El documento analiza las consecuencias negativas del orgullo a través de varios ejemplos bíblicos como el rey de Tiro, Nabucodonosor y Atalía. También menciona cómo el orgullo fue la caída del Faraón de Egipto y cómo diferentes deidades egipcias representaban diferentes aspectos de la soberbia. Concluye que detrás del orgullo está Satanás y que Dios no recibe a los orgullosos, por lo que debemos evitar pretender ser mejores que Él y recordar que siempre hay alguien más