1. Esta es una canción didáctica cuya función se basa en transmitir, o hacer que conozcas el
verdadero significado que tiene la violencia de género. Consigue que tú, sin tener apenas idea del
tema, te pongas en la piel de la víctima, y sentir todo lo que ella canta. Describe las diversas
situaciones de violencia y maltrato a las que está expuesta día a día en contra de su voluntad, tanto
física como psicológica y sexual. De este modo refleja el papel que desempeña cada uno, el cual
viene a ser un ejemplo de los muchos casos que existen actualmente de 100 maltrato de cualquier
tipo. A pesar de todo, la canción no presenta estas palabras con el sentido literal de cada una, sino
que gracias a las sutilezas y eufemismos de los que hace uso, podemos hacernos a la idea de lo que
nos quiere transmitir.
Comienza contándonos, con voz triste y amargada acompañada de notas agudas, la llegada de su
marido por la noche bajo los efectos de las drogas y el alcohol (disimuladas con las palabras
“tabaco sucio” y “ginebra”, responsables del tipo de hombre que es ahora. Describe su inquietud
ante su presencia cruzando los dedos y su tono de súplica ante sus deseos. Tras eso, la melodía se
vuelve más fuerte y ella toma una postura de rebeldía al compararse a sí misma con el fuego y
jurándole venganza por todo el daño que le ha causado. A pesar de que sus intenciones son esas,
pues es consciente de la situación en la que se encuentra ella y su familia, no toma las acciones
necesarias para cambiar su modo de vida. Entre las razones puede estar la duda de sus sentimientos
hacia él, por lo que, cuando dice “no se daña a quien se quiere”, ella misma lo pone en práctica con
su acto de callar.