1. POLÍTICA
Sin propuesta de la asamblea el PRD y el PRI comenzaron sus campañas en
Tixtla.
Hablaron de una propuesta para quedarnos de acuerdo sobre el problema y las
situaciones que está pasando de los 43 normalistas y tampoco responderán a
agresiones no va a suceder y vamos a tener una reunión con los padres de los 43
normalistas y dialogar y llegar con el acuerdo y para no causar destrozos en todo
el Estado de Guerrero.
DESAPARICIÓN FORZADA EN IGUALA DE 2014
La desaparición forzada en Iguala de 2014 fue una serie de episodios de
violencia ocurridos durante la noche del 26 de septiembre y la madrugada del 27
de septiembre del 2014, en el que la policía municipal de Iguala (220 km al sur de
la ciudad de México) persiguió y atacó a estudiantes de la Escuela Normal Rural
de Ayotzinapa (257 km al sureste de Iguala). En dicho enfrentamiento habrían
salido dañados periodistas y civiles. Los hechos dejaron un saldo de al menos
9 personas fallecidas, 41 estudiantes desaparecidos de esa escuela normal rural y
27 heridos.3 4
Antecedentes
La escuela normal de Ayotzinapa, siempre ha sido marcada por tener una fuerte
tendencia de izquierda y un conocido historial de violencia callejera.5 6 7 , derivado
de ello, es conocida como semillero de luchadores sociales y disidentes.8 El 12 de
diciembre del 2011 en Chilpancingo, capital de Guerrero, un enfrentamiento entre
normalistas y la policía federal y estatal, conocido como el conflicto de Ayotzinapa,
dejó un saldo de dos estudiantes muertos. Un trabajador falleció por quemaduras
cuando los estudiantes intentaron incendiar una gasolinera en ese mismo
episodio.9 6
Como parte de un plan para asistir a la Ciudad de México el día 2 de octubre del
2014 a las manifestaciones conmemorativas de la masacre de Tlatelolco, los
estudiantes habían estado secuestrando autobuses y combustible a lo largo de
una semana,10 para concentrarlos en la escuela. El día 22 de septiembre, la
policía federal y estatal impidieron que los estudiantes robasen combustible en la
Autopista del Sol, que conduce a Acapulco. Los días 25 y 26 de septiembre los
estudiantes habían ido a Chilpancingo en dos autobuses, de los que previamente
se habían apoderado, e intentaron apoderarse de otros vehículos, pero la policía
local les impidió lograrlo,11 sin arrestarles y/o confiscarles las unidades en que
iban. Frustrados en su intento, los estudiantes pasaron a la cercana ciudad de
Iguala en la tarde del día 26 para buscar más vehículos en al menos tres
autobuses robados; uno de la línea Costa Line (num. 2513) y dos de la línea
2. Estrella de Oro (nums. 1531 y 1568).12 13 Al llegar a la central camionera de Iguala
se apoderaron de tres autobuses más; dos de la línea Costa Line (nums. 2510 y
2012).13 y uno de la línea Estrella Roja (num. 3278), asimismo hubieron de
abandonar el Costa Line 2513 al escapar el chofer con las llaves del vehículo.13 14
El chofer del Costa Line 2510 se resistió a la toma al ser abordado por los
estudiantes en la central camionera15 , y logró notificar a sus superiores y a la
policía antes de ser superado y obligado a llevar el autobús a Ayotzinapa con
algunos estudiantes como pasajeros.16 De casi cien estudiantes de Ayotzinapa
que iban repartidos en los cinco autobuses, solamente dos eran de tercer año y
seis de segundo año. El resto era en su totalidad bisoños de primer año que
iniciaban apenas esa semana sus estudios en la escuela rural. Antes de salir de la
escuela para efectuar estas actividades ninguno de este grupo de primer año
sabía a dónde iban ni por qué.12
Por su parte, en la ciudad de Iguala, era alcalde desde 2012 el perredista José
Luis Abarca Velázquez, ex comerciante de joyería, al cual se le acusa de estar
coludido con el grupo criminal Guerreros Unidos, a quienes aparentemente
pagaba protección.17 Abarca está casado con María de los Ángeles Pineda, quien
sería el enlace del gobierno municipal con el crimen organizado. Varios hermanos
de Pineda fueron miembros del desaparecido Cártel de los Beltrán Leyva.8
Asimismo, Pineda era directora local del Sistema Nacional para el Desarrollo
Integral de la Familia (DIF). En México se acostumbra que la esposa del alcalde
en turno sea quien dirija la oficina municipal correspondiente del DIF. A pesar de
que la pareja había sido acusada de participar en varios delitos y de que diferentes
ramas del gobierno estatal tenían conocimiento de estas acusaciones, no había
acción legal alguna en contra de ellos.17
La noche del 26 de septiembre, el DIF de Iguala dio una fiesta para celebrar los
logros obtenidos bajo la dirección de María de los Ángeles Pineda. Se dice que se
planeaba lanzar en ese mismo evento la candidatura de Pineda a la alcaldía
(Abarca terminaba su periodo en 2015).18
Desarrollo de los sucesos
Primer ataque
Tras el robo de los últimos tres autobuses en la central camionera de Iguala, el
Estrella Roja 3278 enfiló hacia el sur para llegar a la carretera a Chilpancingo. Los
otros cuatro autobuses formaron una caravana y tomaron rumbo hacia el norte,
con el Estrella de Oro 1531 a la cabeza, seguido de los Costa Line 2012 y 2510 en
ese orden y finalmente el Estrella de Oro 1568.12 Iban hacia el anillo periférico de
Iguala, para de allí enfilar hacia Ayotzinapa. Ello los haría pasar a una cuadra del
festejo del DIF. Sin embargo, alertados por el aviso del chofer, la policía los
comenzó a perseguir a tres cuadras de la central camionera, en un intento por
impedir que la comitiva se acercase al festejo.16
3. De acuerdo con declaraciones del fiscal guerrerense, Iñaky Blanco Cabrera, el
primer episodio de violencia ocurrió a las 21:30 horas,19 20 cuando la policía logró
interceptar el paso de los autobuses mediante una camioneta que bloqueó su
avance16 en la esquina de las calles Juan N. Álvarez y Periférico Norte.21 Los
alumnos bajaron de los autobuses para intentar empujar fuera del camino la
camioneta, y se enfrentaron a los policías, que también llegaban. Cuando el
estudiante Aldo Gutiérrez Solano forcejeó y sometió a uno de los policías, agentes
de la Policía Municipal de Iguala abrieron fuego contra él, hiriendo gravemente a
Gutiérrez Solano16 y matando a Daniel Solís Gallardo.22
La balacera inicial puso en desbandada a los estudiantes normalistas, varios de
los cuales se refugiaron en los espacios entre los autobuses detenidos. Otros más
escaparon como pudieron a los alrededores; sin embargo, la policía de Iguala se
llevó bajo arresto a la mayoría de los estudiantes que no habían podido bajar de
los autobuses.16 La mayor parte de los arrestados provenía del último autobús en
la fila (el Estrella de Oro 1568).12
Durante el ataque varios de los estudiantes normalistas lograron comunicarse con
compañeros que se habían quedado en Ayotzinapa. Estos alumnos, enterados de
los incidentes, enviaron otro convoy de estudiantes en varias camionetas para
recorrer los 126 km de distancia entre Ayotzinapa e Iguala, para ayudar a sus
compañeros atacados en Iguala.16
Los estudiantes en el autobús Estrella Roja 3278 fueron alertados por celular del
primer ataque ocurrido; al enfilar el vehículo hacia el lugar del incidente para
auxiliar a sus compañeros atacados, el autobús quedó atascado en medio del
tránsito vehicular y localizado e interceptado por la policía. Detenido el autobús,
los estudiantes fueron obligados a bajar y encañonados con armas de fuego.23
Confiscado el autobús sin disparar un tiro, la policía en lugar de arrestar a los
estudiantes les permitió huir del lugar por su propio pie.24
Segundo ataque
El segundo convoy de estudiantes, que llegó alrededor de las 23 horas de la
noche del 26, se encontró con algunos de los compañeros que no habían sido
llevados por la policía, entre ellos los que bajaron del Estrella Roja 3278.25 Los
estudiantes, acompañados por profesores pertenecientes a la CETEG
(Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero), comenzaron
a inspeccionar el lugar y a buscar a cualquier otro alumno oculto tras la balacera.
Asimismo, daban entrevistas a la prensa que iba llegando por el primer ataque en
contra de sus compañeros. Seguían en el lugar alrededor de la medianoche
cuando fueron atacados una vez más por un grupo que llegó de repente y que,
según testigos presenciales, disparaba ráfagas en su contra.26 En este ataque
fallecieron dos estudiantes más, llamados Julio César Ramírez Nava y Julio César
Mondragón Fuentes;22 mientras que el resto huía en desbandada y se ocultaba en
los cerros circundantes o en las azoteas de las casas de Iguala.16
4. Casi al mismo tiempo, a la salida de Iguala, en la autopista a Chilpancingo, otro
grupo de policías disparó contra un autobús que transportaba a los integrantes del
equipo de futbol Avispones de Chilpancingo, de la tercera división. El equipo de
futbol no estaba involucrado en los hechos y aparentemente fue confundido por la
policía como otro autobús más del convoy de los estudiantes normalistas. Este
equipo era de Chilpancingo e iba de regreso a su sede tras un partido como
visitante en Iguala.27 En este ataque perecieron tres personas: David Josué García
Evangelista (de 15 años de edad, uno de los futbolistas), Blanca Montiel Sánchez
(pasajera de un taxi que pasaba por el lugar) y Víctor Manuel Lugo Ortiz (chofer
del autobús que conducía a los jugadores de vuelta a Chilpancingo). El director
técnico del equipo resultó herido y fue internado grave.28 29
Investigación oficial
La mañana del día 27 de septiembre elementos del Ejército Mexicano encontraron
a las 11 horas el cuerpo de Julio César Mondragón, uno de los normalistas
muertos en el segundo ataque. Su rostro había sido desollado.30 31 Los primeros
informes reportaron la desaparición de 57 estudiantes de la Escuela Nacional
Rural de Ayotzinapa presuntamente atacados y secuestrados por policías
municipales de Iguala.32 El 30 de septiembre, se informó que 14 de ellos se
encontraban salvos en sus casas, mientras que 43 permanecían en calidad de
desaparecidos.33 Ese mismo día, se señaló al presidente municipal de Iguala, José
Luis Abarca, como presunto autor intelectual de las desapariciones forzadas y
como el responsable de dirigir desde un radio a fuerzas policíacas del Estado para
proceder con los actos del 26 de septiembre.34 El 29 de septiembre, Abarca dijo
que él había ordenado a la policía no atacar a los normalistas, a quienes acusó de
pretender atacar a los invitados que estarían presentes en el segundo informe del
DIF municipal, del cual su esposa, María de los Ángeles Pineda, era la
presidenta.35
La búsqueda de los 43 estudiantes por parte de padres de familia junto con
normalistas, que fueron resguardados por elementos de la Fuerza Estatal, inició el
mismo 29 de septiembre, intensificando el operativo al buscar posibles cadáveres
en fosas comunes.36
El sábado 4 de octubre se descubrió en los alrededores de Iguala una fosa
clandestina con 28 cadáveres sepultados en ella. Eventualmente los análisis
forenses dictaminaron que estos cuerpos no correspondían con ninguno de los 43
normalistas desaparecidos ignorándose hasta la fecha la identidad de los
cuerpos.37
El día 8 de octubre fueron detenidos en Cuernavaca, Morelos, Osvaldo Ríos
Sánchez y su hermano Miguel Ángel, sospechosos de haber participado en la
desaparición. Los hermanos Ríos Sánchez confesaron su involucramiento y el
haber estado bajo las órdenes de Ángel Casarrubias Salgado, uno de los líderes
de Guerreros Unidos. Al día siguiente la PGR encontró otras 4 fosas con ocho
5. cadáveres en total en el paraje de La Parota, en la localidad de Pueblo Viejo,
Guerrero. Sin embargo, estos hallazgos tampoco correspondían con los 43
normalistas desaparecidos.38
Jesús Murillo Karam, procurador general de la República, informó el 13 de octubre
de 2014 que aparentemente elementos de la Policía de Iguala, tras arrestar a los
43 estudiantes desaparecidos, siguieron instrucciones de Abarca y entregaron a
los detenidos a oficiales de la Policía del vecino municipio de Cocula. A su vez,
estos policías de Cocula procedieron a entregar a los estudiantes a miembros del
cártel de los Guerreros Unidos.39
De acuerdo a testimonios de los hermanos Ríos Sánchez, Ángel Casarrubias
Salgado habría dado la orden de matar a los estudiantes entregados a los
Guerreros Unidos, aparentemente en la creencia de que entre los estudiantes
normalistas se encontraban infiltrados elementos del cártel rival de Los Rojos.38
Según declaraciones de otros miembros capturados de los Guerreros Unidos, los
estudiantes fueron llevados al basurero municipal de Cocula hacinados en dos
camionetas. Al arribar, quince de los estudiantes habían muerto de asfixia al
bajarlos debido al hacinamiento y las ataduras. Una vez bajados los estudiantes
sobrevivientes de las camionetas, se interrogó brevemente a cada uno antes de
proceder a matarlos de un balazo en la nuca. Después los tiraron a la parte baja
del basurero donde incineraron los cuerpos, haciendo relevos para vigilar el
proceso y mantener el fuego durante horas arrojando combustible a los cuerpos.
Al terminar se ordenó a los vigilantes del fuego que recogiesen las cenizas y
triturasen los huesos restantes para meterlos en bolsas de plástico y arrojarlas al
río San Juan.40