El documento discute los cambios demográficos como el crecimiento de la población y la urbanización en América Latina y el Caribe, y sus efectos en el sector forestal. También analiza el envejecimiento de la población a nivel mundial debido al aumento de la esperanza de vida. El envejecimiento plantea desafíos para los sistemas de salud y seguridad social.
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CONTENIDO
“La Problemática Social de los Cambios Poblacionales”
Los cambios poblacionales, como el crecimiento demográfico y la urbanización, forman
parte de una fuerza impulsora relevante que tendrá influencia en el desarrollo del sector
forestal en los próximos años. La población de América Latina y el Caribe en el 2000 era
de cerca 520 millones de habitantes (ONU, 2003), se estima que para el 2020 la
población alcanzará al menos los 620 millones. Las tasas de crecimiento de las zonas
urbanas en esta región es una las más altas del mundo, el porcentaje de la población que
vivía en las áreas urbanas ha crecido del 62,5% en 1970 al 78% en el 2000, y se prevé
que para el 2020 la población urbana alcance el 82,3% de la población. Las mayores
proporciones de población que viven en estas áreas se encuentran en particular en la
Argentina, Chile, el Uruguay y Venezuela. El aumento de la población acompañado del
crecimiento económico para algunos países tales como el Brasil, Chile, el Uruguay y
Panamá (FAO, 2004b), podría afectar al sector forestal principalmente productivo:
verificándose un incremento del consumo a escala nacional de madera y sus derivados,
principalmente de madera de construcción y madera como combustible tanto para uso
doméstico como para la industria.
Los países que verifiquen un mayor desarrollo económico probablemente incrementarán
el consumo de productos con mayor valor agregado, como muebles, papel, tableros,
puertas y ventanas. Por otro lado, a causa de la urbanización, se podría verificar un
desplazamiento de la frontera agrícola hacia las zonas forestales, ya que estas nuevas
áreas urbanas sustituirán las áreas agrícolas; por lo que para satisfacer las necesidades
de alimentos de estos nuevos residentes, los suelos agrícolas reemplazarían a los suelos
forestales, provocando una pérdida de cubierta forestal en las cercanías de los
conglomerados urbanos. Sin embargo, la creciente población urbana podría exigir un
mayor número de servicios ambientales y recreativos, y así actuar de contrapeso
promoviendo la conservación forestal.
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Envejecimiento de la población y expectativa de vida
El envejecimiento de la población, en demografía, se refiere a un cambio en la estructura
por edades de la población, desde la estructura del antiguo régimen demográfico previo a
la transición demográfica con grupos numerosos de población en edades infantiles y
juveniles y un escaso número de población en los grupos de edades maduras y longevas
a una nueva estructura propia de la segunda transición demográfica o de la
denominada revolución reproductiva -donde básicamente crecen los grupos de edades
maduras y longevas manteniéndose o disminuyendo los grupos de menor edad.
El envejecimiento de la población es característico de la segunda transición demográfica y
es consecuencia directa de cambios socioeconómicos que permiten una mayor
supervivencia generacional mejora en la alimentación, mejoras higiénicas y sanitarias,
mejores atenciones y cuidados, en definitiva un aumento general de la calidad de vida.
El proceso de envejecimiento de una sociedad suele ser consecuencia de una
baja natalidad, producida por la contención de la fecundidad propia de sociedades
llamadas avanzadas o países desarrollados, sumado al crecimiento de la población
anciana, proceso que en dichas sociedades se ve consolidado por las aplicaciones de las
mejoras en asistencias sanitarias y servicios sociales que permitan una mayor
supervivencia de las personas mayores.
En los países en vías de desarrollo el envejecimiento poblacional se ve disminuido por
unos índices mayores de natalidad y una mayor mortalidad de la población anciana.
En enero de 2010 las Naciones Unidas publicaron el informe Envejecimiento de la
población 2009. En el contenido de este informe se destacan cuatro conclusiones
principales:
1. El envejecimiento de la población no tiene precedentes, es un proceso sin parangón en
la historia de la humanidad. La población envejece cuando aumenta la proporción de
personas de la tercera edad (es decir, los mayores de 60 años o más), se acompaña
de reducciones en la proporción de niños (personas menores de 15 años) y por la
disminución en la proporción de personas en edad de trabajar (15 a 59). A nivel
mundial, el número de personas de la tercera edad se espera que supere el número de
niños por primera vez en 2045. En las regiones más desarrolladas, donde el
envejecimiento de la población está muy avanzado, el número de niños cayó por
debajo de la de las personas de la tercera edad en 1998.
2. El envejecimiento de la población es generalizado, ya que afecta a casi todos los
países del mundo. El resultado del envejecimiento de la población, principalmente por
la reducción de la fecundidad, se ha convertido en prácticamente universal. La
desaceleración resultante en el crecimiento del número de niños junto con el aumento
constante del número de personas mayores tiene una directa influencia en la justicia,
tanto intergeneracional como intrageneracional y la solidaridad, que son los cimientos
de la sociedad.
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3. El envejecimiento de la población es profundo y tiene importantes consecuencias y
repercusiones para todas las facetas de la vida humana. En el ámbito económico, el
envejecimiento de la población tendrá un impacto en el crecimiento económico, el
ahorro, la inversión, el consumo, los mercados de trabajo, las pensiones,
los impuestos y las transferencias intergeneracionales. En el ámbito social, el
envejecimiento de la población influye en la composición familiar y vital, la demanda de
vivienda, las tendencias de la migración, la epidemiología y la necesidad de servicios
de salud. En lo político, el envejecimiento de la población puede alterar los patrones de
voto y la representación política.
4. El envejecimiento de la población es permanente. Desde 1950, la proporción de
personas mayores ha aumentado constantemente, pasando del 8% en 1950 al 11% en
2009, y se espera que alcance el 22% en 2050. Mientras la mortalidad en la vejez siga
disminuyendo y la fertilidad siga siendo baja, la proporción de personas de la tercera
edad seguirá aumentando.
Algunas consecuencias del envejecimiento de la población
1. El desequilibrio de las estructuras demográficas por edad, es decir, la inversión o
quiebra de la pirámide de edades, con la disminución de las generaciones de niños y
jóvenes en estas sociedades. Por esto la población de adultos jóvenes tendrá que
asegurar la producción del país y sostener unas amplias cohortes de poblaciones
ancianas.
2. La crisis de los sistemas educativos por la tentación de realizar recortes en los
presupuestos económicos dedicados en etapas anteriores a la formación de las nuevas
generaciones.
3. La pérdida o debilitamiento de la memoria colectiva y problemas a la hora de transmitir
las propias conquistas culturales, científicas, técnicas, artísticas, morales y religiosas de
las comunidades. La falta de población pone en peligro la transmisión del patrimonio
común de la humanidad.
4. Algunos afirman también el agravamiento del desempleo y la base productiva y
económica de la sociedad. Las sociedades opulentas, pero envejecidas, corren el riesgo
de hundirse en un egoísmo creciente. Se vislumbra una posible degradación de la
solidaridad entre generaciones, que llevaría a auténticos conflictos en el reparto de los
recursos económicos.
5. La influencia negativa en el perfil psicológico del conjunto de la población. El aumento
del carácter sombrío, la falta de dinamismo intelectual, económico, científico y social o
carencias en la creatividad social parecen ser notas distintivas de las naciones „viejas‟.
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6. La tentación de la eutanasia puede sobrevenir como un método potencial para aligerar
el peso de los sistemas de seguridad social (mutualidades, pensiones, reembolso de
prestaciones, etc.).
7. Los desequilibrios violentos producidos entre países y regiones del planeta cuyas
poblaciones presentan estructuras por edad muy diversas que acarrean problemas
sociales tales como la inmigración ilegal.
Se acelera el envejecimiento de la población mundial
La celebración del Día Mundial de la Salud se centra en el aumento de los adultos
mayores en todo el planeta y los desafíos que ello implica
Según la Organización Mundial de la Salud, en 2020 en el continente americano habitará
200 millones de personas de más de 60 años y se estima que esa cifra suba a 310
millones en 2050, por lo que los países deberán implementar políticas adecuadas para
brindar coberturas y servicios de atención especializada a los adultos mayores.
Además, se calcula que en 2050 habrá en todo el mundo 395 millones de personas de 80
años, cuatro veces más que ahora, y para esa misma década se estima que el 22% de la
población mundial serán mayores de 60, cuando en la actualidad hay un 11%. Así, de 600
millones que hay en la actualidad, pasaremos a 2000 millones. La mayor parte de ese
aumento se producirá en los países menos desarrollados.
"Durante el siglo pasado, la esperanza de vida aumentó tan acusadamente que en el
mundo pronto se contarán más personas de edad que niños. El envejecimiento de la
población se registra progresivamente en todos los países del mundo, pero en los menos
desarrollados se percibe un cambio más rápido. Esa transformación social presenta a la
vez problemas y oportunidades. En particular, en algunos países se dispondrá solo del
lapso de una generación para preparar los sistemas de salud y de seguridad social para
un mundo que envejece".
El aumento de la esperanza de vida ha crecido en numerosos países de forma
significativa lo que produce, por primera en la historia humana, una abundancia de
población madura y longeva, consecuencia del éxito de las políticas de salud pública y del
desarrollo socioeconómico. Parte de la población que antes moría en el parto, en los
primeros meses de vida, durante la infancia y juventud y la primera madurez, ahora
sobrevive durante muchos años.
A principios de la década de 1950 la esperanza de vida en el mundo en su conjunto era
de unos 46,6 años. Se espera que en 2010-2015 sea de 68,9 años. Aparte del aumento
de la esperanza de vida, las tasas de natalidad han disminuido en muchas regiones del
mundo, lo que ha producido un cambio demográfico en el que la población de personas
mayores de 60 años aumenta de forma rápida. En todo caso, en los países en desarrollo
en los que se está produciendo este envejecimiento de la población, los gobiernos con
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recursos limitados disponen de un plazo relativamente breve para garantizar que cuentan
con eficaces regímenes de jubilación.
Causas positivas del aumento de la esperanza de vida
Se expone cinco causas positivas que favorecen el aumento de la esperanza de vida:
1. El drástico descenso de mortalidad generalizado en todas las regiones del mundo en
las distintas etapas de la vida.
2. Las mejoras sanitarias y de higiene humana.
3. El aumento del nivel de vida general en muchas regiones.
4. Una mejor producción alimentaria y progresos en su distribución.
5. La implementación de políticas de desarrollo más eficaces.
El envejecimiento: uno de los principales retos para los países en desarrollo y
emergentes
El informe de la OIT elaborado para la Conferencia Internacional del Trabajo señala que el
reto de cuidar a una población de edad avanzada cada vez más numerosa es un
problema no sólo para la India, sino para otros países en rápido desarrollo de África, Asia
y América Latina en los que el envejecimiento de la población va a aumentar a ritmo cada
vez mayor. Al igual que en la India, significa que los recursos de estos países se van a ver
sometidos a graves tensiones.
Como señala el informe, el problema se agudiza por el hecho de que un gran número de
personas de edad avanzada trabaja en la economía informal y tiene un acceso escaso o
nulo a regímenes contributivos de seguridad social; esto significa que debe ser prioritario
abordar adecuadamente las cuestiones relacionadas con la prestación de la seguridad
social.
Aunque el discurso del desarrollo se centró anteriormente en la limitación del gasto
público, ahora se admite que el gasto social es realmente necesario para el crecimiento.
En el informe de la Conferencia, los expertos de la OIT en seguridad social señalan que
los programas de protección social bien diseñados, en especial en forma de pensiones de
la seguridad social, en lugar de constituir un obstáculo para el desarrollo económico han
demostrado ser «muy eficaces para prevenir la pobreza y la inseguridad social durante
todo el ciclo de vida de una persona». Además, desempeñan un papel crucial como
estabilizadores económicos.
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Efectos del envejecimiento de la población
El creciente peso de la población anciana es uno de los cambios más significativos que se
ha dado en las sociedades desarrolladas en la segunda mitad del siglo XX.
El elemento fundamental que condiciona el envejecimiento de la población es el descenso
de la fecundidad. Desde mediados del siglo XX la fecundidad de las parejas ha ido
descendiendo hasta situarse por debajo del nivel de reemplazo. De acuerdo con los datos
facilitados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
La combinación de tasas de fecundidad bajas con una mortalidad en descenso, ha
provocado un envejecimiento general de las sociedades. Así, a lo largo de las últimas
décadas el declive de la mortalidad en las sociedades desarrolladas se está concentrando
en los grupos de edad superiores, lo que ha provocado un creciente peso de la población
anciana y la llegada a edades más avanzadas de personas en mejores condiciones de
salud.
Algunos efectos son:
1. Los gastos sanitarios
El proceso de envejecimiento de la poblaciónque se está produciendo en las
sociedadesdesarrolladas representa un importantereto para el sistema sanitario, no
sóloporque el gasto sanitario per cápita aumentacon la edad, sino también porque
implicaun cambio del carácter mismo de lasatenciones y cuidados demandados.
El gasto farmacéutico de la Seguridad Socialtambién ha sufrido un importante
incrementoen los últimos años.
2. Discapacidad
La discapacidad es otra de las cuestionesque aqueja a buena parte de las
personasmayores. Las discapacidades aumentancon la edad, haciendo que los que las
sufrendependan de terceros para la realizaciónde las actividades de la vida diaria,como
son las tareas del hogar, los desplazamientos dentro o fuera del hogar y elcuidado
personal, entre otras cuestionescotidianas.
3.Exclusión social de los mayores
La exclusión social es otro de los problemas que afecta al grupo anciano. El proceso de
exclusión social en los países desarrollados está determinado en buena medida por el
acceso o no al mundo laboral.
La posibilidad de tener un puesto de trabajo, de mantenerlo y de percibir beneficios, ya
sean económicos como el salario, sociales como son el prestigio o el reconocimiento, o
psicológicos como la autoestima o el sentimiento de pertenencia a un grupo, posibilita la
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plena integración de losindividuos en la sociedad. De esta forma,los individuos que
permanecen al margendel mundo laboral como son los jubilados,prejubilados,
discapacitados y los inmigrantes, se convierten en colectivos excluidos o potencialmente
excluidos.
La inequidad que sufre la población de 65 y más años se manifiesta primordialmente por
las desigualdades derivadas de la distribución de los ingresos, aunque también está
relacionada con la participación política y comunitaria, y de acceso a servicios y de
salubridad, entre otras disparidades.
4.Las pensiones de jubilación
El otro elemento objeto de la controversiacon relación al proceso de envejecimientoes el
de las pensiones. Desde algunos sectoresse ha dado la voz de alarma ante
laimposibilidad de poder pagar las pensionesen una sociedad en la que supuestamenteel
número de trabajadores podría ser inferior al de beneficiarios.
Previsiblemente el número de pensionesde jubilación se incrementará en los
próximosaños, mientras que las de viudedadseguirán una tendencia descendente. En
unfuturo a corto plazo, el grupo de pensionistasse nutrirá cada vez más de mujeres
quehan desempeñado un trabajo remuneradofuera de sus casas, y ante la posibilidad
deelección optarán por percibir una pensiónde jubilación, ya que la cuantía media deéstas
es más elevada que las de viudedad.
El proceso de envejecimiento está provocandouna importante preocupación social en
loque al gasto público se refiere. Desde numerososámbitos políticos, económicos y
sociales,prevalece la inquietud de que el envejecimientode la población suscitará
unimportante aumento del gasto social en sanidady atención a las personas mayores,
asícomo en las pensiones que éstas reciben.
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Jubilación
La jubilación es el nombre que recibe el acto administrativo por el que un trabajador en
activo, ya sea por cuenta propia o ajena, pasa a una situación pasiva o de inactividad
laboral, después de alcanzar una determinada edad máxima legal para trabajar o edad a
partir de la cual se le permite abandonar la vida laboral y obtener una retribución por el
resto de su vida.
Hay dos maneras percibir la jubilación: como una etapa con mucho más tiempo libre para
hacer lo que uno desee, o una pérdida de nivel económico al perder el status
laboral.Algunos esperan la jubilación con ansia, para sentirse liberados del yugo
esclavizante del trabajo. Otros la observan “desde lejos”, como si no fuera a llegarles
nunca. Pero a casi todos, sean cuales sean las expectativas personales, les supone un
shock emocional y un proceso adaptativo que puede convertirse en un serio trastorno
depresivo. Cuando en muchos países del mundo se está debatiendo retrasar la edad de
jubilación para aliviar las arcas del estado de las prestaciones sociales, amparadas por la
indiscutible realidad social del aumento de la longevidad, la jubilación regresa a los foros
de opinión con más fuerza que nunca.
La jubilación puede llegar a eliminar de golpe los estímulos que son indispensables para
motivarse ante la vida. Es un cambio brusco y total, que afecta a la esfera socio-
profesional y familiar de forma violenta y que puede conducir al individuo a un estado de
frustración y desmotivación, que son fuente de profundo estrés y causa probable de una
futura depresión. El papel que desempeñábamos en la sociedad (empleado, directivo,
artesano, etc.) o la consideración social que generaba la profesión, así como la seguridad
que ofrecía su salario mensual, se vienen abajo. El estrés y la desazón interior son
agravados por las siguientes causas:
El jubilado se ve frecuentemente marginado en los sectores activos de la sociedad. Los
jubilados son desplazados al terreno “de otros jubilados”.
Los modelos de lenguaje usados habitualmente en la sociedad son marcadamente
ofensivos hacia el colectivo: “viejo verde”, “carcamal”, etc.
El decaimiento del vigor sexual aumenta su frustración. En la mayor parte de los casos
esta pérdida de vitalidad sexual viene determinada por el estrés desencadenado a raíz de
la mala adaptación psíquica del individuo desde su jubilación.
Pérdida de la motivación de cara al futuro, lo que aumenta la sensación de frustración.
La jubilación resultará más traumática en aquellas personas en las que el trabajo era su
única motivación y prioridad en la vida. Este enfoque exclusivo proyectado en el trabajo es
debido a que casi nunca se prepara una alternativa válida para después de la jubilación.
No se promueven ni se buscan alternativas post-laborales.
Millones de personas, a partir de los sesenta y cinco años, se ven abocadas a la
marginación social y van cayendo de forma alarmante en conductas depresivas, cuando
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por el contrario podrían dedicarse, para el resto de sus días, a otras labores extra-
profesionales altamente estimulantes, como la música, la pintura, estudios especiales y
labores de cooperación, solidaridad y auxilio social, entre otras.
En la actualidad, la mayoría de las personas de edad avanzada vive en los países de
renta baja, sin cobertura de pensiones. En un plazo de cincuenta años, el 80% de los
mayores vivirá en estos países.
Consejos para Preparación de la Jubilación
Para evitar esta sensación de pérdida y fomentar la visión de la jubilación como un nuevo
periodo en la vida lleno de oportunidades, es importante prepararse para ella durante los
años previos. Aquí hay unos consejos para esta preparación:
1. Introducir paulatinamente nuevos hábitos y costumbres, mientras aún se trabaja,
para que el cambio no sea tan brusco.
2. Realizar una lista de actividades deseadas: seguro que hay actividades que
siempre se han querido realizar pero para las que nunca se ha encontrado el
tiempo necesario (como viajar, por ejemplo), ahora se acerca ese momento idóneo
para ponerlas en marcha y disfrutarlas.
3. Evitar que los temas relacionados con la salud se conviertan en algo continuo, en
una obsesión: más que estar todo el día preocupado por las molestias que se
padecen es mejor cuidarse, realizar ejercicio físico acorde a sus capacidades y
mantener un estilo de vida saludable.
4. Realizar actividades fuera de casa: dar paseos, visitar exposiciones, acudir a
menudo al cine o al teatro, etc. Esto mantendrá al individuo en contacto con el
mundo que les rodea y enriquecerá continuamente a la persona.
5. Mantener la calma: enfocar los problemas sin prisas, tomar las cosas como vienen
y afrontarlas de forma serena.
6. Evitar la soledad: fomentar siempre el contacto con los demás, disfrutando de su
compañía, conversando con familiares y amigos, intercambiando opiniones y
realizando actividades juntos.
7. No tener miedo a envejecer: es un proceso natural y un privilegio poder pasar por
ello; ya que es mejor llegar que quedarse por el camino. Es positivo aprender a
envejecer con salud y alegría.
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8. Mantenerse optimista: intentar mantener el buen humor, estar abierto a nuevas
actividades y experiencias, aún las más simples, aportará mayor disfrute de la
vida.
Cuatro peligros tras la jubilación: no caigas en ellos
Trabajo y ocio son dos caras de la misma moneda: la vida. Pero cuando llega la jubilación
nos enfrentamos a cuatro peligros que hay que conocer para no caer en ellos.
1. Inmovilismo físico
Según la profesora Mª Rosario Limón, se manifiesta a través de la quietud, la pasividad, la
inactividad y el apoltronamiento. No hay menor receta para salir de él que llenarse de
actividad.
2. Inmovilismo mental
Si sufres desinterés, te llenas de melancolía, sientes constante aburrimiento o
desmotivación es que estás afectado por este problema. La solución pasa por buscar
información e interesarte por la formación.
3. Inmovilismo afectivo
De pronto te sientes solo, te minusvaloras, abandonas tus relaciones personales con los
amigos o pareces deprimido. La receta para salir de esta situación es buscar nuevas
formas de convivencia e integrarte en alguna asociación.
4. Inmovilismo social
Se caracteriza por la desvinculación, el aislamiento y la automarginación. Huye de este
peligro mediante la participación y el compromiso social.
La amenaza de la dependencia
Cada vez son más los mayores jubilados que se enfrentan al problema del envejecimiento
de sus propios padres.
Enfrentarse al envejecimiento de nuestros progenitores es aún más doloroso de vivir y
complicada de resolver cuando los padres tienen dificultades para desenvolverse por sí
mismos en la vida cotidiana. La incapacidad para vivir solo tiene un nombre: dependencia.
Aunque la edad no es la única responsable, no puede negarse que el riesgo de
dependencia aumenta con los años. La dependencia está sin duda ligada a la aparición o
agravamiento de enfermedades como la de Alzheimer, a depresiones y otros problemas
psicológicos e, incluso, a traumatismos, como la fractura del cuello del fémur.
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Existen dos formas de dependencia:
• La dependencia física, que sobreviene a veces de forma brutal, y otras de manera
insidiosa, lenta y difícil de percibir tanto por quien la padece como por el entorno.
•La dependencia mental o psíquica, que sobreviene generalmente de forma progresiva.
La comunicación y los razonamientos de la persona afectada pierden coherencia
gradualmente, lo que acaba privándola de la capacidad para expresar sus necesidades y
para cuidar de sí misma.
¿Qué hacer frente a la dependencia de un familiar cercano? ¿Cómo actuar y reaccionar?
Depender de otras personas es, sobre todo, depender de la familia, del entorno directo.
En la mayoría de casos, las familias consideran su apoyo y ayuda como algo natural. Pero
esa forma de pensar conlleva un peso enorme, tanto en el plano material como en el
psicológico y el físico.
Frente a una situación de dependencia, es muy importante que un médico valore el
estado de salud de la persona dependiente, para establecer el grado de gravedad de su
caso, las probabilidades de mejoría, el carácter provisional o definitivo de su situación...
Las decisiones relativas al alojamiento y los cuidados deben tomarse con la participación
del médico, la persona afectada y su entorno próximo. Incluso en los casos de
dependencia mental, es indispensable que la persona afectada participe en las decisiones
que le conciernen y tenga la información más precisa posible.
La enfermedad de Alzheimer
¿Cuáles son las señales de alerta?
• Fallos de memoria.
Son el síntoma más precoz y más frecuente en las personas mayores. En el primer
estadio de la enfermedad, afectan sobre todo a los hechos recientes. No se trata tanto de
olvidos como de fallos en la codificación: las informaciones no son registradas. Sin
embargo, tampoco hay que ser excesivamente alarmistas: a partir de los 50 años, una de
cada dos personas se queja de su falta de memoria. No hay que inquietarse si una
persona no recuerda un nombre o una fecha que luego le viene a la cabeza en el
momento menos pensado. Estos fallos de memoria son enojosos, pero poco importantes
la mayoría de las veces. Lo preocupante son los fallos que afectan a la vida cotidiana:
olvido de una cita, no acordarse de lo que uno iba a comprar, etc. En estas circunstancias,
conviene consultar al médico.
• Problemas espacio-temporales.
Los fallos de memoria suelen ir acompañados de dificultades para situarse en el tiempo. A
todos nos ha pasado alguna vez no saber si estamos a martes o a miércoles, si es el 5 o
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el 6 de junio... Eso no es inquietante, especialmente si las actividades no varían mucho de
un día a otro. Ya es más preocupante olvidar el mes o el año en que uno vive. Las
dificultades para orientarse en el espacio son otra manifestación muy frecuente del
Alzheimer. Adquieren proporciones espectaculares en los estadios avanzados de la
enfermedad, pero pueden aparecer discretamente en un estadio precoz: por ejemplo, la
persona afectada tiende a perderse en su propio barrio, de tal forma que va reduciendo el
perímetro de sus desplazamientos. Otra manifestación del mismo problema consiste en
que la persona afectada va dejando objetos en lugares inapropiados.
• Problemas de lenguaje.
Una persona que solía utilizar siempre la palabra justa y adecuada de pronto empieza a
utilizar en sus frases genéricos como «cosa», «eso», etc. Más tarde, al no encontrar la
palabra apropiada, trata de salvar la dificultad utilizando otras como, por ejemplo, «ese
chisme para escribir» en lugar de «lápiz», porque esta se le escapa. Paralelamente, va
empleando términos inapropiados en el lugar de las palabras que ha olvidado. Al escribir,
también aparecen los mismos problemas.
• Incapacidad para comprender
Las nociones abstractas. Una persona con Alzheimer olvida totalmente el significado de
los números, hasta el punto de ignorar lo que significa su cumpleaños. Hay
manifestaciones que pueden ser signos precursores de la enfermedad, aunque su
interpretación depende del carácter de cada persona. Hay «cabezas de chorlito» que
nunca saben dónde dejan las llaves o las gafas, así que no conviene alarmarse si les
sigue ocurriendo cuando han pasado de los 80. Por el contrario, es preocupante que un
viejo profesor de matemáticas no logre hacer una operación elemental de cálculo.
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Familia o asilo para el anciano
La familia es un grupo de personas unidas por vínculos de parentesco, ya sea
consanguíneo, por matrimonio o adopción que viven juntos por un período indefinido de
tiempo. Constituye la unidad básica de la sociedad.
La decisión de llevar a un adulto mayor a una estancia de descanso, nunca es fácil.
Los asilos de ancianos, conocidos también como establecimientos de cuidados
especializados, son lugares para personas que no necesitan estar en un hospital pero ya
no pueden ser cuidadas en su propio hogar. Esto puede incluir personas con lesiones
críticas o enfermedades serias, o aquellas que necesitan cuidados después de una
cirugía. La mayoría de los asilos de ancianos tienen ayudantes y enfermeros
especializados disponibles las 24 horas del día.
En América Latina, hay un mayor arraigo en el lazo familiar. Los hijos duran más en casa
(muchos hasta que se casan), la casa de la abuela es el punto de reunión de toda la
familia, se piden opiniones a los adultos mayores.
Si el anciano está bien de sus facultades mentales y físicas, es común que viva solo o en
pareja. Si está enfermo, es muy grande de edad, viudo o carece de independencia,
termina “brincando” de la casa de un hijo a la de otro.
En cambio, en Estados Unidos, Canadá y algunos países de Europa, cuando las
personas llegan a cierta edad, al ver el “nido vacío” porque sus hijos se han ido, deciden
pasar su vejez en un asilo: Ellos corren y pagan un sitio, hacen verdaderos amigos en los
centros de convivencia o asilos, porque se la pasan bailando, teniendo actividades lúdicas
que solos no tendrán en su casa.
De cada 10 adultos mayores que viven en dependencia de su familia, ocho no quieren ir a
un asilo, y a dos no les parece mala idea, siempre y cuando no sean abandonados.
La decisión de optar por una estancia de descanso es difícil tanto para el abuelo como
para la familia. El anciano tiene conflicto porque cree que todavía tiene capacidad mental
de decidir. La familia, en cambio, teme a ser juzgada al desligarse de sus propios padres
o madres, lo que crea una situación embarazosa que afecta a todos.
Los asilos de ancianos pueden ser
Como un hospital. Este tipo de asilo de ancianos a menudo está organizado como un
hospital. Los miembros del personal brindan asistencia médica, así como terapia física,
del habla y ocupacional. Puede haber una estación de enfermeros en cada piso. Como
regla general, una o dos personas viven en un cuarto. Algunos asilos de ancianos
permiten que las parejas vivan juntas. Las cosas que hacen que un cuarto sea especial,
como fotos de la familia, a menudo son bien recibidas.
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Como un hogar de familia. Estos establecimientos están diseñados para que funcionen
más como un hogar de familia y las rutinas diarias no están fijadas. Los equipos formados
por el personal y los residentes tratan de crear un ambiente relajado. A menudo las
cocinas están abiertas para los residentes, las decoraciones crean un sentido hogareño y
a los miembros del personal se les anima a desarrollar relaciones con los residentes.
Como una combinación de ambos. Algunos asilos de ancianos combinan las unidades
que funcionan como un hospital y aquellas que funcionan como un hogar de familia.
Muchos asilos de ancianos tienen médicos que visitan a los pacientes en la propia
localidad. En otros asilos de ancianos, los pacientes van al consultorio del médico. Los
asilos de ancianos algunas veces tienen áreas separadas llamadas “Unidades de
Cuidados Especiales” para aquellas personas que tienen problemas serios de la memoria,
como demencia.
Tenga en mente los siguientes consejos
Si usted necesita ir a un asilo de ancianos después de una estadía en un hospital, el
personal del hospital puede ayudarle a encontrar uno que proporcione la clase de cuidado
que sea mejor para usted. La mayoría de los hospitales tienen trabajadores sociales que
pueden ayudarle con estas decisiones. Si usted está buscando un asilo de ancianos, pida
a los miembros del personal del consultorio de su médico que le den algunas
recomendaciones. Una vez que usted sepa qué opciones tiene, es una buena idea que:
Considere. ¿Qué es importante para usted? ¿Cuidados de salud brindados por
enfermeros, comidas, terapia física, una conexión religiosa, cuidados de hospicio o
Unidades de Cuidados Especiales para pacientes con demencia? ¿Desea un lugar
ubicado cerca de la familia y los amigos para que ellos puedan visitar fácilmente?
Pregunte. Hable con amigos, parientes, trabajadores sociales y grupos religiosos para
averiguar qué lugares ellos sugieren. Pregunte a los proveedores de cuidados de salud
cuáles son los asilos de ancianos que ellos creen que proporcionan buenos cuidados.
Utilice esas sugerencias para hacer una lista de los asilos que ofrecen los tipos de
servicios que usted quiere.
Llame. Contacte a cada uno de los lugares en su lista. Haga preguntas sobre cuántas
personas viven en el lugar y cuánto cuesta. Averigüe sobre las listas de espera.
Visite. Haga planes para conocer al director del asilo y al director del departamento de
enfermería. Por ejemplo, verifique si:
Tienen acceso para personas con discapacidades.
Los residentes se ven bien cuidados.
Hay una interacción afectuosa entre los miembros del personal y los residentes.
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Hable. No tema hacer preguntas. Por ejemplo, usted puede pedir a miembros del personal
que le expliquen la razón de cualquier olor fuerte. Los malos olores pueden indicar un
problema; los buenos olores pueden ocultar un problema. Tal vez quiera averiguar cuánto
tiempo llevan de trabajar en el asilo de ancianos el director y los jefes de los
departamentos de enfermería, alimentación y servicios sociales. Si los miembros
principales del personal cambian a menudo, esto podría significar que hay algo que no
está funcionando bien.
Visite de nuevo. Haga una segunda visita sin antes llamar para dar aviso previo. Trate de
ir durante otro día de la semana o a una hora diferente para poder conocer a otros
miembros del personal y ver actividades diferentes. Visite a la hora de las comidas y
observe si el comedor es atractivo y está limpio y si la comida se ve apetecible.
Entienda. Una vez que usted haya elegido un asilo de ancianos, lea el contrato
cuidadosamente. Hágale preguntas al director o al director asistente sobre cualquier cosa
que no entienda. Pídale a un buen amigo o miembro de la familia que también lea el
contrato antes que usted lo firme.
El cuidado de las personas mayores: más que solo cuidar de los padres
Una combinación de factores está generando un mayor interés en los temas
generacionales. En primer lugar, las personas simplemente viven más tiempo debido a los
avances en la medicina y la salud preventiva. En la actualidad, a diferencia de lo que
ocurría hace 50 años, es más común ver a las personas llegar a los 90 años. Otro factor
es que muchos "Baby Boomers" (la generación de la posguerra) ha esperado hasta
después de los 30 años para formar sus familias. Ahora muchos cargan con el costo de
cuidar a sus padres ya mayores, al tiempo que vacían sus cuentas bancarias para cubrir
la matrícula de la universidad de sus hijos. Estos factores combinados con la tradición
observada por muchas familias de vivir en el mismo hogar con padres mayores pueden
causar altos niveles de estrés tanto en los padres mayores como en sus hijos.
Falta de comunicación
Toda la familia se ve afectada por la angustia que sufre un familiar de edad avanzada
ante los cambios que experimenta tales como el deterioro de la salud y la mudanza a una
residencia de la tercera edad o a la casa de sus hijos.
El problema es que muchas personas intentan resolver estos dilemas sin hablarlos
primero y sin enterarse de las necesidades de las personas involucradas. Por lo tanto,
una familia se puede sentir obligada a llevar al abuelo a su hogar después de su ataque
cardíaco, sin antes preguntarle si preferiría un centro de vivienda asistida o una
comunidad para jubilados.
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Los estudios muestran que la mayoría de las personas mayores prefieren vivir de forma
independiente en vez de vivir con sus hijos. Las familias necesitan hablar con sinceridad
sobre los posibles problemas de crear una familia multigeneracional antes de traer al
hogar a un ser querido de edad avanzada.
¿Qué ventajas aporta la Mediación Familiar en el cuidado de padres ancianos?
La mediación familiar va más allá de alcanzar los acuerdos específicos.
1. Ayuda a desbloquear la comunicación para hablar de temas importantes antes de
que sea demasiado tarde.
2. Los padres mantienen su dignidad y autonomía al estar involucrados en la
decisión sobre su cuidado.
3. Hijos e hijas pueden dividirse las responsabilidades económicas y de su cuidado,
aunque no vivan cerca de ellos.
4. Los miembros de la familia colaboran para crear un plan de acuerdo a sus
circunstancias particulares.
5. Mejora la comunicación y las relaciones familiares.
6. Se reduce el estrés familiar.
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Muerte
La muerte es un proceso terminal que consiste en la extinción del
proceso homeostático de un ser vivo y, por ende, concluye con el fin de la vida.
La vejez y la muerte despierta miedo y es que se asocia a ella, la idea del deterioro y la
muerte. Este temor carente, opera en el sentido de negar y por lo tanto mantener en el
desconocimiento el proceso evolutivo natural del sujeto humano. No obstante la muerte,
sigue silenciada a nuestro parecer, es tratado por la filosofía, la religión y el arte, más por
la psicología y el psicoanálisis. Este comportamiento es de algún modo „normal‟ para
nuestra cultura, donde el mito de la eterna juventud obtura la aceptación del paso del
tiempo, que equivale a decir la vida misma. El envejecimiento no es un fenómeno
genéticamente programado y sobre el influye que estos fenómenos se desarrollen en un
medio adecuado como por ejemplo en sectores económicamente deprimidos y
laboralmente explotados como el de la servidumbre doméstica, oficios informales,
cargador, el estilo de vida orgánicamente exigente, implica un envejecimiento prematuro
marcado. De no ser así, la duración cronológica de la vida humana se reduce
proporcionalmente, aun cuando el espacio biológico sea en todos los individuos el mismo.
Se comprende como espacio biológico la totalidad de ciclos completos de las Actividades
celulares o de órganos que un individuo realiza desde que nace hasta que llega a su
muerte fisiológica.
"Freud destacó el hecho de que nuestra muerte no nos es representable, frente a ella
somos siempre espectadores."
A la muerte se le han pintado los rasgos más macabros y extraños: no obstante la muerte
está más allá de todo lo que se imagine. La muerte permanece silenciosa y
perceptiblemente invisible. La vejez constituye una etapa más de la experiencia humana y
por lo tanto puede y debe ser positiva y de desarrollo individual y social. La muerte por su
parte se constituye en un innegable hecho de experiencia por el cual todos y cada uno de
los seres vivos tenemos que atravesar, la propia palabra está connotada de cierta
opacidad, es una experiencia de la que no poseemos relato, está en el registrode lo
innombrable. La muerte misma puede ser desconocida, pero la separación y la pérdida
son una áspera realidad tanto para quienes deben irse como para quienes se queda. Se
deja atrás toda una vida de pensamientos, sentimientos y relaciones cuando finalmente
nos despedimos. En las últimas etapas de la vida salen a la superficie los sentimientos
mutuos y la experiencia originada por la separación.
Valor de Vejez y Muerte para la Psicología
El interés por el estudio de la vejez dentro de la comunidad psicológica es fruto de una
clara evidencia social: la población del mundo a partir del siglo XX ha mejorado en su
esperanza de vida. El incremento en el envejecimiento de la población genera
paralelamente un problema tanto psicosocial como sanitario que provoca a su vez la
necesidad de conocer los mecanismos que permitan asegurar no sólo una mayor
longevidad, sino una longevidad acompañada de una cierta calidad de vida. Analizar
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cómo afecta el envejecimiento no solo en lo físico, sino también en lo emocional y hasta
social y buscar alternativas que mejoren esta calidad, buscarle una solución a este flagelo
que para muchos se les ha convertido en un problema es una de las prioridades en esta
etapa dela vida. Hay que destacar que el estudio de la vejez desde la psicología hace su
aparición en el siglo XIX asociado al interés surgido en torno al envejecimiento como parte
de la psicología, comienza a adquirir una mayor solidez a partir de la finalización de la II
Guerra Mundial. Desde 1945 hasta finalizada la década de los años 50 se puede
considerar un período de crecimiento y difusión del estudio de la Psicología de la vejez,
así como de aplicación de los conocimientos para solventar los problemas de las
personas mayores. En cuanto a los aspectos psicológicos más investigados en esta
época, se mantiene el interés principal por las habilidades intelectuales durante la vejez, y
se amplía a otros aspectos, como la memoria y el aprendizaje, la adaptación en la vejez y
su relación con el nivel de actividad y satisfacción con la vida. Alguien ha dicho que la
vejez no tiene remedio. Para la psicología La vejez no es una enfermedad: es un estado
de graduales cambios degenerativos, de lento desgaste, pero no es una enfermedad ni
tiene que venir acompañada de dolores ni angustias.
El ser viejo es sinónimo de limitaciones físicas, el hombre en la vejez, por la inteligencia
que le acompaña, actúa siempre con madurez y serenidad, para darle más vida a sus
años.
La vida es breve, y lo común, sea por vanidad o por no estar claros de los atributos y
grandezas que proporciona la vejez, el hombre no quiere envejecer, llegando a estados
de angustia por la cercanía de lo desconocido.
Reflexionando sobre la vejez decía un geriatra: “A menudo hay un sentimiento de
vergüenza en admitir la edad avanzada”, muy a pesar que la mayoría de edad aumenta la
eficiencia y se logra tener mejor juicio y razonamiento. La visión se amplía, se tiene mayor
conciencia y un mejor grado de responsabilidad, que compensa en más grande manera
las deficiencias y decaimiento de ciertas capacidades fisiológicas y algunas mentales.
Bien dice Cicerón que “los longevos no hacen cosas que hacen los jóvenes, quienes
además las hacen con fuerza y con rapidez, pero hacen cosas mejores y mayores por
medio del consejo y la autoridad”. La autoridad se dice que es la corona que cubre la
vejez, cuando esta se fundamenta o la preceden acciones en la juventud, honradas y
llenas de virtud. Esa autoridad se gana haciendo de su vida un continuo actuar con
prudencia y no con temeridad, que es propia de la edad florida. El buen sentido, la razón y
el mejor consejo prevalecen en la vejez.
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CONCLUSIONES
El proceso de envejecimiento de la poblacióncomportará un importante reto para
las sociedades en el futuro. Sin embargo en oposición al temor generalizado de
que el envejecimiento provocará la desestabilización del Estado de Bienestar, no
se puede olvidar que el alargamiento de la vida es un logro de las sociedades
desarrolladas y como tal debe plantearse.
Los cambios demográficos que se estánproduciendo en nuestras sociedades
requieren una revisión de los planteamientos vigentes. Las reformas sociales,
económicas y políticas que el proceso de envejecimiento exija, no se deben
fundamentar en las implicaciones que el aumento del volumen de población mayor
de 65 años tendrá en la sociedad, como son el incremento del gasto social en
sanidad y de las pensiones de jubilación, entre otras.
La perspectivadebe partir de que el envejecimiento de la población conlleva un
cambio en la estructura de edad de la población. Las necesidades que en el
pasado eran prioritarias socialmente, como la sanidad y la educación de los niños
y jóvenes, en el futuro podrían reducirse debido a que el volumen de población
joven descenderá, por lo que los estados podrían hacer frente a las necesidades
demandadas por la población anciana.
La vejez no es una enfermedad, es solo otra etapa de la vida, por no decir que la
última, instaura una nueva temporalidad, una medida diferente del tiempo: lo que
resta por hacer, junto a una revisión del proyecto de vida construido en las etapas
anteriores. La muerte debe ser integrada al ciclo de la vida como hecho natural, lo
que no implica despojarse omnipotentemente de los miedos y las interrogantes
que el hombre ha procurado responderse desde los inicios.