Este poema de Miguel Hernández describe los efectos desoladores de la guerra, incluyendo la soledad, la muerte y la ausencia. El autor expresa cómo la guerra ha dejado su casa y pueblo vacíos y abandonados, y cómo la muerte acecha en todas partes. A través de este poema, Hernández intenta transmitir el horror de la guerra y hacer una reflexión sobre cómo evitar futuros conflictos.