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Acción
Para la Gloria de Dios y el bien
del ser humano
Editorial Cristiana “El Maestro Silencioso” Coordinador:
Dr. Luis A. Silva Cisneros. Tel. 0241 8233566.
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AÑO VII. NUMERO 2 CO. 5B
EPISTOLA 2. DE CORINTIOS
Contenido
1. Crucigrama (2 Co. No. 5B)
2. Lectura en 2 Corintios 5:11-21. El
ministerio de la reconciliación.
3. La corona de espinas.
4. Citas y Pensamientos sabios.
5. Versículos para Memorizar.
Lectura en 2 Corintios 5:11-21.
El ministerio de la reconciliación
11
Conociendo, pues, el temor del Señor,
persuadimos a los hombres; pero a Dios le es
manifiesto lo que somos; y espero que también lo
sea a vuestras conciencias.
12
No nos recomendamos, pues, otra vez a
vosotros, sino os damos ocasión de gloriaros por
nosotros, para que tengáis con qué responder a
los que se glorían en las apariencias y no en el
corazón.
13
Porque si estamos locos, es para Dios; y si
Salvador. Gotas de sangre brotaban de la
frente herida por las espinas. El médico se acordó
de la pregunta de la niñita, pero no sabía qué con-
testar. Ojalá se hubiera tomado el tiempo para espe-
rar la respuesta de la madre.
Una terrible epidemia de escarlatina azota-
ba la ciudad. El Doctor Henning estaba haciendo
todo lo que podía por atender a tantos enfermos.
Una noche le tocó examinar a una niñita que estaba
muy grave. El tuvo que decirle a la madre angustia-
da que su única hija pronto moriría. La señora aga-
chó la cabeza y, acongojada, murmuró: “...si me la
pides, Señor, debo devolvértela.” Sólo en ese ins-
tante, el doctor Henning reconoció a la madre. Se
volvió hacia la niña, Dorita y, a pesar de que ella
estaba consciente de su gravedad, tenía la mirada
radiante. El médico prometió volver al día siguien-
te. Se fue muy perturbado. Había visto a muchos
moribundos, pero esta vez vio algo distinto; una
niña de ocho años a punto de pasar hacia una biena-
venturada eternidad. Y él, el médico, el científico,
el incrédulo, iba también hacia una eternidad, pero
¿Cuál? Exclamó: “Oh Dios!, si existes, no permitas
que esta niña muera sin que antes yo pueda pregun-
tarle respecto de Ti”.
A la mañana siguiente, el doctor fue a ver
a Dorita. ¿Estaría aún con vida? Al llegar, no pudo
creer lo que veía: la niña no tenía más fiebre ni las
manchas rojas. El médico se sentó cerca de la cama
y preguntó: “¿Cómo te sientes?” “Bien”, contestó
Dorita. “Me siento liviana como si fuera a volar
hacia el cielo”. “¿Quisieras ir allá, Dorita?” “Claro
que sí”, dijo ella, “para estar con Jesús. El murió
por mí en la cruz. Por mí llevó la corona de espi-
nas”.
Los ojos del médico se llenaron de lágrimas. ¿No
era precisamente ésta la respuesta que él esperaba?
La niña juntó sus pálidas ma-
nitas y recitó: “Porque de tal
manera amó Dios al mundo
que ha dado a su Hijo unigé-
nito, para que todo aquel
que en él cree no se pierda,
más tenga vida eterna”.
“¿No quisieras seguir vivien-
do para explicarme cómo pue-
do conocer a Jesús?”, le pre-
guntó el médico.
“Quisiera ver su corona de gloria”, le respondió
Dorita, “pero si usted quiere venir a El, le pediré que me
deje aún un poco sobre la tierra para hablarle de El.
Después de esta conversación, Dorita se dur-
mió, pero el Doctor Henning salió, reflexionando sobre
lo que había oído. Dorita mejoró un poco, y así pudo
conversar en otras oportunidades con el doctor. Pero
éste tenía un problema: era demasiado inteligente y te-
nía demasiados méritos. Era necesario que se volviera
como un niño, que dejara a un lado sus razonamientos y
que se olvidara de sus méritos. Finalmente, vencido por
el poder de la Palabra de Dios, y con la fe sencilla de un
niño, aceptó al Señor Jesucristo como su Salvador per-
sonal.
A pesar de los cuidados médicos, la niña per-
maneció débil y frágil. Nuevamente se agravó y, des-
pués de una corta lucha, Dorita tomó su vuelo hacia su
amado Señor Jesús.
¿Te has preguntado alguna vez por qué Dios
permitió el sacrificio de la cruz? ¿Por qué Jesús aceptó
ser herido por Dios, el justo por los injustos? Si no pue-
des contestar estas preguntas, haz como el doctor Hen-
ning: no descanses hasta haber hallado la respuesta.
Autor Anónimo. Tomado de un folleto evangélico pu-
blicado en Alemania Federal.
Citas y Pensamientos Sabios
No me hables de lo que fuiste ayer,
háblame de lo que eres hoy.
……
Dios nos regala cada mañana una nueva oportunidad para
salir a conquistar nuestros sueños y hacerlos realidad. LASC.
……..
La historia me ha enseñado que sólo aparecen los actos
heroicos en las derrotas y los desastres. Anatole France.
…..
El secreto para ser santo: es ser santo en secreto.
2. somos cuerdos, es para vosotros.
14
Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando
esto: que si uno murió por todos, luego todos mu-
rieron;
15
y por todos murió, para que los que viven, ya no
vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó
por ellos.
16
De manera que nosotros de aquí en adelante a
nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo
conocimos según la carne, ya no lo conocemos así.
17
De modo que si alguno está en Cristo, nueva
criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas
son hechas nuevas.
18
Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconci-
lió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministe-
rio de la reconciliación;
19
que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo
al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres
sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de
la reconciliación.
20
Así que, somos embajadores en nombre de Cris-
to, como si Dios rogase por medio de nosotros; os
rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con
Dios.
21
Al que no conoció pecado, por nosotros
lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos
justicia de Dios en él.
La Corona de Espinas
Dorita, una niña de ocho años, acompañaba
a su mamá en una exposición de pintores famosos.
El cuadro que más le llamó la atención a la niña era
uno de Cristo coronado de espinas. Al mirarlo fija-
mente, preguntó: “Dime, mamá, ¿Por qué llevó el
Señor Jesús una corona de espinas?”. En ese ins-
tante pasaba un médico renombrado en la ciudad,
el doctor Henning. Esta pregunta lo alcanzó como
una flecha pero, como tenía prisa, no pudo esperar
la respuesta de la madre. Siguió su camino, pero la
pregunta quedó dando vueltas en su cabeza todo el
día. Al día siguiente, mientras atendía a los pacien-
tes en su consultorio, se preguntaba aún: “¿Por qué
llevó Jesús una corona de espinas? ¿Por qué el sa-
crificio del Gólgota?”.
En la tarde el médico pasaba de nuevo
frente a la exposición, pero esta vez se detuvo a ver
el cuadro. El pintor había expresado en su obra el
hondo sufrimiento y a la vez el gran amor del
VERTICALES. 2.VERTICALES. 2. ¿Qué somos los creyentes
en nombre de Cristo? 3.3. ¿Qué debemos hacer
todos para con Dios? 4.4. ¿Cuál palabra falta en
esta declaración de la Palabra de Dios? De mo-
do que si alguno __________ en Cristo, nueva criatu-
ra es. 6.6. ¿Qué hacemos con los hombres basado
en el temor de Dios? 8.8. ¿Qué cosa nos encargó
Dios relacionado con la reconciliación?
1111. ¿Por cuántos murió Cristo? 13.13. ¿Qué logró
Cristo en Dios, que nosotros fuésemos hechos?
15.15. ¿Qué cosa nos constriñe de Cristo?
HORIZONTALES. 1.HORIZONTALES. 1. Completar: si alguno está
en Cristo, nueva criatura es; todo esto ______________de
Dios. 5.5. ¿Qué cosas pasaron al nacer de nuevo?
7.7. ¿Qué Dios no tomó en cuenta a los hombres al
buscar su reconciliación? 9.9. ¿Qué es hecho nuevo,
al ser humano que está en Cristo? 10.10. ¿En quién
Dios estaba reconciliando al mundo? 12.12. ¿Con
quién necesitamos reconciliarnos? 14.14. ¿Cómo son
hechas todas las cosas al reconciliarnos con Dios?
16.16. ¿Qué conocemos del Señor? 17.17. ¿Qué hace-
mos en nombre de Cristo para reconciliarnos con
Dios?
CRUCIGRAMA: 2 CORINTIOS 5:11-21 (2 Co. No. 5B).
EL MINISTERIO DE LA RECONCILIACION