1. Recordatorio
El Benigno Argote que conocí
LUIS OSCAR MIRANDA G.
PANORAMA@PRENSA.COM
Conocí y traté a Benigno Tomás Argote en tres estadios: el
profesional, en general; como estudiante de la Universidad
de Columbia, en ejercicio de nuestra profesión en escuela
oficial y como socio soñador de un colegio experimental que
quisimos fundar en Boquete, el cual fue un éxito académico,
pero un fracaso económico.
Rememoro el nacimiento del Instituto Doraz, que fue
nuestro sueño académico, porque Benigno fue el más
valiente y audaz de todos.Tenía una familia que mantener y
Benigno Tomás
aun así se atrevió a realizar esa aventura con las manos
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vacías que llevábamos todos, pero sí una gran ilusión
académica.
El 3 de noviembre de 1949 visitamos Boquete para auscultar la posibilidad de ese
colegio secundario experimental según los modelos que habíamos conocido en
Estados Unidos. Entre las personalidades visitadas estaba el doctor Arnulfo Arias,
retirado en su finca, en espera de un fallo en su favor por parte del Tribunal Electoral.
Nos recibió con gentil cortesía y nos prometió que al alcanzar su gobierno tendríamos
todo el apoyo que fuera necesario. Meses después subió al poder; nos concedió una
entrevista leve y contundente: "¿En qué puedo servirles y en qué pueden servirme
ustedes a mí?". Le expresamos la necesidad de una pequeña ayuda oficial para
fortalecer la débil economía del colegio. Su respuesta fue: "Mi gobierno está
comprometido con las escuelas primarias más que con las secundarias". Todo estaba
dicho, nos levantamos y nos despedimos, como era de rigor. El Instituto Doraz siguió
viviendo muy precariamente, pero sin descuidar la labor académica.
Llegó el momento en que le propuse a Benigno cerrar el colegio, pero él se negó y
quiso continuar en él, por razones de salud y porque él no quería abandonar ese
proyecto de ilusión que habíamos empezado. Argote murió el 22 de abril de 1953,
siendo el único de los cuatro que habíamos prometido quedarnos para siempre en
Boquete.
El cierre del Doraz produjo un vacío que la población . Una comisión de boqueteños
solicitó la apertura de una escuela secundaria oficial. El ministerio fundó la escuela.
La comunidad, agradecida de la labor realizada por Benigno Tomás Argote, solicitó
que su nombre fuese dado al nuevo colegio.
Mi homenaje es el recuerdo de todo aquello, especialmente de la bella ilusión que fue
el Instituto Doraz.
El autor es educador.