1. El entrar a nuevo a un colegio nuevo y con mucha gente nueva, fue al principio un
poco aterrador porque como siempre hemos sabido somos “los conejillos de
indias”, todas estas cosas nuevas llegaron de nuevas experiencias buenas como
aterradoras, por ejemplo perder una materia, empezar a cultivar nuevas
amistados, el estrés continuó en cada fin de periodo o simplemente encontrar la
forma de entender a los profesores.
Como alguna vez dijo el padre de la biología moderna, Charles Darwin “no es el
más fuerte el que sobrevive. Tampoco es el más inteligente el que sobrevive. Es
aquel que es más adaptable al cambio”, y sí que fue dura esa adaptación más que
todo en un colegio donde no había ni las mesas ni las sillas para el trabajo en
grupo, donde era una nueva metodología y donde todo era fuera de lo común,
todo esto llegaba a ser en ocasiones hasta perturbador para algunos de nosotros.
Fuimos muchos los llamados y en este caso pocos los que seguimos. Poco a poco
se fue viendo la constante deserción de muchos de nosotros y el desánimo de aún
más, pero también éramos muchos que a pesar de la ventisca de las dificultades
seguíamos ahí con unos cimientos fuertes casi inamovibles.
Hicimos una constante siembra de esfuerzos, cuyos frutos se fueron recogiendo
en el camino y cuya cosecha magna se recogerán este año 2013, donde los
grandes triunfos se están viendo, el representar a Medellín, Antioquia y Colombia
en una feria internacional, mostrando que si se pudo con coraje y persistencia y
con aires ya universitarios, donde seguiremos mostrando que ser egresado del
colegio Loyola mi colegio, es lo mejor que nos pudo haber pasado y que podemos
decir orgullosos somos loyolistas.