La moda del siglo XIX se caracterizó por los vestidos amplios y voluminosos para las mujeres, y los pantalones ajustados y chaquetas para los hombres. Los vestidos femeninos tenían faldas anchas y estructuradas con corsés que moldeaban la figura, mientras que la ropa masculina era más funcional y práctica. La moda reflejaba las convenciones sociales y roles de género de la época victoriana.