15. A finales de julio de 1723, en un día de calor intenso y pegajoso, Alfonso se dirige al Palacio de Justicia de Nápoles.
16. Se celebrará el juicio más sonado del reino entre dos familias: los Médici y los Orsini.
17. Las dos familias quieren para sí la propiedad del feudo de Amatrice. Estaba en juego una gran cantidad de dinero.
18. Los Orsini lo han elegido para su defensa por una sola razón: es competente y ha ganado todas las causas. Alfonso es un joven abogado de 26 años de edad.
19. Se ha preparado muy bien, ante el tribunal defiende la causa con maestría. Está seguro que defiende la justicia.
20. A pesar de eso, Alfonso es derrotado, pero se da cuenta de que el origen de esta sentencia está en las maquinaciones políticas e intrigas políticas).
21. Como herido por rayo, el abogado de manos limpias queda por un momento estupefacto.
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27. Parece escuchar una sacudida del gran edificio y cree oír en su interior una voz que le llama personalmente desde el pobre: “ Alfonso, deja todas las cosas ven y sígueme”.
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32. Más arriba de Scala, está Santa María de los Montes, una pequeña ermita. Le gustó este lugar. Era bueno compartir la amistad y la oración en casa de María de Nazaret.
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34. Ahora más que nunca descubre, de verdad que el Evangelio pertenece a los pobres y que ellos lo reclaman como suyo. Y decide quedarse con ellos para dárselo a tiempo completo.
36. Como misionero popular y superior general de su Congregación y obispo, llevó a cabo una gran labor, a pesar de su delicada salud.
37. Nos encontramos en el año 1730. Alfonso decide por vez primera, reunir una comunidad consagrada a la misión de los más pobres.
38. En los primeros días de noviembre de 1732 Alfonso deja definitivamente la ciudad de Nápoles.
39. Parte en burro para Scala para reunirse con su primer grupo de compañeros, quienes habrán de ser los Redentoristas.
40. Son unos días de intensa oración y contemplación. Sabe que la redención abundante y generosa es un don gratuito y se abre a él en disponibilidad plena.
41. Nace la congregación misionera del Santísimo Redentor , mejor conocida como los El día 9 de noviembre de 1732 Misioneros Redentoristas .
42. No es fácil fundar una congregación religiosa en el reino de Nápoles en el siglo XVIII. Hay demasiados diocesanos, religiosos y muchos conventos en este país pobre y mal administrado.
43. Desde el 9 de noviembre de 1732 hasta la Pascua de 1762, cuando es nombrado obispo, pasan 30 años felices en la vida de Alfonso dedicado a la misión, la dirección de su grupo y a la publicación de sus obras.
45. - Visitas al Santísimo Sacramento y a María Santísima, - La Pasión de Cristo y - Las Glorias de María" Varias son las obras espirituales por él publicadas:
46. Escribió también otra contra los materialistas y deístas. Otras, no pocas, sobre varios temas devotos y espirituales.
48. Por ser la oración un medio necesario y seguro para alcanzar la salvación y todas las gracias que necesitamos”. Para él, su libro más útil es el que trata de la oración.
49. Sin oración, según los planes ordinarios de la providencia, inútiles serán las meditaciones, nuestros propósitos y nuestras promesas.
50. Si no rezamos seremos infieles a las gracias recibidas de Dios y a las promesas que hemos hecho en nuestro corazón.
51. La razón de esto es que para hacer en esta vida el bien, para vencer las tentaciones, para ejercitarnos en la virtud, en una sola palabra, para observar totalmente los mandamientos de Dios,
52. no bastan las gracias recibidas ni las consideraciones y propósitos que hemos hecho, se necesita sobre todo la ayuda actual de Dios.
53. Y esta ayuda actual no la concede Dios nuestro Señor, sino al que reza y persevera en la oración.
54. Las gracias recibidas, las meditaciones que hemos concebido, sirven para que en los peligros y tentaciones sepamos rezar
55. y con la oración obtengamos el socorro divino que nos preserva del pecado, mas si en esos grandes peligros no rezamos, estamos perdidos sin remedio.
56. EL AMOR A CRISTO Toda la santidad y la perfección del alma consiste en el amor a Jesucristo, nuestro Dios, nuestro sumo bien y nuestro redentor.
61. Grande es la dignidad de los sacerdotes, pero no menor la obligación que sobre ellos pesan.
62. Los sacerdotes suben a gran altura, pero se impone que a ella vayan y estén sostenidos por extraordinaria virtud; de otro modo, en lugar de recompensa se les reservará gran castigo.
63. Opina como san Pedro Crisólogo, que el sacerdocio es un honor y es también una carga que lleva consigo gran cuenta y responsabilidad por las obras que conviene a su dignidad.