1. Registrado: 11-03-200
¿LA SECRETARIA?... SI, SOY YO...
Sólo dos de cada 100 profesionales del secretariado son varones. En un mundo en
el que casi todas las ofertas de empleo van dirigidas a mujeres, algunos hombres
demuestran que esta ocupación no tiene sexo.
"Secretaria, secretaria, la que escucha, escribe y calla; la que hizo de un despacho
tu morada; casi esposa, buen soldado, enfermera; y un poquito enamorada...".
Así eran las secretarias a las que cantaba Mocedades hace algo más de 30 años.
Resignadas, casi serviles y secretamente enamoradas de su jefe. Menos románticos
eran los retratos que de ellas pintaban las películas del destape de los 70: señoritas
estupendas y mini falderas que se desvivían por complacer los deseos de sus jefes
o, cuando menos, se dejaban vencer por ellos. Su figura, convertida en pieza a
cobrar o en oscuro objeto de deseo, acabó dando forma a una especie de mito que
aún hoy pervive en el subconsciente de la mayoría.
En la actualidad, el ejercicio de esta profesión ha elevado sus cuotas de exigencia
hasta el punto de requerir no sólo conocimientos específicos (idiomas, informática,
marketing...) sino cierto dominio del protocolo y unas habilidades sociales (sobre
todo aquéllas relacionadas con la capacidad de relación y comunicación) que la
alejan definitivamente de las simples labores de mecanógrafa-telefonista.
"En estos últimos años ha aumentado el reconocimiento laboral y social que han
adquirido los profesionales del secretariado".
"Hoy somos profesionales con un alto grado de calificación y somos necesarias en
todas las empresas ya sean públicas o privadas".