anteriores
o siguientes no están activas.
íiOPERADOR
TU?
10
Marcha
3 Tarea
N°10
21
22
Automansmo Maestro Automatismo Esclavo
Figura 2.19. Ejemplos de inicialización por operador humano o por automatismo maestro.
Validada: La etapa o etapas
inmediatamente anteriores es­
tán activas, pero no se cumple
la condición lógica de transi­
ción.
Franqueable: La etapa o eta­
pas inmediatamente anteriores
están activas y se cumple la
condición lógica de transición.
Esta es únicamente una situa­
ción transitoria, pues dicha
transición será automática­
mente franqueada, según C9.
Franqueada: Se ha activado
la etapa o etapas inmediata­
mente siguientes y se han des­
activado la etapa o etapas in­
mediatamente anteriores.
Finura 2.20. Estados posibles de una transición.
C8) Sólo se podrá franquear una
transición si ésta está previa­
mente validada.
C9) Toda transición franqueable
será inmediatamente fran­
queada.
CIO) Si hay varias transiciones fran­
queables simultáneamente,
serán franqueadas simultá­
neamente.
C11) El franqueo de una transición
implica automáticamente la
desactivación de todas las eta­
pas inmediatamente anterio­
res.
C12) Si en el curso de funciona­
miento de un automatismo
una etapa debe ser simullá-
2 2 2 2
• •
T2/3=0 o i TZ/3 =0 T2I3: 1 T2/3=Gul
o) Transición
no validada
b) Transición
validada
el Transición
franqueable
d) Transición
franqueada
22
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>D ISIÑ O D I AUTOMATISMOS
LÓGICOS
neamente activada y desacti­
vada, dicha etapa permane­
cerá activada.
Esta regla es un convencio­
nalismo para resolver casos
de indeterminación, pero es
muy difícil de llevar a la prác­
tica ya que en automatismos
programables, por ejemplo, la
respuesta de un S E T y un
R E S E T simultáneos suele de­
pender del orden de progra­
mación, pero en automatis­
mos cableados puede depen­
der de una «carrera crítica» en
la que juegan los tiempos de
respuesta de los componen­
tes. Es preferible, pues, evitar
que una etapa pueda ser ac­
tivada y desactivada al mismo
tiempo.
Como consecuencia de esto
se verá más adelante que hay
que imponer ciertas reglas
«de coherencia» no explíci­
tadas por el G R A F C E T .
(Como ejemplos véanse la re­
gla A del apartado 2.11.1 y la
C del apartado 2.11.3)
É 13) El gráfico de evolución ex­
presado en G R A F C E T debe
ser siempre cerrado, sin dejar
ningún camino abierto. En
efecto, tal circunstancia mos­
traría una incoherencia o una
situación en la que el proceso
es incapaz de continuar. Na­
turalmente pueden existir si­
tuaciones en que la salida sea
inicializar el proceso median­
te alguna señal externa.
P R IN C IP IO S C O M PLEM EN T A ­
RIOS.
Existen otra serie de reglas re­
lativas a la forma de expresar el
diagrama funcional y a su forma de
interpretarlas que se irán introdu­
ciendo a medida que estudiemos
las distintas estructuras posibles.
Sin embargo, recogemos aquí una
serie de principios que no pueden
considerarse propios del GRAF-
CRT sino genéricos para cualquier
automatismo secuencial:
D I) Denominaremos evento a cual­
quier situación en la que se
produzca el cambio de al me-
www.FreeLibros.me
■■
AUTÓMATAS
PROORAMAftLKS
llar un ejemplo. Se traía del diseño de
un automatismo para control del ma­
nipulador de la figura 2.21. Es intere­
sante resaltar que en una primera fase
no estarían decididos todavía cuáles son
los accionamientos ni los sensores que
se han representado en el dibujo.
/." FASE: GRAFCET FUNCIONAl.
En esta fase se seguirán los pasos in­
dicados en el apartado 2.7. La figura
2.22 muestra el diagrama G R A F C E T
tal y como lo concibe el ingeniero de
producción, es decir, como una simple
sucesión de acciones a desarrollar, sin
definir la forma ni los medios emplea­
dos para ejecutarlas. En dicho diagrama
no se han detallado deliberadamente
los procedimientos de arranque y paro,
puesto que dichos procedimientos re­
quieren estructuras de G R A F C E T más
complejas que las que hemos visto has­
ta el momento. El proceso se presenta,
pues, como una sucesión de etapas in­
dicando al lado de cada una las accio­
nes a desarrollar y entre ellas las con­
diciones de transición.
Figura 2.22. GRAFCET descriptivo del proceso
secuencial.
2 " FASE G RAFCET CON SEN SO RES
Y ACCIONAM IENTOS
A partir del diagrama descriptivo de
la figura 2.21, el técnico en automatis­
mos puede decidir cuáles son los ac­
cionamientos destinados a ejecutar las
distintas operaciones (cilindros, moto­
res, electroválvulas. etc.) y los sensores
(pulsadores, finales de carrera, capta­
dores, etc.) destinados a suministrar las
receptividades, que nos permitirán for­
mular las condiciones de transición. El
resultado seria el G R A F C E T de la fi­
gura 2.23.
Obsérvese que estructuralmente los
diagramas de las figuras 2.22 y 2.23 son
idénticos, pero en el último se entra ya
en el detalle de cuál es la tecnología
empleada para implementar el auto­
matismo. Hay que indicar también que
aunque en el ejemplo se trata de un
proceso gobernado por señales digita­
les, puede aplicarse el método a pro­
cesos con señales de tipo analógico o
cálculos aritméticos, siempre que las
condiciones de transición sean de tipo
lógico (pueden ser, por ejemplo, com­
paraciones de variables analógicas con
valores limites, resultados de operacio­
nes aritméticas o cálculos más o menos
complejos).
3.“ FASE: D ISEÑO D EL SISTEM A D E
CONTROL
Una vez obtenido el gráfico de con­
trol, conteniendo todos los acciona­
mientos y sensores, éste puede ser uti­
lizado para el diseño del sistema de
control, con los componentes de una
determinada tecnología.
En nuestro ejemplo hemos explici-
tado el diseño mediante puertas lógicas
y biestables, resultando el esquema ló­
gico de la figura 2.24. Hemos elegido
esta representación por considerar que
el logigrama obtenido es lo suficien­
temente genérico para poder aplicarlo
a todo tipo de dispositivos, desde los
circuitos lógicos programables (PLD ,
PLA, LCA, EPLD . etc.), los autómatas
programables o incluso para poder im-
plementarlo a base de relés.
El proceso de diseño consta de dos
partes;
a) Diseño de la parte secuencial. que
comprende la estructura de etapas
Figura 2.2S. GRAFCET con accionamientos y
sensores.
y las condiciones de transición que
las unen.
b) Diseño de la parte combinacional.
que comprende todas las acciones
a ejecutar dentro de cada etapa.
A ) Diseño de la parte secuencial
El método consiste en asignar a cada
etapa un biestable de tipo R-S (BO a Bh
en nuestro ejemplo), cuyas condiciones
de «set» y «reset» se determinan a par­
tir de las condiciones de transición in­
dicadas en el gráfico.
— Condiciones de «set» del biestable
de la etapa X:
La activación del biestable de
una etapa X tiene lugar cuando la
etapa o etapas previas están acti­
vadas y se cumplen las condicio­
nes de transición entre dichas eta­
pas y la etapa X.
— Condiciones de «reset» del biestable
tle la etapa X:
La desactivación del biestable
de una etapa tiene lugar cuando
la etapa o etapas posteriores que
dan activadas.
M ARCHA
24
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OlflÑO DI AUTOMATISMO!
LÓGICOS
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R 05
BB
S 06
R Qb
q ) Esquema de la parte
secuencia!
finura 2.24. Esquema lógico del automatismo.
Asi, en nuestro ejemplo, la etapa 1
puede resultar activada a partir de la
etapa 0 o de la etapa 6, con las co-
•respondienles condiciones de transi­
ción. Esto queda expresado por la ecua­
ción lógica:
SET QI = QO Si S 3 S 5 E Q 6 S I
La desactivación de la etapa 1, debe
producirse tan pronto como se active
la etapa 2; por tanto, la condición lógica
es:
R E S E T Q1 = Q2
Aplicando este procedimiento a cada
una de las etapas, se obtiene el esque-
Qi-
□o-
Qb-
o2-
Qo-
q „-
o-r
do-
Qs-
-1
-A +
-A-
-c+
>,
-c-
b) Esquem a de la par re
CDmbmacional
ma lógico de la parte sccuencial del
proceso (ver figura 2.24o, para el ejem­
plo que estamos desarrollando).
B ) Diseño de lo parle atmhinacionnl
En esta fase se diseñan las acciones
a desarrollar en cada etapa del proceso
y se obtiene el esquema lógico, utili­
zando las salidas de los biestables y
eventualmente otras condiciones adi­
cionales. Los procedimientos emplea­
dos para obtener las ecuaciones lógicas
serán en este caso los clásicos del ál­
gebra de Boole para sistemas combi­
nacionales.
En el ejemplo que nos ocupa, ten­
dremos que las ecuaciones lógicas para
cada una de las salidas a controlar son:
Electroválvula A+: A E = Ql
Electroválvula A-: A - = QO+ Q6
Electroválvula B e :B+ = Q2
Electroválvula B-:B— = QO + Q4
Electroválvula C+: C e = Q3
Electroválvula C—: C—= QOE Q5
El esquema de puertas puede verse
en la figura 2.246.
En este caso, las acciones a desarro­
llar dentro de cada etapa resultan sim­
ples, pero en un caso general pueden
resultar todo lo complejas que sea ne­
cesario mientras se trate de acciones
puramente combinacionales.
2.10. M ACROETAPAS Y
REPRESEN TA C IÓ N EN D ET A LLE
Cuando se aplican las técnicas del
G R A F C E T a la solución de procesos
complejos, se empieza por representar
un diagrama con las líneas principales
a ejecutar en el proceso, definiendo
grandes bloques de acciones denomi­
nados macroetapas y sin desarrollar los
detalles del proceso.
El símbolo para representar una ma-
croetapa es un cuadrado dividido en
tres partes En una de las partes puede
colocarse un número, en otra la iden­
tificación de la macro y en la tercera
una etiqueta (figura 2.25).
Las macroetapas representan, pues,
«tareas» y equivalen a lo que en ciertos
lenguajes se define como «macros».
Desde un punto de vista formal, una
macroetapa no es más que un conjunto
de etapas agrupadas que se definen,
posteriormente, en lo que se conoce
como representación en detalle o ex­
pansión de ¡a macroetapa (figura 2.26).
El objetivo esencial de la macroetapa
Figura 2.25. Símbolos de macroetapa.
M 20
TE X70
M20
(P re te rid o )
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AUTÓMATAS
M tO O RAM ASLIS
Macro 1 M 20
T A R E A
- TE20
5 20
Expansión de la
ta re a de M2Q
Figura 2.26. Expansión de una macroetapa.
es el de permitir una aproximación pro­
gresiva y estructurada tanto en la Tase
de diseño como en la de explotación
y mantenimiento de un automatismo.
Se puede partir de una definición muy
genérica del proceso y posteriormente
desarrollar cada macroetapa en las ac­
ciones simples correspondientes.
Las reglas básicas a tener en cuenta
cuando se introducen macroetapas en
un gráfico funcional son las siguientes:
A) La expansión de una macro debe
tener una única etapa inicial y una
única etapa final.
Hay que hacer notar que esta re­
gla no implica necesariamente que
la expansión de una macro tenga
estructura lineal (ver apartado si­
guiente), sino que puede contener
en su interior estructuras de cual­
quier complejidad.
B) El franqueo de la transición inme­
diatamente anterior a la macro activa
la etapa E de entrada de la misma.
C) La activación de la etapa de salida
de la macro «valida» la transición
inmediatamente posterior a la mis­
ma. (Véase el concepto de transi­
ción validada en el apartado 2.8.)
D) Por motivos de claridad o de es­
tructuración pueden utilizarse ma­
croetapas anidadas. En otras pala­
bras, la expansión de una macro­
etapa puede, a su vez, utilizar otras
macroetapas, fraccionando asi el
problema global en «tareas» que se
procura que correspondan a partes
del proceso tecnológicamente com­
pletas (taladrado, roscado, trata­
miento térmico, traslado de piezas,
cambios de herramienta, etc.).
iO BSER VACION IM I’OR TANTE!
La definición de A F C E T excluye ex­
plícitamente que una misma expansión
pueda ser llamada desde dos macroeta­
pas distintas del gráfico funcional, tal
como se representa, por ejemplo, en la
figura 2.27. Es decir, excluye la utili­
zación del concepto de macroetapa
como sinónimo de «subrutina».
Esta restricción se Introduce para
evitar conflictos de acceso en caso de
que la misma expansión fuese llamada
por dos macroetapas activas simultá­
neamente. Sin embargo, si se evita ex­
plícitamente esta posibilidad puede eli­
minarse esta restricción y ul¡fizar la
misma expansión para desarrollar va­
rias macroetapas distintas.
Sobre todo en automatismos progra­
mabas, la utilidad de las macroetapas
se incrementa notablemente si no se
impone la restricción indicada ante­
riormente. En tal caso, las macroetapas
Figura 2.27. Utilización de macroetapas con
carácter de subrutina.
M100
RCSCAs
E 100
- T E 100
10»
T ,toi
M500
(XI50-Tt50)(..>
7S500
150 FIN
■r iso
pueden definirse como verdaderas
«subrutinas» o «procedimientos» que
pueden ser llamados desde diversos
puntos del programa, con la única con­
dición de que no sean llamadas mien­
tras se están ejecutando. Esto exige
ciertas precauciones en su inicialización
y utilización, tal como se ha indicado'
en la propia figura 2.27, pero a cambio
permite una programación más estruc
turada de las tareas de un proceso y op
timiza la longitud del programa.
Algunos autómatas disponen ya de
lenguajes de programación estructura­
dos, capaces de interpretar macroetapas
con carácter de subrutina, incluso con
más de un nivel de anidamienlo.
2.11. ESTRUCTURAS BASICAS DEL
GRAFCET
En el ejemplo del apartado 2.9 he­
mos tratado el caso de un proceso re­
lativamente simple, con una estructura
de tipo lineal, ciclica y sin bifurcacio­
nes. Pero existen otros procesos qu
requieren estructuras mas complejas
en las que se presentan bucles, toma-
de decisiones o tareas simultáneas qué
deben sincronizarse. Para estos casos e
G R A F C E T dispone de otras estructu
ras básicas a partir de las cuales pueder
generarse los diagramas de dichos pro­
cesos.
Las tres estructuras básicas en
G R A F C ET , de las cuales pueden de­
rivarse todas las demás, son:
— Secuencia lineal.
— Convergencia y divergencia er
«O» (subprocesos alternativos).
— Convergencia y divergencia er
«Y» (subprocesos simultáneos).
Al hablar de lógica combinación:
(véase anexo I) hemos dicho que cual­
quier función lógica puede expresara
mediante combinación de las operad
nes «Y» , «O» y «NO». Pues bien, ha­
ciendo un paralelismo podemos dee-i
que los sistemas secuenciaies, cu¿
quiera que sea su complejidad, puedH
expresarse siempre en G R A F C E T ni;
diante gráficos que sólo incluyan come
estructuras básicas las tres citadas an
(eriormente.
En la práctica, como se ha visto e«
el apartado anterior, se empieza r-
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D ISIÑ O 01 AUTOMATISMOS
LÓGICOS
describir los procesos mediante gráficos
funcionales muy genéricos, con poco
nivel de detalle, que casi siempre serán
Je tipo lineal, pero al ir avanzando en
el nivel de detalle aparecen las bifur­
caciones (convergencias y divergencias
en O y en Y).
A continuación se estudiarán las for­
mas puras de cada una de las eslruc-
uras mencionadas, bien entendido que
en un proceso real aparecerán entre­
mezcladas de tal forma que en el ¡n-
erior de estructuras en «O» aparecerán
ramos lineales u otras en «Y» o vi­
ceversa. Sin embargo, casi siempre se
-tuede recuperar la estructura en «Y»
' en «O» pura, haciendo uso del con-
.epto de macroetapa expuesto ante-
rmente.
2-11.1. Secuencia lineal
La secuencia lineal es la estructura
- ls simple posible y consiste en una
•ucesión de etapas unidas consecuti-
¡mente por las líneas de evolución y
adiciones de transición, tal como se
Tjdo observar en el ejemplo de la fi­
gura 2.22.
Las propiedades que cumple dicha
estructura son las siguientes:
 ’ Dentro de un tramo de secuencia
lineal, solamente una etapa debe
estar activa en un instante deter­
minado.
En realidad las reglas del G R A F ­
C ET no impiden formalmente la
posibilidad de que en una secuen­
cia lineal pueda existir más de una
etapa activa, pero si esto sucede
suele denotar una incoherencia de
diseño. En efecto, la implicación
práctica de que se activen dos eta­
pas simultáneamente es que deben
ejecutarse dos grupos de acciones
simultáneamente y esto tiene una
forma más apropiada de represen­
tación mediante bifurcaciones en
«Y», como podrá verse a continua­
ción.
Por otra parte, si en una estruc­
tura lineal progresan varias etapas
activas a la vez pueden «darse caza»
y esto podría provocar condiciones
contradictorias de que una etapa
deba activarse y desactivarse a la
vez.
B) Se activa una etapa cuando se en­
cuentre activada la anterior y se
cumplan las condiciones de transi­
ción entre ambas.
C) La activación de una etapa implica
automáticamente la desactivación
de la etapa anterior,
D) Una secuencia lineal puede formar
parte de una estructura más com­
pleja.
La estructura lineal aparece casi
siempre a nivel de descripción general
con macroetapas y también como parte
de las estructuras más complejas.
Figura 2.28. Divergencia y convergencia en «O».
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C9-1
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- - C 2 0
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C25
2.11.2. Divergencia y convergencia
en «O»
La divergencia y convergencia en
«O», a las que llamaremos conjunta­
mente bifurcación en «O», forman una
estructura en la que existen los siguien­
tes elementos (figura 2.28):
1) Una divergencia en «O», en la que
se inician varios caminos o subpro-
cesos alternativos posibles.
2) Una serie de caminos alternativos
con una macroestruclura lineal.
--C9-3
'0 20 30
m ocropstructuro
lin e a l
M 300
— — — — — — Convergencia en ‘0“
C34 /
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AUTÓMATAS
PROGRAM AS LIS
aunque pueden contener otras es­
tructuras más complejas.
3) Una o más confluencias en «O» de
dichos caminos alternativos, de tal
forma que la macroestruclura debe
ser globalmente cerrada.
Esta estructura se prevé para repre­
sentar procesos alternativos que deban
ejecutarse dependiendo de ciertas con­
diciones lógicas. Por ejemplo, en una
barrera de peaje si el importe intro­
ducido es exacto entregar ticket y abrir
barrera, si no es exacto devolver cam­
bio. Haciendo un símil con estructuras
de tipo informático, la bifurcación en
«O» corresponde a una estructura del
tipo «IF... THEN... ELSE».
El camino o subproceso que se se­
guirá en cada caso dependerá de cuáles
sean las condiciones de transición que
se cumplan a partir de la etapa previa
a la bifurcación.
No es imprescindible que los sub-
procesos que parten de una misma di­
vergencia deban confluir en una misma
convergencia. Lo que si ocurrirá en
todo proceso es que toda divergencia
implica la existencia de una conver­
gencia en algún lugar del ciclo, ya que,
como se ha dicho, el gráfico de liuencia
visto globalmente ha de ser cerrado.
Las propiedades básicas que cumple
la estructura de bifurcación en «O» son
las siguientes:
A) A partir del punto de divergencia
el proceso podrá evolucionar por
distintos caminos alternativos, cada
uno de los cuales debe tener su
propia condición de transición.
B) Las condiciones de transición de los
diversos caminos de divergencia
han de ser excluyentes entre si (in­
tersección nula), de forma que el
proceso sólo podrá progresar en
cada caso por uno de ellos.
En realidad, las reglas del G R A F ­
C E T no imponen esta restricción,
pero si no se cumple se produce una
incoherencia. En efecto, si las con­
diciones no son exclusivas entre sí,
indicaría la posibilidad de procesos
que pueden iniciarse simultánea­
mente en caso de cumplirse dos o
más condiciones de transición si­
multáneamente. Si esta situación es
deseada, debe resolverse utilizando
la estructura de bifurcación en «Y»,
que se estudia más adelante. Pero
si la situación es accidental, esto
pondría de manifiesto una falta de
especificación ante tal caso, que de­
berá ser resuelta o bien imponiendo
condiciones adicionales para evitar
la simultaneidad o especificando
claramente cuándo el proceso ha de
ser exclusivo y cuándo simultáneo.
Además, en automatismos reales
donde no puede garantizarse la si­
multaneidad de eventos, debido a
los tiempos de respuesta, el no
cumplimiento de la mencionada
restricción puede ocasionar res­
puestas aleatorias, debido a lo que
se conoce como '<carreras criticas».
Por tanto, es aconsejable imponerse
tal restricción en las bifurcaciones
en «O».
C) A nivel de gráfico global, los dis­
tintos caminos iniciados como di­
vergencia en «O» deben conlluir en
uno o más puntos de convergencia
en «O». Dicho de otra forma, la es­
tructura debe ser globalmente ce­
rrada y no pueden existir caminos
abiertos, ya que esto denotaría si­
tuaciones sin posible salida.
Se excluye también que los ca­
minos de una divergencia en «O»
puedan concurrir en una conver­
gencia en «Y» (ver apartado si­
guiente), puesto que esto provoca­
ría un bloqueo del sistema en el
punto de convergencia ante la ¡m-
Finura 2.29. Esquema iónico de la parle secuencial en una estructura de divergencia y convergencia
en aOo.
08
ce
B9
010-
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030 •
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850
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R 050
28
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d i u ñ o dk a u t o m a t is m o s
LÓGICOS
posibilidad de finalizar simultánea­
mente todos los caminos, habiendo
iniciado sólo uno.
l..n la obtención del esquema lógico
.i. la parte secuencial. las únicas etapas
qt e merecen comentario son las que
se encuentran inmediatamente antes o
Jespués de la divergencia y convergen-
.ut. pues las demás son simplemente
arte de una estructura lineal, que ya
emos estudiado. Así pues, en la figura
2 2d se han representado los esquemas
^ la parte de control secuencial co-
;spondientes al gráfico de la figura
2 28. incluyendo sólo dichas etapas.
Como detalles más significativos de
figura 2.29, puede observarse que:
- L.a desactivación de la etapa previa
a una divergencia se produce al
activarse una cualquiera de las
etapas siguientes, según una ecua­
ción lógica en «O»:
R ESET B9 = Q10 + Q20 + Q30
(«O» de todas las ramificaciones
divergentes)
— La activación de la etapa siguiente
a una divergencia depende de la
etapa previa y de la condición par­
ticular del camino activado, como
si se tratara de una secuencia lineal:
SET B10 = Q9 •(C9-I)
La activación de la etapa siguiente
a una convergencia depende de
las etapas previas según una ecua­
ción lógica en «O»:
SET B40 = Q19 •C19 + Q25 C25
O» de todas las ramificaciones
concurrentes)
* 1 1J . Divergencia y convergencia en «Y»
La divergencia y convergencia en
i . a las que llamaremos conjunta­
mente bifurcación en «Y», forman una
-- rjetura en la que existen los siguien-
-. elementos (figura 2.30):
Una divergencia en «Y» en la que
se inician varios caminos o subpro-
>:esos que deben iniciarse simultá­
neamente cuando se cumpla una
determinada condición de transi­
ción común (C9 en el gráfico de la
figura 2.30).
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— C o n v e r g e n c i a e n Y
34
Figura 2.30. Divergencia y convergencia en «Y».
2) Una serie de caminos simultáneos
con una macrocstructura lineal,
aunque pueden contener otras es­
tructuras más complejas.
3) Una o más confluencias en «Y» de
dichos caminos, de manera que la
macrocstructura debe ser global­
mente cerrada.
Esta estructura se prevé para repre­
sentar procesos que se inician simul­
táneamente, se ejecutan de forma in­
dependiente con distintos tiempos y
condicionan la continuación del pro­
ceso en tanto no hayan terminado to­
dos ellos. Como ejemplo tenemos el
caso de una estación de mecanizado,
con un plato giratorio de tres posicio­
nes, una para alimentación y evacua­
ción de piezas, otra para taladrado y la
tercera para roscado. Las tres operacio­
nes se inician simultáneamente y no
puede proseguir el proceso en tanto no
hayan terminado las tres operaciones o
tareas. La continuación consiste en dar
1/3 de vuelta al plato e iniciar otro ciclo
si se desea (figura 2.31).
Al igual que se dijo para las bifur­
caciones en «O», no es imprescindible
que los subprocesos simultáneos que
parlen de una misma divergencia de­
ban confluir en una misma convergen-
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PROOltAMABLES
Figura 2.J1. Ejemplo de proceso que requiere bifurcaciones en uV» (Cortesía de Telemecanique).
cia. Lo que sí es imprescindible es que
el gráfico, visto globalmente, sea cerra­
do.
Las propiedades que cumplen las
convergencias y divergencias en «Y»
son las siguientes:
A) A partir del punto de divergencia
el proceso evolucionará por varios
caminos a la vez, ejecutando varias
tareas simultáneamente.
B) La condición de transición para ini­
ciar las tareas simultáneas es única
y común para todas ellas.
C) A nivel de gráfico global, los dis­
tintos caminos iniciados como di­
vergencia en «Y» deben confluir en
uno o más puntos de convergencia
en «Y». Dicho de otra forma, la es­
tructura debe ser globalmente ce­
rrada y no pueden existir caminos
abiertos, ya que esto denotaría si­
tuaciones sin posible salida.
Se excluye también que los ca­
minos de una divergencia en «Y»
puedan concurrir en una conver­
gencia en «O». En realidad las re­
glas del G R A F C E T no prohíben
explícitamente esta situación, pero
en caso de cerrar una divergencia
en «Y» con una convergencia en
«O» se podrían activar varias etapas
consecutivas de una estructura li­
neal que estuviera a continuación
y esto está en desacuerdo con la
regla A del apartado 2.11.1.
D) La convergencia en «Y» impone de
por sí una condición de transición:
todas las tareas que confluyan en
ella deben haber terminado para
que el proceso pueda continuar. Por
tanto, a la hora de comprobar la
regla A6 del apartado 2.8. puede
considerarse a todos los efectos que
una convergencia «Y» equivale a
una transición. Esto no impide que
puedan existir condiciones adicio­
nales, aparte de la propia de con­
vergencia, tal como se ha supuesto
en la figura 2.30 con las condicio­
nes C A y CB.
En caso de que no existieran di­
chas condiciones adicionales puede
escribirse también CA=1 o CB=1,
para indicar esta circunstancia. Es
frecuente utilizar este criterio, ha­
ciendo que las últimas etapas pre­
vias a la convergencia «Y» sean
simplemente etapas de espera, don­
de no se desarrolla ninguna tarea
específica más que esperar que ter­
minen las otras tareas que conflu­
yen en ella.
En la figura 2.32 se ha representado
el esquema lógico de la parte secuen-
cial correspondiente al G R A F C E T de
la figura 2.30. Las únicas etapas que se
han considerado son las que se en­
cuentran inmediatamente antes o des­
pués de la divergencia y convergencia,
pues las demás son simplemente parte
de una estructura lineal, que ya hemos
estudiado.
Como detalles más significativos de
la figura 2.32, puede observarse que:
— La etapa previa a una divergencia
«Y» no debe desactivarse hasta
que se hayan activado todas las
etapas siguientes, según una ecua­
ción lógica en «Y»:
R E S E T B9 = Q10 Q20 Q30
(«Y» de todas las ramificaciones
divergentes)
— La activación de cualquier etapa
inmediatamente después de una
divergencia depende de que este
activa la etapa inmediatamente
anterior y de la condición de tran­
sición común.
SET B10 = Q9 C9;
SET B20 = Q9 •C9;
SET B30 = Q9 •C9
— La activación de la etapa siguiente
a una convergencia «Y» depende
de que estén activas todas las eta­
pas previas y eventualmente de al­
guna condición adicional (C A o
C B en nuestro ejemplo).
SET B40 = Q19 Q25 -CA
(«Y» de todas las ramificacione?
concurrentes)
SF.T B50 = Q47 Q34 ■CB
2.12. DIAGRAM AS D E F L U JO Y
D IAGRAM AS GRAFCET
Para el lector habituado a trabaja-
con los clásicos gráficos de flujo em­
pleados en informática, puede ser in
teresante establecer una comparación
entre éstos y el G R A F C ET . haciende
resaltar algunas diferencias esenciak-
que existen entre ambos.
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O ISIÑ O DK AUTOMATISMOS
LÓGICOS
Qfl -
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Q10-
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Q19-
075-
CA-
Q¿1
& S CU.0
R QiÓ
Figura 2.32. Esquema lógico de la parle secuencial en una estructura de divergencia y convergencia
*n «Y» (corresponde a la figura 2.30).
) Un gráfico de flujo representa una
sucesión de tareas que se ejecutan
secuencialmente a la velocidad del
procesador, m ientras que un
G R A F C E T es una sucesión de ta­
reas, eventualmente controladas por
un procesador, pero que se ejecu­
tan a la velocidad impuesta por el
proceso. En general, pues, durante
el tiempo de actividad de una etapa
G R A F C E T el procesador ejecuta
muchos barridos del gráfico funcio­
nal completo.
B) Un gráfico de flujo representa, en
general, procesos monotarea, mien­
tras que en G R A F C E T es perfec­
tamente lícito representar tareas si­
multáneas (divergencia y conver­
gencia en Y). Dicho de otra forma,
no existe una estructura en diagra­
mas de flujo para representar tareas
simultáneas.
Para clarificar mejor este concep­
to, cabe decir incluso que un mis­
mo procesador puede ejecutar a la
vez varios gráficos funcionales, que
pueden estar relacionados entre si
o ser completamente disjuntos.
C) Como consecuencia de lo anterior,
un bucle en un diagrama de flujo
implica que sólo se está ejecutando
la parte de programa interior al bu­
cle, hasta que se cumpla la condi­
ción que permita salir de él, mien­
tras que en G R A F C E T se explora
la totalidad del programa, con in­
dependencia de que se cumplan o
no las condiciones de transición.
D) Un G R A F C E T debe separar las ac­
ciones combinacionales de las se­
cuenciales, mientras que en un grá­
fico de flujo no existe tal distinción,
E) Un diagrama de flujo no contiene
información suficiente para deducir
de él el programa de forma univoca,
mientras que el G R A F C E T permite
una «compilación» directa a pro­
grama máquina.
A pesar de estas diferencias, que no
deben pasarse por alto, resulta intere­
sante desarrollar en G R A F C E T algu­
nas de las estructuras habituales en
programación estructurada. Tal como
se ha dicho, el G R A F C E T permite re­
presentar cualquier estructura lógica se­
cuencial a partir de las tres estructuras
básicas estudiadas anteriormente, tal
como se puede ver en los ejemplos si­
guientes:
Pueden obtenerse diversas estructu­
ras de saltos y bucles basándose casi
siempre en la estructura simple de di­
vergencia y convergencia en «O». Asi,
por ejemplo, pueden obtenerse saltos
condicionales, ya sea hacia etapas pos­
teriores o hacia etapas anteriores, según
se muestra en la figura 2.33.
Figura 2.33. Saltos y hueles: a) Salto adelante,
b) Salto atrás.
10 10
CIO- c,°
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C20
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C 20
o I Sallo adelante b| Salto atrás
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Figura 2..14. Huele can comprobación final:
«REPF.AT UNffl. X».
De forma similar podrían obtenerse
bucles con estructuras típicas como
« W H IL E DO», «RF.PEAT U N TIL»,
«FO R N EXT», etc., según se muestra
en las figuras 2.34 a 2.36.
La propia estructura «1F...THEN...
ELSE. .ELSE...» o las de tipo «C A SE»
son directamente equivalentes a una
bifurcación en «O», con una rama para
el «IF» y una para cada «ELSE».
A las anteriores hay que añadir el
concepto de subrulina o procedimien­
to, que en G R A F C E T se obtiene con
el concepto extendido de macroetapa
tal y como lo hemos definido en el
apartado 2.10. Recuérdese que la nor­
ma del G R A F C E T no admite utilizar
el concepto de macroetapa como si­
nónimo de subrulina, pero en cambio
no impide que existan varias etapas ini­
ciales ni que dos gráficos funcionales
Figura 2.35. Bucle con comprobación inicial:
«WHILE... DO».
Figura 2.36. Equivalente en GRAFCET a un
bucle «FOR NEXT».
puedan tener condiciones de transición
cruzadas (figuras 2.19 y 2.27).
2.13. ETAPAS IN IC IA LES,
PR EPO SIC IO N A M IEN T O Y
ALARM AS
Uno de los problemas que debe re­
solverse al plantear un problema de
automatización de un proceso es el de
inicializar dicho proceso en el momen­
to de arranque inicial (arranque en frió)
y el de establecer cómo debe rearrancar
en condiciones anómalas como pueda
ser la pérdida de tensión del sistema de
control con salvaguarda de datos
(arranque en caliente). Este problema
recibe el nombre genérico de «trata­
miento preliminar».
Para establecer el comportamiento
del sistema de control en estos casos
singulares se incorporan ciertas varia­
bles internas capaces de detectar el es­
tado de servicio del propio sistema, co­
nocidas habitualmenle como variables
de sistema.
La estructura com pleta de un
G R A F C E T quedará, pues, formada por
tres grandes bloques: tratamiento pre­
liminar, tratamiento secuencial y tra­
tamiento combinacional o posterior,
según se muestra la figura 2.37.
El tratamiento preliminar se ejecuta
sólo en el primer ciclo después de un
arranque, distinguiendo entre arranque
en frió o arranque en caliente y permite
rciniciar el proceso a partir de sus eta­
pas iniciales (caso más frecuente en el
arranque en frío) o posicionarlo en
otras etapas intermedias para proseguir
un proceso interrumpido en condicio­
nes anómalas (caso de arranque en ca­
liente, con memoria de datos que per­
mita continuar el proceso). En el úl­
timo caso las variables de sistema 
cventualmcnle los datos memori/ados
suelen emplearse para decidir el pre-
posicionamiento del sistema.
El tratamiento secuencial se ejecuta,
en general, cíclicamente en condiciones
normales de funcionamiento y resuelve
las distintas fases de evolución que
debe seguir el proceso.
El tratamiento combinacional queda
también incluido dentro del ciclo nor­
mal de ejecución y contiene todas las
acciones a ejecutar en cada una de la-.
etapas del proceso.
Otro aspecto a contemplar es el de
posibles condiciones anómalas de fun­
cionamiento, ante las cuales se desea
generalmente que el sistema de control
reaccione de distintas formas, depen­
diendo de la gravedad de la anomalía.
Si se quisieran contemplar estas con-;
diciones en el G R A F C ET , cada etapa
debería tener al menos dos salidas (di­
vergencia en O), una para evolución
normal y otra para responder a con­
diciones de alarma. Sin embargo, si se
Figura 2.37. Estructura general de ejecución de:
GRAFCET.
32
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quiere dibujar esto resulta un gráfico
funcional excesivamente complicado.
Así pues, se opta generalmente por re­
presentar en el gráfico funcional sólo
la evolución normal del proceso y se
da por entendido que dicho funcio­
namiento normal puede ser «interrum­
pido» en cualquier etapa por una con­
dición genérica de alarma.
El útil para efectuar un tratamiento
sistemático de los arranques, paradas,
preposicionamientos y alarmas es el co­
nocido con el nombre G EM M A , que
se estudia en el apartado siguiente
2.14. PU ESTA S EN MARCHA Y
PARADAS: G EM M A
Hemos insistido varias veces en que
el desarrollo y explotación de sistemas
lülomáticos de producción requiere el
empleo de útiles metódicos, con un vo­
cabulario preciso y una aproximación
s stemática y guiada, donde se reflejen
runto por punto los procedimientos a
..Tiplear a modo de un «check list».
En lo que se refiere al desarrollo de
a parte de mando, hemos visto que el
■rR A FC ET es un útil adecuado para
r io. pero es preciso partir de unas es­
: ecificaciones precisas y prever posi-
” les condiciones anómalas. En otras
relabras, las especificaciones son la
materia prima» a partir de la cual
construimos un proyecto. Unas espe-
. (¡cationes incorrectas o incompletas
nos llevarán a un resultado final in­
correcto. Es necesario, pues, un útil
revio que nos permita generar unas
especificaciones correctas, asegurando
:ue no dejan situaciones imprevistas y
■contienen incoherencias.
Uno de los intentos de creación de
: cho útil ha sido llevado a cabo por
n equipo de investigadores impulsado
in Francia por A D E P A (Agence pour
i DÉveloppement de la Productique
Nppliquée) y ha dado como resultado
i creación del G E M M A (Guide d’Étu-
r des Modes de Marches et d’Arréts).
El G E M M A es un método para el
:«tudio de las posibles situaciones de
' archa y parada en que puede encon-
~arse la parte operativa (PO) de un pro-
:so (ver apartado 2.7) y las formas de
solucionar de unas a otras. Para ello
apoya en un útil gráfico que repre-
cnta una serie de estados tipificados
de la PO y muestra las posibles formas
de evolución de unos a otros.
A continuación presentaremos los
principios de este útil, aunque nece­
sariamente en forma resumida. Para
ampliar los conceptos aquí desarrolla­
dos remitimos al lector a la referencia
[6],
2.14.1. Elementos de base
La aplicación práctica del G E M M A
se apoya en un útil gráfico, que consta
de los siguientes elementos:
A) Rectángulos de estado, donde se de­
finen una serie de situaciones ti­
pificadas, que se suelen dar en cual­
quier automatismo. La figura 2,38
muestra los estados normalizados
que deberán analizarse siempre. En
caso de que el automatismo a di­
señar disponga de alguna situación
o estado especial, debería incluirse
en el marco de alguno de los pro­
puestos. Puede ocurrir también que
alguna de las situaciones tipificadas
no tenga sentido para el automa­
tismo que estamos diseñando; en
tal caso se tachará el cuadro co­
rrespondiente.
B) Familias de estadas. El conjunto de
estados posibles de un sistema se
agrupan en tres familias:
— Familia A: Estados de paro.
— Familia F: Estados de funciona­
miento.
— Familia D: Estados de fallo.
Desde otro punto de vista, se di­
vide el total de estados en dos gran­
des grupos: producción y fuera de
producción (figura 2.39).
Se dice que un sistema está en
producción cuando cumple el obje­
tivo para el cual ha sido diseñado y
fuera de producción en caso contra­
rio. Obsérvese que los términos «en
producción» y «en estado de funcio­
namiento» tienen significados distin­
tos. En efecto, se puede estar en pro­
ducción teniendo todo o parte del
sistema en estado de paro (paro por
fin de ciclo, por ejemplo) o se puede
estar en funcionamiento sin estar en
producción (preparación de máqui­
na. por ejemplo).
C) Lineas orientadas. Estas líneas con­
templan todos los pasos posibles de
una situación o estado a otro Ln
la propia línea se marcará el sentid'
de paso.
D) Condiciones de evolución. que in­
dican si el paso de un estado a otro
está condicionado o si se debe to­
mar alguna acción previa. Al con­
trario de lo que ocurría en el
G R A F C LT . estas condiciones en­
tre estados pueden o no existir. F.n
caso de no existir, se entenderá que
el paso es Incondicional, sin ningún
requisito previo.
El método de diseño consiste en que
el diseñador rellene el gráfico estándar
de la figura 2.38, lo cual le obliga a pre­
ver una serie de posibilidades que, de
otra forma, podrían pasar inadvertidas
y, eventualmente, pueden obligar a in­
cluir sensores o controles adicionales
para prever la evolución controlada en­
tre algunos de los estados.
Como se lia dicho, es perfectamente
admisible considerar alguno de los es­
tados normalizados como imposible o
añadir algún otro no previsto, bien en­
tendido que esto supone una elección
deliberada del diseñador y no responde
a un descuido. Esto es asi, sobre todo,
en estados como test, rearranque au­
tomático, ciertos preposicionamientos,
etc. Hay que matizar, sin embargo, que
no debería admitirse como imposible
ningún estado de fallo o de paro de
emergencia.
2.14.2. Estados de funcionamiento
La familia de estados de funciona­
miento comprende todos aquellos por
los que debe pasar la parle operativa
para obtener el resultado deseado del
proceso. Así, forman parte de esta fa­
milia los estados preparatorios de pro­
ducción, los tests o controles previos o
posteriores y, en gran parte, los propios
del proceso. Concretamente, el gráfico
contempla los siguientes estados'nor­
malizados (figura 2.38):
F l (Producción normal)
Éste comprende las etapas para la
obtención del proceso propiamente di­
cho, Este estado se representa en el
gráfico G E M M A por un rectángulo en
trazo más grueso. El proceso a efectuar
se define en términos de un diagrama
G R A FC ET . denominado «de base»
AUTÓMATAS
PROGRAM A IILKS
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l'5 ( Verificación de marcha cu urden)
Permite verificar paso a paso o de
idrma continua ciertos movimientos o
partes del proceso, respetando el orden
nabitual del ciclo, ya sea produciendo
0 en vacio.
f'6 (Marcha de test)
Permite el reajuste o calibración de
ciertos sensores o la ejecución de cier-
1js operaciones de mantenimiento prc-
entivo, correcciones por desgaste, etc.
2.14.3. Estados de paro
Dentro de la familia de estados de
aro se consideran todos aquellos que
ietienen el funcionamiento del pro-
aso. La familia comprende los siguien-
estados normalizados:
í / (Paro en estado inicial)
Estado inicial de reposo de la parte
«perativa. Se suele corresponder con
.as etapas iniciales del G R A FC ET . El
c.tángulo correspondiente del gráfico
íE M M A se dibuja también con doble
trazo.
i Demanda de paro a ,final de ciclo)
Cuando se solicita este paro, la má-
_jina debe continuar hasta el final de
.•do y finalmente detenerse. Se trata,
~ues, de un estado transitorio hacia Al.
(Demanda de paro en un estado
.¡•terminado)
Cuando se solicita este paro, la má-
c na debe continuar hasta detenerse
11 un estado determinado, distinto del
n de ciclo. Se trata de un estado tran-
• >rio hacia A4.
' - iParo en estado intermedio)
La máquina está detenida en un es­
tán distinto del inicial y del final.
) (Preparación de arranque después de
■i" tallo)
Fn este estado deben efectuarse las
reraciones necesarias para una nueva
ruesta en marcha.
'h IInicialización de la parle operativa)
Estado en el que se prepara la par­
: operativa para efectuar un rearran-
^uc desde las condiciones iniciales. Se
ata, pues, de un estado transitorio ha-
ua A l.
A l (Preposicionamiento de la parte
operativa)
Estado en el que se prepara la parte
operativa para efectuar un rearranque
desde unas condiciones cualesquiera,
distintas de las iniciales. Se trata, pues,
de un estado transitorio hacia A4.
2.14.4. Estados de fallo
Esta familia comprende todos aque­
llos estados de paro por fallo de la parte
operativa o de marcha en condiciones
anómalas. Los estados normalizados
dentro de esta familia son:
D I (Paro de emergencia)
En este estado debe preverse: un
paro lo más rápido posible y otras ac­
ciones necesarias para limitar las con­
secuencias del fallo, tanto desde el pun­
to de vista de la producción como de
la seguridad humana.
1)2 (Diagnóstico y/o tratamiento del
fallo)
Incluye las acciones a ejecutar para
averiguar el origen del fallo. Lógica­
mente la salida de este estado debe
evolucionar hacia A5 o evenlualniente
hacia D3.
D3 (Seguir en producción con fallo)
Este estado corresponde al caso de
necesidad o conveniencia de continuar
la producción en caso de ciertos fallos,
incluso aceptando una degradación de
la calidad o pérdida total del producto.
Se incluye también la posibilidad de
intervención de operadores humanos
para suplir ciertas disfunciones del sis­
tema automático.
2.15. M ÉTO D O G EN ERA L DE
D ISEÑ O BASADO EN G EM M A
La secuencia típica aplicando el mé­
todo sistemático de diseño comprende
las siguientes fases:
Ai — Estudio de las acciones del pro­
ceso,
— Definición del ciclo normal de
producción.
— Formulación del G R A F C E T de
base.
B) — Definir la parte operativa (accio­
namientos y sensores).
— G R A F C E T operacional, con de­
finición de la parte operativa.
C) - Definir los modos de marcha y
paro con ayuda del GF.M M A.
D) - Definir, con ayuda del G E M ­
MA, de las condiciones de evo­
lución entre los distintos estados
de funcionamiento, parada y fa­
llo.
— Definir la comunicación hom­
bre-maquina (pupitre de mando)
y comunicación con otros con­
troladores de proceso.
— Formulación del G R A F C E T
completo.
F.) — Escoger la tecnología del mando
(eléctrico, neumático, electróni­
co, programable o no. etc.).
F) — Concepción del esquema o pro­
grama de mando.
Figura 2.40. Bucles Je evolución en GEMMA.
35
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AUTÓMATAS
raO O R A M A ftllf
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DISEÑO DE AUTOMATISMOS
LÓOICOS
dueción normal o hacia el estado 1)1
de alarma (figura 2.43).
Sin embargo, no se suele utilizar este
tipo de representación por la complc-
idad que añade a los G R A F C E T de
lorma innecesaria.
Los autores del G E M M A proponen
dos posibles formas de evolución a par­
ir dé un paro de emergencia:
) Bloqueo inmediato de todas las sa­
lidas de acción y entrar en un
G R A F C E T de alarma genérico,
donde se decidirá la evolución pos­
terior.
B> Con secuencia especifica de emer­
gencia, lo cual obliga a introducir
en todas y cada una de las etapas
del G R A F C E T una posible salida
hacia una etapa de emergencia.
La elección de uno u otro método
ependerá. en general, del número lo-
i¡ de etapas del G R A F C E T y de las
tficullades de entrelazar las distintas
¿reas con el paro de emergencia. En
jüiómatas programables se suele ent­
ra r el primer método, ya que se dis-
- ne de variables de sistema o incluso
:e instrucciones especificas que per-
ten una fácil ¡mplementación del
mismo.
117. E JE M P L O D E D ISEÑ O
Para resumir el método general de
: 'Cño desarrollaremos un ejemplo sen­
. ¡ o basado en los útiles gráficos del
C.EM M A y G R A FC ET . Para realizar
ejemplo hemos escogido una parte
J ; una planta embotelladora, que com-
,'ide las secciones de carga, llenado
• .¡ponado y hemos aplicado los prin-
. ->os expuestos en el apartado 2.15.
I I 7.1. Fases A y B de diseño
La figura 2.44 muestra esquemáti-
. ' ente la máquina, con estas partes:
Estación de cania: Los recipientes
llegan por una cinta y se transfie­
ren a la cinta de máquina a través
del cilindro neumático A.
- Avance cinta: La cinta de máquina
avanza un paso con el cilindro B.
El acoplamiento de piñón y cre­
mallera avanza sólo de izquierda
Figura 2.43. Tratamiento de alarmas y estados
de fallo.
a derecha, es decir, cuando el ci­
lindro B retrocede no arrastra la
cinta hacía atrás.
— Estación de llenado: El llenado lo
efectúa un dosificador volumétri­
co controlado por el cilindro C y
una válvula D.
Estación de taponado: La opera­
ción de taponado consiste en la
transferencia del tapón mediante
el cilindro G. aproximación me­
diante el cilindro E. El tapón que­
da retenido en el receptáculo, se
retiran los cilindros G y E y pos­
teriormente se rosca el tapón
aproximando nuevamente E y ha­
ciendo girar el tapón mediante el
motor neumático F.
Sensores: Inicialmente se ha pre­
visto que cada cilindro lleve un
sensor final de carrera, identifi­
cado por la misma letra (en mi­
núscula) y el subíndice I o 0, se­
gún este extendido o replegado,
Asi. por ejemplo, el sensor a, in­
dica cilindro A extendido y a„ ci­
lindro A replegado,
El cilindro E, como caso es­
pecial. lleva un detector de pre­
sión (e,) para detectar que el ta­
pón ha llegado a tope en la trans­
ferencia o durante el roscado del
tapón a! recipiente.
Obsérvese que en estas fases se han
definido algunos accionamientos y sen­
sores. pero no todos. A medida que se
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Diseno automatismo logicos

  • 1. 2. DISEÑO DE AUTOMATISMOS LÓGICOS 2.1. INTRODUCCIÓN La creciente complejidad de los pro­ cesos y la disponibilidad de controla­ dores más potentes y con mayor nú­ mero de funciones, obligan a replan­ tearse los métodos de diseño de los sis­ temas de control. Tradicionalmente, los automatismos a base de relés han sido diseñados con métodos intuitivos a base de ensayo y error, métodos que se han seguido em­ pleando en los autómatas programa- bles, debido quizás a que muchos de ellos eran y siguen siendo programa- bles a base de dibujar un esquema de contactos. Sin embargo, la disponibi­ lidad de estos y otros sistemas digitales más potentes, con bloques funcionales más complejos que un simple relé (re­ gistros de desplazamiento, contadores bidireccionales, comparadores, etc.) obliga al empleo de métodos de diseño más globales y sistemáticos. F.n defi­ nitiva, más adaptados a las nuevas tec­ nologías. Muchas de las variables y fun­ ciones que se manejan en los autó­ matas, por ejemplo, no son siquiera re- presentables en un esquema clásico de relés. Por otro lado, en un mismo auto­ matismo coexisten elementos de tipo electromecánico, neumático, hidráuli­ co, electrónico, etc., y esto hace ne­ cesario utilizar modelos y herramientas de diseño que permitan una represen­ tación y tratamiento común de todos ellos para poder hacer un estudio glo­ bal del sistema de control y la planta. La clave de un método de diseño «sistemático» y que permita un trata­ miento global del sistema, está preci­ samente en interesarse por los «esta­ dos» posibles de cada componente o bloque más que por su naturaleza fí­ sica. Aun asi cabe distinguir distintos tipos de bloques, que tendrán un tra­ tamiento con métodos específicos tal como se Índica a continuación. Un componente o bloque del cual nos interesa sólo distinguir dos estados posibles lo trataremos como un sub­ sistema Iónico. Por ejemplo, un inte­ rruptor abierto o cerrado, un circuito que conduce o no conduce, un motor en marcha o parado, una presión o temperatura mayor o menor que un li­ mite, etc. Se suele identificar el estado de un componente lógico con una va­ riable Iónica representada matemática­ mente por un 6/7, que toma sólo los valores 1 y 0. Por otro lado, un componente o blo­ que en el que interese distinguir varios estados posibles lo trataremos como subsistema ilinital. siempre que el nú­ mero de estados posibles sea finito y. por tanto, numerable. Este conjunto de estados se representa por una variable numérica y cada estado viene represen­ tado por un nrupo ¡le bits. Finalmente, quedarían los compo­ nentes analónicos, en los que teórica­ mente habría que distinguir infinitos estados posibles. Sin embargo, muchos sistemas de control utilizan actualmen­ te métodos numéricos para el trata­ miento de magnitudes analógicas, trun­ cando su valor a un número limitado de cifras decimales (dependiendo de la resolución deseada) y, por tanto, li­ mitándose a tratar un número finito de estados. De esta forma, las magnitudes analógicas pueden ser tratadas median­ te sistemas de control digitales. Los au­ tómatas programables son un buen ejemplo de ello, ya que mediante con­ vertidores analógico/digitales suelen convertir las magnitudes analógicas en valores numéricos y, así, podemos de­ cir que se trata de un sistema digital que procesa magnitudes analógicas, con un cierto grado de resolución. La tabla 2.1 presenta de forma es­ quemática la división de los sistemas según el tipo de variables e indica cuá­ les son las herramientas de diseño em­ pleadas en el supuesto de utilizar con­ troladores de tipo lógico-digital. Tabla 2.1. Modelos pura tratamiento genérico de automatismos. SISTEMAS AUTOMATICOS PARTES TIPOS MODELO VARIABLES ('TILES DE DISEÑO S IS T E M A D E C O N T RO L + A C C IO N A M IEN T O S + PLA N T A C O M P O N E N ! ES 0 B LO Q U ES TO D O 0 N A D A 2 EST A D O S L Ó G IC A S T IPO B IT 1 o 0 FU N C . LÓ G IC A S G R A F C E T A N A LO G IC O S N U M E R IC O S N. FIN IT O D E E ST A D O S N U M E R IC A S TIPO R E G IS T R O (B IN A R IO , BCD. A SC II) FU N C . LÓ G IC A S G R A F C E T O P A R IM F T IC A S T E X T O S F T R A N S F E R E N C IA T R A N S F L A P l.A C E T R A N S E Z www.FreeLibros.me
  • 2. DISEÑO D I AUTOMATISMOS LÓGICOS En este capítulo presentaremos los métodos de diseño específicos para sis­ temas lógicos y en el siguiente trata­ remos de los sistemas en que intervie­ nen variables numéricas. Los primeros se diseñan con métodos basados en el álgebra de Boole y requieren un cierto conocimiento del sistema de numera­ ción binario y de las operaciones con bits y registros, l iemos considerado que sobre estos temas básicos existe una bibliografía suficientemente amplia y detallada y. por tanto, en este texto nos limitaremos a dar unos resúmenes en ios anexos I y 2, remitiendo al lector a las referencias [1] y [2), por ejemplo, para más detalles sobre dichos lemas. 2.2. M O D ELO S Y FU N C IO N ES DE TRANSFERENCIA En el apartado anterior hemos in­ dicado ya la necesidad de métodos sis- Figura 2.I. Modelos de sistemas lógicos. a) Modelo psqüema de reles o b) Modelo con puertas lógicas LOD A AND B LODN C CRN D AND E OR LOD OUT 5 A Hl B II S I H c) Modelos con lista de instrucciones o diagrama de contactos utilizado en autómatas 5 - A B + (C + D) •E d) Modelo matemático mediante función lógica V 1á■ COMPONENTE £V =0,1V <1 71 ir t I P1 P2 ov ©T OC VARIABLES LÓGIC&S 0 ' Abie-to 1 Cebado 0 - Bobina str> tensión 1 - Bobino con tensróo 0 - A * - A * 0 Pq'O 1 - M a r c h o 0 - T em p eratu ra < X °C 1 - Tem p eratura >X °C 0 - Nivel ¿ h 1 - N i v e l > h 0 - C a u d a l = 0 1 Cauda* > 0 VARIABLES NUMERICAS Ve n.iv 1 - 5 A V -- * x % * i v ) tQn- * * * •1*1 P 1: x x * x ( b a r ) PJ z x x x x (b a r > n = x x x x (r p.rn ) M r - x x * * ( n v k g ) T : n n ( 0C) N i v e l = xx x x ( m ^ ) h s x x * x ( m ) Q z ** * » ( f n } / h l Figura 2.2. Variables lógicas y numéricas. temáticos y herramientas de diseño que permitan un estudio global de los sis­ temas de control, con cierta indepen­ dencia de su naturaleza fisica. Dichos métodos se basan en el empleo de mo­ delos, entendiendo como tal cualquier tipo de representación de tipo mate­ mático o gráfico, que permita deducir el comportamiento del sistema ante unas condiciones de entrada determi­ nadas. Así, por ejemplo, los esquemas de relés o los esquemas lógicos a base de puertas son modelos gráficos de los sis­ temas que representan, en tanto que permiten predecir el comportamiento de los mismos. De la misma manera, la función o funciones lógicas que re­ lacionan las entradas con las salidas del mismo sistema constituyen un modelo matemático de éste. Extrapolando el criterio podríamos decir que el progra­ ma de un autómata es un modelo del sistema de control que implementa, ya que define perfectamente su compor­ tamiento. La figura 2.1 muestra, a titulo de ejemplo, algunos modelos habitual­ mente empleados en el campo de la automatización con tecnología eléctrica o electrónica. El concepto de modelo no es exclu­ sivo de los sistemas lógicos; en el pró­ ximo capítulo trataremos con modelos de sistemas digitales o incluso de blo­ ques analógicos. Por ejemplo, las ex­ presiones matemáticas que relacionan el par y la velocidad de un motor con la tensión y la corriente permiten ob­ tener un modelo del comportamiento del motor. Debemos aclarar que el modelo no depende estrictamente del componente o sistema, sino de lo que deseemos «observar» del mismo. Como ejemplo, la figura 2.2 representa una serie de componentes y algunas de las variables en las que podemos centrar nuestro In­ terés; en unos casos se trata de varia- www.FreeLibros.me
  • 3. AUTÓMATAS PftOORAMABLKS bles lógicas, representadas por 0 y I y en otros casos de variables numéricas, representadas en sistema de numera­ ción decimal, binario, hexadecimal u otro. Así, por ejemplo, en el caso del motor, nos puede interesar simplemen­ te si está en marcha o parado, lo cual se representaría por una variable lógica, o podemos estar interesados en co­ nocer su velocidad y su par y entonces debemos utilizar variables numéricas para representar estas magnitudes. En un mismo sistema pueden mez­ clarse, y de hecho es común que asi suceda, variables de tipo lógico y de tipo numérico. Aún más, existen ope­ raciones con variables numéricas que pueden dar como resultado una varia­ ble lógica, como es el caso de las ope­ raciones de comparación ( > , ;> , etc.). Como ejemplo, en la figura 2.3 hemos representado un sistema completo de control de rumbo, donde se mezclan variables de distintos tipos. El estudio de tales sistemas se hará dividiéndolos en subsistemas o bloques más simples y tratando cada parte con el modelo y los métodos de diseño que les corres­ ponda. F.I diseño sistemático, en contrapo­ sición a los métodos más o menos in­ tuitivos, pasa casi siempre por estable­ cer un modelo de tipo matemático y unas reglas de operación que no ad­ mitan ambigüedades. Por otro lado, la forma de hacer un tratamiento gené­ rico de todas las partes de un sistema, cualesquiera que sean sus componen­ tes y la tecnología empleada, se basa en los siguientes principios: a) Dividir el sistema en bloques. En un primer estudio, estos bloques pue­ den ser muy globales y posterior­ mente, cuando se avanza en el es­ tudio, pueden ser divididos a su vez en bloques más elementales, hasta llegar al nivel de componentes. b) De cada bloque nos interesan sólo las magnitudes de entrada y las magnitudes de salida. c) Cada magnitud de entrada o salida se representará por una variable. Es­ tas variables podrán ser de tipo ló­ gico o numérico, según la propiedad que interese observar. d) Hallar, para cada bloque, la función que relaciona las variables de entra­ da y de salida, denominada /'unción (le transferencia, Dichas funciones podrán ser de tipo Iónico, algebraico o numérico, según la naturaleza del bloque que representen, e) A todos los efectos, dos bloques que tengan funciones de transferencia idénticas se considerarán idénticos, con independencia de los compo­ nentes que los formen e incluso de la tecnología empleada en su im- plementación. Una vez establecidos estos principios fundamentales, podemos planteamos el estudio del sistema de control desde dos puntos de vista: el análisis y la sín­ tesis. El análisis parte de un sistema pre­ viamente construido y pretende pre­ decir su comportamiento o, lo que es lo mismo, pretende obtener sus salidas, conocido su estado inicial y las entra­ das. El proceso a seguir, según se ilus­ tra en la figura 2.5, consta de los si­ guientes pasos: • Identificar los componentes. • Conocer para cada uno el modelo de Finura 2.3. Sistema de control con magnitudes y variables de distintos tipos. COMPONENTE ENTRADA SALIDA MODELO m a g n it u d TIPO MAGNITUD TIPO MAGNITUD TIPO DE V A RIA BLES BU Q U E Rumbo deseado Analógico Rum bo seguido Analógico «s N UM ÉRICAS CAPTADOR MAGNÉTICO Orientación Analógico Tensión A nalógico c< 2 . Vp N U M ÉRIC A S SELECTOR DE RUMBO Botón m ando Anológico Tensión Analógico CK, Vr N U M ÉRIC A S c o m p a r a d o r > oc> Analógico Tensión Lógico Va >Vf 1 Vp >VR 0 NUM ÉRICAS- LÚGICAS A ♦V Lógico C o n ta c to Lógico C e rra d o 1 A b ierto 0 LOGICAS B -V Lógico C ontacto EIECTROVÁLVUIAS Tensión Logico Presió n Lógico Pre sió n + P re s ió n — LÓGICA5 CILINDRO Presión Lógico Desplazamiento Analógico Po sició n ém bolo LÓGICAS- NUM ÉRICAS TIMÓN Posición A nalógico Rumbo seguido Analógico 0 o< 2 N U M ÉR IC A S 12 www.FreeLibros.me
  • 4. DISKÑO D I AUTOMATISMOS LÓGICOS M O DELO Ü - I H SU BSISTEM A S - - i c e - ' — C23 X< - X2- Xn ' TABLAS DE VERDAD r.o Atmc. p.c c 11 icxir iaUnArv)j ww r LUCINLIA r~i iMriZMICC MCEUNCIÜNth DE t r a n s f e r e n c ia ■—► Y< Yz F N TRAD AS SIST EM A DE CONTROL S A LID A S VA RIA BLES DE ENTRADA VARIABLES CE SALIDA Finura 2.4. Sistemas y modelos. SISTEM A FUNCIONES DE TRANSFERENCIA ANALISIS í> e n t r a d a s y, =f ix,) S i - f ( E l ) PREDICCIÓN DEL COMPORTAMIENTO Figura 2.S. Análisis de un sistema. comportamiento (función de trans­ ferencia). • Identificar las entradas del sistema. • Determinar las salidas de cada uno de los componentes, según sus fun­ ciones de transferencia y las inter­ conexiones entre ellos. La síntesis plantea el problema a la inversa, es decir, se parte del compor­ tamiento deseado de un sistema (es­ pecificaciones), generalmente indican­ do la respuesta ante determinadas con­ diciones de entrada y se pretende di­ señar o construir un sistema que obe­ dezca a dicho comportamiento. El pro­ ceso sería el siguiente: resultar de una síntesis no es único, ya que posiblemente existirán multitud de combinaciones de componentes que en su conjunto den como resultado la fun­ ción de transferencia deseada. Como consecuencia, aun basando la síntesis en métodos sistemáticos, existirá siem­ pre una cierta indeterminación que de­ berá resolverse mediante criterios de tipo tecnológico o económico. Es en este punto precisamente donde la má­ quina programable puede aportar enor­ mes ventajas, ya que se trata de un componente con una configuración fí­ sica (hardware) estándar en el que po­ demos elegir la función de transferen­ cia mediante el software. 2.3. AU TO M ATISM O S C O M BIN A C IO N A LES Y SECUENC1ALES Los sistemas o bloques lógicos po­ demos dividirlos en dos grandes cate­ gorías: combinacionales y secucncialcs. Un sistema o bloque cnmbinacional es aquel cuyas salidas dependen úni­ camente del estado de sus entradas, con total independencia de cuál sea el es­ tado inicial de partida. Esta definición lleva implícito que la función o fun­ ciones de transferencia del sistema son simplemente funciones lógicas que re­ lacionan las salidas con las entradas mediante combinación Je los operadores «Y», «O» y «NO». El nombre combi- nacional se deriva precisamente del hecho que las variables de salida de­ penden exclusivamente de la combi­ nación de variables de entrada que se aplique. Un sistema secuencia/, en cambio, es aquel cuyas salidas dependen de las va­ riables de entrada y del propio estado inicial del sistema. Si tenemos en cuen­ ta que cualquier estado puede ser to­ mado como estado inicial, se despren­ de que el sistema ha de ser capaz de memorizar todos y cada uno de los es­ tados posibles. Dichos estados se me- morizan mediante variables internas denominadas variables de estado. La denominación de sistema secuencial se debe precisamente a que el valor de las salidas depende de los estados de las entradas y de la secuencia anterior de estados en dichas entradas. Como ejemplo de sistema secuencial tomemos el circuito de la figura 2.7 y supongamos que se le aplica la siguien­ te sucesión de señales de entrada, par­ tiendo del estado inicial A = 0, B = 0. S = 0: Dar la especificación del sistema, in­ dicando las salidas deseadas ante de­ terminadas condiciones iniciales y entradas. Traducir dicha especificación a una función de transferencia global del sistema completo. Elegir componentes de función de transferencia conocida o programa- ble y obtener la función de transfe­ rencia deseada. Obsérvese que el sistema que puede Figura 2.6. Síntesis de un sistema. ESPECIFICACIONES S ÍN T E S IS ELECCIÓN DE COMPONENTES FU N C IO N ES DE TRANSFERENCIA S i= f <E¿> Yi s f <X. ) COMBINACIÓN DE FUNCIONES DE T R A N S FER EN C IA HARDWARE Y SOFTW ARE DEL SISTEM A 13 www.FreeLibros.me
  • 5. AUTÓMATAS PftOORAMABLKS 1) A = 1. B = 0 2) A = 0, B = 0 3) A = 0, B = I 4) A = 0, B = 0 La tabla de la figura 2.7 muestra la evolución de la salida del sistema y en ella puede observarse que para com­ binaciones idénticas de entradas, A = 0. B = 0 por ejemplo, se tiene distinta sa­ lida, en concreto en el paso 2 se tiene S = 1 y en el paso 4 se tiene S = 0, a igualdad de entradas. Vemos, pues, que la salida no depende sólo de las entra­ das sino de la evolución anterior o, si se quiere, del estado inicial de partida. Desde un punto de vista estructural, los sistemas secuenciales están forma­ dos por interconexión de bloques com- binacionales, pero aparece en ellos un elemento nuevo, una variable interna que se introduce nuevamente como entrada (la variable interna Y en el caso de la figura 2.7). Este tipo de variables internas hace que la respuesta del sis­ tema ya no dependa exclusivamente de las entradas, sino que dependa también del estado interno, por lo cual se suelen llamar variables de estado. La figura 2.8 muestra la estructura más general de un sistema secuencial, que se conoce como estructura de Meuiy. Desde el punto de vista del modelo matemático, la función o funciones de transferencia de un sistema secuencial siguen siendo funciones lógicas, pero contienen variables internas que guar­ dan «memoria» del estado del sistema o, si se quiere, de su evolución ante­ rior. Precisamente este tipo de variables internas son las que marcan la diferen­ cia entre un sistema combinacional y un sistema secuencial. En el primero hemos dicho que la función de trans­ ferencia relacionaba salidas con entra­ das con los operadores «Y», «O» y «NO», en los secuenciales las salidas y las entradas están relacionadas por los operadores «Y», «O», «NO» y «ME­ M ORIA». De hecho, los nombres de los operadores para la función memoria suelen llamarse 5£7'(memorizar un I) y R ESET (memori/ar un 0). Obsérvese que, en el ejemplo de la figura 2.7. ha­ cen falta dos funciones lógicas para de­ finir la función de transferencia n una única función de tipo implícito, donde la salida aparece también en el segundo miembro. Hay que señalar también que la tabla incluida en la figura 2.7 no es propia­ mente una tabla de la verdad, sino una tabla de evolución de estados La dife­ rencia entre ambas es que en una tabla de verdad podemos deducir el estado de la salida sin más que elegir la fila correspondiente a la combinación de entradas. En cambio, en una tabla de evolución se indica una sucesión de es­ tados en que cada fila tiene como estado inicial la fila anterior. Cabe preguntarse ¿qué implica la existencia del nuevo operador que he­ mos llamado «memoria», desde un punto de vista tecnológico?; pues bien, esto quiere decir que para poder cons­ truir sistemas secuenciales con una de­ terminada tecnología debe disponerse en ella de una célula básica de memoria, capaz de ejecutar esta operación. A esta célula básica de memoria se le suele llamar también biesiable y suele estar formada por dispositivos lógicos com- binacionales, inlerconectados de forma que exista un enclavamiento interno entre ellos. La propia figura 2.7 cons­ tituye un ejemplo de biestable cons­ truido a base de dos puertas lógicas NO-O. Obsérvese que el biestable es un elemento con dos entradas llamadas SET y R E SE T y con una salida. Po­ demos encontrar también un ejemplo de biestable, en el caso de los relés, con el esquema clásico de un paro-marcha como el que muestra la figura 2.9. Debemos pues replantear cuál es la estructura básica de un bloque lógico dentro de un sistema de control. Hasta ahora habíamos considerado cada blo­ que como una caja en la que intro­ ducíamos entradas y obteníamos sali­ das. Después de lo dicho para los sis­ temas secuenciales deberemos añadir un nuevo tipo de variables, las variables internas de estado. El concepto de variable interna es importante en el mundo de los autó­ matas programables y se refiere de for­ ma general a variables que no tienen conexión con el exterior. Existe tam­ bién un paralelismo en los automatis- www.FreeLibros.me
  • 6. DISEÑO DK AUTOMATISMOS LÓOICOS ' i I V i f W í "i . 4’ L - s con contactos con aquellos relés .ue no tienen interconexión con in- 'ruptores o pulsadores de mando ni . m accionamientos externos. Sin em- - -go. no debe confundirse el concepto de variable interna de un automatismo con el de variable de estado que hemos definido en los sistemas secuenciales. La figura 2.10 muestra un esquema con los distintos tipos de variables que in­ tervienen en un sistema y, a continua­ ción, se dan las definiciones. Las entradas de un bloque son va­ riables independientes, es decir, su es­ tado varia de acuerdo a unas condicio­ nes u órdenes externas, no controladas por el propio bloque. No se descarta que dichas variables puedan ser a su vez salidas de un bloque anterior o de­ pendientes a su vez de otras, pero a efectos del modelo del bloque que es­ tudiemos tendrán el tratamiento de va­ riables independientes. Las variables internas son aquellas que elabora el sistema a partir de las entradas y eventualmente de otras va­ riables internas. Dentro de las variables internas podemos distinguir dos tipos: las dependientes sólo de las entradas o combinaeionales y las de estado. Finalmente, las variables de salida son, en el caso más general, variables dependientes de las entradas y de las va­ riables de estado. Obsérvese que si un bloque forma parte de un sistema más amplio y sus entradas proceden de otro bloque pre­ vio pasarían a tener la condición de va­ riables internas para el sistema. Así por ejemplo, sí en la figura 2.11 estudiamos el bloque B individualmente, el con­ junto de señales Z 4 y X8 serían las en­ tradas y Z„ e Yh serían las salidas; pero en este mismo bloque, considerado como parte del sistema completo, todas las variables serían internas. En realidad, si se analizan las acti­ vidades de un proceso cualquiera, po­ dremos encontrar casi siempre los dos tipos de acciones; combinaeionales y secuenciales y, en consecuencia, los sis­ temas como tales suelen ser híbridos, conteniendo parte combinacional y parte secuencial. A titulo de resumen de los conceptos analizados en este apartado, la labia 22 www.FreeLibros.me c a r a c t e r ís t ic a ESENCIAL Salidas independientes del estado inicial Salidas dependientes del estado inicial
  • 7. AUTÓMATAS M tOÓRAM AftLIS muestra las diferencias esenciales entre sistemas combinacionales y secuencia- íes. 2.4. D ISEÑ O D E AUTO M ATISM O S C O M BIN A C IO N A LES El término «diseño» con el que he­ mos titulado este apartado suele to­ marse como sinónimo de «síntesis», es decir, obtención de un sistema físico que responda a unas ciertas especifi­ caciones. Sin embargo, las herramien­ tas de análisis y de síntesis suelen ser las mismas: concretamente en el caso de sistemas lógicos combinacionales, el álgebra de Boole (véase anexo I). En el apartado anterior hemos in­ dicado que los sistemas combinacio­ nales quedan perfectamente definidos mediante funciones de transferencia que relacionan cada salida con las en­ tradas mediante los operadores «Y». «O» y «NO». El proceso de síntesis em­ pezará, pues, por obtener una tabla de verdad que refleje la relación de cada salida con las entradas, de acuerdo con las especificaciones. Posteriormente, deberá traducirse cada una de dichas tablas a una función lógica y, a con­ tinuación, deberán implementarse las funciones lógicas mediante componen­ tes cableados o programables. Para concretar algo más el método vamos a desarrollar un ejemplo apli­ cado al diseño de un sistema de control de una machacadora de áridos (figura 2. 12). Supóngase que las especificaciones del sistema son las siguientes: — El motor M3 se pone en marcha con un interruptor M. — El motor M2 se pone en marcha siempre que esté en marcha M3. — El motor M I se pone en marcha si lo está M2 y no se detecta so­ brecarga en la machacadora (relé R1 con un contacto normalmente cerrado). — Cada motor está además prote­ gido por un relé térmico: R T I, RT2 y RT3, respectivamente. El contacto del relé térmico estará normalmente cerrado si no hay sobrecarga. — Debe sonar una alarma si M I está en marcha y se paran M2 o M3 /«i / K2 I / « T ? RT3 Ü ) ENT RAD A S S A LID A S DESCRIPCIÓ N M Interruptor de m archa RT1 Relé térm ico m otor MI RT2 R elé térm ico m otor M2 RT3 R elé térm ico m otor M3 RI R elé sobrecarga M2 Kl C o n tacto r motor M I K2 C ontactor m otor M2 K3 Contactor m otor M3 AL A larm a Figura 2.12. Ejemplo de diseno de sistema combinacional. y también si M2 está en marcha y se para M3. Las fases del diseño serán las si­ guientes: a) Identificación tic entradas i salidas del sistema. En nuestro ejemplo, las entradas y salidas serán las indicadas en la tabla de la propia figura 2.12. b) H allar ana tabla de verdad para cada salida. En nuestro caso, dichas tablas se in­ dican en la tabla 2.3. tj Deducir las ecuaciones Iónicas. Las ecuaciones lógicas se deducen de las tablas de verdad, sin más que apli­ car los métodos indicados en el anex I. En nuestro caso, las ecuaciones so las siguientes: a) K3 =M RT3 b) K2 =K3 ■RT2 RI c) K.1 =K3 • K2 -RTI d) A L =K2 •K3 + Kl K2 Obsérvese que la ecuación d se h: obtenido después de una simplifica ción, pero, como se dice en el anexa I, no siempre es preciso llegar al má ximo grado de simplificación. d) Deducir el esquema de cableado o i programa del automatismo. A partir de las ecuaciones lógicas, l» implementación depende ya de la leo nologia con la cual se quiera construí* 16 www.FreeLibros.me
  • 8. DltCÑO D I AUTOMATISMOS LÓOICOS ENTRADAS SALIDA M RT3 K3 0 0 0 0 1 0 l 0 0 ! 1 1 1¡ indo motor M3 Manilo motor MI ENTRADAS SALIDA K3 K2 R TI K l 0 0 0 0 1 0 1 0 0 1 1 0 0 0 0 | 0 1 0 | 1 0 0 1 1 1 1 ENTRADAS SAI.IDA K3 RT2 R I K2 0 0 0 0 0 0 1 0 0 1 0 0 0 1 1 0 1 0 0 0 1 0 1 0 1 1 0 0 1 1 I 1 b) Mando motor M2 d) Mando alarma Ai. 2.3. Tablas de verdad correspondientes aI ejemplo de la figura 2.12. ENTRADAS SALIDA K l K2 K3 A L 0 0 0 0 0 0 1 0 0 1 0 1 0 1 1 0 i 0 0 1 1 0 1 1 1 1 0 1 1 1 1 0 . automatismo (contactos, neumática, 7-.rtas lógicas, autómata programable, i No obstante, de las ecuaciones * ¿Mas puede deducirse de forma in- - cdiala la interconexión de sistemas anisados o el programa de un autó- -aia. Un paso intermedio que puede * jdar a la implementación práctica, • nre todo en sistemas cableados, son •? esquemas utilizando los símbolos ¿icos convencionales definidos en el . " íxo I. La figura 2.13 muestra dicho r-quema para el ejemplo que hemos Jesarrollado. Obsérvese que, a pesar de que los contactos de los relés térmicos son nor­ malmente cerrados, en la expresión ló­ gica aparecen sin complementar. Efec­ tivamente esto es asi porque el sistema de control debe recibir un I lógico para indicar que no ha disparado el térmico. La detección de condiciones de alarma mediante contactos normalmente ce­ rrados es una práctica común para ase­ gurar que en caso de rotura del cable el sistema interpretará una condición de alarma y no se quedará sin protec­ ción como podría ocurrir en el caso de utilizar un contacto normalmente abierto. 2.5. D ISEÑ O D E AUTO M ATISM O S SEC U EN C IA LES En la práctica son muchos los pro­ cesos que implican la realización de una serie de actividades u operaciones, si­ guiendo una determinada secuencia. Dichas actividades y los dispositivos empleados para ejecutarlas pueden ser de índole muy diversa, incluyendo par­ tes lógicas, analógicas, cálculos arit­ méticos, manipulación de datos, etc., pero el desarrollo del proceso consiste casi siempre en una sucesión encade­ nada de operaciones, cuya evolución se controla mediante unas condiciones de tipo lógico, que indican si el proceso puede continuar y cómo. Un diagrama de flujo genérico para representar el funcionamiento de tales sistemas po­ dría ser el de la ligura 2.14. Los automatismos que controlan este tipo de procesos no puede decirse que sean puramente secuenciales, sino que combinan partes combinacionales con partes secuenciales dando un sistema híbrido. En realidad un sistema pura­ mente secuencial no existe ya que, es­ tructuralmente. los sistemas secuencia­ les están formados por bloques com­ binacionales y células de memoria (biestables) interconectados, tal como se indicó en la figura 2.8. No debe, por tanto, extrañarnos que una de las he­ rramientas básicas del diseño secuen­ cial sea una vez más el álgebra lógica, aunque, como se verá, los métodos pu­ ramente algebraicos no bastan por sí solos para el estudio completo de tales sistemas. Desde los años setenLa han apare­ cido numerosos útiles para el diseño de sistemas lógicos secuenciales. Algunos de ellos, presentados por diversos gru­ pos de investigación, son de tipo ana- lítico-teórico y otros, menos rigurosos, son de tipo más práctico. Los primeros suelen tener poca implantación por su relativa complejidad para la mayoría de los usuarios y los últimos suelen ser, en general, muy dependientes de tec­ nologías particulares y, por tanto, no aplicables de forma general. Uno de los métodos teóricos más co­ nocidos para resolver sistemas secuen­ ciales es et método de HuíTmann (ver referencias [11"y [2]), que tiende a la obtención de las ecuaciones de un sis­ tema lógico con el mínimo número de www.FreeLibros.me
  • 9. componentes. Pero su aplicación re­ sulta, en general, compleja para siste­ mas grandes y el automatismo resul­ tante es difícil de interpretar y analizar una vez alcanzada la simplificación de dichas ecuaciones. Esto dificulta la comprensión y el posterior manteni­ miento del automatismo por parte de no especialistas. Otros útiles de tipo más práctico no son del todo adecua­ dos, o resultan incompletos, por cuanto centran más el interés en la forma de realización del sistema que en el fun­ cionamiento propiamente dicho. Ante la necesidad de unificar y ra­ cionalizar el lenguaje para describir los sistemas lógicos y en particular la parte secuencial de los mismos, la A FC E T (Association Fran<;aise pour la Cyber- nétique Économique et Technique) creó una comisión formada por varios organismos universitarios, fabricantes y usuarios con objeto de armonizar los criterios de cada uno de estos colecti­ vos y obtener un método de represen­ tación del funcionamiento de sistemas lógicos independiente de la materiali­ zación tecnológica de los mismos. El resultado de los estudios de dicha co­ misión fue un útil de tipo gráfico, apo­ yado por métodos de álgebra lógica, que una vez depurado ha dado lugar al denominado G R A F C E T (GRÁfico Funcional de Control de Etapas y Transiciones). El método de diseño que vamos a emplear en este texto para sistemas ló­ gicos. incluyendo parte secuencial, es precisamente un método basado en el G R A F C ET , cuya utilidad en el análisis y síntesis de dichos sistemas se verá en los siguientes apartados. 2.6. GRAFCET: RESU M EN H ISTÓ RICO El G R A F C E T nació como resultado de los trabajos de la A FC ET , iniciados en la década de los setenta. En prin­ cipio se pretendía satisfacer la necesi­ dad de disponer de un método de des­ cripción de procesos, con total indepen­ dencia de la tecnología, mediante un gráfico funcional que pudiera ser in­ terpretado por no especialistas en au­ tomatización. El gráfico funcional per­ mite unificar la forma de descripción del proceso para técnicos de distintos campos, desde el ingeniero de orga­ nización o de producción, que define las necesidades del automatismo, pa­ sando por el de diseño, que debe im- plcmentar el sistema de control y los accionamientos, hasta el técnico de mantenimiento, que debe cuidar de su funcionalismo o introducir modifica­ ciones en la fase de explotación. A partir de 1977 y gracias a la co­ laboración entre A FC E T y A D EPA (Agence pour le DÉveloppement de la Productique Appliquée) se crearon una serie de útiles metodológicos, entre los que destaca el G E M M A (Guide d'Etu- de des Modes de Marche et Arrét), para apoyar el G R A F C E T como método no sólo descriptivo, sino como herramien­ ta de diseño. En 1982 el trabajo fue recogido por un grupo de trabajo de A FN O R, or­ ganismo encargado de la normalización en Francia, compuesto por miembros AUTÓMATAS M O O A A M A BLU 18 www.FreeLibros.me
  • 10. DISEÑO DE AUTOMATISMOS LÓOICOS de U TE, CNOM O. U N M y de otros organismos relacionados con la indus­ tria, la automatización y la enseñanza culminado con la publicación de la Norma N F C-03-1904. Esta norma fue también adoptada por IEC en 1988, con el número 1EC-84H y título «Établis- sement des dlagrammes fonctionnels oour svstémes de commande». En la actualidad, diversos autómatas orogramables incorporan algunas ins­ trucciones de programación que per­ miten introducir directamente el grafo ce G R A FC ET . En otros casos se dis­ pone de software capaz de compilar un ¿rafia G R A F C E T al lenguaje de la má- .uina, permitiendo en ambos casos una aran flexibilidad y rapidez de diseño, con ventajas sustanciales en las fases de .erificación, explotación o eventual modificación del automatismo. A pesar de ello no debe confundirse el G R A F ­ C ET con un lenguaje de programación. FJ gráfico funcional, complementado ._on los métodos del álgebra de Boole, -'ermite ir más allá de la simple des­ cripción c interpretación gráfica de un proceso y se ha convertido en una po­ tente herramienta de diseño de siste­ mas lógicos, con unas regias bastante simples. 2.7. D ISEÑ O BASADO EN GRAFCET Los principios que inspiraron la crea­ ción del G R A F C E T y en los que se basa su aplicación son los siguientes: a) Debe caracterizarse el funciona­ miento del automatismo con total independencia de los componentes ;on los que vaya a ser construido. Esto equivale a centrar nuestro in­ terés no tanto en la estructura física o en la tecnología empicada para ¡mplementar el automatismo, sino en la «función» que debe realizar. b) El conjunto de un sistema auto­ mático se divide en dos partes: parle de control (PC) y parte operativa (PO). La parle de control compren­ de todo aquello que contribuye a la automatización del proceso y la par­ te operativa incluye el resto del mis­ mo. El conjunto está relacionado con e! medio exterior a través de un diálogo con el operador y comuni­ caciones con otros automatismos que operen en el mismo contexto, (figura 2.15) c) El elemento fundamental de un proceso es la «operación» (deno­ minada etapa en el lenguaje de G R A FC ET ), entendiendo como tal una acción realizada por el auto­ matismo. Obsérvese que en una pri­ mera aproximación podemos dividir el proceso en unas pocas operacio­ nes relativamente complejas (por ejemplo: taladrar, roscar, cambiar herramienta, etc.), llamadas tam­ bién macroetapas (apartado 2.10). Estas operaciones complejas podrán ser subdivididas a su vez en ope­ raciones más elementales a medida que avanzamos en el nivel de de­ talle. Por ejemplo, una operación de taladrar puede subdividlrse en otras más elementales como: impulsar pieza, bloquear pieza, giro de broca, aproximación de broca, etc. d) Debe dividirse el proceso en ma­ croetapas y éstas en etapas más ele­ mentales, hasta conseguir que las acciones a realizar en cada una de ellas dependan sólo de relaciones combinacionales entre entradas y salidas. Cada una de estas etapas elementales tendrá asociada una va­ riable de estado. e) Establecer un gráfico de evolución que indique la secuencia de ope­ raciones (secuencia de etapas) y las condiciones lógicas para pasar de una a otra (denominadas candiao- nes ile transición en el lenguaje de G R A FC ET ). Como resultado de esta lase se obtienen las ecuaciones lógicas de las variables de estado y, por tanto, queda resuelta la parle secuencial del automatismo. 0 Establecer para cada operación ele­ mental (etapa) las relaciones lógicas- entre entradas y salidas, utilizando eventualmente otras variables inter­ nas combinacionales. g) Finalmente, ¡mplementar el sistema utilizando tantos biestables como variables de estado y cableando o programando las relaciones lógicas obtenidas en las fases e y f. La figura 2.16 muestra las lases del diseño en forma de diagrama de flujo. Es importante resaltar que el G R A F ­ C ET no sólo es útil como herramienta de diseño, sino también en las fases de especificación y posteriormente en la fase de explotación y mantenimiento. Obsérvese que el método está ba­ sado en una pregunta clave, que per­ mite identificar la parte secuencial de un proceso; la pregunta es: ¿cuántos estados debe metnorizar el sistema, para poder fijar su comportamiento posterior, partiendo de cualquier esta­ do inicial? La respuesta a esta pregunta nos permitirá identificar las etapas y, en consecuencia, las variables de estado. El número de estados distintos en un Figura 2.15. Estructura del sistema automatizado. PARTE DE CONTRO! PARTE OPERATIVA 19 www.FreeLibros.me
  • 11. AUTÓMATAS PROORAMABLKS proceso no puede ser infinito, sino que se repiten de forma más o menos cí­ clica una serie de estados equivalentes y, por tanto, el número de etapas es finito; de lo contrario, nos encontraría­ mos ante un sistema de comporta­ miento aleatorio. Aparece aquí el concepto de-estados equivalentes, que se definen de la si­ guiente forma; Dos estados son equi­ valentes si la evolución posterior del sistema a partir de ellos y para cual­ quier combinación de entradas es la misma. En el G R A F C E T los estados equivalentes se asocian a una única eta­ pa y en el modelo algebraico quedarán representados por una misma variable de estado. Al contrario de lo que ocurre con otros métodos, como el de Huffmann, el método basado en G R A F C E T no pretende minimizar el número de va­ riables de estado, por lo que puede no resultar óptima desde el punto de vista de minimizar el hardware. Sin embar­ go, el coste y volumen de un sistema dependen cada vez menos del número de variables empleadas, sobre todo si se emplean autómatas programables y, en cambio, adquieren cada vez más im­ portancia otros aspectos como el pro­ pio coste de diseño, tiempo de desa­ rrollo de software, fiabilidad y facilidad de test y mantenimiento, aspectos que permite optimizar el método propues­ to. El G R A F C E T es, como se ha dicho, un modelo de representación gráfica del funcionamiento de un sistema au­ tomático. Dicho modelo está definido basándose en los siguientes elementos y reglas de evolución que se relacionan a continuación: A ) E L E M E N T O S G R Á F IC O S D E BASE. Estos elementos constituyen los símbolos a partir de los cuales se dibuja el gráfico funcional. Los símbolos básicos son los siguientes (figura 2.17): A l) Las etapas, que representan cada uno de los estados del sistema. Cada etapa debe co­ rresponder a una situación tal que las salidas dependan úni­ camente de las entradas o, di­ cho de otro modo, la relación de entradas y salidas dentro de una etapa es puramente com- binacional. El símbolo em­ pleado para representar una etapa es un cuadrado con un número o símbolo en su in­ terior que la identifica y even­ tualmente una etiqueta. Se denominan etapas inicia­ les aquellas en que se posicio- na el sistema al iniciarse el proceso por primera vez. Las etapas iniciales se representan por un cuadrado con doble lí­ nea. A2) Las lineas de evolución, que unen entre sí las etapas que representan actividades con­ secutivas. Las lineas se enten­ derán siempre orientadas de arriba hacia abajo, a menos que se represente una flecha en sentido contrario. A3) Las transiciones, que represen­ tan las condiciones lógicas ne­ cesarias para que finalice la ac­ tividad de una etapa y se inicie la de la etapa o etapas inme­ diatamente consecutivas. Estas condiciones lógicas se obten­ drán por combinación de va­ riables denominadas receptiv- dades. Gráficamente se repre- 20 www.FreeLibros.me
  • 12. ►V*’'•••■, ■ ■í . • J DISKÑO D I AUTOMATISMO! LÓGICOS sentan las transiciones por una linea cruzada sobre las lincas de evolución (figura 2.17). A4) Los reenvíos son símbolos en forma de flecha que indican la procedencia o destino de las lincas de evolución. Las fle­ chas de reenvió permiten frac­ cionar un gráfico o evitan di­ bujar líneas de evolución con excesivos cruces. A5) Dos lineas de evolución que se crucen debe interpretarse, en principio, que no están unidas. Las reglas para cruces y bifur­ caciones se explican en detalle en el apartado de estructuras del G R A FC ET . A6) Cuando se recorre el gráfico de evolución, por cualquier ca­ mino posible, deben alternarse siempre una etapa y una tran­ sición. La regla básica de sintaxis del G R A F C E T es que entre dos etapas debe existir una y sólo una condición de transi­ ción, bien entendido que ésta puede venir expresada por una función lógica combinacional todo lo compleja que sea ne­ cesario, siempre que dé como resultado un bit <1=condición verdadera, O=condición falsa). Téngase en cuenta que el gráfico funcional representa en forma es­ tática un conjunto de situaciones posibles. Es posible, sin embargo, representar la situación dinámica en un instante dado, indicando qué etapa o etapas están activas y cuáles están inactivas. El simbolismo uti­ lizado para ello consiste en marcar con un punto las etapas activas (fi­ gura 2.18). Cabe señalar, finalmente, que los números de las etapas nada in­ dican respecto a su orden de eje­ cución. sino que simplemente tie­ nen carácter de identificación. Como consecuencia, pueden nu­ merarse las etapas de la forma que se desee, sin que ello tenga ningún significado desde el punto de vista funcional. B ) M E N S A JE S D E IN T E R P R E T A ­ CIÓN. Estos mensajes pueden ser tex­ tos, símbolos o ecuaciones lógicas asociados a las etapas o transicio­ nes para indicar la actividad desa­ rrollada o las relaciones entre va- Figura 2.18. Estado instantáneo de un proceso, indicado por las etapas activas e inactivas. riables del sistema que deben cum­ plirse. Pueden distinguirse dos ti­ pos de mensajes: B l) Mensajes de acción asociados a cada etapa. Indican cuál es la actividad a desarrollar en dicha etapa cuando esté activa (ver reglas de evolución), bien sea en forma de texto o en forma de ecuaciones lógicas que in­ diquen la relación salidas-en­ tradas (figura 2.17). B2) Mensajes de receptividad aso­ ciados a cada transición. Estos mensajes indican las condicio­ nes lógicas necesarias y sufi­ cientes para pasar de cada eta­ pa a la consecutiva o conse­ cutivas (figura 2.17). C) R EG LA S D E EVO LUCIÓN. Estas reglas permiten definir e in­ terpretar de forma univoca el com­ portamiento dinámico del sistema. Las hay que hacen referencia a las etapas y otras a las transiciones, por lo que algunas resultan redundan­ tes entre sí. A continuación damos una lista de las esenciales: C 1) Cada etapa tiene asociada una variable de estado Xi de tipo bit. C2) Se distinguen dos posibles es­ tados de una etapa: activa o inactiva. Diremos que una eta­ pa está activa cuando su varia- 21 www.FreeLibros.me
  • 13. sentan las transiciones por una linea cruzada sobre las líneas de evolución (figura 2.17). A4) Los reenvíos son símbolos en forma de flecha que indican la procedencia o destino de las líneas de evolución. Las fle­ chas de reenvío permiten frac­ cionar un gráfico o evitan di­ bujar lineas de evolución con excesivos cruces. A5) Dos líneas de evolución que se crucen debe interpretarse, en principio, que no están unidas. Las reglas para cruces y bifur­ caciones se explican en detalle en el apartado de estructuras del G R A FC ET . A6) Cuando se recorre el gráfico de evolución, por cualquier ca­ mino posible, deben alternarse siempre una etapa y una tran­ sición. La regla básica de sintaxis del G R A F C E T es que entre dos etapas debe existir una y sólo una condición de transi­ ción, bien entendido que ésta puede venir expresada por una función lógica combinacional todo lo compleja que sea ne­ cesario, siempre que dé como ;ura 2.17. Elementos gráficos Jel GRAFCET. resultado un hit (l=condición verdadera, O=condición falsa). Téngase en cuenta que el gráfico funcional representa en forma es­ tática un conjunto de situaciones posibles. Es posible, sin embargo, representar la situación dinámica en un instante dado, indicando qué etapa o etapas están activas y cuáles están inactivas. El simbolismo uti­ lizado para ello consiste en marcar con un punto las etapas activas (fi­ gura 2.18). Cabe señalar, finalmente, que los números de las etapas nada in­ dican respecto a su orden de eje­ cución, sino que simplemente tie­ nen carácter de identificación. Como consecuencia, pueden nu­ merarse las etapas de la forma que se desee, sin que ello tenga ningún significado desde el punto de vista funcional. B) M E N S A JE S D E IN T E R P R E T A ­ CIÓN. Estos mensajes pueden ser tex­ tos, símbolos o ecuaciones lógicas asociados a las etapas o transicio­ nes para indicar la actividad desa­ rrollada o las relaciones entre va- ET A PA INICIAL « e tn v ío - ETAPA ET A PA I E T A P A i Acciones x M ensaje de acción Menso i«* de receptividad ■» T 0/1 i a+ (b *c ) Acciones E TAPA n ••T 1/2^... — --------- 1--- * “i i r— -- ---- ! Acciones ¡ _T-J ir i i i l i L ! / j- T(n-l)/n __ _______ / Acciones T o M ■=. . E T A PA 1 Peen vio 10 E ta p a s inactivos 20 --T10/11 T20'21 ii 21 ’“T11/12 12 22 • "T21/21 Etapas activas Figura 2.18. Estado instantáneo de un proceso, indicado por las etapas activas e inactivas. riables del sistema que deben cum­ plirse. Pueden distinguirse dos ti­ pos de mensajes: B l) Mensajes de acción asociados a cada etapa. Indican cuál es la actividad a desarrollar en dicha etapa cuando esté activa (ver reglas de evolución), bien sea en forma de texto o en forma de ecuaciones lógicas que in­ diquen la relación salidas-en­ tradas (figura 2.17). B2) Mensajes de receptividad aso­ ciados a cada transición. Estos mensajes indican las condicio­ nes lógicas necesarias y sufi­ cientes para pasar de cada eta­ pa a la consecutiva o conse­ cutivas (figura 2.17). C) REG LA S D E EVOLUCIÓN. Estas reglas permiten definir e in­ terpretar de forma unívoca el com­ portamiento dinámico del sistema. Las hay que hacen referencia a las etapas y otras a las transiciones, por lo que algunas resultan redundan­ tes entre sí. A continuación damos una lista de las esenciales: C l) Cada etapa tiene asociada una variable de estado X i de tipo bit. C2) Se distinguen dos posibles es­ tados de una etapa: activa o inactiva. Diremos que una eta­ pa está activa cuando su varia- www.FreeLibros.me
  • 14. AUTÓMATA! PftOOftAMABLKI ble de estado vale 1 e inactiva cuando vale 0. C3) Denominaremos arranque en frío a la inicialización de un proceso automático sin guar­ dar memoria de ninguna si­ tuación anterior. La orden de arranque en frío puede pro­ ceder de un operador humano o de un sistema automático je­ rárquicamente superior (figura 2.19). Después de un arranque en frío se activan todas las etapas iniciales y quedan inactivas to­ das las demás. C4) Denominaremos arranque en caliente a la reinicialización de un automatismo cuando éste guarde memoria de alguna si­ tuación anterior. Esta situación suele corresponder a un rea­ rranque sin pérdida del con­ texto anterior, es decir, man­ teniendo memorizadas las variables de estado del pro­ ceso. En un arranque en caliente pueden activarse las etapas ini­ ciales o mantener el contexto o estado anterior al arranque en caliente. Esta decisión suele tomarla una parte específica del automatismo destinado a ejecutar lo que se denomina una tarea previa. C5) Durante la evolución normal del proceso, una etapa no ini­ cial se activará cuando esté ac­ tivada la etapa anterior y se cumplan las condiciones de transición entre ambas. C6) Cualquier etapa se desactiva cuando se cumplan las condi­ ciones de transición a la si­ guiente o siguientes y dicha transición se haya efectuado. En el gráfico de la figura 2.18, por ejemplo, si se cumple la c o n d ició n de tra n sició n T I 1/12, se activaría la etapa 12 y se desactivaría la etapa 11. C7) Una transición puede encon­ trarse en una de las cuatro si­ tuaciones siguientes (figura 2.20): Na validada: La etapa o eta­ pas inmediatamente anteriores o siguientes no están activas. íiOPERADOR TU? 10 Marcha 3 Tarea N°10 21 22 Automansmo Maestro Automatismo Esclavo Figura 2.19. Ejemplos de inicialización por operador humano o por automatismo maestro. Validada: La etapa o etapas inmediatamente anteriores es­ tán activas, pero no se cumple la condición lógica de transi­ ción. Franqueable: La etapa o eta­ pas inmediatamente anteriores están activas y se cumple la condición lógica de transición. Esta es únicamente una situa­ ción transitoria, pues dicha transición será automática­ mente franqueada, según C9. Franqueada: Se ha activado la etapa o etapas inmediata­ mente siguientes y se han des­ activado la etapa o etapas in­ mediatamente anteriores. Finura 2.20. Estados posibles de una transición. C8) Sólo se podrá franquear una transición si ésta está previa­ mente validada. C9) Toda transición franqueable será inmediatamente fran­ queada. CIO) Si hay varias transiciones fran­ queables simultáneamente, serán franqueadas simultá­ neamente. C11) El franqueo de una transición implica automáticamente la desactivación de todas las eta­ pas inmediatamente anterio­ res. C12) Si en el curso de funciona­ miento de un automatismo una etapa debe ser simullá- 2 2 2 2 • • T2/3=0 o i TZ/3 =0 T2I3: 1 T2/3=Gul o) Transición no validada b) Transición validada el Transición franqueable d) Transición franqueada 22 www.FreeLibros.me
  • 15. >D ISIÑ O D I AUTOMATISMOS LÓGICOS neamente activada y desacti­ vada, dicha etapa permane­ cerá activada. Esta regla es un convencio­ nalismo para resolver casos de indeterminación, pero es muy difícil de llevar a la prác­ tica ya que en automatismos programables, por ejemplo, la respuesta de un S E T y un R E S E T simultáneos suele de­ pender del orden de progra­ mación, pero en automatis­ mos cableados puede depen­ der de una «carrera crítica» en la que juegan los tiempos de respuesta de los componen­ tes. Es preferible, pues, evitar que una etapa pueda ser ac­ tivada y desactivada al mismo tiempo. Como consecuencia de esto se verá más adelante que hay que imponer ciertas reglas «de coherencia» no explíci­ tadas por el G R A F C E T . (Como ejemplos véanse la re­ gla A del apartado 2.11.1 y la C del apartado 2.11.3) É 13) El gráfico de evolución ex­ presado en G R A F C E T debe ser siempre cerrado, sin dejar ningún camino abierto. En efecto, tal circunstancia mos­ traría una incoherencia o una situación en la que el proceso es incapaz de continuar. Na­ turalmente pueden existir si­ tuaciones en que la salida sea inicializar el proceso median­ te alguna señal externa. P R IN C IP IO S C O M PLEM EN T A ­ RIOS. Existen otra serie de reglas re­ lativas a la forma de expresar el diagrama funcional y a su forma de interpretarlas que se irán introdu­ ciendo a medida que estudiemos las distintas estructuras posibles. Sin embargo, recogemos aquí una serie de principios que no pueden considerarse propios del GRAF- CRT sino genéricos para cualquier automatismo secuencial: D I) Denominaremos evento a cual­ quier situación en la que se produzca el cambio de al me- www.FreeLibros.me
  • 16. ■■ AUTÓMATAS PROORAMAftLKS llar un ejemplo. Se traía del diseño de un automatismo para control del ma­ nipulador de la figura 2.21. Es intere­ sante resaltar que en una primera fase no estarían decididos todavía cuáles son los accionamientos ni los sensores que se han representado en el dibujo. /." FASE: GRAFCET FUNCIONAl. En esta fase se seguirán los pasos in­ dicados en el apartado 2.7. La figura 2.22 muestra el diagrama G R A F C E T tal y como lo concibe el ingeniero de producción, es decir, como una simple sucesión de acciones a desarrollar, sin definir la forma ni los medios emplea­ dos para ejecutarlas. En dicho diagrama no se han detallado deliberadamente los procedimientos de arranque y paro, puesto que dichos procedimientos re­ quieren estructuras de G R A F C E T más complejas que las que hemos visto has­ ta el momento. El proceso se presenta, pues, como una sucesión de etapas in­ dicando al lado de cada una las accio­ nes a desarrollar y entre ellas las con­ diciones de transición. Figura 2.22. GRAFCET descriptivo del proceso secuencial. 2 " FASE G RAFCET CON SEN SO RES Y ACCIONAM IENTOS A partir del diagrama descriptivo de la figura 2.21, el técnico en automatis­ mos puede decidir cuáles son los ac­ cionamientos destinados a ejecutar las distintas operaciones (cilindros, moto­ res, electroválvulas. etc.) y los sensores (pulsadores, finales de carrera, capta­ dores, etc.) destinados a suministrar las receptividades, que nos permitirán for­ mular las condiciones de transición. El resultado seria el G R A F C E T de la fi­ gura 2.23. Obsérvese que estructuralmente los diagramas de las figuras 2.22 y 2.23 son idénticos, pero en el último se entra ya en el detalle de cuál es la tecnología empleada para implementar el auto­ matismo. Hay que indicar también que aunque en el ejemplo se trata de un proceso gobernado por señales digita­ les, puede aplicarse el método a pro­ cesos con señales de tipo analógico o cálculos aritméticos, siempre que las condiciones de transición sean de tipo lógico (pueden ser, por ejemplo, com­ paraciones de variables analógicas con valores limites, resultados de operacio­ nes aritméticas o cálculos más o menos complejos). 3.“ FASE: D ISEÑO D EL SISTEM A D E CONTROL Una vez obtenido el gráfico de con­ trol, conteniendo todos los acciona­ mientos y sensores, éste puede ser uti­ lizado para el diseño del sistema de control, con los componentes de una determinada tecnología. En nuestro ejemplo hemos explici- tado el diseño mediante puertas lógicas y biestables, resultando el esquema ló­ gico de la figura 2.24. Hemos elegido esta representación por considerar que el logigrama obtenido es lo suficien­ temente genérico para poder aplicarlo a todo tipo de dispositivos, desde los circuitos lógicos programables (PLD , PLA, LCA, EPLD . etc.), los autómatas programables o incluso para poder im- plementarlo a base de relés. El proceso de diseño consta de dos partes; a) Diseño de la parte secuencial. que comprende la estructura de etapas Figura 2.2S. GRAFCET con accionamientos y sensores. y las condiciones de transición que las unen. b) Diseño de la parte combinacional. que comprende todas las acciones a ejecutar dentro de cada etapa. A ) Diseño de la parte secuencial El método consiste en asignar a cada etapa un biestable de tipo R-S (BO a Bh en nuestro ejemplo), cuyas condiciones de «set» y «reset» se determinan a par­ tir de las condiciones de transición in­ dicadas en el gráfico. — Condiciones de «set» del biestable de la etapa X: La activación del biestable de una etapa X tiene lugar cuando la etapa o etapas previas están acti­ vadas y se cumplen las condicio­ nes de transición entre dichas eta­ pas y la etapa X. — Condiciones de «reset» del biestable tle la etapa X: La desactivación del biestable de una etapa tiene lugar cuando la etapa o etapas posteriores que dan activadas. M ARCHA 24 www.FreeLibros.me
  • 17. ¡ OlflÑO DI AUTOMATISMO! LÓGICOS 5 BO MARCHA- OI - Qo . S jS5 Ofc S| Qí & £1 & a ( - Sí Qj ' Q¡ Sfr- 01. ■ Qi Si, ' Q5 Qa • s5 Qb Qs Sj Qi & s Qo R Qo B1 S Qi R B2 S 02 R 02 B3 S 03 R 03 B 4 5 04 R Q* & 85 & s 05 R 05 BB S 06 R Qb q ) Esquema de la parte secuencia! finura 2.24. Esquema lógico del automatismo. Asi, en nuestro ejemplo, la etapa 1 puede resultar activada a partir de la etapa 0 o de la etapa 6, con las co- •respondienles condiciones de transi­ ción. Esto queda expresado por la ecua­ ción lógica: SET QI = QO Si S 3 S 5 E Q 6 S I La desactivación de la etapa 1, debe producirse tan pronto como se active la etapa 2; por tanto, la condición lógica es: R E S E T Q1 = Q2 Aplicando este procedimiento a cada una de las etapas, se obtiene el esque- Qi- □o- Qb- o2- Qo- q „- o-r do- Qs- -1 -A + -A- -c+ >, -c- b) Esquem a de la par re CDmbmacional ma lógico de la parte sccuencial del proceso (ver figura 2.24o, para el ejem­ plo que estamos desarrollando). B ) Diseño de lo parle atmhinacionnl En esta fase se diseñan las acciones a desarrollar en cada etapa del proceso y se obtiene el esquema lógico, utili­ zando las salidas de los biestables y eventualmente otras condiciones adi­ cionales. Los procedimientos emplea­ dos para obtener las ecuaciones lógicas serán en este caso los clásicos del ál­ gebra de Boole para sistemas combi­ nacionales. En el ejemplo que nos ocupa, ten­ dremos que las ecuaciones lógicas para cada una de las salidas a controlar son: Electroválvula A+: A E = Ql Electroválvula A-: A - = QO+ Q6 Electroválvula B e :B+ = Q2 Electroválvula B-:B— = QO + Q4 Electroválvula C+: C e = Q3 Electroválvula C—: C—= QOE Q5 El esquema de puertas puede verse en la figura 2.246. En este caso, las acciones a desarro­ llar dentro de cada etapa resultan sim­ ples, pero en un caso general pueden resultar todo lo complejas que sea ne­ cesario mientras se trate de acciones puramente combinacionales. 2.10. M ACROETAPAS Y REPRESEN TA C IÓ N EN D ET A LLE Cuando se aplican las técnicas del G R A F C E T a la solución de procesos complejos, se empieza por representar un diagrama con las líneas principales a ejecutar en el proceso, definiendo grandes bloques de acciones denomi­ nados macroetapas y sin desarrollar los detalles del proceso. El símbolo para representar una ma- croetapa es un cuadrado dividido en tres partes En una de las partes puede colocarse un número, en otra la iden­ tificación de la macro y en la tercera una etiqueta (figura 2.25). Las macroetapas representan, pues, «tareas» y equivalen a lo que en ciertos lenguajes se define como «macros». Desde un punto de vista formal, una macroetapa no es más que un conjunto de etapas agrupadas que se definen, posteriormente, en lo que se conoce como representación en detalle o ex­ pansión de ¡a macroetapa (figura 2.26). El objetivo esencial de la macroetapa Figura 2.25. Símbolos de macroetapa. M 20 TE X70 M20 (P re te rid o ) www.FreeLibros.me
  • 18. AUTÓMATAS M tO O RAM ASLIS Macro 1 M 20 T A R E A - TE20 5 20 Expansión de la ta re a de M2Q Figura 2.26. Expansión de una macroetapa. es el de permitir una aproximación pro­ gresiva y estructurada tanto en la Tase de diseño como en la de explotación y mantenimiento de un automatismo. Se puede partir de una definición muy genérica del proceso y posteriormente desarrollar cada macroetapa en las ac­ ciones simples correspondientes. Las reglas básicas a tener en cuenta cuando se introducen macroetapas en un gráfico funcional son las siguientes: A) La expansión de una macro debe tener una única etapa inicial y una única etapa final. Hay que hacer notar que esta re­ gla no implica necesariamente que la expansión de una macro tenga estructura lineal (ver apartado si­ guiente), sino que puede contener en su interior estructuras de cual­ quier complejidad. B) El franqueo de la transición inme­ diatamente anterior a la macro activa la etapa E de entrada de la misma. C) La activación de la etapa de salida de la macro «valida» la transición inmediatamente posterior a la mis­ ma. (Véase el concepto de transi­ ción validada en el apartado 2.8.) D) Por motivos de claridad o de es­ tructuración pueden utilizarse ma­ croetapas anidadas. En otras pala­ bras, la expansión de una macro­ etapa puede, a su vez, utilizar otras macroetapas, fraccionando asi el problema global en «tareas» que se procura que correspondan a partes del proceso tecnológicamente com­ pletas (taladrado, roscado, trata­ miento térmico, traslado de piezas, cambios de herramienta, etc.). iO BSER VACION IM I’OR TANTE! La definición de A F C E T excluye ex­ plícitamente que una misma expansión pueda ser llamada desde dos macroeta­ pas distintas del gráfico funcional, tal como se representa, por ejemplo, en la figura 2.27. Es decir, excluye la utili­ zación del concepto de macroetapa como sinónimo de «subrutina». Esta restricción se Introduce para evitar conflictos de acceso en caso de que la misma expansión fuese llamada por dos macroetapas activas simultá­ neamente. Sin embargo, si se evita ex­ plícitamente esta posibilidad puede eli­ minarse esta restricción y ul¡fizar la misma expansión para desarrollar va­ rias macroetapas distintas. Sobre todo en automatismos progra­ mabas, la utilidad de las macroetapas se incrementa notablemente si no se impone la restricción indicada ante­ riormente. En tal caso, las macroetapas Figura 2.27. Utilización de macroetapas con carácter de subrutina. M100 RCSCAs E 100 - T E 100 10» T ,toi M500 (XI50-Tt50)(..> 7S500 150 FIN ■r iso pueden definirse como verdaderas «subrutinas» o «procedimientos» que pueden ser llamados desde diversos puntos del programa, con la única con­ dición de que no sean llamadas mien­ tras se están ejecutando. Esto exige ciertas precauciones en su inicialización y utilización, tal como se ha indicado' en la propia figura 2.27, pero a cambio permite una programación más estruc turada de las tareas de un proceso y op timiza la longitud del programa. Algunos autómatas disponen ya de lenguajes de programación estructura­ dos, capaces de interpretar macroetapas con carácter de subrutina, incluso con más de un nivel de anidamienlo. 2.11. ESTRUCTURAS BASICAS DEL GRAFCET En el ejemplo del apartado 2.9 he­ mos tratado el caso de un proceso re­ lativamente simple, con una estructura de tipo lineal, ciclica y sin bifurcacio­ nes. Pero existen otros procesos qu requieren estructuras mas complejas en las que se presentan bucles, toma- de decisiones o tareas simultáneas qué deben sincronizarse. Para estos casos e G R A F C E T dispone de otras estructu ras básicas a partir de las cuales pueder generarse los diagramas de dichos pro­ cesos. Las tres estructuras básicas en G R A F C ET , de las cuales pueden de­ rivarse todas las demás, son: — Secuencia lineal. — Convergencia y divergencia er «O» (subprocesos alternativos). — Convergencia y divergencia er «Y» (subprocesos simultáneos). Al hablar de lógica combinación: (véase anexo I) hemos dicho que cual­ quier función lógica puede expresara mediante combinación de las operad nes «Y» , «O» y «NO». Pues bien, ha­ ciendo un paralelismo podemos dee-i que los sistemas secuenciaies, cu¿ quiera que sea su complejidad, puedH expresarse siempre en G R A F C E T ni; diante gráficos que sólo incluyan come estructuras básicas las tres citadas an (eriormente. En la práctica, como se ha visto e« el apartado anterior, se empieza r- www.FreeLibros.me
  • 19. D ISIÑ O 01 AUTOMATISMOS LÓGICOS describir los procesos mediante gráficos funcionales muy genéricos, con poco nivel de detalle, que casi siempre serán Je tipo lineal, pero al ir avanzando en el nivel de detalle aparecen las bifur­ caciones (convergencias y divergencias en O y en Y). A continuación se estudiarán las for­ mas puras de cada una de las eslruc- uras mencionadas, bien entendido que en un proceso real aparecerán entre­ mezcladas de tal forma que en el ¡n- erior de estructuras en «O» aparecerán ramos lineales u otras en «Y» o vi­ ceversa. Sin embargo, casi siempre se -tuede recuperar la estructura en «Y» ' en «O» pura, haciendo uso del con- .epto de macroetapa expuesto ante- rmente. 2-11.1. Secuencia lineal La secuencia lineal es la estructura - ls simple posible y consiste en una •ucesión de etapas unidas consecuti- ¡mente por las líneas de evolución y adiciones de transición, tal como se Tjdo observar en el ejemplo de la fi­ gura 2.22. Las propiedades que cumple dicha estructura son las siguientes: ’ Dentro de un tramo de secuencia lineal, solamente una etapa debe estar activa en un instante deter­ minado. En realidad las reglas del G R A F ­ C ET no impiden formalmente la posibilidad de que en una secuen­ cia lineal pueda existir más de una etapa activa, pero si esto sucede suele denotar una incoherencia de diseño. En efecto, la implicación práctica de que se activen dos eta­ pas simultáneamente es que deben ejecutarse dos grupos de acciones simultáneamente y esto tiene una forma más apropiada de represen­ tación mediante bifurcaciones en «Y», como podrá verse a continua­ ción. Por otra parte, si en una estruc­ tura lineal progresan varias etapas activas a la vez pueden «darse caza» y esto podría provocar condiciones contradictorias de que una etapa deba activarse y desactivarse a la vez. B) Se activa una etapa cuando se en­ cuentre activada la anterior y se cumplan las condiciones de transi­ ción entre ambas. C) La activación de una etapa implica automáticamente la desactivación de la etapa anterior, D) Una secuencia lineal puede formar parte de una estructura más com­ pleja. La estructura lineal aparece casi siempre a nivel de descripción general con macroetapas y también como parte de las estructuras más complejas. Figura 2.28. Divergencia y convergencia en «O». • CE C9-1 * CIO C19 ¿O C*ü C/.7 50 T --C9-2 - - C 2 0 r 1 fcÑoi l . I I25 C25 2.11.2. Divergencia y convergencia en «O» La divergencia y convergencia en «O», a las que llamaremos conjunta­ mente bifurcación en «O», forman una estructura en la que existen los siguien­ tes elementos (figura 2.28): 1) Una divergencia en «O», en la que se inician varios caminos o subpro- cesos alternativos posibles. 2) Una serie de caminos alternativos con una macroestruclura lineal. --C9-3 '0 20 30 m ocropstructuro lin e a l M 300 — — — — — — Convergencia en ‘0“ C34 / www.Fr bros.me
  • 20. AUTÓMATAS PROGRAM AS LIS aunque pueden contener otras es­ tructuras más complejas. 3) Una o más confluencias en «O» de dichos caminos alternativos, de tal forma que la macroestruclura debe ser globalmente cerrada. Esta estructura se prevé para repre­ sentar procesos alternativos que deban ejecutarse dependiendo de ciertas con­ diciones lógicas. Por ejemplo, en una barrera de peaje si el importe intro­ ducido es exacto entregar ticket y abrir barrera, si no es exacto devolver cam­ bio. Haciendo un símil con estructuras de tipo informático, la bifurcación en «O» corresponde a una estructura del tipo «IF... THEN... ELSE». El camino o subproceso que se se­ guirá en cada caso dependerá de cuáles sean las condiciones de transición que se cumplan a partir de la etapa previa a la bifurcación. No es imprescindible que los sub- procesos que parten de una misma di­ vergencia deban confluir en una misma convergencia. Lo que si ocurrirá en todo proceso es que toda divergencia implica la existencia de una conver­ gencia en algún lugar del ciclo, ya que, como se ha dicho, el gráfico de liuencia visto globalmente ha de ser cerrado. Las propiedades básicas que cumple la estructura de bifurcación en «O» son las siguientes: A) A partir del punto de divergencia el proceso podrá evolucionar por distintos caminos alternativos, cada uno de los cuales debe tener su propia condición de transición. B) Las condiciones de transición de los diversos caminos de divergencia han de ser excluyentes entre si (in­ tersección nula), de forma que el proceso sólo podrá progresar en cada caso por uno de ellos. En realidad, las reglas del G R A F ­ C E T no imponen esta restricción, pero si no se cumple se produce una incoherencia. En efecto, si las con­ diciones no son exclusivas entre sí, indicaría la posibilidad de procesos que pueden iniciarse simultánea­ mente en caso de cumplirse dos o más condiciones de transición si­ multáneamente. Si esta situación es deseada, debe resolverse utilizando la estructura de bifurcación en «Y», que se estudia más adelante. Pero si la situación es accidental, esto pondría de manifiesto una falta de especificación ante tal caso, que de­ berá ser resuelta o bien imponiendo condiciones adicionales para evitar la simultaneidad o especificando claramente cuándo el proceso ha de ser exclusivo y cuándo simultáneo. Además, en automatismos reales donde no puede garantizarse la si­ multaneidad de eventos, debido a los tiempos de respuesta, el no cumplimiento de la mencionada restricción puede ocasionar res­ puestas aleatorias, debido a lo que se conoce como '<carreras criticas». Por tanto, es aconsejable imponerse tal restricción en las bifurcaciones en «O». C) A nivel de gráfico global, los dis­ tintos caminos iniciados como di­ vergencia en «O» deben conlluir en uno o más puntos de convergencia en «O». Dicho de otra forma, la es­ tructura debe ser globalmente ce­ rrada y no pueden existir caminos abiertos, ya que esto denotaría si­ tuaciones sin posible salida. Se excluye también que los ca­ minos de una divergencia en «O» puedan concurrir en una conver­ gencia en «Y» (ver apartado si­ guiente), puesto que esto provoca­ ría un bloqueo del sistema en el punto de convergencia ante la ¡m- Finura 2.29. Esquema iónico de la parle secuencial en una estructura de divergencia y convergencia en aOo. 08 ce B9 010- 020 - 030 • >1 Q9 Q9 09 ■ C9 1 B10 OH- S 010 H 010 09 • C9 2 • 021 B20 & S 070 R 020 09 C9 3- 031 B30 & S Q30 R 030 Q18“ C18- & BI9 040- 5 019 R Q19 024- C24- & B 25 Q40- 019- 5 025 R 025 C 19” 025- C25- QZ.1 - Qm7 - C47 ~ 0 34- C3A - QSI - & & £1 BAO S Q40 R 040 & & 850 050 R 050 28 www.FreeLibros.me
  • 21. d i u ñ o dk a u t o m a t is m o s LÓGICOS posibilidad de finalizar simultánea­ mente todos los caminos, habiendo iniciado sólo uno. l..n la obtención del esquema lógico .i. la parte secuencial. las únicas etapas qt e merecen comentario son las que se encuentran inmediatamente antes o Jespués de la divergencia y convergen- .ut. pues las demás son simplemente arte de una estructura lineal, que ya emos estudiado. Así pues, en la figura 2 2d se han representado los esquemas ^ la parte de control secuencial co- ;spondientes al gráfico de la figura 2 28. incluyendo sólo dichas etapas. Como detalles más significativos de figura 2.29, puede observarse que: - L.a desactivación de la etapa previa a una divergencia se produce al activarse una cualquiera de las etapas siguientes, según una ecua­ ción lógica en «O»: R ESET B9 = Q10 + Q20 + Q30 («O» de todas las ramificaciones divergentes) — La activación de la etapa siguiente a una divergencia depende de la etapa previa y de la condición par­ ticular del camino activado, como si se tratara de una secuencia lineal: SET B10 = Q9 •(C9-I) La activación de la etapa siguiente a una convergencia depende de las etapas previas según una ecua­ ción lógica en «O»: SET B40 = Q19 •C19 + Q25 C25 O» de todas las ramificaciones concurrentes) * 1 1J . Divergencia y convergencia en «Y» La divergencia y convergencia en i . a las que llamaremos conjunta­ mente bifurcación en «Y», forman una -- rjetura en la que existen los siguien- -. elementos (figura 2.30): Una divergencia en «Y» en la que se inician varios caminos o subpro- >:esos que deben iniciarse simultá­ neamente cuando se cumpla una determinada condición de transi­ ción común (C9 en el gráfico de la figura 2.30). ce ■C9 ÍI CA 40 •CAO hCA6 47 -■ C B so eso »0 20 30 -CIO - -czo 1— — 1 ¡M_20Ó¡ l_ -1 T C2S 25 C30 r-'--t r 1 l M 30oJ 1— <£= Tram os con m acroostf iiC<o»0 lin e o l — C o n v e r g e n c i a e n Y 34 Figura 2.30. Divergencia y convergencia en «Y». 2) Una serie de caminos simultáneos con una macrocstructura lineal, aunque pueden contener otras es­ tructuras más complejas. 3) Una o más confluencias en «Y» de dichos caminos, de manera que la macrocstructura debe ser global­ mente cerrada. Esta estructura se prevé para repre­ sentar procesos que se inician simul­ táneamente, se ejecutan de forma in­ dependiente con distintos tiempos y condicionan la continuación del pro­ ceso en tanto no hayan terminado to­ dos ellos. Como ejemplo tenemos el caso de una estación de mecanizado, con un plato giratorio de tres posicio­ nes, una para alimentación y evacua­ ción de piezas, otra para taladrado y la tercera para roscado. Las tres operacio­ nes se inician simultáneamente y no puede proseguir el proceso en tanto no hayan terminado las tres operaciones o tareas. La continuación consiste en dar 1/3 de vuelta al plato e iniciar otro ciclo si se desea (figura 2.31). Al igual que se dijo para las bifur­ caciones en «O», no es imprescindible que los subprocesos simultáneos que parlen de una misma divergencia de­ ban confluir en una misma convergen- www. □FreeLibros.me
  • 22. AUTÓMATA! PROOltAMABLES Figura 2.J1. Ejemplo de proceso que requiere bifurcaciones en uV» (Cortesía de Telemecanique). cia. Lo que sí es imprescindible es que el gráfico, visto globalmente, sea cerra­ do. Las propiedades que cumplen las convergencias y divergencias en «Y» son las siguientes: A) A partir del punto de divergencia el proceso evolucionará por varios caminos a la vez, ejecutando varias tareas simultáneamente. B) La condición de transición para ini­ ciar las tareas simultáneas es única y común para todas ellas. C) A nivel de gráfico global, los dis­ tintos caminos iniciados como di­ vergencia en «Y» deben confluir en uno o más puntos de convergencia en «Y». Dicho de otra forma, la es­ tructura debe ser globalmente ce­ rrada y no pueden existir caminos abiertos, ya que esto denotaría si­ tuaciones sin posible salida. Se excluye también que los ca­ minos de una divergencia en «Y» puedan concurrir en una conver­ gencia en «O». En realidad las re­ glas del G R A F C E T no prohíben explícitamente esta situación, pero en caso de cerrar una divergencia en «Y» con una convergencia en «O» se podrían activar varias etapas consecutivas de una estructura li­ neal que estuviera a continuación y esto está en desacuerdo con la regla A del apartado 2.11.1. D) La convergencia en «Y» impone de por sí una condición de transición: todas las tareas que confluyan en ella deben haber terminado para que el proceso pueda continuar. Por tanto, a la hora de comprobar la regla A6 del apartado 2.8. puede considerarse a todos los efectos que una convergencia «Y» equivale a una transición. Esto no impide que puedan existir condiciones adicio­ nales, aparte de la propia de con­ vergencia, tal como se ha supuesto en la figura 2.30 con las condicio­ nes C A y CB. En caso de que no existieran di­ chas condiciones adicionales puede escribirse también CA=1 o CB=1, para indicar esta circunstancia. Es frecuente utilizar este criterio, ha­ ciendo que las últimas etapas pre­ vias a la convergencia «Y» sean simplemente etapas de espera, don­ de no se desarrolla ninguna tarea específica más que esperar que ter­ minen las otras tareas que conflu­ yen en ella. En la figura 2.32 se ha representado el esquema lógico de la parte secuen- cial correspondiente al G R A F C E T de la figura 2.30. Las únicas etapas que se han considerado son las que se en­ cuentran inmediatamente antes o des­ pués de la divergencia y convergencia, pues las demás son simplemente parte de una estructura lineal, que ya hemos estudiado. Como detalles más significativos de la figura 2.32, puede observarse que: — La etapa previa a una divergencia «Y» no debe desactivarse hasta que se hayan activado todas las etapas siguientes, según una ecua­ ción lógica en «Y»: R E S E T B9 = Q10 Q20 Q30 («Y» de todas las ramificaciones divergentes) — La activación de cualquier etapa inmediatamente después de una divergencia depende de que este activa la etapa inmediatamente anterior y de la condición de tran­ sición común. SET B10 = Q9 C9; SET B20 = Q9 •C9; SET B30 = Q9 •C9 — La activación de la etapa siguiente a una convergencia «Y» depende de que estén activas todas las eta­ pas previas y eventualmente de al­ guna condición adicional (C A o C B en nuestro ejemplo). SET B40 = Q19 Q25 -CA («Y» de todas las ramificacione? concurrentes) SF.T B50 = Q47 Q34 ■CB 2.12. DIAGRAM AS D E F L U JO Y D IAGRAM AS GRAFCET Para el lector habituado a trabaja- con los clásicos gráficos de flujo em­ pleados en informática, puede ser in teresante establecer una comparación entre éstos y el G R A F C ET . haciende resaltar algunas diferencias esenciak- que existen entre ambos. 30 www.FreeLibros.me
  • 23. O ISIÑ O DK AUTOMATISMOS LÓGICOS Qfl - C8- Q10- 0 2 0 ­ 030- & S Q9 R 09& 09 - C9- 011 & S 010 r dio 071 Q9- C 9 - 031 & S Q30 R 030 Q/.0 02A- C 24 - Q/«0 & S 025 R Q 2 l Q19- 075- CA- Q¿1 & S CU.0 R QiÓ Figura 2.32. Esquema lógico de la parle secuencial en una estructura de divergencia y convergencia *n «Y» (corresponde a la figura 2.30). ) Un gráfico de flujo representa una sucesión de tareas que se ejecutan secuencialmente a la velocidad del procesador, m ientras que un G R A F C E T es una sucesión de ta­ reas, eventualmente controladas por un procesador, pero que se ejecu­ tan a la velocidad impuesta por el proceso. En general, pues, durante el tiempo de actividad de una etapa G R A F C E T el procesador ejecuta muchos barridos del gráfico funcio­ nal completo. B) Un gráfico de flujo representa, en general, procesos monotarea, mien­ tras que en G R A F C E T es perfec­ tamente lícito representar tareas si­ multáneas (divergencia y conver­ gencia en Y). Dicho de otra forma, no existe una estructura en diagra­ mas de flujo para representar tareas simultáneas. Para clarificar mejor este concep­ to, cabe decir incluso que un mis­ mo procesador puede ejecutar a la vez varios gráficos funcionales, que pueden estar relacionados entre si o ser completamente disjuntos. C) Como consecuencia de lo anterior, un bucle en un diagrama de flujo implica que sólo se está ejecutando la parte de programa interior al bu­ cle, hasta que se cumpla la condi­ ción que permita salir de él, mien­ tras que en G R A F C E T se explora la totalidad del programa, con in­ dependencia de que se cumplan o no las condiciones de transición. D) Un G R A F C E T debe separar las ac­ ciones combinacionales de las se­ cuenciales, mientras que en un grá­ fico de flujo no existe tal distinción, E) Un diagrama de flujo no contiene información suficiente para deducir de él el programa de forma univoca, mientras que el G R A F C E T permite una «compilación» directa a pro­ grama máquina. A pesar de estas diferencias, que no deben pasarse por alto, resulta intere­ sante desarrollar en G R A F C E T algu­ nas de las estructuras habituales en programación estructurada. Tal como se ha dicho, el G R A F C E T permite re­ presentar cualquier estructura lógica se­ cuencial a partir de las tres estructuras básicas estudiadas anteriormente, tal como se puede ver en los ejemplos si­ guientes: Pueden obtenerse diversas estructu­ ras de saltos y bucles basándose casi siempre en la estructura simple de di­ vergencia y convergencia en «O». Asi, por ejemplo, pueden obtenerse saltos condicionales, ya sea hacia etapas pos­ teriores o hacia etapas anteriores, según se muestra en la figura 2.33. Figura 2.33. Saltos y hueles: a) Salto adelante, b) Salto atrás. 10 10 CIO- c,° en -■ Ci 2H 20 C 2 0 - C IO ” C11-- 12 C12 -J- 20 C20 íí C 20 o I Sallo adelante b| Salto atrás www.F bros.me
  • 24. Figura 2..14. Huele can comprobación final: «REPF.AT UNffl. X». De forma similar podrían obtenerse bucles con estructuras típicas como « W H IL E DO», «RF.PEAT U N TIL», «FO R N EXT», etc., según se muestra en las figuras 2.34 a 2.36. La propia estructura «1F...THEN... ELSE. .ELSE...» o las de tipo «C A SE» son directamente equivalentes a una bifurcación en «O», con una rama para el «IF» y una para cada «ELSE». A las anteriores hay que añadir el concepto de subrulina o procedimien­ to, que en G R A F C E T se obtiene con el concepto extendido de macroetapa tal y como lo hemos definido en el apartado 2.10. Recuérdese que la nor­ ma del G R A F C E T no admite utilizar el concepto de macroetapa como si­ nónimo de subrulina, pero en cambio no impide que existan varias etapas ini­ ciales ni que dos gráficos funcionales Figura 2.35. Bucle con comprobación inicial: «WHILE... DO». Figura 2.36. Equivalente en GRAFCET a un bucle «FOR NEXT». puedan tener condiciones de transición cruzadas (figuras 2.19 y 2.27). 2.13. ETAPAS IN IC IA LES, PR EPO SIC IO N A M IEN T O Y ALARM AS Uno de los problemas que debe re­ solverse al plantear un problema de automatización de un proceso es el de inicializar dicho proceso en el momen­ to de arranque inicial (arranque en frió) y el de establecer cómo debe rearrancar en condiciones anómalas como pueda ser la pérdida de tensión del sistema de control con salvaguarda de datos (arranque en caliente). Este problema recibe el nombre genérico de «trata­ miento preliminar». Para establecer el comportamiento del sistema de control en estos casos singulares se incorporan ciertas varia­ bles internas capaces de detectar el es­ tado de servicio del propio sistema, co­ nocidas habitualmenle como variables de sistema. La estructura com pleta de un G R A F C E T quedará, pues, formada por tres grandes bloques: tratamiento pre­ liminar, tratamiento secuencial y tra­ tamiento combinacional o posterior, según se muestra la figura 2.37. El tratamiento preliminar se ejecuta sólo en el primer ciclo después de un arranque, distinguiendo entre arranque en frió o arranque en caliente y permite rciniciar el proceso a partir de sus eta­ pas iniciales (caso más frecuente en el arranque en frío) o posicionarlo en otras etapas intermedias para proseguir un proceso interrumpido en condicio­ nes anómalas (caso de arranque en ca­ liente, con memoria de datos que per­ mita continuar el proceso). En el úl­ timo caso las variables de sistema cventualmcnle los datos memori/ados suelen emplearse para decidir el pre- posicionamiento del sistema. El tratamiento secuencial se ejecuta, en general, cíclicamente en condiciones normales de funcionamiento y resuelve las distintas fases de evolución que debe seguir el proceso. El tratamiento combinacional queda también incluido dentro del ciclo nor­ mal de ejecución y contiene todas las acciones a ejecutar en cada una de la-. etapas del proceso. Otro aspecto a contemplar es el de posibles condiciones anómalas de fun­ cionamiento, ante las cuales se desea generalmente que el sistema de control reaccione de distintas formas, depen­ diendo de la gravedad de la anomalía. Si se quisieran contemplar estas con-; diciones en el G R A F C ET , cada etapa debería tener al menos dos salidas (di­ vergencia en O), una para evolución normal y otra para responder a con­ diciones de alarma. Sin embargo, si se Figura 2.37. Estructura general de ejecución de: GRAFCET. 32 www.FreeLibros.me
  • 25. quiere dibujar esto resulta un gráfico funcional excesivamente complicado. Así pues, se opta generalmente por re­ presentar en el gráfico funcional sólo la evolución normal del proceso y se da por entendido que dicho funcio­ namiento normal puede ser «interrum­ pido» en cualquier etapa por una con­ dición genérica de alarma. El útil para efectuar un tratamiento sistemático de los arranques, paradas, preposicionamientos y alarmas es el co­ nocido con el nombre G EM M A , que se estudia en el apartado siguiente 2.14. PU ESTA S EN MARCHA Y PARADAS: G EM M A Hemos insistido varias veces en que el desarrollo y explotación de sistemas lülomáticos de producción requiere el empleo de útiles metódicos, con un vo­ cabulario preciso y una aproximación s stemática y guiada, donde se reflejen runto por punto los procedimientos a ..Tiplear a modo de un «check list». En lo que se refiere al desarrollo de a parte de mando, hemos visto que el ■rR A FC ET es un útil adecuado para r io. pero es preciso partir de unas es­ : ecificaciones precisas y prever posi- ” les condiciones anómalas. En otras relabras, las especificaciones son la materia prima» a partir de la cual construimos un proyecto. Unas espe- . (¡cationes incorrectas o incompletas nos llevarán a un resultado final in­ correcto. Es necesario, pues, un útil revio que nos permita generar unas especificaciones correctas, asegurando :ue no dejan situaciones imprevistas y ■contienen incoherencias. Uno de los intentos de creación de : cho útil ha sido llevado a cabo por n equipo de investigadores impulsado in Francia por A D E P A (Agence pour i DÉveloppement de la Productique Nppliquée) y ha dado como resultado i creación del G E M M A (Guide d’Étu- r des Modes de Marches et d’Arréts). El G E M M A es un método para el :«tudio de las posibles situaciones de ' archa y parada en que puede encon- ~arse la parte operativa (PO) de un pro- :so (ver apartado 2.7) y las formas de solucionar de unas a otras. Para ello apoya en un útil gráfico que repre- cnta una serie de estados tipificados de la PO y muestra las posibles formas de evolución de unos a otros. A continuación presentaremos los principios de este útil, aunque nece­ sariamente en forma resumida. Para ampliar los conceptos aquí desarrolla­ dos remitimos al lector a la referencia [6], 2.14.1. Elementos de base La aplicación práctica del G E M M A se apoya en un útil gráfico, que consta de los siguientes elementos: A) Rectángulos de estado, donde se de­ finen una serie de situaciones ti­ pificadas, que se suelen dar en cual­ quier automatismo. La figura 2,38 muestra los estados normalizados que deberán analizarse siempre. En caso de que el automatismo a di­ señar disponga de alguna situación o estado especial, debería incluirse en el marco de alguno de los pro­ puestos. Puede ocurrir también que alguna de las situaciones tipificadas no tenga sentido para el automa­ tismo que estamos diseñando; en tal caso se tachará el cuadro co­ rrespondiente. B) Familias de estadas. El conjunto de estados posibles de un sistema se agrupan en tres familias: — Familia A: Estados de paro. — Familia F: Estados de funciona­ miento. — Familia D: Estados de fallo. Desde otro punto de vista, se di­ vide el total de estados en dos gran­ des grupos: producción y fuera de producción (figura 2.39). Se dice que un sistema está en producción cuando cumple el obje­ tivo para el cual ha sido diseñado y fuera de producción en caso contra­ rio. Obsérvese que los términos «en producción» y «en estado de funcio­ namiento» tienen significados distin­ tos. En efecto, se puede estar en pro­ ducción teniendo todo o parte del sistema en estado de paro (paro por fin de ciclo, por ejemplo) o se puede estar en funcionamiento sin estar en producción (preparación de máqui­ na. por ejemplo). C) Lineas orientadas. Estas líneas con­ templan todos los pasos posibles de una situación o estado a otro Ln la propia línea se marcará el sentid' de paso. D) Condiciones de evolución. que in­ dican si el paso de un estado a otro está condicionado o si se debe to­ mar alguna acción previa. Al con­ trario de lo que ocurría en el G R A F C LT . estas condiciones en­ tre estados pueden o no existir. F.n caso de no existir, se entenderá que el paso es Incondicional, sin ningún requisito previo. El método de diseño consiste en que el diseñador rellene el gráfico estándar de la figura 2.38, lo cual le obliga a pre­ ver una serie de posibilidades que, de otra forma, podrían pasar inadvertidas y, eventualmente, pueden obligar a in­ cluir sensores o controles adicionales para prever la evolución controlada en­ tre algunos de los estados. Como se lia dicho, es perfectamente admisible considerar alguno de los es­ tados normalizados como imposible o añadir algún otro no previsto, bien en­ tendido que esto supone una elección deliberada del diseñador y no responde a un descuido. Esto es asi, sobre todo, en estados como test, rearranque au­ tomático, ciertos preposicionamientos, etc. Hay que matizar, sin embargo, que no debería admitirse como imposible ningún estado de fallo o de paro de emergencia. 2.14.2. Estados de funcionamiento La familia de estados de funciona­ miento comprende todos aquellos por los que debe pasar la parle operativa para obtener el resultado deseado del proceso. Así, forman parte de esta fa­ milia los estados preparatorios de pro­ ducción, los tests o controles previos o posteriores y, en gran parte, los propios del proceso. Concretamente, el gráfico contempla los siguientes estados'nor­ malizados (figura 2.38): F l (Producción normal) Éste comprende las etapas para la obtención del proceso propiamente di­ cho, Este estado se representa en el gráfico G E M M A por un rectángulo en trazo más grueso. El proceso a efectuar se define en términos de un diagrama G R A FC ET . denominado «de base»
  • 27. l'5 ( Verificación de marcha cu urden) Permite verificar paso a paso o de idrma continua ciertos movimientos o partes del proceso, respetando el orden nabitual del ciclo, ya sea produciendo 0 en vacio. f'6 (Marcha de test) Permite el reajuste o calibración de ciertos sensores o la ejecución de cier- 1js operaciones de mantenimiento prc- entivo, correcciones por desgaste, etc. 2.14.3. Estados de paro Dentro de la familia de estados de aro se consideran todos aquellos que ietienen el funcionamiento del pro- aso. La familia comprende los siguien- estados normalizados: í / (Paro en estado inicial) Estado inicial de reposo de la parte «perativa. Se suele corresponder con .as etapas iniciales del G R A FC ET . El c.tángulo correspondiente del gráfico íE M M A se dibuja también con doble trazo. i Demanda de paro a ,final de ciclo) Cuando se solicita este paro, la má- _jina debe continuar hasta el final de .•do y finalmente detenerse. Se trata, ~ues, de un estado transitorio hacia Al. (Demanda de paro en un estado .¡•terminado) Cuando se solicita este paro, la má- c na debe continuar hasta detenerse 11 un estado determinado, distinto del n de ciclo. Se trata de un estado tran- • >rio hacia A4. ' - iParo en estado intermedio) La máquina está detenida en un es­ tán distinto del inicial y del final. ) (Preparación de arranque después de ■i" tallo) Fn este estado deben efectuarse las reraciones necesarias para una nueva ruesta en marcha. 'h IInicialización de la parle operativa) Estado en el que se prepara la par­ : operativa para efectuar un rearran- ^uc desde las condiciones iniciales. Se ata, pues, de un estado transitorio ha- ua A l. A l (Preposicionamiento de la parte operativa) Estado en el que se prepara la parte operativa para efectuar un rearranque desde unas condiciones cualesquiera, distintas de las iniciales. Se trata, pues, de un estado transitorio hacia A4. 2.14.4. Estados de fallo Esta familia comprende todos aque­ llos estados de paro por fallo de la parte operativa o de marcha en condiciones anómalas. Los estados normalizados dentro de esta familia son: D I (Paro de emergencia) En este estado debe preverse: un paro lo más rápido posible y otras ac­ ciones necesarias para limitar las con­ secuencias del fallo, tanto desde el pun­ to de vista de la producción como de la seguridad humana. 1)2 (Diagnóstico y/o tratamiento del fallo) Incluye las acciones a ejecutar para averiguar el origen del fallo. Lógica­ mente la salida de este estado debe evolucionar hacia A5 o evenlualniente hacia D3. D3 (Seguir en producción con fallo) Este estado corresponde al caso de necesidad o conveniencia de continuar la producción en caso de ciertos fallos, incluso aceptando una degradación de la calidad o pérdida total del producto. Se incluye también la posibilidad de intervención de operadores humanos para suplir ciertas disfunciones del sis­ tema automático. 2.15. M ÉTO D O G EN ERA L DE D ISEÑ O BASADO EN G EM M A La secuencia típica aplicando el mé­ todo sistemático de diseño comprende las siguientes fases: Ai — Estudio de las acciones del pro­ ceso, — Definición del ciclo normal de producción. — Formulación del G R A F C E T de base. B) — Definir la parte operativa (accio­ namientos y sensores). — G R A F C E T operacional, con de­ finición de la parte operativa. C) - Definir los modos de marcha y paro con ayuda del GF.M M A. D) - Definir, con ayuda del G E M ­ MA, de las condiciones de evo­ lución entre los distintos estados de funcionamiento, parada y fa­ llo. — Definir la comunicación hom­ bre-maquina (pupitre de mando) y comunicación con otros con­ troladores de proceso. — Formulación del G R A F C E T completo. F.) — Escoger la tecnología del mando (eléctrico, neumático, electróni­ co, programable o no. etc.). F) — Concepción del esquema o pro­ grama de mando. Figura 2.40. Bucles Je evolución en GEMMA. 35 www.FreeLibros.me
  • 28. AUTÓMATAS raO O R A M A ftllf www.FreeLibros.me
  • 29. DISEÑO DE AUTOMATISMOS LÓOICOS dueción normal o hacia el estado 1)1 de alarma (figura 2.43). Sin embargo, no se suele utilizar este tipo de representación por la complc- idad que añade a los G R A F C E T de lorma innecesaria. Los autores del G E M M A proponen dos posibles formas de evolución a par­ ir dé un paro de emergencia: ) Bloqueo inmediato de todas las sa­ lidas de acción y entrar en un G R A F C E T de alarma genérico, donde se decidirá la evolución pos­ terior. B> Con secuencia especifica de emer­ gencia, lo cual obliga a introducir en todas y cada una de las etapas del G R A F C E T una posible salida hacia una etapa de emergencia. La elección de uno u otro método ependerá. en general, del número lo- i¡ de etapas del G R A F C E T y de las tficullades de entrelazar las distintas ¿reas con el paro de emergencia. En jüiómatas programables se suele ent­ ra r el primer método, ya que se dis- - ne de variables de sistema o incluso :e instrucciones especificas que per- ten una fácil ¡mplementación del mismo. 117. E JE M P L O D E D ISEÑ O Para resumir el método general de : 'Cño desarrollaremos un ejemplo sen­ . ¡ o basado en los útiles gráficos del C.EM M A y G R A FC ET . Para realizar ejemplo hemos escogido una parte J ; una planta embotelladora, que com- ,'ide las secciones de carga, llenado • .¡ponado y hemos aplicado los prin- . ->os expuestos en el apartado 2.15. I I 7.1. Fases A y B de diseño La figura 2.44 muestra esquemáti- . ' ente la máquina, con estas partes: Estación de cania: Los recipientes llegan por una cinta y se transfie­ ren a la cinta de máquina a través del cilindro neumático A. - Avance cinta: La cinta de máquina avanza un paso con el cilindro B. El acoplamiento de piñón y cre­ mallera avanza sólo de izquierda Figura 2.43. Tratamiento de alarmas y estados de fallo. a derecha, es decir, cuando el ci­ lindro B retrocede no arrastra la cinta hacía atrás. — Estación de llenado: El llenado lo efectúa un dosificador volumétri­ co controlado por el cilindro C y una válvula D. Estación de taponado: La opera­ ción de taponado consiste en la transferencia del tapón mediante el cilindro G. aproximación me­ diante el cilindro E. El tapón que­ da retenido en el receptáculo, se retiran los cilindros G y E y pos­ teriormente se rosca el tapón aproximando nuevamente E y ha­ ciendo girar el tapón mediante el motor neumático F. Sensores: Inicialmente se ha pre­ visto que cada cilindro lleve un sensor final de carrera, identifi­ cado por la misma letra (en mi­ núscula) y el subíndice I o 0, se­ gún este extendido o replegado, Asi. por ejemplo, el sensor a, in­ dica cilindro A extendido y a„ ci­ lindro A replegado, El cilindro E, como caso es­ pecial. lleva un detector de pre­ sión (e,) para detectar que el ta­ pón ha llegado a tope en la trans­ ferencia o durante el roscado del tapón a! recipiente. Obsérvese que en estas fases se han definido algunos accionamientos y sen­ sores. pero no todos. A medida que se www.FreeLibros.me