La fotógrafa Frances Benjamin Johnston tomó las primeras fotos de un bebé en 1889, capturando imágenes de la hija de un amigo en Richmond, Virginia. Estas fotos pioneras mostraban al bebé en diferentes poses y expresiones faciales, lo que permitió a los padres y a otros ver al bebé de una manera nueva a través de la fotografía. Las fotos del bebé de Johnston fueron algunas de las primeras en capturar la infancia de una manera tierna e íntima.