El soneto describe a una persona astuta que escucha todo con cautela para sacar provecho, se esconde y acecha para sobrevivir, y se viste de paloma para parecer inofensivo. Da poco y pide mucho para obtener ganancias, y recurre al soborno si tiene un pleito. Vive de manera frugal y no visita tumbas, ahorrando para prosperar a pesar de negar el pasado y prometer sin cumplir.