2. ¿Qué es un ecosistema?
El ecosistema es el conjunto de especies de un área determinada que
interactúan entre ellas y con su ambiente abiótico; mediante procesos como la
depredación, el parasitismo, la competencia y la simbiosis, y con su ambiente
al desintegrarse y volver a ser parte del ciclo de energía y de nutrientes. Las
especies del ecosistema, incluyendo bacterias, hongos, plantas y animales
dependen unas de otras. Las relaciones entre las especies y su medio,
resultan en el flujo de materia y energía del ecosistema.
4. Bosques
Un bosque (de la palabra germánica busch: arbusto y por extensión monte de árboles) o floresta (del latín
foresta) es un ecosistema donde la vegetación predominante la constituyen los árboles. Estas comunidades
de plantas cubren grandes áreas del globo terráqueo y funcionan como hábitats animales, moduladores de
flujos hidrológicos y conservadores del suelo, constituyendo uno de los aspectos más importantes de la
biosfera de la Tierra. Aunque a menudo se han considerado como consumidores de dióxido de carbono, los
bosques maduros son prácticamente neutros en cuanto al carbono, y son solamente los alterados y los
jóvenes los que actúan como dichos consumidores. De cualquier manera, los bosques maduros juegan un
importante papel en el ciclo global del carbono, como reservorios estables de carbono y su eliminación
conlleva un incremento de los niveles de dióxido de carbono atmosférico.
5. Selva
El concepto de selva, jungla o bosque lluvioso tropical, se aplica a los bosques densos con gran diversidad
biológica, vegetación de hoja ancha (tipo frondosa) y, por lo general, con dosel cerrado, sotobosque
biodiverso y varios "pisos", "estratos" o "niveles" de vegetación: desde árboles que pueden superar los 30
metros en los pisos altos hasta los musgos y helechos al ras del suelo, al cual difícilmente llega la luz solar
(por este motivo también abundan los hongos), con abundancia de lianas y epífitas. Estas condiciones suelen
darse en las áreas cálidas y lluviosas intertropicales de la Tierra, típicas de los climas cálidos (macro térmicos)
identificados con la letra A en la clasificación de Köppen; por tal motivo en la actualidad, cuando se habla de
selva lo más usual es que se aluda a las llamadas selvas tropicales, riquísimas en biodiversidad y grandes
retentoras de agua dulce, ya sea por su clima tropical húmedo merced a la sombra y al "efecto esponja" de las
densas vegetaciones o ya sea por el agua misma que contiene la enorme masa vegetal de las selvas
tropicales.
6. Desierto
Un desierto es un bioma que recibe pocas precipitaciones. Tienen reputación de poseer poca vida, pero eso
depende de la clase de desierto; en muchos existe vida abundante, la vegetación se adapta a la poca humedad
(matorral xerófilo) y la fauna usualmente se esconde durante el día para preservar humedad. El
establecimiento de grupos sociales en los desiertos es complicado y requiere de una importante adaptación a
las condiciones extremas que en ellos imperan. Los desiertos forman la zona más extensa de la superficie
terrestre: con más de 50 millones de kilómetros cuadrados, ocupan casi un tercio de ésta. De este total, 53%
corresponden a desiertos cálidos y 47% a desiertos fríos.
7. Ecosistemas acuáticos
Se entiende por ecosistemas acuáticos a todos aquellos ecosistemas que tienen por biotopo algún cuerpo de agua, como pueden
ser: mares, océanos, ríos, lagos, pantanos, riachuelos, laguna entre otros. Los dos tipos más destacados son: los ecosistemas
marinos y los ecosistemas de agua dulce. El montante, variaciones y regularidad de las aguas de un río son de gran importancia
para las plantas, animales y personas que viven a lo largo de su curso. La fauna de los ríos es de anfibios, peces y una variedad de
invertebrados acuáticos. Los ríos y sus zonas de inundación sostienen diversos y valiosos ecosistemas, no sólo por la cualidad del
agua dulce para permitir la vida, sino también por las numerosas plantas e insectos que mantiene y que forman la base de las
cadenas tróficas. En el lecho de los mares, los peces se alimentan de plantas y los insectos son comidos por las aves, anfibios,
reptiles y mamíferos. El agua dulce de los ríos presenta una enorme variedad de composición. Como esta composición química
depende, en primer lugar, de lo que el agua pueda disolver del suelo por el que discurre, es el suelo lo que determina la
composición química del agua. Si el suelo es pobre en sales y minerales solubles, también el agua será pobre en sales y minerales.
Y, a la inversa, si el suelo es rico en materias químicas solubles, gran parte de su riqueza la cederá al agua, con lo cual ésta
contendrá muchas más sales minerales. Eso es determinante para los tipos de vida animal y vegetal que allí se pueda desarrollar.
Las principales adaptaciones de los animales y vegetales están directamente relacionadas con las características físicas del agua,
con la que están permanentemente en contacto los organismos que viven en este medio acuático.