El documento describe el declive de Canal 13 luego de la muerte de su fundador Eleodoro Rodríguez Matte en 1998. Los sueldos y beneficios para los empleados eran muy altos durante su administración, pero luego se recortaron drásticamente y hubo despidos masivos, llevando al canal de 1300 a 800 empleados. La línea editorial también cambió para enfocarse más en lo comercial que en su misión original, lo que afectó su credibilidad.
1. El Mercurio / REPORTAJES http://www.mer.cl/modulos/catalogo/print_noticia....
Los grandes sueldos dieron paso a la reducción de
personal:
El duro contraste
entre los años de
gloria y el declive de
Canal 13
Mónica Cerda, emblemática periodista del área
de prensa de Canal 13, dice que el año en que se fue del canal, el 2000, se contrató a cuatro periodistas con
su sueldo.
Iba para cumplir 20 años en el canal.
Ese mismo año, la administración de Jaime Bellolio había congelado los salarios, recortándolos en un 30%.
Y desde antes, durante la administración de Rodrigo Jordán -justo después de la muerte de Eleodoro
Rodríguez-se había empezado con la externalización de labores.
Nadie en Canal 13 vio venir esos cambios. Aunque los problemas económicos habían empezado antes de la
muerte de Eleodoro Rodríguez Matte, pocos funcionarios alcanzaron a darse cuenta. De hecho, los
despidos masivos no empezaron hasta después de su funeral: de 1.300 funcionarios en 1998, el canal pasó
a tener 800 trabajadores a principios del 2000.
"Se hablaba de que había que recortar recursos, pero nos mandaban maquilladores de México", cuenta
Mónica Cerda. "Cuando dejé el canal, me fui a despedir del director. 'Me voy porque prensa apesta', le dije.
él me respondió: 'todo el canal apesta'".
Las decisiones editoriales empezaron a cruzarse con las decisiones comerciales. Los cambios de logo, la
salida del angelito como mascota del canal, además de la llegada de Los Simpson y la tevé reality le
restaron poder a su misión editorial: "Era una de las marcas más queridas por el público chileno", dice
Karin Ebensperger. "Aunque hubiera una cadena nacional, el rating se iba disparado al Canal 13. La gente
le tenía cariño".
Los antiguos periodistas de prensa del canal tienden a asociar esa credibilidad con la mayor libertad que
tenían para informar durante el régimen militar, un plus que tenían por sobre TVN, en esos momentos, su
única competencia.
"El año 88 todo el canal se volcó en dar una tremenda cobertura, porque íbamos a tener toda la credibilidad
y toda la sintonía el día del Plebiscito", dice Jorge Díaz, ex hombre ancla del canal y reportero entre 1981 y
2002. "Yo hacía el turno de noche, cuando los conductores del programa central de la transmisión vieron
que había desconcierto y se fueron. Estaba solo en el Departamento de Prensa, y aparece Gonzalo Bertrán
preguntándome adónde están, y me sentaron a transmitir desde las 12 de la noche hasta las 3 y tanto de la
mañana, mientras en TVN no había nada. Claudio Sánchez estaba en el Diego Portales y la María Isabel
Matte estaba en La Moneda. Pimponeamos para un lado y otro, hasta que apareció Cardemil a entregar los
resultados y terminamos ahí. Tuvimos toda la sintonía y la credibilidad".
Esa línea editorial que en los 80 y principios de los 90 les jugaba a favor, empezó a transformarse en una
carga a medida que TVN se empezó a convertir en una competencia real y más conectada con un Chile
pluralista. Eso, además del pujante ingreso a la industria de otros tres canales privados, empezó a hacer
evidente el conflicto que tenía el canal para competir respetando a la vez su marco valórico.
"No te podías salir de la línea editorial, bastaba una mala palabra para que inmediatamente llegaran miles
de llamados y cartas", dice Paz Ricart, directora de comunicaciones del canal entre el 2000 y 2004.
"Simplemente, no podíamos compatibilizar la universidad y la Iglesia con lo comercial".
Los años dorados
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Durante los años de la administración Rodríguez Matte, entre 1974 y 1998, Canal 13 se posicionó como una
gran empresa para trabajar. Los sueldos eran muy superiores a lo que se pagaba en el mercado, y en la
calle Lira, y luego en Inés Matte Urrejola, se sabía cuando el día anterior se había pagado un bono con sólo
mirar el estacionamiento: "Inmediatamente aparecían varios autos nuevos", cuenta un reportero que
trabajó en el canal durante los años de bonanza.
"Con el dinero ganado adelanté el pago de mi departamento, me compré casa, y muchos otros lo hacían
también", cuenta Mónica Cerda. "Me fascinaba que Canal 13 fuera uno de los pocos lugares en este país
donde la diferencia entre el que ganaba más y el último no era tan grande. Se pagaba muy bien".
Otros ex funcionarios, incluso, cuentan que para Navidad los regalos que entregaba la empresa eran tan
buenos, que no les compraban regalos a sus hijos: en el árbol de pascua ponían los presentes de Canal 13
haciéndolos pasar como propios.
Las fiestas de aniversario del canal eran legendarias. Se traía al banquetero del Hotel Carrera y se
ocupaban todos los patios del canal. La celebración era transversal y no había distinción de rango. Los que
eran llamados para sentarse en la mesa eran auténticos "elegidos", que además compartían con las
máximas autoridades del canal y de la universidad.
Debido a los "baldes y baldes de whisky" que aparecían ese día, según funcionarios de la época, se daba un
minuto de confianza. Al mejor estilo del Japening con Ja, un jefe de camarógrafos se encargaba de echar
del canal a los directivos, incluido Eleodoro Rodríguez. El ritual se repetía año tras año.
En la misma fiesta era común ver a los funcionarios más humildes bailando cumbia junto a los más altos
ejecutivos.
"El canal era como una gran familia, había mucha confianza y mística", dice Jorge Díaz.
Los sueldos eran tan buenos, que el sindicato era casi inexistente. "Lo que en su momento no importó, se
convirtió en fundamental tras la muerte de don Eleodoro", dice un ex funcionario. "No había fuerza para
impedir que despidieran gente con "pala", como pasó".
"éramos tan pateros, que el sindicato eligió varios años como el mejor empleador al Canal 13", cuenta
Mónica Cerda. "Hicieron una villa, un balneario en Maitencillo para los funcionarios, y las calles de la villa se
llamaban Eleodoro Rodríguez, Juan Agustín Vargas, nombres de los directivos mayores".
A pesar de los bruscos cambios desde la muerte de Rodríguez, Jorge Díaz ve con buenos ojos la llegada del
grupo Luksic al 13: "Ellos no están ajenos a los valores históricos del canal, pero creo que están
preparando un buen salto para cuando debute la televisión digital en Chile. El escenario estará preparado,
tanto para hacer televisión comercial como televisión con contenido. Y, probablemente, van a querer sacar
partido de ambos formatos".
08/08/2010
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