El desarrollo infantil depende de la constitución única con la que nace cada niño para relacionarse con otros, la cual se desarrolla a través de la evolución. La autonomía y capacidad de los niños para establecer vínculos con otros es el resultado de su organización innata y de formas evolutivas avanzadas. A medida que crecen, los niños pueden participar en acciones más complejas y dependen menos de estímulos limitados.
3. La individualidad del infante, en parte, depende de esa constitución única, individual, desde que nace, para relacionarse con otros de su especie. Esa predisposición innata se desarrolla como resultado de las fuerzas operativas durante los cambios continuos del proceso evolutivo. Su autonomía y su predisposición para establecer vínculos con otros seres humanos, siendo parte de su organización innata y única, son también resultado de la mezcla de las formas evolutivas mas desarrolladas.
5. En el desarrollo el niño es capaz de participar en acciones de naturaleza progresivamente mas compleja parte de la cual depende que el niño este cada vez menos sujeto al influjo de las cualidades articulares dominantes, pero a la vez limitadas, de la situación del estimulo.