Nuestras fábulas se pasean por la matallana

Nuestros

fábulas se

pasean por

La Matallana.
CEIP Miguel de Cervantes. 3º de primaria. Curso 2012-2013

LA RANA ENVIDIOSA
MARÍA JIMÉNEZ CARO 8 AÑOS

Había una vez una rana que estaba todo el día
observando a un ruiseñor precioso. Entonces la rana
fue a buscar al búho sabio, para que le diera una
pócima de belleza. Cómo era tan envidiosa no echó
cuenta al búho sabio que le decía que sería peligroso.
Entonces la rana se lo llevó apresuradamente, se la
echó encima, y surgió el efecto contrario. El ruiseñor le
dijo: “No tengas envidia de mí, la belleza está en el
interior”. Entonces la rana volvió a su casa y se puso
a dormir.


Al día siguiente la rana se quedó en su
guarida. La rana seguía enfadada porque con la
pócima en vez de estar más guapa, estaba más fea.
La rana se fue dando cuenta de que la belleza se
encuentra en el interior.
Entonces una noche, cuando la rana estaba
dormida, el búho le echó una pócima para estar más
guapa; porque ya se iba dando cuenta de que la
belleza estaba en el interior. Se la echó rápidamente y
se fue.
Al día siguiente la rana era buena y se hizo
amiga del ruiseñor.

MORALEJA: LA BELLEZA SE ENCUENTRA EN EL INTERIOR.

EL AUTILLO Y EL BÚHO REAL
SERVANDO LÓPEZ GUISADO 8 AÑOS

Érase una vez un Autillo que quería ser tan
grande como su amigo el Búho real que era un
fanfarrón. El Autillo le preguntó al Búho real:
- ¿Por qué no soy tan alto como tú?
El Búho real respondió:
- Ya te lo diré luego.
Pasaron las horas y el Autillo esperaba al
Búho real y cuando apareció, el Autillo le preguntó:
- ¿Ya me dirás por qué no soy tan alto?
El Búho real respondió:
- ¡Yo que sé!


Entonces el Autillo se enfadó tanto que ya no
quería ser alto y para vengarse llamó a los zorros
para que se comieran al Búho real. El Autillo dijo:
- Tenéis que comeros a mi amigo el Búho real.
Y cuando los zorros entendieron el plan, es
cuando empezó El GRAN PLAN.
Cuando el Autillo vio al Búho real, le dijo:
- Tengo una sorpresa en la madriguera de los zorros,
pero si no quieres venir, te quedaras sin saber la
sorpresa.
El Búho quería la sorpresa, así que se fue a la
madriguera y dijo:
- ¿Dónde está la sorpresa?


- La sorpresa es que te vamos a comer. – dijeron los
zorros.
El Búho real asustado intentó escapar, pero los
zorros se abalanzaron sobre él para inmovilizarlo
y apareció el Autillo. El Búho real dijo:
- Autillo, si me comen no podré decirte porque no
eres tan alto como yo.
- Ya no me importa ser tan alto como tú. –
respondió el Autillo. Ahora lo que realmente me
importa es salir huyendo de esta encerrona.

MORALEJA: NO PRETENDAS SER COMO LOS DEMÁS
Y SACA PARTIDO A COMO UNO ES.

EL ÁGUILA Y EL BÚHO
NICOLAS MUNIZ VARGAS 8 AÑOS

Érase una vez un águila que tenía muchísima
hambre, pero no encontraba nada de comer, hasta que
al final encontró un búho. Entonces decidió atraparlo
por detrás, pero… el búho se escapó volando. Después
decidió hacerse el muerto, pero otra vez pasó lo
mismo y otra vez y otra y otra, hasta que decidió
hacerle una trampa.
La trampa consistía en poner un pescado para que se
lo comiera y el águila apareciera por detrás y
atraparle, pero el búho le tiró el pescado para poder
huir.


El águila fue volando para encontrar al búho,
pero el búho era más lento. El águila estaba a un
paso para pillarlo, pero entonces el búho subió y el
águila se estampó contra un árbol.

Ellos mismos llegaron a una ciudad, pero
unos cazadores atraparon al águila y al búho. Al
final decidieron juntar sus fuerzas para poder
escapar, pero el cazador se dio cuenta de que
escaparon. El cazador enganchó una bomba en la
pata del águila.


Consiguieron llegar a la Matallana, pero el
cazador siguió al águila y los encontraron. El
águila se desactivó la bomba tirándose una
piedra. Esta bomba se la tiraron al cazador y…
ganaron el águila y el búho.

El cazador murió y ellos escaparon.

MORALEJA: PARA COMBATIR AL ENEMIGO,
MEJOR ESTAR UNIDO.

EL MARTÍN PESCADOR Y EL PEZ MÁGICO
JOSÉ MANUEL TABLA 8 AÑOS

Érase una vez un pájaro llamado Martín
pescador. Un día el Marín pescador tenía mucha,
mucha hambre y decidió ir al río a ver sí podía
coger, con su hermoso pico, un pececillo para
calmar así el hambre que tenía.
Después se estar un rato esperando, por fin
llegó su gran momento. ¡Qué hermoso pececillo! –
pensó. Y cuando fue y le dio caza con su pico, fue a
introducirlo en su boca, y de pronto el pez habló y
le dijo:
- ¡No me comas, no me comas, no me comas!


Martín pescador se quedó sorprendido y el pez
volvió a hablar:
- Si no me comes te concederé un deseo, porque soy un
pez mágico.
El Martín pescador no salía de su asombro. Yo el
único deseo que pido es que calmes mi hambre. Y así
fue. El pececillo, por no haber sido comido por el Martín
pescador pensó que estaba en deuda con él y le dijo:
- Martín pescador, cuando tengas hambre, ven al
mismo sitio, y con tu hermoso pico tirarás una piedra
al agua y yo ya se que estás aquí y calmaré tu
hambre.
Finalmente se hicieron amigos.

MORALEJA: ¿QUÉ HAY QUE SER GENEROSOS?

EL LINCE EGOISTA
FRANCISCO JAVIER VEGA ROMERO 8 AÑOS

Érase una vez un lince que era muy egoísta. No
compartía nada, empujaba a los animales, etc
Un día se llevo al colegio un balón pero no lo
compartía. La maestra se lo quitó porque no se lo
prestaba a nadie. Antes de montarse en el autobús, el
lince empezó a dar codazos para ponerse el primero.
Al llegar a su casa, su madre le preguntó
sobre el colegio. El lince no contestaba. Hasta que el
lince le dijo que le habían quitado su balón nuevo.
Su madre le riñó para que no fuera tan egoísta, pero
el lince seguía siendo egoísta.

Por las tardes iba al fútbol, pero cada vez que
iba empujaba a los demás animales para tener él
sólo el balón.
Por las mañanas, el lince no quería levantarse
para ir al colegio, por eso su madre lo levantaba
muy temprano. Casi todos los días llegaba tarde
porque tampoco quería desayunar.
Su maestra le reñía, pero a él le daba igual.
Al final se quedó sin amigos y se sentía solo y
triste.

MORALEJA:¡YA SABÉIS AMIGUITOS! NO SEAIS TAN
EGOISTA COMO EL LINCE O NO TENDREIS AMIGOS Y
OS SENTIREIS TRISTES Y SOLOS.

EL MARTIN PESCADOR Y EL ZORRO
RAÚL MARTIN SANTOS 8 AÑOS

Había una vez un zorro llamado José y un
martín pescador llamado Luís que vivían en La
Matallana, que es un lugar donde hay muchos
animales.

Ellos eran amigos y jugaban por todo el campo.
Un día llegó a La Matallana un zorro llamado Calí, que
conoció a José.

Calí le dijo a José: - ¿Por qué te juntas con un
pajarillo tan pequeño?. Nosotros dos podemos ser
buenos amigos y pasarlo bien.

José pasaba mucho tiempo con Cali, olvidándose
del martín pescador. Luís se sentía muy triste, porque
su amigo no se juntaba con él.

Un día estaba José bebiendo agua en el arroyo y
escuchó a Luís gritar. Salió corriendo y pilló a Calí
queriéndose comer al pajarillo. José le dijo: - ¿Qué haces
con mi amigo?. Y Calí le contestó: - No ves que lo que
quería era comérmelo.

José se dio cuenta que Cali no era un amigo y
que Luís sí lo era.

MORALEJA: NO FIARSE DE FALSOS AMIGOS

EL LINCE Y EL CONEJO
ANGELA CEPEDA DEL RÍO 8 AÑOS

En invierno como hace tanto frío, el conejo está
en su casa durmiendo. El lince está trabajando y
buscando comida para sus crías y para él.
Un día sale el conejo y se encuentran los dos y
se dicen:
- Hola, señor lince.
- Hola, señor conejo.
El conejo le dice al lince:
- ¿Me das un poquito de comida?
Y el lince se pregunta el mismo:
- Lo dice de broma, ¡cómo le voy a dar sí el señor
conejo no trabaja y yo sí!

- Perdón, señor lince, no quería decir si me das todo lo
que has conseguido de comida, quería decir sí
compartimos los dos la comida.
El señor lince se lo está pensando, sí va a
compartir su comida...
- Sí claro ¿Por qué no la podemos compartir?
El señor conejo le dice al lince:
- Sí, vamos a tu casa.
Y se fueron a la casa del señor lince, y allí
terminaron la comida entera.
El lince le dice:
- La próxima vez coges tú la comida, ¿vale?
Si, vale. – dice el conejo.
- Hasta mañana, señor conejo.
- Hasta mañana, señor lince.

MORALEJA: COMPARTIR ES BUENO.

EL PERRO Y EL SAPO
JULIA GIL CAÑETE 8 AÑOS

Un día de verano hacía mucho, mucho, mucho
calor. El perro paseaba por el camino con su dueño;
era un cachorrillo juguetón y muy travieso.
Pasaron por un arroyo y el perrito corrió
para beber agua. Se acercó y de repente, un sapo
salió debajo de una hoja que estaba flotando. El perro
asustado salió corriendo, pero el sapo le dijo:
- ¡No corras que te quiero decir algo!
El perrito se volvió y la contestó:
- ¿Qué me quieres decir?


- ¿Quieres ser mi amigo? - dijo el sapo
- ¡Vale! – le contestó el perro
Estuvieron jugando todo el rato, se hicieron muy
buenos amigos.
Pero el dueño del perro decidió irse de ese lugar.
El perrito no quería. Cuando llegaron a su nueva
casa, el perrito no comía, ni dormía, estaba muy
triste.
El dueño asustado volvió al arroyo, cogió al sapo
y se lo llevó a su casa. Al verlo, el perrito saltaba de
alegría porque estaba con su amigo.
Se quedaron los dos juntos para siempre.

MORALEJA: LA AMISTAD PERDURA.

LOS CONEJOS CORREDORES
MENOS EL CONEJO GUILLERMO QUE ES MUY FUERTE
PALOMA MALDONADO ORDOÑEZ 8 AÑOS
Había una vez un conejo corredor que apostó con
otro conejo hacer una carrera. El conejo Guillermo era
muy lento.
El conejo corredor junto al conejo Guillermo
dijeron:
- UN, DOS, TRES, Y…EMPEZARON A CORRER.
Ganó la carrera el conejo corredor y el conejo
Guillermo perdió la carrera.
Los dos se reunieron a merendar en casa para
comerse una tarta de queso y un café calentito. Después
se fueron a jugar al parque y jugaron a la pelota y
hacer un castillo de arena y a coger la bicicleta.


Al final se fueron a dar un paseo con la bicicleta.
El conejo Guillermo dijo
-¡Vamos al zoo a ver los animales, el lince, el zorro,…
- SÍ, pero hay animales que me dan miedo. - dice el
conejo corredor.
- Bueno, vamos o no vamos al zoo. - comentó el conejo
Guillermo.
- Bueno, cogemos otra vez la bicicleta de la niña de la
tarta de fresa.

MORALEJA: LA AMISTAD ES VERDADERA


EL MELONCILLO CAZADOR
ANGEL PÉREZ GARROTE 8 AÑOS

Había una vez un pueblo y su bosque. En él
vivía un meloncillo que cazaba mucho.
Un día iba a cazar una serpiente y no la cazó,
y el meloncillo se puso muy triste. Ya en su casa se
animó y otro meloncillo le dijo:
- ¿Y lo qué has cazado, dónde está eh? En tu casa, en
el bosque o en la tierra.
- Ni está en mi casa, ni en el bosque ni en la tierra.
No he cazado nada pero nunca, nunca, nunca y
nunca perderé el ánimo para cazar. – le contestó el
meloncillo cazador.


- Pero tú perderás el ánimo para jugar, reír… así
que te mandaré a cazar un ratón gordo, grande y
sabroso. ¡Vale! – le volvió a decir su amigo
meloncillo.
- Sí, muy bien, voy ya.

Lo cazó y lo trajo. Los dos amigos meloncillos
juntos, el no cazador reconocieron quien de los dos
perdería el ánimo.

MORALEJA: SE CONSIGUE LO QUE UNO DESEA.


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