Este documento ofrece consejos sobre la buena conducta en Internet y comunicaciones electrónicas. Recomienda que las cuestiones delicadas se traten en persona en lugar de por correo electrónico. También aconseja no enviar archivos adjuntos muy pesados que otros usuarios no puedan descargar fácilmente, ser comprensivo con los errores de otros y no subir páginas muy pesadas sin avisar.
2. No remplace el "cara a cara" por un e-mail o
una sesión de chat
Si bien es cierto que el correo
electrónico acorta las
distancias, hay cuestiones que
se resuelven mejor en un
encuentro cara a cara. Por
ejemplo, enviar un mail a su jefe
para pedirle un día franco
porque "es más cómodo" es un
auténtico disparate y un rasgo
de mala educación. Para
resolver cuestiones por el
estilo, la charla es y será el
canal de comunicación
adecuado.
3. No envíe archivos adjuntos "muy pesados"
La capacidad de las cuentas de
correo electrónico va en aumento
y, con ello, son cada vez más los
usuarios de Internet que usan el
correo electrónico para enviar
pesadísimos archivos de audio y/o
de video. Muchas veces, el
despachante no tiene en cuenta
que el software de la PC del
remitente puede no ser el mismo
que el del destinatario, por lo que
ese video "maravilloso" se
convierte en una pila de códigos
fuente sin sentido. Un auténtico
bodrio, aún sin estimar la pérdida
del tiempo empeñado...
4. Sea benévolo con los errores ajenos
En Internet, todos
hemos sido, alguna
vez, principiantes. Por lo
tanto, si nuestro novato
interlocutor comete una
torpeza, no lo castigue
ni lo descalifique.
Hágale notar su falta en
privado y no se olvide
que es muy probable
que, algún tiempo
atrás, usted mismo haya
cometido el
mismo, idéntico, error.
5. No suba (ni recomiende sin avisar) páginas
muy pesadas
Las fotos grandes y de
buena definición
lucen, qué duda
cabe, mucho mejor. Pero
también está claro que no
todas las personas que
navegan en Internet
disponen de la misma
velocidad de conexión.
Entonces, lo que a algunos
les lleva unos pocos
segundos bajar, a otros los
interna en un suplicio que
parece eterno. Evite torturar
a los demás.