1. LA AVENTURA D E SER MAESTRO
Se dice que la enseñanza es una profesión ambivalente, ya que tanto como
puedes trabajas de una forma muy aburrida, tétrica, sin ganas a como también
puedes trabajar disfrutando cada instante de lo que haces descubriendo y
formando alumnos natos y con cualidades únicas.
De acuerdo a como vamos tomando experiencia nos vamos dando cuenta que la
formación de alumnos el carácter es algo muy importante, ya que si desde un
principio trabajamos con el miedo que sentimos al dar la primer clase los alumnos
al percatarse de esto no harán más que desorden y no pondrán atención a las
clases. Pero al paso del tiempo nos damos cuenta y ganamos libertad de cátedra,
seguridad en uno mismo al dar las clases, sabiendo y reconociendo que es lo que
sabes y de que es de lo que vas a hablar al exponer los temas.
El hacer pensar y sentir a los alumnos,
Esto suele ser muy difícil, pensar es algo que siempre llevamos a cabo porque
pensamos siempre para hacer o al estar haciendo algo. El sentir, se relaciona con
aquellas relaciones afectivas que siempre presentan los alumnos ya que pasan
en la escuela pasan un determinado tiempo en el cual no pueden evitar presentar
diferentes emociones las cuales las relacionamos con el sentir.
Como lo dijo Fernando Corbalán, la escuela como es un sitio adónde vamos a
aprender, donde compartimos el tiempo, el espacio y el afecto con los demás;
donde siempre habrá alguien para sorprenderte, para emocionarte, para decirte al
oído algún secreto magnífico.
La tarea del profesor más que nada es responder a cada una de las preguntas que
los seres humanos nos planteamos. La primera tarea es crear inquietud, descubrir
el valor de lo que vamos a aprender, recrear el estado de curiosidad en el que se
elaboraron las respuestas. Para ello hay que abandonar las profesiones de fe en
las respuestas ordenadas de los libros, hay que volver las miradas de nuestros
alumnos hacia el mundo que nos rodea y rescatar las preguntas iníciales
obligándoles a pensar.
Un reto: al dar una clase lo único que tenemos por hacer es me tengo que divertir
explicando, al hacer esto los alumnos veneran tu interés y podría ser una buena
estrategia para llamar su atención obteniendo así buenos resultados y sentirnos
orgullosos y satisfechos con nuestro trabajo.
La renovación pedagógica:
2. Este es muy importante ya que sin ella quedaríamos estancados y siempre
repetiríamos lo mismo, con esto llegaremos a aburrirnos y a desesperarnos de
nuestro trabajo.
Al contrario; Desde esta perspectiva, la enseñanza recupera cada día el sentido
de una aventura que te rescata del tedio y del aburrimiento, y entonces encuentras
la libertad de expresar en clase algo que te es muy querido.
El objetivo es: ser maestros de humanidad... a través de las materias que
enseñamos, o quizás, a pesar de las materias que enseñamos; recuperar y
transmitir el sentido de la sabiduría; rescatar para nuestros alumnos, de entre la
maraña de la ciencia y la cultura, el sentido de lo fundamental permitiéndoles
entenderse a sí mismos y explicar el mundo que les rodea.
Nos encontramos con el principal problema; elaborar tu identidad profesional: ya
que esto implica cambiar tu mentalidad, desde la posición del alumno que siempre
has sido, hasta descubrir en qué consiste ser profesor. Y aquí aparecen los
primeros problemas, porque hay enseñantes que no aceptan el trabajo de ser
profesor.
“el buen profesor debe motivar a sus alumnos”
Esto se verá reflejado en clase a clase, por que los alumnos te verán como
alguien que les enseña y ellos aprenden, y no como el simple profesor que solo va
habla y habla pero nadie le entiende.
En este aprendizaje por ensayo y error, uno de los peores caminos es el de querer
responder al retrato robot del “profesor ideal”; quienes lo intentan descubren la
ansiedad de comparar, cada día, las limitaciones de una persona de carne y
hueso con el fantasma etéreo de un estereotipo ideal.
El profesor novato descubre enseguida que, además de los contenidos de
enseñanza, necesita encontrar unas formas adecuadas de expresión, en las que
los silencios son tan importantes como las palabras, en las que el uso de una
expresión castiza puede ser simpático o hundirnos en el más espantoso de los
ridículos.
Otro obstáculo serio a superar, quizás el que genera en los novatos la mayor
ansiedad, es el problema de la disciplina. En realidad, es un problema muy unido a
nuestros sentimientos de seguridad y a nuestra propia identidad como profesores.
3. “para enseñar una asignatura lo único realmente importante es dominar su
contenido”
Pero no solo eso, sino también tener la facilidad de motivación para los alumnos,
saber comprenderlos, hacerles saber que podrán hacer las preguntas necesarias
para su aprendizaje teniendo en cuanta que siempre tendrán una respuesta.
Por último, nos queda el problema de adaptar los contenidos de enseñanza al
nivel de conocimientos de los alumnos. El profesor novato tiene que entender que
ha dejado la Universidad, tiene que desprenderse de los estilos académicos del
investigador especialista, y adecuar su enfoque de los conocimientos para
hacerlos asequibles a su grupo de clase.