El documento describe al senador Javier Álvarez, conocido como "El Tato", como una figura estrambótica e inmadura de la política colombiana. Señala que El Tato habla de manera ordinaria y desfachatada, sin coordinar ideas ni expresar argumentos coherentes. Tras las elecciones parlamentarias, El Tato realizó una pataleta pública acusando al alcalde de Ipiales de traición y de perder 15.000 millones de pesos debido a su incapacidad. El documento concluye lamentando que este sea el estado
1. Publicación de un(a) EL TATO
19 de abril
Cada vez que escucho al ahora senador, Javier Álvarez, más conocido
como el TATO, generalmente se me dibuja una sonrisa en la cara
pintoresco, y sería hasta simpático, si no fuera uno de los responsables
de la política colombiana. Tal vez lo que mejor define su personalidad es
su apodo, el Tato. Uno a quién le dice “El Tato”, al niño, a ese muchacho
travieso que no se lo llama por el nombre, por ser infantil. Pero si se
supera la infancia y se queda con el apodo, es que no superó esa etapa,
sigue siendo infantil, inmaduro, travieso. Si una persona ha crecido, y
conserva el apodo, generalmente es el personaje de la barriada, que
nunca salió de la cuadra, con el que cualquiera se toma un trago en la
esquina, o cuenta chistes picantes con la gallada. Eso no tendría
ninguna importancia, pero estamos hablando de un legislador. El Tato,
el apodo lo describe en su totalidad, es ordinario, habla con toda la
desfachatez del vecino de la tienda, del vendedor de mazamorra, o de
las tortillas, habla con pasión, llora, patalea, acusa, señala. Después de
las elecciones parlamentarias de marzo, este personaje volvió a Ipiales y
en un noticiero de radio, hizo pataleta como cualquier chino al que le
quitaron unas canicas, chilló y amenazó al alcalde por no haberle
conseguido unos voticos más, sonándose los mocos dijo que le iba a
organizar la revocatoria de su mandato. El Tato es una figura
estrambótica de la política nacional, paisano, para desgracia nuestra.
Sus compañeros de universidad dicen que fue muy conocido por su vida
alegre, más bohemia que jurídica, más rumba que códigos. Ya me
imagino las historias que se contarán de él en el Congreso, seguramente
los parlamentarios del país pasarán el rato sabroso con él, tendrá mil
anécdotas. Es que él mismo lo dice, reconoce que no es un político de
2. discursos, ni un legislador de ponencias o de debates, para él eso es
cháchara o lora, el Tato desprecia el arte de coordinar ideas, de concebir
leyes o expresar argumentos coherentes. No, a él le gusta la plata, el
presupuesto, es un tigre para intrigar en los ministerios, para acosar
funcionarios por las obras, y en su modestia afirma que casi todas las
obras que se han construido en Ipiales han sido posibles gracias a su
gestión. El Tato, enojado con sus compadres, Gustavo Estupiñán y Darío
Vela, por el pésimo apoyo electoral en Ipiales. rompió en público las
fotos y las cartas de su triángulo amoroso, el Tato habló de traiciones,
deslealtad, y entre sollozo y sollozo, contó sus intimidades, que como en
todos los idilios por conveniencia todo se sabe. Dijo que el alcalde no
sabe dónde está parado, que por su incapacidad ha hecho perder cerca
de 15000 millones de pesos en dos años, que el Tato había dejado listos
para su aprobación, dijo que al alcalde no le interesa la educación, que
no cofinancia las obras de los colegios, que el alcalde abusa de los
contratos personales, que tiene al municipio sobresaturado de
burocracia. De Gustavo dice que su amor le cerró las puertas, y que lo
está repartiendo a otros. Que a la gente de Ipiales la obligaron a
marchar a Las Lajas en apoyo al candidato a la cámara, ¿qué dirá la
Virgensita de Las Lajas? Contó que el gerente del hospital civil de Ipiales
no lo apoyó, que se ha vuelto politiquero, que obligó a votar al personal
médico por otros candidatos. Finalmente remató diciendo que está
buscando un nuevo amor y que está recibiendo propuestas. Si todo lo
que dice el Tato es cierto, yo me pregunto, si a Petro lo echaron por
ineficiente, que espera la Procuraduría para destituir al alcalde de Ipiales
y abrir investigaciones sobre todas las graves afirmaciones sostenidas
por el “¿honorable senador?”. Y finalmente, en estas fechas de abril,
cuando se conmemora el pensamiento y la lucha del gran líder liberal,
3. en la fecha de la memoria histórica, da pena ver a dónde ha caído el
partido de Gaitán. Tristemente esta es nuestra clase política. Éstos son
nuestros líderes, y lo son por culpa nuestra.
LUIS ALFONSO CABRERA J. Fundación Provincia