La descolonización tras la Segunda Guerra Mundial fue impulsada por las ideas de libertad y democracia de los aliados, el racismo y desigualdad en las colonias, y diversos movimientos nacionalistas e ideológicos. La descolonización trajo consecuencias como el neocolonialismo, la pobreza persistente en muchos países descolonizados, y un mundo desigual donde tres cuartas partes de la humanidad viven en la pobreza, en gran parte en los antiguos territorios colonizados.