Trabajo historia sobre el Renacimiento en la arquitectura
Bandera
1. 26 de septiembre día de
la Bandera de Ecuador
Entre los distintivos o símbolos tenemos la bandera, sagrado tricolor en el que bebemos el néctar del fuego
de los esfuerzos; en el que saludamos a la integridad territorial, a las glorias nacionales, a la soberanía del
estado, a la angustia arrodillada que ora por remediar y vencer el dolor, en fin, al esfuerzo cotidiano que
modela el porvenir del país.
Desde el año de 1856, después del “urbinismo”, la nación vivió períodos de levantamientos y
conspiraciones, de problemas limítrofes y violencia internas. Los bloqueos de 1858 a las costas ecuatorianas
por parte de ramón castilla, el gobierno provisional de 1859, los episodios sangrientos posteriores, el
proteccionismo floreano y otros intentos extranjeristas, debilitaron la economía y el espíritu de la patria.
El presidente García Moreno, decretó como día de la bandera el 2 de septiembre. Pero más tarde por
decreto de 1955, se estableció el día de la bandera el 26 de septiembre como símbolo de reencuentro de
fraternidad y esfuerzo ecuatoriano; bases para un equilibrio político, social y cívico que hagan de la nación,
culminación de aspiraciones, fragua de virtud y vibración de ideales.
El origen esplendoroso de la bandera se remonta al ensueño cívico de Francisco de Miranda y que se hace
realidad con la sangre de los héroes de agosto, con la sangre del 9 de octubre, del 24 de mayo, con el eco
revolucionario del 6 de marzo. en otras palabras, en la bandera se resume la historia de nuestra patria.
De sus colores nace el trabajo y la espiga, los deseos de limpiar la tierra para sembrar la luz y la abundancia.
Todo es amarillo en el ecuatoriano que pone su esfuerzo tras de engrandecer a la patria revistiéndola de
progreso. Cuando los corazones arden de júbilo, el cuerpo de la patria restablece con mirada de antorcha,
queriendo alumbrar a nuestras hermanas república de América.
Nuestra bandera flota alegre en la prosperidad. Enhiesta nos acompaña en los tiempos adversos y en los de
heroísmo. Ella cubrió los cuerpos de quienes ofrendaron sus vidas por la patria. Ella cubre los cuerpos
fatigados que luchan por un mañana mejor: nadie puede saborear a la patria si no ha contribuido con algo.
Nuestro más hondo cariño cívico y nuestra gratitud al tricolor sagrado que nos tiene unidos encendiendo la
idea y la aurora de la voluntad para el trabajo, para la nítida transparencia del ideal y para el eco palpitante
de la libertad.