2. Si Dios me ha dado y me da tanto, ¿yo qué
doy?
Como cristiano, ¿estoy dando mi vida a los
demás, especialmente a los más necesitados?
¿Entiendo que el cristianismo es dar el tiempo
y la vida trabajando por la felicidad de los que
quiero y de los que necesitan amor?, ¿Soy
capaz de donarme a mí mismo hasta que
duela, para encontrar allí la fecundidad y la
alegría de la vida?
Señor, libéranos del espíritu de orfandad, y
danos el espíritu de hijos tuyos y hermanos de
los demás. Danos la libertad del amor capaz
de donarse a sí mismo hasta que duela.
-Santa Teresa de Calcuta
SOBRE EL
AMOR AL
PRÓJIMO
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3. «el amor es una
luz –en el fondo
es la única- que
ilumina
constantemente
a un mundo
oscuro y nos da
la fuerza para
vivir y actuar»
- BENEDICTO XVI
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4. LA IMPRESIÓN DE LAS LLAGAS DE
SAN FRANCISCO
Por el Hno. Germán Yactayo Andrade, OFS.
Desde hacía unos años atrás, se vivía en la
Orden Franciscana un clima algo tenso, propio
de una crisis de crecimiento: Ya no era aquel
grupo de hermanos, inexpertos, que se
presentaron ante el "Señor Papa" pidiendo
permiso para vivir el Evangelio simple y
llanamente. Eran ahora, una multitud de
hermanos venidos de todas partes, de toda
extracción social y cultural, siendo un gran
grupo de ellos, universitarios y letrados que
exigían una organización menos espontánea y
más estable, al estilo de la Orden de los
Dominicos. Francisco, "simple e idiota", como se
autodenominaba, se sentía desbordado ante
tanta exigencia.
Lo suyo no era ser legislador ni alto dirigente. Es
por eso que luego de la aprobación de la Regla
por el papa Honorio III, el 29 de noviembre de
1223, Francisco se dedica con más empeño a la
contemplación y oración, dejando el gobierno
práctico de la Orden en manos de fray Elías de
Asís, su Vicario (algunos sostienen que era de
Cortona).
En la nochebuena de 1223, con permiso del
Papa, había preparado el pesebre en la Misa,
inaugurando la tradición de preparar belenes en
Navidad. Ahora, ya entrado el año de 1224, el
Señor "posaría Su mano sobre su siervo y lo
llevaría a la cima del monte".
Memoria: 17 de septiembre
5. El año de 1213 el conde Orlando de Chiusi,
uno de los tantos dirigidos espiritualmente
por Francisco y hermano de la Penitencia
(actual Orden Franciscana Seglar) donó al
Seráfico Padre el monte Alverna o La Verna,
en la Toscana, al norte de la provincia de
Arezzo, para que haga sus retiros junto con
sus hermanos.
Y aunque San Francisco viajó acompañado
por los frailes León, Ángel, Rufino, Maseo,
Iluminato y probablemente Bonizzo, solo
estuvo en lo más alto con el primero, Fray
León, quien le alcanzaba la comida y muy
temprano por las mañanas le celebraba la
Misa.
Pero él, deseando más soledad, se apartó,
cruzando un abismo, por medio de un tronco
atravesado y estuvo en una cueva, a manera de
cobertizo, que el Seráfico Padre convertiría en su
capilla, su Betel, su lugar de oración y de
encuentro con Dios.
Uno de esos días, cuando el bienaventurado
Francisco estaba con fray León, (probablemente al
terminar una de las misas diarias), quiso conocer
el significado de las visiones que había tenido una
de esas noches, de las que Fray León casualmente
había sido testigo, y pidió a su amigo, conforme a
su costumbre, abrir por tres veces el libro de los
Evangelios, saliendo en todas ellas la narración de
la Pasión de Cristo, con lo que el siervo de Dios
supo que debía prepararse para seguir a Cristo en
su sufrimiento, así como le había sido conforme
en todos los actos de su vida; aun así, no
imaginaba lo que el Señor le tenía reservado. La
mañana del día de la Exaltación de la Santa Cruz,
encontró a Francisco orando de esta manera:
"Señor - decía con lágrimas en los ojos - dos
gracias te ruego me concedas antes de morir: la
primera, que sienta en mi cuerpo y mi alma, en la
medida que sea posible, los dolores de tu
acerbisima pasión; y la segunda, que sienta en mi
corazón, aquel amor que te llevó a inmolarte por
nosotros".
San Buenaventura, General de la Orden, para
escribir su biografía de San Francisco, se retiró en
el monte Alvernia. A él cedemos la descripción de
tan sublime hecho. Un santo nos escribirá sobre
otro santo:
6. “… mientras oraba…, vio bajar de lo más alto
del cielo a un serafín que tenía seis alas tan
ígneas como resplandecientes. En vuelo
rapidísimo avanzó hacia el lugar donde se
encontraba el varón de Dios, deteniéndose en
el aire. Apareció entonces entre las alas la
efigie de un hombre crucificado, cuyas manos
y pies estaban extendidos a modo de cruz y
clavados a ella. Dos alas se alzaban sobre la
cabeza, dos se extendían para volar y las otras
dos restantes cubrían todo su cuerpo…
Estaba sumamente admirado ante una visión
tan misteriosa, sabiendo que el dolor de la
pasión de ningún modo podía avenirse con la
dicha inmortal de un serafín. Por fin, el Señor
le dio a entender que aquella visión le había
sido presentada así por la divina Providencia
para que el amigo de Cristo supiera de
antemano que había de ser transformado
totalmente en la imagen de Cristo crucificado
no por el martirio de la carne, sino por el
incendio de su espíritu.
Así sucedió, porque al desaparecer la visión
dejó en su corazón un ardor maravilloso, y no
fue menos maravillosa la efigie de las
señales que imprimió en su carne. Así, pues,
al instante comenzaron a aparecer en sus
manos y pies las señales de los clavos, tal
como lo había visto poco antes en la imagen
del varón crucificado. (Leyenda Mayor XIII, 3)
El Beato Benedicto XI autorizó en 1304 a los
religiosos franciscanos la conmemoración de
las Llagas de San Francisco, autorizando
además un Oficio Litúrgico propio. Sixto V
introdujo la mención del hecho en el
Martirologio Romano. Paulo V la extendió a
toda la Iglesia y así se mantuvo hasta la
reforma litúrgica de 1969.
8. DEVOCIÓN A LAS SANTAS LLAGAS
DEL SERÁFICO SAN FRANCISCO
MODO DE HACER ESTA DEVOCIÓN
Cristiano, a mayor honra y gloria de
Dios, te ofrezco esta devoción, la puedes
hacer todo el año, comenzando el lunes
para acabarla un viernes, y se hará
puesto de rodillas ante una Imagen de
nuestro Gloriosísimo Padre, hecha la
señal de la Cruz, y con todo el dolor el
acto de contrición, dirás cinco veces el
Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri, y
en entre cada uno, la oración siguiente, y
se ofrece con la otra última, pidiendo al
Santo por su mano el favor que se
pretende.
ORACIÓN
Seráfico Padre mío, Señor San Francisco,
por las llagas de mi Señor Jesucristo, y las
vuestras, os pido cumpláis con el voto que a
mi Dios hicisteis, de dar por su amor todo
aquello que os fuese pedido. Por Jesús,
limosna os pido, dadme por amor de Dios,
aquesto que os ruego y pido, por amor de
Dios os lo pido, por amor de Dios os lo pido,
por amor de Dios os lo pido, por amor de
Dios os lo pido, por amor de Dios os lo pido,
por amor de Dios os lo pido. Amén.
Reimpresa en Puebla de los Ángeles
Por los Herederos de la Viuda de Miguel de Ortega, en el Portal de las Flores.
Año de 1774
Concedidos cuarenta días de indulgencias, a todas las personas que rezaren esta
devoción
9. OFRECIMIENTO
Seráfico Padre mío Señor San Francisco,
Pobre y Humilde de Dios, Pobre y Querido de
Dios, Pobre y despreciado de Vos, y por esto
ensalzado y sublimado por Dios: por veros
rico ante Dios, de tesoros tan divinos, os
vengo a pedir limosna, dádmela caritativo,
por amor de nuestro Dios, y por la Virgen
Santísima, por el voto que hiciste a Dios de
dar por su amor todo lo que os pidiesen. Por
amor de Dios os pido, me alcancéis de la
Majestad, una verdadera contrición, humildad
y compasión de la Sagrada Pasión y Muerte
de mi dulcísimo Redentor,
permanencia en lo de Dios, felicidad a la
Iglesia, paz y concordia entre Príncipes
Cristianos, exaltación de la Fé Católica,
extirpación de las herejías, poder contra los
infieles, cristiana reformación y conversión
de los pecadores, a las benditas ánimas del
Purgatorio, descanso, y para el Papa, salud.
Todo os lo pido, humildísimo Santo mío, por
amor de Dios y por las Llagas que os
imprimió, dádmelo por amor de Dios. Amén.
10. “Que poco se
necesita para
ser Santo: Hacer
en todo la
voluntad de
Dios.”
-SAN VICENTE DE PAÚL
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11. Negra soy, pero
hermosa...
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LA LEYENDA DE SANTA IFIGENIA DE ETIOPÍA,
PRINCESA, VIRGEN Y CARMELITA
MEMORIA: 21 DE SEPTIEMBRE
Ifigenia era hija de Egippus y Eufenisa, reyes
de Etiopía, a principios del siglo I, habría que
decir. Tenía Ifigenia un hermano mayor,
llamado Efronio. A los ocho años de la
Ascensión del Señor llegó San Mateo a la tierra
de los nubios, o sea, Etiopía. Allí buscó a aquel
eunuco etíope bautizado por el diácono San
Felipe, que ya había regresado a su tierra y
esperaba apóstoles de Cristo. Este eunuco
introdujo en la corte a Mateo y sus
"coadjutores", que eran carmelitas discípulos
de Cristo y los Apóstoles. Mateo predicó,
derrotó a los magos paganos Arfaxad y Zoroes,
expulsó demonios y convirtió a las gentes.
Enterado el rey, tomó partido neutral,
permitió la predicación del cristianismo, pero
continuó prefiriendo la religión anterior, o
sea, no se convirtió del todo. Sin embargo,
Ifigenia sí que abrazó rotundamente el
cristianismo, y buscó la manera de hacerle
venir al palacio para que instruyera a su
padre. Como no lo lograba, enfermó de
tristeza.
Pasado un tiempo, Ifigenia quiso hacer algo
más por Dios, definir lo que este querría de
ella y un día, en un éxtasis, Dios le reveló.
"Ifigenia, si pretendes saber el conveniente
modo de agradarme según mi divina
voluntad, te has de hacer Generalísima de un
ejército de vírgenes pobre, obedientes y
castas, que, renunciando voluntariamente al
siglo, consigan la fortuna de ser esposas
mías"
12. Comunicó a San Mateo esta revelación y
este le explicó lo que significaba la
virginidad, la vida monástica y de cómo
podría servir a Dios así; y que era voluntad
de Dios se fundase un monasterio de
religiosas en la ciudad. Consintieron sus
padres, que antes pensaban casarla, y
pusieron todos los medios para construir el
monasterio.
Al poco tiempo de entrar al monasterio
murieron sus padres y un tío suyo, pagano,
llamado Histarco se levantó contra el reino
y contra Efronio, príncipe heredero. Además
de los desmanes y crímenes, llegó a
prender al príncipe y encerrarle en una
torre, para someterle y hacerse con la
corona etíope. De nada valían las
exhortaciones y amenazas de San Mateo,
por lo que Ifigenia, con gran pena decidió
abandonar temporalmente la clausura para
plantarle cara al usurpador. Así que luego
de noches de vigilias, oración y
penitencias, se fue adonde el tirano y le
habló con palabras tan encendidas que le
dejó confundido, arrepentido y le prometió
cesar en sus injusticias y liberar al
príncipe, sin pretender reclamarle el
reinado. Pero el demonio le tentó de otra
manera y, apareciéndole a Histarco, le hizo
ver que sería ventajoso para él convertir a
Ifigenia en su mujer, para tener acceso al
poder.
Histarco recurrió a San Mateo,
prometiéndole darle medio reino si
convencía a Ifigenia, ya que tanto
ascendiente tenía sobre la princesa. San
Mateo fingió acceder, y le invitó fuera a la
catedral el siguiente domingo, donde
predicaría sobre el matrimonio, para
convencer a Ifigenia, a la que invitaría
igualmente. Y llegó el domingo, y San
Mateo predicó sobre la grandeza del
matrimonio, con satisfacción de Histarco.
Gozo que se transformó en ira cuando san
Mateo se giró a él y le dijo: “habéis oído
las excelencias de un sacramento, que se
puede solicitar por medios lícitos, pero no
por reverencias y sobornos escandalosos a
Decidme, si hubiese un imprudente vasallo
que presumiese robar la Esposa de su
monarca y señor, habiéndose celebrándose
los desposorios, ¿no haría a su soberano
una grandísima ofensa y no merecería la
pena capital por esta osadía? Esta es la
razón por la que estando a Jesucristo, Señor
de los monarcas, consagradas las religiosas
no pueden contraer con hombre alguno
matrimonio: porque haría a su señor y
creador la mayor de todas las injurias”.
Salió Histarco de la catedral muy airado, y
apenas terminaba los oficios el apóstol,
envió un sicario y allí, al pie del altar, le
dio un golpe mortal y lo dejó muerto (o vivo
para Cristo), derramando toda su sangre por
la Verdad.
Regresó Ifigenia al monasterio, donde
Histarco le hizo llegar que, si no se casaba
con él, le esperaba el mismo fin que a su
maestro, sumándole antes penosos
tormentos. Ifigenia le mandó responder que
ya podía comenzar a torturarla cuando
quisiera, que su voluntad seguiría siendo la
misma. Contrató Histarco a varios
nigromantes y paganos, para que por medio
de hechicerías doblegasen la voluntad de
Ifigenia. Pero nada podía con la fe de esta.
Así que cansado el malvado mandó prender
fuego al monasterio, pero no contaba con
Cristo, que no deja desamparados a sus
fieles. Cercaban las llamas a casi todo el
monasterio cuando Ifigenia hizo una
profunda oración y de pronto desapareció el
fuego, trasladándose al palacio del impío y
abrasando todos sus tesoros. Histarco, que
estaba fuera y quedó vivo no pudo soportar
aquello y se clavó un puñal en el pecho y
murió desangrado y su sangre bebida por
los perros.
Ya en paz, y de vuelta a su retiro, Ifigenia
sobresalía por encima de sus hermanas.
Tenía altísima oración, se ejercitaba en la
obediencia, aunque era la abadesa y no le
faltaban penitencias por hacer. Era humilde
y nunca trataba a sus religiosas como
inferiores, sino como hermanas.
13. Acometía los trabajos más serviles, atendía
y trataba a todas por igual. Caridad,
penitencia, y oración. En esto se puede
resumir su vida. Al final de esta, tuvo la
revelación de parte de Dios que pronto se
reuniría con Él. Cayó enferma, con
desolación de sus monjas y del reino
etíope, que pronto se prestó a acompañarla
en su tránsito desde los exteriores del
monasterio. Ifigenia se despidió de sus
hijas espirituales, recordándoles su
condición de “hijas de la Virgen Madre, tal
como las quería el santo profeta Elías”. Se
despidió de Efronio, su hermano ya rey,
aconsejándole que siempre rigiera según la
norma del Evangelio de Cristo. Luego de
esto, mandó la despidieran de su pueblo, a
cuyas oraciones se encomendó. Quedó en
paz y suavemente se reclinó para siempre
en el regazo de Dios.
-Por Ramón Rabre Jordá
14. SEPTENARIO
EN HONRA DE LA
ESCLARECIDA VIRGEN
Y EMPERATRIZ DE
ETIOPÍA
SANTA IFIGENIA
DISPUESTO POR D. JUAN FAUSTO DE OCA,
HUMILDE DEVOTO DE LA GLORIOSA SANTA
Con licencia eclesiástica en México, por
José Bernardo de Hogal, año de 1730 y por
su original en Puebla de los Ángeles, año
de 1748
MODO DE HACER EL SEPTENARIO
En todo tiempo como desterrados en este
valle de miserias, estamos necesitados a
acogernos a la protección de nuestros
Santos Patronos, para conseguir el socorro
de nuestras aflicciones, y así en cualquier
tiempo del año, se puede ejercitar esta
devoción, el propio es comenzar el 14 de
septiembre, para terminar el veinte,
víspera de la gloriosa Santa, que ocurre en
el día del glorioso Apóstol San Mateo. El
primer día, puedes confesarte y comulgar,
para llegar con mayor dignidad a hacer tu
súplica, y si no, procurase disponer para
que lo hagas el día de la Santa. Cada día
procurarás ejercitarte en aquella virtud,
que la oración del día insinuare. Todas las
noches harás diligente examen de tu
conciencia, con gran dolor de haber
ofendido a tu Padre Dios, y terminarás con
un fervoroso acto de contrición, procurarás
dar alguna limosna, al menos a las
benditas almas del Purgatorio.
P I E D A D | 1 3
15. ACTO DE CONTRICIÓN
Dios y Señor de Eterna Majestad, a quien
de justicia debemos adorar, amar y alabar:
pésame de todo corazón de haberos
ofendido, diera la vida por hacer pecado y
la daré por no volveros a ofender. Señor y
Dios mío, solo yo he de vivir y así me
dedico y ofrezco a serviros este día, como
si en el hubiera de morir en cualquier
tiempo, Señor, que enviare vuestra
Majestad la muerte sobre mí, la abrazaré
con todo afecto, como castigo de mis
gravísimas culpas, y como amable remedio
de no volver a cometerlas, confieso que
merezco la muerte, y por ella os adoro y
glorifico, dadme Dios mío, vuestro amparo,
para agradaros y serviros, dadme también
el amparo y socorro de la Reina de los
Ángeles, María Santísima, y de la gloriosa
Virgen Santa Ifigenia, para cumplir el firme
propósito que hago de no ofenderos más,
peque Señor, tened misericordia de mí.
Amén.
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Dulcísimo Jesús mío, Redentor de mi vida,
yo os ofrezco mi corazón y con el todas mis
obras, palabras y pensamientos: recibid,
dulcísimo Padre mío, este corazón que os
ama y adora, y quisiera amaros, y adoraros
con todo el amor que os tienen las
criaturas, angélicas y humanas, yo os
suplico, encendáis mi voluntad, en
encendidos deseos de amaros más y más, y
por los méritos e intercesión de vuestra
amada esposa la Virgen Santa Ifigenia, me
concedáis por las dolorosas llagas de
vuestro Santísimo Cuerpo, los preciosos
dones del Divino Espíritu, principalmente
de vuestro Santo Temor, para lo cual pongo
también por mediante, a los siete
Gloriosísimos Príncipes, que asisten
delante de vuestro excelso Trono y la
gracia que os pido en este septenario, si ha
de ser para gloria vuestra y bien de mi
alma. Amén.
Se rezan tres Padres nuestros, Aves Marías,
y Credos a la Santísima Trinidad.
DÍA PRIMERO
ORACIÓN
Gloriosísima Emperatriz de Etiopía,
hermosísima morena Santa Ifigenia, que por
medio del glorioso Apóstol San Mateo y su
predicación, os rendisteis humilde a la fé
Católica, alistando plaza en la bandera de
Jesucristo, y poniendo por timbre de vuestra
nobleza la señal de la Santa Cruz, que
mandasteis esculpir en vuestras armas, para
hacer notorio al mundo, que vuestra mayor
nobleza, era militar en el número de los
escogidos católicos, y que el mayor triunfo
que habías conseguido, era rendiros a la
suavidad del Evangelio: rendidamente os
suplico, abogada mía, me alcancéis de nuestro
Dios y Señor, me deis gracia para apartarme
de mis muchas culpas, que me hacen indigno
del nombre de cristiano, para que rendido al
conocimiento de mi miseria, y marcando con
la Cruz de la penitencia, y mortificación,
merezca ser inscrito en el libro de la vida,
alcanzadme este favor y también el que os
pido en este septenario, si ha de ser para
gloria y honra de Dios y bien de mi alma.
Amén.
DÍA SEGUNDO
ORACIÓN
Gloriosísima Emperatriz de Etiopía, bellísima
morena Santa Ifigenia, que movida del
fraternal afecto y encendida caridad, a vista
de tu difunta hermana, con devotas peticiones
y humildes ruegos, conseguisteis del glorioso
San Mateo, que fuera restaurada la vida, y que
a vista de esta maravillosa resurrección, se
convirtieran las gentes a la Ley Evangélica:
humildemente os suplico, que interponiendo
vuestros ruegos y méritos, me alcancéis de
vuestro Divino Esposo, la gracia para resucitar
por medio de una verdadera, entera y dolorosa
confesión, de la muerte de la culpa, a la vida
de la gracia, caridad perfecta para con mi Dios
y Señor, piedad y misericordia para con mis
prójimos, y también la gracia y favor que
pretendo y pido en este septenario, si ha de
ser para gloria suya y bien de mi alma. Amén.
16. DÍA TERCERO
ORACIÓN
Gloriosísima Emperatriz de Etiopía,
bellísima morena Santa Ifigenia, que
desengañada por la predicación de vuestro
maestro, el Glorioso Apóstol San Mateo, de
lo caduco y perecedero de las honras,
dignidades, riquezas y halagos del mundo,
determinasteis dar de mano a todos por
seguir solamente a Cristo Crucificado, y
solo hicisteis aprecio de los bienes
espirituales y divinos, humildemente os
suplico, me alcancéis de vuestro
amantísimo esposo, gracia y fortaleza, para
renunciar con todo el afecto de mi alma,
todo lo vano y engañoso del mundo para
seguir con conciencia pura las huellas de
mi amoroso dueño, viviendo crucificado a
mis pasiones, para ser de esta suerte,
agradable a su Majestad, y alcanzadme
cambiar el favor que pretendo en este
septenario, si ha de ser de honra de Dios y
provecho de mi alma. Amén.
DÍA CUARTO
ORACIÓN
Gloriosísima Emperatriz de Etiopía,
bellísima morena Santa Ifigenia, que
permaneciste en el desprecio de los
honores del siglo, para poder mejor daros a
las obras de piedad y virtud, alentando
otras nobles compañeras, determinasteis
fundar, y fundasteis, un monasterio en que
poder con menos embarazo, triunfar del
demonio y sus afluencias, desterrar los
vicios y ejercitar las virtudes, siendo la
primera monja del mundo, y la que dio
principio a la vida regular, vistiendo
grosero paño y viviendo en comunidad y
clausura: suplícote humildemente, me
alcances de tu divino esposo Jesús, gracia
para resolverme de una vez a seguir el
camino de la vida eterna, ejercitando las
virtudes, y dando de mano a los vicios,
para ser así agradable a su Divina
Majestad, y alcanzadme también el favor
que os pido en este septenario, si ha de ser
para gloria de Dios y bien de mi alma.
Amén.
DÍA QUINTO
ORACIÓN
Gloriosísima Emperatriz de Etiopía, bellísima
morena Santa Ifigenia, que perseguida de
Hircano, vuestro hermano, heredero en el
imperio, que pretendía sacaros del
monasterio para gozar en agradable inmenso
de vuestra hermosura, dándoos la mano de
esposo, para que en su compañía, gozarais
de la Corona y reinazgo, resististeis fuerte a
su pretensión, gustando más del retiro, que
de todo el Imperio, y guardando así fidelidad
a vuestro amorosísimo Esposo Jesús, con
quien os habías desposado en la solemne
profesión, que habías hecho de manos de
vuestro maestro y espiritual Padre, el
glorioso Apóstol San Mateo: rendidamente
os suplico me alcancéis de su Majestad
Divina, gracia para resistir fuerte a las
tentaciones y astucias del demonio, con que
pretende apartar a las almas del camino
perfecto de la virtud, y también el favor y
gracia que pretendo en este septenario, si
ha de ser para gloria de Dios y bien de mi
alma. Amén.
DÍA SEXTO
ORACIÓN
Gloriosísima Emperatriz de Etiopía, bellísima
morena Santa Ifigenia, que con ánimo
varonil y sereno, resististeis a la terquedad y
porfía de Hircano, aun viendo arder el voraz
y violento fuego que pegó a vuestro
monasterio, en que atendíais a apagar más
las llamas lascivas y torpes que en su
corazón ardían, que las materiales del
convento, que ayudada de vuestro maestro y
Padre, el Apóstol San Mateo, apagasteis
saliendo triunfante de este peligro: yo os
suplico me alcancéis de vuestro Divino
Esposo, gracia para vencer las tentaciones
de la carne, apagando con la penitencia las
voraces llamas de la lascivia, para que
viviendo en castidad y pureza, le acierte a
agradar en todas mis acciones, y también me
alcancéis os pido, el favor y gracia que
pretendo en este septenario que hago a
honra vuestra, si ha de ser del agrado de
Dios y bien de mi alma. Amén.
17. DÍA SÉPTIMO Y ÚLTIMO
ORACIÓN
Gloriosísima Emperatriz de Etiopía,
bellísima morena Santa Ifigenia, que
saliendo triunfante de las persecuciones de
Hircano, y de haber vivido como en un
paraíso en el retiro de vuestro Monasterio,
premió Dios vuestras virtudes y constancia,
queriendo que entregaras vuestra bendita
alma en sus manos muriendo en el día de
vuestro amado maestro y padre el Apóstol
San Mateo, yo os suplico rendidamente, me
alcancéis de vuestro Divino Esposo, gracia
y fortaleza para resistir las astucias del
demonio en la última hora de mi vida, para
acabar en gracia esta penosa carrera, y por
vuestra intercesión ir a descansar en paz,
también os pido el remedio para todas las
necesidades de la Iglesia, salud al Romano
Pontífice, paz y concordia a los reinos
cristianos, victoria contra los infieles y
herejes, las reducciones de estos al gremio
de nuestra Santa Iglesia, la redención de
los cautivos, y el alivio de las penas de las
benditas almas del Purgatorio, bienes
espirituales y temporales a vuestros
devotos, y también el favor y gracia que
pido en este septenario, que he hecho en
honra vuestra, recibid gloriosa Santa y
Patrona de mi alma, la contra donación de
mi afecto, perdonad mis imperfecciones, y
encended en mi corazón afectos de amor,
para agradar a Dios en esta visa y después
gozar eternamente en vuestra compañía.
Amén.
18. “Ser santo es ser
buen cristiano:
parecerse a
Cristo.”
- SAN JOSEMARÍA ESCRIVÁ
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19. ¿QUIÉN COMO DIOS?
P I E D A D | 1 8
SAN MIGUEL ARCÁNGEL
MEMORIA: 29 DE SEPTIEMBRE
La tradicional separación de categorías
angélicas, en tronos, dominaciones,
arcángeles, y demás, aunque muy tradicional,
hoy cada vez más está en desuso en la
teología y predicación de la Iglesia, que con
el tiempo ha profundizado en el tema y
dejado de lado la angeología del Pseudo San
Dionisio Aeropagita, que fue quien señaló y
dio características propias a los llamados
“coros”. Pero, sinceramente, tiene más de
fabulación y asociación, que de profundidad
teológica y, lo más importante: de realidad.
Hoy se prefiere hablar simplemente de
ángeles. En el caso de los más conocidos,
Miguel, Gabriel y Rafael, el título de
arcángeles se les mantiene por tradición y
porque, entre todos los ángeles,
evidentemente, tienen un papel destacado en
las Escrituras.
Los llamados arcángeles son uno de esos
“coros”. Según el AT, habría “siete ángeles
que están siempre presentes y tienen entrada
a la Gloria del Señor". Y el Apocalipsis dice:
"Gracia y paz a vosotros de parte de «Aquel
que es, que era y que va a venir», de parte de
los siete Espíritus que están ante su trono".
Pero hoy sabemos que el Apocalipsis es un
libro más simbólico y místico que histórico o
que pretenda contar realidades divinas. Aun
así, se entendió, que estos espíritus tan
importantes serían ángeles de categoría
superior: arcángeles.
La Iglesia sólo reconoce los “nombres” de los
tres que se encuentran en las Sagradas
Escrituras.
20. Entrecomillo la palabra nombres, para
recordar que estos “nombres” sólo designan
una misión, porque los ángeles no tienen
nombre propio, no lo necesitan. De hecho,
los pasajes bíblicos en los que aparecen
ponen de manifiesto este “nombre”
SAN MIGUEL
(Ap 12, 7-9) "quien como Dios". Venció y
expulsó a Satanás del cielo. Defensor de la
Iglesia. Y ya te respondo otra parte de la
pregunta. En los exorcismos, o la
recomendación del alma, la figura del ángel
Miguel tiene una relevancia indiscutible,
precisamente por esta misión de Miguel, de
combatir al demonio, ya sea a nivel
universal, protegiendo a la Iglesia, o a nivel
personal, protegiendo a cada persona. La
muy conocida oración de San Miguel “San
Miguel Arcángel, defiéndenos en la
batalla…”, que se decía antiguamente al final
de cada misa es, en sí misma un exorcismo y
puede usarse siempre, y todos los días si se
quiere.
La iconografía de San Miguel es variada,
pero a la par, muy parecida. Normalmente
viste de caballero y con una lanza o espada
amenaza al demonio (en forma de dragón o
de ángel malo), al que en ocasiones tiene
incluso encadenado. La balanza, para pesar
las acciones buenas y las malas en el Juicio
Final, también es un elemento clásico de su
iconografía. Se celebra: 29 de septiembre, 8
de mayo, 25 de abril, 17 de junio y 20 de
noviembre (Iglesia Copta), 8 de noviembre
(Iglesia oriental), 6 de septiembre (Iglesia
oriental, las "maravillas de San Miguel en
Honaz"), 19 de septiembre (Milagro de San
Miguel en Colosas), 16 de octubre (aparición
en Mont Saint-Michel), 26 de marzo (Iglesia
Oriental, la synaxis de los arcángeles).
Además, está la aparición de Tlaxcala,
México, a 8 de mayo o a 25 de abril,
depende.
-Por Ramón Rabré Jordá
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21. DÍA VEINTE Y NUEVE DE CADA MES AL
GLORIOSÍSIMO PRÍNCIPE SAN MIGUEL
ARCÁNGEL
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COMPUESTO POR EL P. FRANCISCO JAVIER LAZCANO, DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS
MÉXICO. 1803
ORACIÓN A LA SANTÍSIMA TRINIDAD
Altísimo y Supremo Dios, Padre, Hijo y
Espíritu Santo, Uno en esencia y Trino en
persona, a cuya Majestad inefable
reconozco, adoro y reverencio con el más
humilde y afectuoso rendimiento, dando a
vuestra excelsa soberanía, fervorosísimas
gracias, por los infinitos beneficios con
que ensalzó vuestra divina mano a las tres
Angélicas Jerarquías, limpísimos espejos,
que representan vuestro inmenso poder,
sabiduría y amor, especialmente por haber
levantado al Arcángel Miguel a tan
suprema dignidad, que sea general entre
los Ángeles, y Vicario de la Santísima
Trinidad:
Yo te suplico, Omnipotente y Eterno Dios,
que me hagáis digno de vuestra gracia. Por
Jesucristo, el cual alaban los Ángeles,
adoran las Dominaciones, respetan las
Potestades y las racionales Virtudes del
Cielos de los Cielos, en compañía de los
bienaventurados Serafines, celebran con
triunfantes júbilos, para que, en la
dichosísima compañía de estos elevados
espíritus, cante por la eternidad a vuestra
mayor honra y gloria: Santo, Santo, Santo,
por los siglos de los siglos. Amén.
Aquí se rezan tres Credos, con Gloria Patri, en
honra de la Santísima Trinidad.
22. ORACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN
Inmaculada Virgen, Gloriosísima María,
Madre del Unigénito del Padre, Cristo
Jesús, que por tu incomparable dignidad,
aventajas en gracia y gloria a todos los
Espíritus Angélicos, y te coronas jurada
Reina de los Ángeles todos, yo me
congratulo de esta tu sin igual exaltación,
yo te doy parabienes, ofreciéndote los
gustosísimos obsequios, con que el
Arcángel San Miguel, el hermosísimo San
Gabriel, y los nueve coros de los Soberanos
Espíritus te sirven, alaban, ensalzan y
estiman por la mayor corona al dedicarse a
tus plantas. Yo te suplico
Misericordiosísima María, que me concedas
el singularísimo patrocinio del Arcángel
San Miguel en lo temporal, y en lo eterno,
en la vida y en la muerte, en el tiempo y la
eternidad, para que, por medio de los
santos ángeles, alabe a tu Unigénito Hijo,
al Padre y al Espíritu Santo, por los siglos
de los siglos. Amén.
Aquí se rezan nueve Aves Marías a honor de
los nueve coros de los Ángeles, y al terminar,
el Gloria al Padre y luego esta, que se
variara en cada mes:
VEINTINUEVE DE ENERO
ORACIÓN
Gloriosísimo San Miguel Arcángel,
Soberano Príncipe y Emperador de los
Ángeles, que te levantas superior al
elevado coro de las Dominaciones:
postrado ante tu presencia, te suplico con
la más profunda humildad, que nos sujetes
a estos excelentísimos espíritus, para que
dominen en mi persona, en esta casa, todas
mis acciones, favoreciéndome como
esclavo de Jesucristo, para que se cumpla
en mí, todo y por todo, la voluntad de Dios
en el tiempo y la eternidad. Amén.
Aquí se reza un Padre Nuestro, Ave María y
Gloria, y se pide lo que se desea alcanzar.
ALABADO
Alabemos para siempre
Al Glorioso San Miguel,
Porque es espejo de Dios,
Muy parecido a su Ser.
Es maravilloso en todo,
Especialmente en poder
Porque Dios Omnipotente,
En poder, premió su fé.
Bien merecido, por cierto,
Por ser un ministro fiel,
Que arrojó a los infiernos
A el más soberbio e infiel.
Válganos pues la clemencia
Y válganos el poder,
En la vida y en la muerte,
De este hermoso Rosicler.
Bello pensil del Empíreo
Y matizado clavel,
Estrella la más fulgente
Sol hermoso como ves.
Amén Jesús y María,
Amén Glorioso Miguel,
Amén Príncipe Supremo,
Amén siervo humilde y fiel.
ANTÍFONA: ¡Oh glorioso príncipe, arcángel
San Miguel, que os acordáis de nosotros
aquí y en todo lugar, rezad siempre al Hijo
de Dios por nosotros! ¡Aleluya! ¡Aleluya!
L/: A los ojos de los ángeles cantaré a Ti,
oh Dios.
R/: Y adoración hacia tu Santo Templo y
confesaré Tu nombre.
ORACIÓN: Omnipotente y Eterno Dios, que
por tu sola clemencia, y para salud de los
hombres, admirablemente has señalado al
Glorioso Arcángel San Miguel, concédenos
que por su ayuda saludable, seamos
amparados y defendidos eficacísimamente
23. de todos nuestros enemigos y contrarios, y
libres en la hora de nuestra muerte, y
presentados ante tu Divino Acatamiento y
Majestad, en gracia de tu Santísimo Hijo
Jesucristo nuestro Señor y Dios, que
contigo y el Espíritu Santo, vive y reina por
los siglos de los siglos. Amén.
DEPRECACIÓN
¡Oh Soberano Arcángel! ¡Oh excelentísimo
Príncipe de la Corte Celestial! ¿Quién no
podría ser vuestro devoto, pagando así a
vuestros devotos? ¿Quién no os servirá con
mucho cuidado si de esta manera pagáis
los servicios que os hacen? Mas para que
yo os ame, basta saber el amor que me
tenéis y al cual no puedo corresponder con
igual amor. Para que os sirva no es
necesario prometerme nuevos favores, con
los ya otorgados me tenéis más que
obligado de lo que podré jamás pagar ni
reconocer. Pero ya que no puedo con obras
responder a tantas mercedes, recibid
palabras y afectos. Gracias os doy excelso
y sublime Espíritu, porque defendisteis la
Honra y la Gloria de mi Señor Jesucristo y
por todos los servicios que en toda la vida
le hicisteis a Él y a su Santísima Madre.
Gracias os doy por el ángel que habéis
destinado a mi guarda y por los otros
servicios generales y particulares que por
vos mismo o por medio de vuestros ángeles
me habéis otorgado, los cuales no conozco
bastantemente en esta vida, ni los puedo
dignamente agradecer y por ello pido y
suplico al ángel de mi guarda, que en mi
nombre os lo agradezca y también lo que
habéis hecho a la humanidad y a la Santa
Iglesia, de la cual soy miembro. Me alegro
de todos los privilegios, gracias,
prerrogativas, dignidades y dones
naturales y sobrenaturales con que el
Señor os ha honrado y enriquecido y doy al
Señor eternas gracias por ello, porque así
os quiero exaltaros. Defendedme oh
valerosísimo Capitán de los Ejércitos de
Dios, enviad en mi socorro a vuestros
soldados para que me defiendan de los
demonios y no me rinda a sus combates y
tentaciones. Mandad a vuestros ángeles
que me guíen para que no ande errado y
que me alumbren para que no ande ciego y
que pongan sus manos para que no
tropiecen mis pies en el camino peligroso
de la vida. Asistidme con vuestros ángeles
en el momento de mi muerte y alcanzadme
del Señor contrición verdadera de mis
culpas, para que, presentada mi alma ante
vuestro tribunal, merezca ser presentada
por vuestras manos ante el Tribunal de la
Santísima Trinidad y entrar en la posesión
de la Gloria donde alabe al Señor para
siempre y os dé eternas gracias de haber
conseguido con vuestra intercesión la
bienaventuranza. Amén.
DÍA ÚLTIMO DE FEBRERO
ORACIÓN
Excelentísimo Arcángel, Coronado Príncipe
del Empíreo, Santísimo Miguel, en cuyo
espíritu descansa como en Trono de tu
inefable gloria la Santísima Trinidad, y te
levantas superior al sagrado coro de los
Angélicos Tronos: humildemente postrado
de tu adorable presencia, te suplico con el
mayor afecto, que encomiendes a los
celestiales Tronos la felicidad de esta casa,
para que solo reine en ella el temor de
Dios y descanse el Espíritu Santo, como en
trono y Tálamo de sus amores en los
corazones que le habitan, para que por
medio de esos benignísimos espíritus,
triunfen después de esta vida delante del
Trono del Cordero por la interminable
eternidad de la Gloria. Amén.
VEINTINUEVE DE MARZO
ORACIÓN
Portentosísimo Arcángel, lleno de la Divina
Sabiduría y Doctor de los Ángeles, que
iluminando al Sapientísimo Coro de los
Querubines, confundiste los errores de
Lucifer y sus secuaces: postrado
humildemente a tus plantas, te suplico con
el más puro deseo, el que por tu medio sea
24. enseñada por los Ángeles de este
sapientísimo coro en la ciencia de los Santos,
para que en esta tu casa, se cierren los oídos
a los falsos dogmas del demonio y el mundo,
y no sepan sus individuos otra facultad, ni
lean otro libro, que el de Jesucristo, nuestra
vida crucificado, y con el magisterio de tan
eminentes doctores, consigan la clara vista
de la eterna sabiduría, en que consiste la
Bienaventuranza de la Gloria. Amén.
VEINTINUEVE DE ABRIL
ORACIÓN
Nobilísimo y fidelísimo Arcángel, Deífico San
Miguel, que amaste desde el primer instante
de tu creación, con tan finísimos ardores al
Padre de las hermosuras, Dios, que
aventajaste en el amor a los mas amantes
Serafines, abrasándolos con tu ejemplo, en
fogosísimos incendios de caridad y amor
Divino: humillado a tu vista, te suplico
millares de veces, con el afecto más
fervoroso, que arda toda esta casa en
ardientes llamas de caridad cristiana, y en
cada una de las que la habitan, encienda en
su pecho un volcán del amor purísimo de su
Dios, y que por la intercesión de estos
inflamados espíritus, crezcan sin medida en
el amor de Dios, gozando después de esta
mortal vida, del amor más limpio en la
posesión de la Gloria. Amén.
VEINTINUEVE DE MAYO
ORACIÓN
Príncipe Milagrosísimo, obrador de portentos,
admirable Arcángel San Miguel, que
gobiernas el maravilloso coro de la angélicas
Virtudes, obradoras de insignes maravillas:
arrodillado ante tu presencia, imploro tu
poderosísimo patrocinio, para que las
angélicas Virtudes, hagan los mayores
milagros en esta casa, que son las
transformaciones espirituales, para que todos
y cada uno de los que la habitan,
experimenten los más privilegiados favores
de las celestiales virtudes, y que por su
intercesión consigan de la benignidad
misericordiosa de Dios, la gracia máxima que
es la predestinación de la gloria. Amén.
VEINTINUEVE DE ABRIL
ORACIÓN
Nobilísimo y fidelísimo Arcángel, Deífico
San Miguel, que amaste desde el primer
instante de tu creación, con tan finísimos
ardores al Padre de las hermosuras, Dios,
que aventajaste en el amor a los mas
amantes Serafines, abrasándolos con tu
ejemplo, en fogosísimos incendios de
caridad y amor Divino: humillado a tu
vista, te suplico millares de veces, con el
afecto más fervoroso, que arda toda esta
casa en ardientes llamas de caridad
cristiana, y en cada una de las que la
habitan, encienda en su pecho un volcán
del amor purísimo de su Dios, y que por la
intercesión de estos inflamados espíritus,
crezcan sin medida en el amor de Dios,
gozando después de esta mortal vida, del
amor más limpio en la posesión de la
Gloria. Amén.
VEINTINUEVE DE MAYO
ORACIÓN
Príncipe Milagrosísimo, obrador de
portentos, admirable Arcángel San Miguel,
que gobiernas el maravilloso coro de la
angélicas Virtudes, obradoras de insignes
maravillas: arrodillado ante tu presencia,
imploro tu poderosísimo patrocinio, para
que las angélicas Virtudes, hagan los
mayores milagros en esta casa, que son las
transformaciones espirituales, para que
todos y cada uno de los que la habitan,
experimenten los más privilegiados favores
de las celestiales virtudes, y que por su
intercesión consigan de la benignidad
misericordiosa de Dios, la gracia máxima
que es la predestinación de la gloria.
Amén.
VEINTINUEVE DE AGOSTO
ORACIÓN
Gloriosísimo y Admirable Arcángel,
dichosísimo San Miguel, Padre de los
Ángeles, nombre que te dan los Doctores,
Presidente y Apóstol de la República
Celestial, Gobernador del Empíreo y
Emperador del Coro de los Ángeles:
25. en el favor de estos beneficentísimos
espíritus, y que gocen de su universal
protección en los habitantes de esta casa,
para que, imitando todas y cada una de las
virtudes y excelencias de estos soberanos
Príncipes, viva una vida de Ángeles,
cumpliendo la voluntad de Dios en la tierra,
para hacerla por toda la eternidad en la
Gloria. Amén.
VEINTINUEVE DE SEPTIEMBRE
ORACIÓN
Santísimo y admirable espejo de la Santidad
de Dios, bienaventurado San Miguel,
Príncipe de los Arcángeles y compañero de
los portentosos Señores Gabriel y Rafael:
postrado delante de tu grandeza, imploro el
poderosísimo patrocinio de estos grandes
del Empíreo, para que en esta tu casa,
ejerciten heroicísimos actos de toda virtud, a
mayor honra y gloria de la Santísima
Trinidad, y para que todas y cada de las
personas que en ella vivieren y crezcan en
innumerables grados de gracia, y consigan
por el eficacísimo patrocinio de estos
excelcísimos Príncipes, un aventajado lugar
en las delicias de la Gloria. Amén.
VEINTINUEVE DE OCTUBRE
ORACIÓN
Dichosísimo Príncipe y Vicario de la
Santísima Trinidad, ínclito Arcángel San
Miguel, que asiste con fervorosa vigilancia a
tu Señor y mío, Cristo Jesús, Hijo del Eterno
Padre, y de la Inmaculada María Señora
nuestra, destinado a su servicio millares de
Ángeles, para que adorasen y glorificasen al
humano verbo: sumergido en lo profundo de
mi nada, solicito de tu grande benignidad, el
amparo de los dichoso Ángeles, que asisten
a Jesús nuestra vida en el mundo, para que
florezca en esta casa, un amor fervorosísimo
para con Jesucristo, nuestro Señor, devota
frecuencia de el Pan de los Ángeles en su
cuerpo sacramentado, suma reverencia en el
Santo Sacrificio de la Misa, entrañable
afecto a la humildad, extraordinaria caridad
fraterna, aborrecimiento de la ociosidad y
desprecio
de todo lo mundano, para que todos y cada
uno sean vivo ejemplo de su esposo Jesús,
logren por medio de su preciosísima Sangre,
las suspiradas bodas de la Gloria. Amén.
VEINTINUEVE DE NOVIEMBRE
ORACIÓN
Dulcísimo Príncipe, excelente sobre todos
los Ángeles, adorable San Miguel, que
resplandeces en el mas inexplicable amor
para con la Inmaculada Virgen María, Madre
de Jesús, Señora tuya y nuestra, y no solo te
dedicaste a todos sus obsequios, sino que,
también le destinaste legiones de Ángeles
para su consuelo y custodia, abatida a tus
plantas encarecidamente te ruego, en esta
tu casa, domine una devoción sin igual a
María, Señora nuestra, especialmente en su
Purísima Concepción, a quien se el dedica el
Rosario, celebran sus festividades, que se le
ayune en los sábados y que el único imán de
los corazones de todos y cada uno de los
habitantes de esta casa, sea el dulcísimo
Nombre de María, miel en los labios, luz en
el entendimiento, fuego en el pecho, gracia
en la muerte y corona en la gloria. Amén.
VEINTINUEVE DE DICIEMBRE
ORACIÓN
Incomparable Espíritu, digno de eternos
elogios, protector nuestro, San Miguel
Arcángel, amantísimo del género humano,
un tanto extremo, que señalas un ángel de
la guarda para cada uno de los hombres,
Reinos, Provincias y Ciudades, sumamente
agradecido a tan inexplicable favor, imploro
tu protección, para que en esta casa asistan
gozosamente los Santos Ángeles, que nos
guardan, y que no se haga cosa indigna de
su angelical pureza, y que todos y cada uno
de sus habitantes, piensen, hablen y obren
como quienes están en presencia de tan
excelentes espíritus, y que sean continuos
los sufragios por las benditas Almas del
Purgatorio, y las oraciones por la conversión
de los pecadores, herejes e infieles, para
que, por la poderosa intercesión de estos
Sacratísimos Príncipes, que nos acompañan
en la tierra,