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Luis Corbí Rico
                             El primer alcalde de la Segunda República en Monóvar

                                       Noemí Tortosa Corbí y Salvatore Mura
                                    (Revista de fiestas, Monóvar, septiembre 2011)

        Introducción

        Los libros nos explican la “gran historia” – los personajes que han tenido una repercusión a
nivel nacional, los tratados internacionales, las instituciones centrales del estado – pero a menudo
queda al margen, casi olvidada, “nuestra” historia: la de nuestro pueblo, nuestros vecinos y nuestra
familia.
        A veces, razones, tanto políticas como institucionales y sociales, crean una barrera entre el
pasado y el presente. La historia se sitúa, así, en un primer plano de la actualidad y se convierte en
objeto de disputa y polémica que impiden la distancia necesaria para analizar los hechos históricos.
Sin embargo la realidad está cambiando gradualmente: la tercera generación tiene la necesidad
cultural de conocer y comprender también los acontecimientos que, ya sea por el miedo que
comportó la represión franquista, ya sea por las ganas de olvidar a través del pacto del olvido, no
han llegado hasta nosotros.
        El 12 de mayo de 1931, un zapatero socialista fue elegido alcalde de Monóvar, pero su
figura y su obra son poco conocidas y ni siquiera el cementerio de Monóvar conserva su recuerdo.
Los archivos – generalmente el lugar de trabajo del historiador – contienen apenas unos pocos
documentos sobre Corbí, sin embargo, una reciente investigación ha aportado nuevos datos. Del
Archivo de la Fundación Pablo Iglesias (Madrid) han surgido, principalmente, documentos
referentes a la acción política dentro del Partido socialista en los años que van de 1931 a 1938; de
las actas del Ayuntamiento – conservadas en el Archivo Municipal – se han recogido noticias de
gran interés sobre la actividad político-administrativa durante el período de la Segunda República.
La prensa de la época y la memoria de los contemporáneos han contribuido a cubrir algunos huecos
y a reconstruir mejor el cuadro completo. Además, toda una serie de documentos, cartas personales
dirigidas a los familiares y artículos periodísticos aparecidos en la casa de la familia tras la muerte
de sus descendientes directos, han permitido redondear la investigación sobre la figura. El
documento más importante, así como el más delicado, conservado en el Archivo Histórico de la
Defensa en Madrid, es el Sumario: un dosier de unas 100 páginas que recoge las actas judiciales del
imputado Corbí, desde los testimonios orales de los habitantes de Monóvar hasta los informes
escritos por la Guardia Civil y por el Consejo de Guerra1.
        El trabajo también se ha visto impulsado por la lectura del libro, recientemente publicado,
del profesor Glicerio Sánchez Recio, La República decapitada. El caso de la familia Villalta
Gisbert. Alicante 1939-19422. A lo largo de unas 320 páginas, el historiador de la Universidad de
Alicante reconstruye con agudeza la imagen de Miguel Villalta, socialista y político en Monóvar en
los años treinta, diputado en 1936 y gobernador de Madrid en 1937 que, finalmente, fue condenado
a muerte por el régimen franquista. Además, el autor extiende su interés también a la familia
Villalta Gisbert, restableciendo así el prototipo de la familia socialista sometida a la dura represión
del régimen franquiesta. Así pues, la obra de Sánchez Recio adquiere mayor valor y se convierte en
un libro de gran trascendencia que supera con facilidad los límites de la publicación de interés local.




1
  Ha sido posible consultar el Sumario, principalmente, gracias a la gentileza del profesor Glicerio Sánchez Recio, a
quien dirigimos un especial agradecimiento.
2
  Flor del Viento ediciones, Barcelona 2010.
La familia Corbí

         Con estas líneas no se pretende crear un mito ni, mucho menos, alimentar polémicas que
podrían parecer un tanto inoportunas. Nuestro objetivo es, sencillamente, comprender una parte
importante de la historia de Monóvar, pero para comprender, antes hay que conocer.
         Luis Corbí Rico nació el 27 de enero de 1893 en el número 10 de la calle Fonament, hijo de
Eliodoro Corbí Vidal, jornalero de profesión, y de María Rico Esteve, ambos naturales de Monóvar.
Sus abuelos paternos eran Eliodoro Corbí y Antonia Vidal, los maternos Gaspar Rico y Marta
Esteve. Luis solo pudo conocer a su abuela materna, Marta, ya que los demás habían muerto cuando
él nació; de hecho, en el pueblo era conocido como Luis “el marto” o Luis “Marta” (se ha
encontrado algún escrito en la prensa local firmado con este seudónimo3).
         Su hermano, Eliodoro, emigró a Buenos Aires con la mujer, Fermina, y los dos hijos,
Eliodoro y Enrique. Al quedarse viuda, Fermina volvió a Monóvar con el resto de la familia. Su
hermana María se casó con Enrique Albert Poveda, conocido como “El poeta”, que más adelante se
afiliaría al partido de la falange y con quien tuvo tres hijos: un varón, Enrique, que murió de forma
prematura y dos hembras llamadas Emilieta y Mercedes.
         El 6 de junio de 1918, Luis Corbí Rico contrajo matrimonio con Dolores María Torres
Guardiola, nacida en el Arrabal de la Sènia el 13 de abril de 1895, hija de Ginés Torres Calpena,
jornalero, y de Dolores Guardiola Berenguer, también naturales de Monóvar. Su madre murió
cuando era solo una niña y su hermana Remedios ejerció el papel de madre y hermana. De esta
manera, se creó un vínculo muy estrecho entre las dos hermanas que duraría toda la vida, hasta el
punto de que las respectivas familias convivieron en la misma casa durante muchos años. Todo lo
contrario sucedió con el hermano mayor, Miguel, con quien las relaciones eran un poco tensas por
cuestiones familiares. Basilisa, la cuarta hermana, tuvo menos suerte y murió prematuramente.
         Del matrimonio entre Luis y Dolores nacieron cuatro hijos: Dolores (1919), Luis (1921),
Joaquín (1923), que murió víctima del sarampión con tan solo 13 meses de edad, y Basilisa (1925),
que corrió la misma suerte que su hermano: con apenas 8 años contrajo el tifus durante un viaje
escolar a Santa Pola y no logró superar la enferdad. La familia vivió en el número 42 de la calle
Poveda hasta 1931, año en que se trasladaron al 158 de la calle Mayor. En esta casa, propiedad de
Rita Pérez y por la cual pagaban 40 pesetas de alquilar al mes, Luis pasó la mayor parte de los años
junto a su familia. Tras su muerte, Dolores y los hijos alquilaron, por 30 pesetas al mes, una casa en
el número 15 de la Plaza del General Verdú, propiedad de José Amorós.
         Luis Corbí no tuvo la oportunidad de estudiar, no obstante, fue una persona con grandes
inquietudes intelectuales que, de manera autodidacta, adquirió un considerable nivel cultural.
Prueba de estas inquietudes son su cuenta corriente en la librería Delfos de Benetússer y los libros
que la familia ha podido conservar, entre los cuales encontramos obras de literatura e historia,
medicina y sexualidad o política y filosofía. Algunos títulos significativos son: Para ser socialista4
de Léon Blum, uno de los principales teóricos del Partido socialista francés y eminente
representante del socialismo humanista; La mujer, nuestro sexto sentido y otros esbozos5 de
Roberto Nóvoa Santos, ejemplo de su interés por la situación de la mujer y su papel en la sociedad;
o el ejemplar del célebre libro de César Famín: Museo de Nápoles. Gabinete secreto. Pinturas,
bronces y estatuas eróticas con su explicación6 en la versión revisada y ampliada por Joaquín
López Barbadillo y Miguel Romero Martínez, muestra de su amplio interés cultural marcado por
una mentalidad evidentemente adelantada a su época. En 1927 fue nombrado bibliotecario del
Casino de Monóvar, ocupación que le permitiría acceder a un amplio abanico editorial7.

3
  Luis Marta, «Nueva sociedad obrera», en Trabajo, 15 febrero 1927, n. 16.
4
  Gráfica socialista, Madrid, 1919.
5
  Biblioteca de López Barbadillo y sus amigos, Madrid, 1921.
6
  Biblioteca Nueva, 1ª ed., Madrid, 1929.
7
  La documentación relativa a la familia Corbí Torres se ha extraído del Archivo de Luis Corbí Rico (ALCR),
conservado por la familia Tortosa Corbí.
La vida política. Los años Veinte

        El período de la Restauración comportó una crisis política e intelectual que tuvo
repercusiones en el movimiento internacional como lo constata la ola de huelgas que sacudió, a
principios del siglo XX, el estado español. En Monóvar, a pesar de ser una población
prevalentemente dedicada a la agricultura, exitían industrias de calzado, jabón, canteras, tonelería y
alcoholeras relacionadas con el cultivo de la vid, así como una fábrica de electricidad y dos molinos
harineros. Aunque la industria estaba poco desarrollada, se inició el asociacionismo obrero que
desembocó en la creación de algunas sociedades obreras como La Protectora (1901) o La
Regeneración (1904)8. El final de la Primera Guerra Mundial también sumió al estado español en
una situación de crisis económica y debilidad política de las clases dominantes que provocaron la
agitación social. Los años más conflictivos fueron 1919 y 1920, contexto en que Luis Corbí Rico
inició su carrera política.
        Zapatero de profesión, primero en Elda y después en la Cooperativa de calzado La
Solidaridad (1919), formó parte de la junta directiva de la misma para acabar convirtiéndose en su
presidente. La condición de trabajador unida a sus curiosidades intelectuales y el interés por los
problemas sociales lo condujeron a una vida dedicada a la causa sindicalista y a la actividad
política. En 1919 fundó el Centro Obrero de Monóvar, cuyas oficinas estaban instaladas en su casa
de la calle Mayor primero y, más adelante, en la Casa del Pueblo9. A través de la prensa local
sabemos que, movido por el deseo de aportar una cierta cultura a sus asociados y a todos los
obreros, el Centro Obrero organizaba diferentes actos en los cuales se trataban temas culturales,
políticos, económicos y sociales, como la conferencia titulada «La escuela unificada» presentada
por José García y Verdú10; la del director de la sucursal de Villena de la Caja de Prevención social,
Joaquín Sandoval Amorós, sobre el funcionamiento del Instituto Nacional de Previsión y sobre el
Régimen Obligatorio del Retiro Obrero, presidida por Luis Corbí11; o la de Miguel Villalta: «La
Sociedad de Naciones»12, entre muchas otras iniciativas. También existía la Escuela del Centro
Obrero para niños, dirigida por José Ferri Pérez13.
         Lamentablemente, a lo largo de los años 20, como consecuencia de la crisis económica y
política provocada por el final de la Gran Guerra, las clases dominantes adoptaron soluciones
autoritarias con la intención de mantener el sistema vigente. La burguesía de Monóvar siguió esta
misma línea y en 1920 el alcalde, José Vidal Poveda, decidió clausurar el Centro Obrero. Los
trabajadores intentaron oponerse a esta iniciativa que las autoridades justificaron como una medida
para conservar el orden público, pero que en realidad era una operación de control político e
intimidación. Se produjeron enfrentamientos con la Guardia Civil y Luis Corbí Rico, dirigente del
centro, se vió involucrado en los hechos y fue detenido. El Centro Obrero permanecería cerrado
durante tres meses14.
        A partir de ese momento, las sociedades obreras sufrieron un período de decadencia y de los
700 militantes con los que contaban antes de 1920 pasaron a tener solo 9015. Aun así, aquel mismo

8
  Sobre la constitución de sociedades obreras, Baltasar Palicio Maestre, «La constitució de societats obreres durant la
Restauració. El cas de Monòver a començament de segle», en El Veïnat, 4 diciembre 1986, pp. 5-6.
9
  Sobre la construcción de la Casa del pueblo, Francisco Montoro, Monóvar. Anécdotas y personajes de nuestra
historia, Ayuntamiento de Monóvar 1999, pp. 17-26.
10
   Renovación, 30 agosto 1925, n. 12.
11
   Renovación, 28 febrero, 1926, n. 38.
12
   Renovación, 4 abril 1926, n. 43.
13
   Trabajo, 1 mayo 1927, n. 21 .
14
   Sobre la clausura del Centro Obrero, Baltasar Palicio Maestre, «El tancament del “Centro Obrero” de Monòver al
1920: una mostra de la incapacitat de la política de la restauració i un pas més cap a la “solució” autoritària», en El
Veïnat, 13 febrero 1987, pp. 4-5.
15
   Miguel Ors Montenegro, La represión de guerra y posguerra en Alicante (1939-1945), Instituto de Cultura «Juan
Gil-Albert», Alicante 1995, p. 196.
año Luis Corbí fundó la Unión General de Trabajoder y el 23 de enero de 1925, bajo la dictadura de
Primo de Rivera, el Partido Socialista Obrero Español en Monóvar16.
        A pesar de las restricciones impuestas por el régimen, fueron años de intensa actividad
política: en agosto de 1925 habló en el Centro Obrero sobre «porqué los trabajadores actuamos en
política» y demostró que «el obrero necesita políticos para mejor defender sus derechos»17. En el
mes de octubre de 1925, viajó a Madrid para asistir al Congreso de la Federación Nacional del
Ramo de la Edificación de España (FNREE), en calidad de delegado de la Sociedad de canteros18;
tres meses después, el secretario general de la mencionada federación expuso los acuerdos y las
resoluciones adoptadas en este congreso durante una conferencia en el Centro Obrero de Monóvar.
El 13 de diciembre de 1925, la revista local Renovación publicó, con motivo de la muerte del líder
socialista Pablo Iglesias, que «para asistir al entierro salieron el viernes de nuestra ciudad los
obreros Carlos Hernández, Luis Corbí y Vicente Hernández, los primeros en representación de la
Agrupación socialista y Centro Obrero local»19.
        Durante estos años empezó a colaborar en diferentes periódicos locales. El 17 de enero de
1926, Luis Corbí publicó la crónica de la susodicha conferencia sobre el congreso de la FNREE en
la revista Renovación. El 1 de febrero de 1927 escribió un artículo en la revista Trabajo – órgano
del Partido socialista – titulado «Caridad» donde calificaba esta práctica de «enfermedad
contagiosa» y la consideraba éticamente inaceptable dado que bajo los actos de caridad se esconden
la vanidad y el orgullo de los hombres. Además, consideraba que hay que seguir la teoría concebida
en El Capital de Karl Marx, según la cual si existiera la juistícia y el trabajo para todos y se acabara
con la riqueza de una minoría, no sería necesaria la caridad.
        En esta misma revista, el 1 de mayo de 1927, en ocasión de la fiesta de los trabajadores,
escribió uno de sus artículos más destacados: «Cómo se lucha», de raíz claramente marxista, donde
hablaba de la lucha entre las dos grandes clases en las cuales está dividida la sociedad: el
proletariado por un lado y las fuerzas reaccionarias y conservadoras por otro. El proletariado,
conocedor de sus derechos y necesidades que «no son únicamente de naturaleza fisiológica, sinó
también de orden moral e intelectual» había de llevar a cabo una lucha sindical, política y
cooperativista, no «para destruir» sinó «para edificar», basada en la razón y centrada en tres
aspectos: el económico, el social y el político. Corbí consideraba necesaria la unión y la
organización de los trabajadores para acabar con los privilegios de clase e instaurar, de esta forma,
una nueva sociedad sin diferencias sociales.
        En 1928 la Agrupación socialista contaba con 33 afiliados y con 38 las Juventudes20. Ese
mismo año, Luis Corbí participó en el XVI Congreso Nacional de la Unión General de Trabajadores
en calidad de delegado de la Sociedad de Oficios Varios La Regeneradora, la Sociedad de Zapateros
y la Sociedad de Canteros y Similares de Monòver. El 8 de marzo, el Diario de Alicante, en
ocasión del XXIX aniversari del Sindicato de la Alpargata, exponía que «por la mañana se celebró
una reunión en la que hicieron uso de la palabra, recordando las luchas y vicisitudes que ha pasado
el gremio de costureros, varios compañeros y resumió, en un notable discurso, Luis Corbí Rico de
Monóvar que había sido invitado a este acto». El 23 de mayo de 1929 fue nombrado vocal obrero
efectivo del Comité Paritario Interlocal de la industria de calzado, junto con otros vecinos de Elche,
Elda y Petrel.




16
   Sobre el primer aniversario de la fundación de la Agrupación socialista en Monóvar, Renovación, 23 enero 1926, n.
33.
17
   Renovación, 23 agosto 1925, n. 11.
18
   Renovación, 18 octubre 1925, n. 19.
19
   Renovación, 13 diciembre 1925, n.27.
20
   Miguel Ors Montenegro, La represión de guerra y posguerra en Alicante..., ob. cit., p. 197.
La vida política. Los años Treinta

        Cuando en toda España – y, por lo tanto, también en Monóvar – se realizaron las elecciones
para la renovación de los Consejos municipales después de la dictadura de Primo de Rivera, Corbí
tenía 39 años. De las actas del Ayuntamiento se extrae que en 1931 la población global de Monóvar
contaba con 10751 habitantes. Los electores eran solo 2589 (el 24% de la población total), y en las
elecciones participaron 2200 votantes (casi el 85% de los que tenían derecho). A pesar del sufragio
restringido y censitario21, que habría podido favorecer a las fuerzas conservadoras y monárquicas
como ocurrió en gran parte de los pequeños centros de España, las elecciones para la renovación del
Ayuntamiento de Monóvar fueron un éxito para el bloque republicano-socialista: el Partido
socialista presentó seis candidatos y fueron elegidos cinco. Corbí se presentó en el tercer distrito y
recogió un total de 229 votos, mientras que el más votado del distrito llegó a 240 votos22.
        El nuevo Ayuntamiento se constituyó el 17 de abril. La presidencia de la sesión fue
asignada, provisionalmente, a Salvador Aguilar Corbí que dirigió las operaciones para la elección
del alcalde. Fue en este momento cuando se planteó la elección de Luis Corbí Rico, propuesta que
fue aceptada de forma unánime por los concejales23.
        La ruptura con el pasado es más que evidente ya en las actas de las primeras reuniones del
Consejo muncipal. El 25 de abril se debatió, entre otras cosas, sobre la posibilidad de invertir en la
escuela; se aprobó por unanimidad dedicar la calle Salamanca a Pablo Iglesias, sugerencia que
nació del que entonces era alcalde; se actualizó y amplió la lista de ciudadanos que tenían derecho a
la beneficiencia gratuita24. El 2 de mayo se presentó la propuesta de constituir un consejo local del
trabajo; se discutió sobre los problemas del paro y sobre la necesidad de resolverlos involucrando a
los ricos propietarios; se pidió que se impusiera el pago de una multa a los concejales ausentes
durante las asambleas del Consejo25.
        Corbí, durante su mandato de alcalde, fue cauteloso y prudente a la hora de hacer referencias
a la doctrina socialista. Optó por una línea política gradual y limitó su papel de político reformista
comprometido con la redistribución – dentro de los límites de las leyes del Estado – de la riqueza y,
de manera más general, con la realización del bien común (por ejemplo, con medidas para la
asistencia médica, la escuela, la cultura, la viabilidad urbana, la gestión del agua). De hecho, no
emprendió acciones destinadas a convencer a los militantes socialistas de que Monóvar estaba
preparada para una revolución maximalista26.
        En el pleno municipal del 22 de agosto de 1931, sin embargo, Corbí presentó su dimisión
como alcalde sin explicar los motivos de su decisión e indicó solo la existencia de «varias causas»
ya conocidas por el Consejo. Los concejales, que hasta aquel momento le habían dado su apoyo sin
manifestar públicamente ningún descontento, se limitaron a aceptar la dimisón de forma unánime,
sin indagar ulteriormente en las causas. Es difícil, dada la falta de documentación relativa al asunto,
analizar las razones de la dimisión, tal vez motivada más por cuestiones privadas que por cuestiones
políticas27. La elección del nuevo alcalde se llevó a cabo en el pleno sucesivo: por unanimidad de
los concejales, Picó Martínez pasó a ser alcalde y Corbí Rico, primer teniente de alcalde.
        A pesar del entusiamo inicial por el cambio de régimen, los años de la Segunda República
no fueron, tampoco en Monóvar, nada fáciles. Que el cuadro general era bastante preocupante,
Corbí lo dio a conocer públicamente ya el 1 de mayo de 1933. El PSOE y la UGT – escribía en la

21
   Las elecciones se llevaron a cabo según las disposiciones de la ley electoral de 8 de agosto de 1907.
22
   Los datos de las elecciones municipales en Archivo General de la Diputación Provincial de Alicante (AGDPA),
Signatura GE-15422/2, expediente n. 31/68.
23
   Archivo Municipal de Monóvar (AMM), acta del Consejo municipal, en Libros de Actas Ayuntamiento de Monóvar
(Província de Alicante), 17 abril 1931.
24
   AMM, acta del Consejo municipal, en Libros de Actas Ayuntamiento de Monóvar, 25 abril 1931.
25
   AMM, acta del Consejo municipal, en Libros de Actas Ayuntamiento de Monóvar, 2 mayo 1931.
26
   Por ejemplo, «Una interviu con el Sr. Alcalde», en Trabajo, 15 agosto 1931, n. 16.
27
   AMM, acta del Consejo municipal, en Libros de Actas Ayuntamiento de Monóvar, 17 abril 1931.
revista Trabajo – ocupaban posiciones incómodas, objeto de fácil ataque. Los resultados, por otra
parte, no acababan de llegar. La unidad de los trabajadores tenía que ser la «táctica» a seguir, pero
esta era a menudo difícil de conseguir a causa de la incapacidad de los trabajadores de liberarse
totalmente de las pretensiones de los amos. Además, no tranquilizaba ver que los trabajadores,
«pregonadores de una libertad por todos soñada», se mostraban dispuestos a confiar en aquellos
políticos que no velaban por el destino de la clase más pobre de la sociedad28.
        Progresivamente, el cuadro político español se fue radicalizando: por una parte, los
revolucionarios (socialistas, anarquistas y republicanos); por otra, los contrarrevolucionarios
(monárquicos, falangistas, católicos intransigentes, la Iglesia y gran parte del ejército). Muy pronto,
«el proceso de identificación con uno u otro de los contendientes hizo de la guerra un eje para el
deslinde de campos en la política interior y en la discusión intelectual», como observó Raymond
Carr hace algunos años29.
        No fue una excepción la pequeña comunidad monovera, donde los descontentos y las
tensiones disminuyeron la unidad del Frente popular. Después de una fase en la que los
enfrentamientos llegaron a desestabilizar las instituciones municipales (como ya observó hace años
Baltasar Palicio Maestre en esta misma revista30), en mayo de 1938, por unanimidad de los
concejales31, Corbí fue elegido de nuevo alcalde. Al exponer el programa de gobierno, se limitó a
precisar que el mandato que se le había asignado él no lo había pedido y que trabajaría, con la
colaboración de todos, más allá de posiciones políticas para alcanzar dos objetivos: ganar la guerra
y servir al pueblo32.
        Estas tesis fueron reafirmadas a través de las columnas de Acero. Explicó, entonces, que el
deber «más ingrato» de su vida se lo habían impuesto los organismos sindicales y políticos y, más
concretamente, la UGT. Sin embargo, remarcó inmediatamente que dentro del ayuntamiento no
sería ni socialista ni «ugetista», y que trabajaría únicamente por la paz y la tranquilidad. Con todo,
no perdió la ocasión de referirse a su misión: hacer de Monóvar «el mejor pueblo de los
antifascistas», objetivo para el cual sería necesario sentir la causa de la guerra y ayudar, así como
combatir en el frente33.
        Sin embargo, el programa de Corbí sería interrumpido bruscamente. El día después de la
fecha oficial del final de la guerra civil (el 2 de abril de 1939) fue arrestado y encerrado en la
prisión de Monóvar.
        La “peligrosidad” de Corbí fue demostrada por tres artículos, todos publicados en el
periódico socialista Acero durante la guerra civil34, y fue corroborada por diversos testigos, casi
todos notoriamente franquistas. El Servicio de información e investigación (FET y JONS) de
Monóvar concluyó que Corbí era «el responsable de todo cuanto ha ocurrido en esta plaza, ya que él
fue quien dominaba y arrastraba tras de su palabra a las masas rojas»35. El fiscal jurídico militar de
Alicante en sumarísimo de urgencia del Juzgado militar de Monóvar, en base a los art. 237 y 238
del Código de justícia militar, le dió la calificación jurídica de «adhesión a la rebelión militar» y
propuso la pena de treinta años de reclusión36. El 27 de septiembre de 1939, se reunió en Monóvar

28
   Luis Corbí Rico, «Tácticas y procedimientos», en Trabajo, 1 mayo 1933, (número extraordinario).
29
    Raymond Carr, Spain 1808-1975, Oxford University Press, 7ª ed., 1979, (trad. esp. España 1808-1975, Ariel,
Barcelona, 14ª ed., 2007), p. 625.
30
   Baltasar Palicio Maestre, «Problemes de les col·lectivitats a Monòver: el cas de la CNT», en Revista de Festes, 1996,
pp. 23-25.
31
   Cada uno de los concejales fue desigando por el gobernador civil.
32
   AMM, acta del Consejo municipal, en Libros de Actas Ayuntamiento de Monóvar, 17 mayo 1938.
33
   Luis Corbí Rico, «Al Pueblo», en Acero, 21 mayo 1938, n. 84.
34
   Los tres artículos en, AHGD, Sum. n. 3493, Alicante 1939, pp. 9, 10, 11.
35
   AHGD, Sum. n. 3493, Alicante 1939, p. 18.
36
   AHGD, Sum. n. 3493, Alicante 1939, p. 45. El proceso de Corbí también se reguló por la Ley de Responsabilidades
Políticas de 9 de febrero de 1939, con la cual se estableció caracter retroactivo a las disposiciones – hasta llegar a
octubre de 1934 – y se asignó a tribunales compuestos por militares, magistrados y falangistas (militantes de FET y
JONS) la tarea de proceder a las sanciones.
el Consejo de guerra (compuesto por el presidente, Martí Lunas, y por tres vocales, Moral San
Clemente, Clavería Iglesias y González García y un ponente, García Rosado), para examinar los
casos de Luis Corbí Rico, Inés Hernández Brotons y Remedios Gil Martínez37.
        El mismo 27 de septiembre se emitió la sentencia de condena a muerte, justificada por haber
sido marxista, haber fundado el Partido socialista y la UGT en Monóvar, haber hecho propaganda
oral y escrita, haber colaborado en el periódico marxista Acero, haber formado parte del Frente
popular, haber sido alcalde en 1938, haber luchado contra el fascismo, haber «confeccionado las
listas de personas desafectas al régimen, algunas de las cuales no vivían ya en aquel tiempo», así
como haber invitado «en sus discursos a que se cometiesen toda clase de atropellos y desmanes y en
resumidas cuentas, era persona de las de más relieve en el régimen marxista y de las de mayor
peligrosidad para el Movimento Nacional»38. Los hechos –según el Consejo de Guerra –
evidenciaban «la completa identificación con la causa roja, tanto en el orden espiritual como en el
material de los hechos, por haber puesto su voluntad y empleado medios de acción suficientes para
la consecución de sus propósitos»39. Esto bastaba para establecer «las agravantes de perversidad y
trascendencia» en la conducta de Luis Corbí Rico (art. 173 del Código de justícia militar)40.
        La sentencia ya se había emitido cuando, desde la prisión de Monóvar, Luis escribió a su
mujer y a sus hijos una carta desprovista de cualquier esperanza41. Esperaba, probablemente, una
ejecución inmediata y no el traslado al Reformatorio de Adultos de Alicante. Desde allí envió más
cartas a los familiares para pedirles alimentos, ropa y tabaco, pero sobre todo para tener notícias.
Corbí estaba, evidentemente, muy preocupado por la represión que pudieran sufrir sus familiares.
Intentó, de esta forma, tranquilizarlos y animarlos a hacer todo lo posible para evitar la ejecución:
les pidió que se informaran de si la Comisión de Examen de Penas había propuesto la conmutación
de su pena y rogó al cuñado, Enrique Albert Poveda, afiliado a la falange, que visitara a diversas
personalidades para que hablaran con el jefe de falange y alcalde. Corbí esperaba que la amistad
con algunos conciudadanos que se habían adherido al nuevo régimen pudiese ayudarle.
        El 11 de agosto de 1940, escribió literalmente así al cuñado: «Yo sigo creyendo que si
alguna persona de las que cito en el primer párrafo se interesa, o se interesan todos, pidiendo mi
indulto al Caudillo, será concedido, y lo creo por la frase que personalmente me dijo el jefe de
Falange y que tú conoces, la que te recuerdo: “contra Ud. personalmente no hay nada”. Si es así y
no hay hechos de sangre en mi Expediente, ni mucho menos de inducción, si es que secretamente
existe algo, que no creo ni concibo, de la justícia que se viene administrando por parte de Jueces y
Tribunales, y solo aparece en él mi actuación política, de ahí mi esperanza al dirigirte ésta, que hará
reflexionar a los hombres en mi favor»42.
        Más de una vez, Corbí sugirió a sus familiares, con insitencia, que no se rindieran y que se
pusieran en contacto con las personas indicadas en las cartas para hacer todo lo posible. La mujer de
Corbí se dirigió directamente a Franco: «Mi marido, Excelencia, no es un criminal, no es un
asesino. Si por haber sido socialista, si por haber pretendido la reivindicación de los menesterosos le
alcanza alguna sanción, justo será aceptarla. Pero no es acreedor, Excelencia, a pena tan severa
como la que se le ha impuesto, porque, no solamente no ha matado ni ha inducido, sino que cuando
ha podido, ha practicado el bien. Y si no pudo evitar que algunos asesinos sin conciencia
cometieran crímenes, ha evitado, en el curso de la guerra, que hubiese más crímenes y más
encarcelamientos»43.


37
   AHGD, Sum. n. 3493, Alicante 1939, pp. 47-48.
38
   AHGD, Sum. n. 3493, Alicante 1939, p. 49. En la sentencia consta que la pena de muerte se volvería accesoria en el
caso de que llegara el indulto.
39
   AHGD, Sum. n. 3493, Alicante 1939, p. 49.
40
   AHGD, Sum. n. 3493, Alicante 1939, p. 49.
41
   ALCR, Carta de Luis Corbí Rico a su mujer y a sus hijos, 7 noviembre 1939.
42
   ALCR, Carta de Luis Corbí Rico a su cuñado, Enrique Albert Poveda, 11 agosto 1940.
43
   ALCR, Dolores María Tores Guardiola, Carta a Franco.
El 11 de diciembre de 1940, a las 5:30 de la madrugada, con mano temblorosa y caligrafía
acelerada, Corbí escribió «querida esposa, hijos, cuñada y sobrinos: adiós para siempre». «La vida –
añadió – una vez se pierde, en éste caso en situación dura, pero en fin, con honradez y moral»44. A
las 7.00 de la mañana se llevó a cabo la ejecución por fusilamiento en el campamento de Rabasa. Su
cuerpo fue enterrado en una fosa común en el cementerio de Alicante.




44
     ALCR, Carta de Luis Corbí Rico a su mujer, a sus hijos, a su cuñada y a sus sobrinos, 11 diciembre 1940.

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Luis Corbí Rico (en castellano)

  • 1. Luis Corbí Rico El primer alcalde de la Segunda República en Monóvar Noemí Tortosa Corbí y Salvatore Mura (Revista de fiestas, Monóvar, septiembre 2011) Introducción Los libros nos explican la “gran historia” – los personajes que han tenido una repercusión a nivel nacional, los tratados internacionales, las instituciones centrales del estado – pero a menudo queda al margen, casi olvidada, “nuestra” historia: la de nuestro pueblo, nuestros vecinos y nuestra familia. A veces, razones, tanto políticas como institucionales y sociales, crean una barrera entre el pasado y el presente. La historia se sitúa, así, en un primer plano de la actualidad y se convierte en objeto de disputa y polémica que impiden la distancia necesaria para analizar los hechos históricos. Sin embargo la realidad está cambiando gradualmente: la tercera generación tiene la necesidad cultural de conocer y comprender también los acontecimientos que, ya sea por el miedo que comportó la represión franquista, ya sea por las ganas de olvidar a través del pacto del olvido, no han llegado hasta nosotros. El 12 de mayo de 1931, un zapatero socialista fue elegido alcalde de Monóvar, pero su figura y su obra son poco conocidas y ni siquiera el cementerio de Monóvar conserva su recuerdo. Los archivos – generalmente el lugar de trabajo del historiador – contienen apenas unos pocos documentos sobre Corbí, sin embargo, una reciente investigación ha aportado nuevos datos. Del Archivo de la Fundación Pablo Iglesias (Madrid) han surgido, principalmente, documentos referentes a la acción política dentro del Partido socialista en los años que van de 1931 a 1938; de las actas del Ayuntamiento – conservadas en el Archivo Municipal – se han recogido noticias de gran interés sobre la actividad político-administrativa durante el período de la Segunda República. La prensa de la época y la memoria de los contemporáneos han contribuido a cubrir algunos huecos y a reconstruir mejor el cuadro completo. Además, toda una serie de documentos, cartas personales dirigidas a los familiares y artículos periodísticos aparecidos en la casa de la familia tras la muerte de sus descendientes directos, han permitido redondear la investigación sobre la figura. El documento más importante, así como el más delicado, conservado en el Archivo Histórico de la Defensa en Madrid, es el Sumario: un dosier de unas 100 páginas que recoge las actas judiciales del imputado Corbí, desde los testimonios orales de los habitantes de Monóvar hasta los informes escritos por la Guardia Civil y por el Consejo de Guerra1. El trabajo también se ha visto impulsado por la lectura del libro, recientemente publicado, del profesor Glicerio Sánchez Recio, La República decapitada. El caso de la familia Villalta Gisbert. Alicante 1939-19422. A lo largo de unas 320 páginas, el historiador de la Universidad de Alicante reconstruye con agudeza la imagen de Miguel Villalta, socialista y político en Monóvar en los años treinta, diputado en 1936 y gobernador de Madrid en 1937 que, finalmente, fue condenado a muerte por el régimen franquista. Además, el autor extiende su interés también a la familia Villalta Gisbert, restableciendo así el prototipo de la familia socialista sometida a la dura represión del régimen franquiesta. Así pues, la obra de Sánchez Recio adquiere mayor valor y se convierte en un libro de gran trascendencia que supera con facilidad los límites de la publicación de interés local. 1 Ha sido posible consultar el Sumario, principalmente, gracias a la gentileza del profesor Glicerio Sánchez Recio, a quien dirigimos un especial agradecimiento. 2 Flor del Viento ediciones, Barcelona 2010.
  • 2. La familia Corbí Con estas líneas no se pretende crear un mito ni, mucho menos, alimentar polémicas que podrían parecer un tanto inoportunas. Nuestro objetivo es, sencillamente, comprender una parte importante de la historia de Monóvar, pero para comprender, antes hay que conocer. Luis Corbí Rico nació el 27 de enero de 1893 en el número 10 de la calle Fonament, hijo de Eliodoro Corbí Vidal, jornalero de profesión, y de María Rico Esteve, ambos naturales de Monóvar. Sus abuelos paternos eran Eliodoro Corbí y Antonia Vidal, los maternos Gaspar Rico y Marta Esteve. Luis solo pudo conocer a su abuela materna, Marta, ya que los demás habían muerto cuando él nació; de hecho, en el pueblo era conocido como Luis “el marto” o Luis “Marta” (se ha encontrado algún escrito en la prensa local firmado con este seudónimo3). Su hermano, Eliodoro, emigró a Buenos Aires con la mujer, Fermina, y los dos hijos, Eliodoro y Enrique. Al quedarse viuda, Fermina volvió a Monóvar con el resto de la familia. Su hermana María se casó con Enrique Albert Poveda, conocido como “El poeta”, que más adelante se afiliaría al partido de la falange y con quien tuvo tres hijos: un varón, Enrique, que murió de forma prematura y dos hembras llamadas Emilieta y Mercedes. El 6 de junio de 1918, Luis Corbí Rico contrajo matrimonio con Dolores María Torres Guardiola, nacida en el Arrabal de la Sènia el 13 de abril de 1895, hija de Ginés Torres Calpena, jornalero, y de Dolores Guardiola Berenguer, también naturales de Monóvar. Su madre murió cuando era solo una niña y su hermana Remedios ejerció el papel de madre y hermana. De esta manera, se creó un vínculo muy estrecho entre las dos hermanas que duraría toda la vida, hasta el punto de que las respectivas familias convivieron en la misma casa durante muchos años. Todo lo contrario sucedió con el hermano mayor, Miguel, con quien las relaciones eran un poco tensas por cuestiones familiares. Basilisa, la cuarta hermana, tuvo menos suerte y murió prematuramente. Del matrimonio entre Luis y Dolores nacieron cuatro hijos: Dolores (1919), Luis (1921), Joaquín (1923), que murió víctima del sarampión con tan solo 13 meses de edad, y Basilisa (1925), que corrió la misma suerte que su hermano: con apenas 8 años contrajo el tifus durante un viaje escolar a Santa Pola y no logró superar la enferdad. La familia vivió en el número 42 de la calle Poveda hasta 1931, año en que se trasladaron al 158 de la calle Mayor. En esta casa, propiedad de Rita Pérez y por la cual pagaban 40 pesetas de alquilar al mes, Luis pasó la mayor parte de los años junto a su familia. Tras su muerte, Dolores y los hijos alquilaron, por 30 pesetas al mes, una casa en el número 15 de la Plaza del General Verdú, propiedad de José Amorós. Luis Corbí no tuvo la oportunidad de estudiar, no obstante, fue una persona con grandes inquietudes intelectuales que, de manera autodidacta, adquirió un considerable nivel cultural. Prueba de estas inquietudes son su cuenta corriente en la librería Delfos de Benetússer y los libros que la familia ha podido conservar, entre los cuales encontramos obras de literatura e historia, medicina y sexualidad o política y filosofía. Algunos títulos significativos son: Para ser socialista4 de Léon Blum, uno de los principales teóricos del Partido socialista francés y eminente representante del socialismo humanista; La mujer, nuestro sexto sentido y otros esbozos5 de Roberto Nóvoa Santos, ejemplo de su interés por la situación de la mujer y su papel en la sociedad; o el ejemplar del célebre libro de César Famín: Museo de Nápoles. Gabinete secreto. Pinturas, bronces y estatuas eróticas con su explicación6 en la versión revisada y ampliada por Joaquín López Barbadillo y Miguel Romero Martínez, muestra de su amplio interés cultural marcado por una mentalidad evidentemente adelantada a su época. En 1927 fue nombrado bibliotecario del Casino de Monóvar, ocupación que le permitiría acceder a un amplio abanico editorial7. 3 Luis Marta, «Nueva sociedad obrera», en Trabajo, 15 febrero 1927, n. 16. 4 Gráfica socialista, Madrid, 1919. 5 Biblioteca de López Barbadillo y sus amigos, Madrid, 1921. 6 Biblioteca Nueva, 1ª ed., Madrid, 1929. 7 La documentación relativa a la familia Corbí Torres se ha extraído del Archivo de Luis Corbí Rico (ALCR), conservado por la familia Tortosa Corbí.
  • 3. La vida política. Los años Veinte El período de la Restauración comportó una crisis política e intelectual que tuvo repercusiones en el movimiento internacional como lo constata la ola de huelgas que sacudió, a principios del siglo XX, el estado español. En Monóvar, a pesar de ser una población prevalentemente dedicada a la agricultura, exitían industrias de calzado, jabón, canteras, tonelería y alcoholeras relacionadas con el cultivo de la vid, así como una fábrica de electricidad y dos molinos harineros. Aunque la industria estaba poco desarrollada, se inició el asociacionismo obrero que desembocó en la creación de algunas sociedades obreras como La Protectora (1901) o La Regeneración (1904)8. El final de la Primera Guerra Mundial también sumió al estado español en una situación de crisis económica y debilidad política de las clases dominantes que provocaron la agitación social. Los años más conflictivos fueron 1919 y 1920, contexto en que Luis Corbí Rico inició su carrera política. Zapatero de profesión, primero en Elda y después en la Cooperativa de calzado La Solidaridad (1919), formó parte de la junta directiva de la misma para acabar convirtiéndose en su presidente. La condición de trabajador unida a sus curiosidades intelectuales y el interés por los problemas sociales lo condujeron a una vida dedicada a la causa sindicalista y a la actividad política. En 1919 fundó el Centro Obrero de Monóvar, cuyas oficinas estaban instaladas en su casa de la calle Mayor primero y, más adelante, en la Casa del Pueblo9. A través de la prensa local sabemos que, movido por el deseo de aportar una cierta cultura a sus asociados y a todos los obreros, el Centro Obrero organizaba diferentes actos en los cuales se trataban temas culturales, políticos, económicos y sociales, como la conferencia titulada «La escuela unificada» presentada por José García y Verdú10; la del director de la sucursal de Villena de la Caja de Prevención social, Joaquín Sandoval Amorós, sobre el funcionamiento del Instituto Nacional de Previsión y sobre el Régimen Obligatorio del Retiro Obrero, presidida por Luis Corbí11; o la de Miguel Villalta: «La Sociedad de Naciones»12, entre muchas otras iniciativas. También existía la Escuela del Centro Obrero para niños, dirigida por José Ferri Pérez13. Lamentablemente, a lo largo de los años 20, como consecuencia de la crisis económica y política provocada por el final de la Gran Guerra, las clases dominantes adoptaron soluciones autoritarias con la intención de mantener el sistema vigente. La burguesía de Monóvar siguió esta misma línea y en 1920 el alcalde, José Vidal Poveda, decidió clausurar el Centro Obrero. Los trabajadores intentaron oponerse a esta iniciativa que las autoridades justificaron como una medida para conservar el orden público, pero que en realidad era una operación de control político e intimidación. Se produjeron enfrentamientos con la Guardia Civil y Luis Corbí Rico, dirigente del centro, se vió involucrado en los hechos y fue detenido. El Centro Obrero permanecería cerrado durante tres meses14. A partir de ese momento, las sociedades obreras sufrieron un período de decadencia y de los 700 militantes con los que contaban antes de 1920 pasaron a tener solo 9015. Aun así, aquel mismo 8 Sobre la constitución de sociedades obreras, Baltasar Palicio Maestre, «La constitució de societats obreres durant la Restauració. El cas de Monòver a començament de segle», en El Veïnat, 4 diciembre 1986, pp. 5-6. 9 Sobre la construcción de la Casa del pueblo, Francisco Montoro, Monóvar. Anécdotas y personajes de nuestra historia, Ayuntamiento de Monóvar 1999, pp. 17-26. 10 Renovación, 30 agosto 1925, n. 12. 11 Renovación, 28 febrero, 1926, n. 38. 12 Renovación, 4 abril 1926, n. 43. 13 Trabajo, 1 mayo 1927, n. 21 . 14 Sobre la clausura del Centro Obrero, Baltasar Palicio Maestre, «El tancament del “Centro Obrero” de Monòver al 1920: una mostra de la incapacitat de la política de la restauració i un pas més cap a la “solució” autoritària», en El Veïnat, 13 febrero 1987, pp. 4-5. 15 Miguel Ors Montenegro, La represión de guerra y posguerra en Alicante (1939-1945), Instituto de Cultura «Juan Gil-Albert», Alicante 1995, p. 196.
  • 4. año Luis Corbí fundó la Unión General de Trabajoder y el 23 de enero de 1925, bajo la dictadura de Primo de Rivera, el Partido Socialista Obrero Español en Monóvar16. A pesar de las restricciones impuestas por el régimen, fueron años de intensa actividad política: en agosto de 1925 habló en el Centro Obrero sobre «porqué los trabajadores actuamos en política» y demostró que «el obrero necesita políticos para mejor defender sus derechos»17. En el mes de octubre de 1925, viajó a Madrid para asistir al Congreso de la Federación Nacional del Ramo de la Edificación de España (FNREE), en calidad de delegado de la Sociedad de canteros18; tres meses después, el secretario general de la mencionada federación expuso los acuerdos y las resoluciones adoptadas en este congreso durante una conferencia en el Centro Obrero de Monóvar. El 13 de diciembre de 1925, la revista local Renovación publicó, con motivo de la muerte del líder socialista Pablo Iglesias, que «para asistir al entierro salieron el viernes de nuestra ciudad los obreros Carlos Hernández, Luis Corbí y Vicente Hernández, los primeros en representación de la Agrupación socialista y Centro Obrero local»19. Durante estos años empezó a colaborar en diferentes periódicos locales. El 17 de enero de 1926, Luis Corbí publicó la crónica de la susodicha conferencia sobre el congreso de la FNREE en la revista Renovación. El 1 de febrero de 1927 escribió un artículo en la revista Trabajo – órgano del Partido socialista – titulado «Caridad» donde calificaba esta práctica de «enfermedad contagiosa» y la consideraba éticamente inaceptable dado que bajo los actos de caridad se esconden la vanidad y el orgullo de los hombres. Además, consideraba que hay que seguir la teoría concebida en El Capital de Karl Marx, según la cual si existiera la juistícia y el trabajo para todos y se acabara con la riqueza de una minoría, no sería necesaria la caridad. En esta misma revista, el 1 de mayo de 1927, en ocasión de la fiesta de los trabajadores, escribió uno de sus artículos más destacados: «Cómo se lucha», de raíz claramente marxista, donde hablaba de la lucha entre las dos grandes clases en las cuales está dividida la sociedad: el proletariado por un lado y las fuerzas reaccionarias y conservadoras por otro. El proletariado, conocedor de sus derechos y necesidades que «no son únicamente de naturaleza fisiológica, sinó también de orden moral e intelectual» había de llevar a cabo una lucha sindical, política y cooperativista, no «para destruir» sinó «para edificar», basada en la razón y centrada en tres aspectos: el económico, el social y el político. Corbí consideraba necesaria la unión y la organización de los trabajadores para acabar con los privilegios de clase e instaurar, de esta forma, una nueva sociedad sin diferencias sociales. En 1928 la Agrupación socialista contaba con 33 afiliados y con 38 las Juventudes20. Ese mismo año, Luis Corbí participó en el XVI Congreso Nacional de la Unión General de Trabajadores en calidad de delegado de la Sociedad de Oficios Varios La Regeneradora, la Sociedad de Zapateros y la Sociedad de Canteros y Similares de Monòver. El 8 de marzo, el Diario de Alicante, en ocasión del XXIX aniversari del Sindicato de la Alpargata, exponía que «por la mañana se celebró una reunión en la que hicieron uso de la palabra, recordando las luchas y vicisitudes que ha pasado el gremio de costureros, varios compañeros y resumió, en un notable discurso, Luis Corbí Rico de Monóvar que había sido invitado a este acto». El 23 de mayo de 1929 fue nombrado vocal obrero efectivo del Comité Paritario Interlocal de la industria de calzado, junto con otros vecinos de Elche, Elda y Petrel. 16 Sobre el primer aniversario de la fundación de la Agrupación socialista en Monóvar, Renovación, 23 enero 1926, n. 33. 17 Renovación, 23 agosto 1925, n. 11. 18 Renovación, 18 octubre 1925, n. 19. 19 Renovación, 13 diciembre 1925, n.27. 20 Miguel Ors Montenegro, La represión de guerra y posguerra en Alicante..., ob. cit., p. 197.
  • 5. La vida política. Los años Treinta Cuando en toda España – y, por lo tanto, también en Monóvar – se realizaron las elecciones para la renovación de los Consejos municipales después de la dictadura de Primo de Rivera, Corbí tenía 39 años. De las actas del Ayuntamiento se extrae que en 1931 la población global de Monóvar contaba con 10751 habitantes. Los electores eran solo 2589 (el 24% de la población total), y en las elecciones participaron 2200 votantes (casi el 85% de los que tenían derecho). A pesar del sufragio restringido y censitario21, que habría podido favorecer a las fuerzas conservadoras y monárquicas como ocurrió en gran parte de los pequeños centros de España, las elecciones para la renovación del Ayuntamiento de Monóvar fueron un éxito para el bloque republicano-socialista: el Partido socialista presentó seis candidatos y fueron elegidos cinco. Corbí se presentó en el tercer distrito y recogió un total de 229 votos, mientras que el más votado del distrito llegó a 240 votos22. El nuevo Ayuntamiento se constituyó el 17 de abril. La presidencia de la sesión fue asignada, provisionalmente, a Salvador Aguilar Corbí que dirigió las operaciones para la elección del alcalde. Fue en este momento cuando se planteó la elección de Luis Corbí Rico, propuesta que fue aceptada de forma unánime por los concejales23. La ruptura con el pasado es más que evidente ya en las actas de las primeras reuniones del Consejo muncipal. El 25 de abril se debatió, entre otras cosas, sobre la posibilidad de invertir en la escuela; se aprobó por unanimidad dedicar la calle Salamanca a Pablo Iglesias, sugerencia que nació del que entonces era alcalde; se actualizó y amplió la lista de ciudadanos que tenían derecho a la beneficiencia gratuita24. El 2 de mayo se presentó la propuesta de constituir un consejo local del trabajo; se discutió sobre los problemas del paro y sobre la necesidad de resolverlos involucrando a los ricos propietarios; se pidió que se impusiera el pago de una multa a los concejales ausentes durante las asambleas del Consejo25. Corbí, durante su mandato de alcalde, fue cauteloso y prudente a la hora de hacer referencias a la doctrina socialista. Optó por una línea política gradual y limitó su papel de político reformista comprometido con la redistribución – dentro de los límites de las leyes del Estado – de la riqueza y, de manera más general, con la realización del bien común (por ejemplo, con medidas para la asistencia médica, la escuela, la cultura, la viabilidad urbana, la gestión del agua). De hecho, no emprendió acciones destinadas a convencer a los militantes socialistas de que Monóvar estaba preparada para una revolución maximalista26. En el pleno municipal del 22 de agosto de 1931, sin embargo, Corbí presentó su dimisión como alcalde sin explicar los motivos de su decisión e indicó solo la existencia de «varias causas» ya conocidas por el Consejo. Los concejales, que hasta aquel momento le habían dado su apoyo sin manifestar públicamente ningún descontento, se limitaron a aceptar la dimisón de forma unánime, sin indagar ulteriormente en las causas. Es difícil, dada la falta de documentación relativa al asunto, analizar las razones de la dimisión, tal vez motivada más por cuestiones privadas que por cuestiones políticas27. La elección del nuevo alcalde se llevó a cabo en el pleno sucesivo: por unanimidad de los concejales, Picó Martínez pasó a ser alcalde y Corbí Rico, primer teniente de alcalde. A pesar del entusiamo inicial por el cambio de régimen, los años de la Segunda República no fueron, tampoco en Monóvar, nada fáciles. Que el cuadro general era bastante preocupante, Corbí lo dio a conocer públicamente ya el 1 de mayo de 1933. El PSOE y la UGT – escribía en la 21 Las elecciones se llevaron a cabo según las disposiciones de la ley electoral de 8 de agosto de 1907. 22 Los datos de las elecciones municipales en Archivo General de la Diputación Provincial de Alicante (AGDPA), Signatura GE-15422/2, expediente n. 31/68. 23 Archivo Municipal de Monóvar (AMM), acta del Consejo municipal, en Libros de Actas Ayuntamiento de Monóvar (Província de Alicante), 17 abril 1931. 24 AMM, acta del Consejo municipal, en Libros de Actas Ayuntamiento de Monóvar, 25 abril 1931. 25 AMM, acta del Consejo municipal, en Libros de Actas Ayuntamiento de Monóvar, 2 mayo 1931. 26 Por ejemplo, «Una interviu con el Sr. Alcalde», en Trabajo, 15 agosto 1931, n. 16. 27 AMM, acta del Consejo municipal, en Libros de Actas Ayuntamiento de Monóvar, 17 abril 1931.
  • 6. revista Trabajo – ocupaban posiciones incómodas, objeto de fácil ataque. Los resultados, por otra parte, no acababan de llegar. La unidad de los trabajadores tenía que ser la «táctica» a seguir, pero esta era a menudo difícil de conseguir a causa de la incapacidad de los trabajadores de liberarse totalmente de las pretensiones de los amos. Además, no tranquilizaba ver que los trabajadores, «pregonadores de una libertad por todos soñada», se mostraban dispuestos a confiar en aquellos políticos que no velaban por el destino de la clase más pobre de la sociedad28. Progresivamente, el cuadro político español se fue radicalizando: por una parte, los revolucionarios (socialistas, anarquistas y republicanos); por otra, los contrarrevolucionarios (monárquicos, falangistas, católicos intransigentes, la Iglesia y gran parte del ejército). Muy pronto, «el proceso de identificación con uno u otro de los contendientes hizo de la guerra un eje para el deslinde de campos en la política interior y en la discusión intelectual», como observó Raymond Carr hace algunos años29. No fue una excepción la pequeña comunidad monovera, donde los descontentos y las tensiones disminuyeron la unidad del Frente popular. Después de una fase en la que los enfrentamientos llegaron a desestabilizar las instituciones municipales (como ya observó hace años Baltasar Palicio Maestre en esta misma revista30), en mayo de 1938, por unanimidad de los concejales31, Corbí fue elegido de nuevo alcalde. Al exponer el programa de gobierno, se limitó a precisar que el mandato que se le había asignado él no lo había pedido y que trabajaría, con la colaboración de todos, más allá de posiciones políticas para alcanzar dos objetivos: ganar la guerra y servir al pueblo32. Estas tesis fueron reafirmadas a través de las columnas de Acero. Explicó, entonces, que el deber «más ingrato» de su vida se lo habían impuesto los organismos sindicales y políticos y, más concretamente, la UGT. Sin embargo, remarcó inmediatamente que dentro del ayuntamiento no sería ni socialista ni «ugetista», y que trabajaría únicamente por la paz y la tranquilidad. Con todo, no perdió la ocasión de referirse a su misión: hacer de Monóvar «el mejor pueblo de los antifascistas», objetivo para el cual sería necesario sentir la causa de la guerra y ayudar, así como combatir en el frente33. Sin embargo, el programa de Corbí sería interrumpido bruscamente. El día después de la fecha oficial del final de la guerra civil (el 2 de abril de 1939) fue arrestado y encerrado en la prisión de Monóvar. La “peligrosidad” de Corbí fue demostrada por tres artículos, todos publicados en el periódico socialista Acero durante la guerra civil34, y fue corroborada por diversos testigos, casi todos notoriamente franquistas. El Servicio de información e investigación (FET y JONS) de Monóvar concluyó que Corbí era «el responsable de todo cuanto ha ocurrido en esta plaza, ya que él fue quien dominaba y arrastraba tras de su palabra a las masas rojas»35. El fiscal jurídico militar de Alicante en sumarísimo de urgencia del Juzgado militar de Monóvar, en base a los art. 237 y 238 del Código de justícia militar, le dió la calificación jurídica de «adhesión a la rebelión militar» y propuso la pena de treinta años de reclusión36. El 27 de septiembre de 1939, se reunió en Monóvar 28 Luis Corbí Rico, «Tácticas y procedimientos», en Trabajo, 1 mayo 1933, (número extraordinario). 29 Raymond Carr, Spain 1808-1975, Oxford University Press, 7ª ed., 1979, (trad. esp. España 1808-1975, Ariel, Barcelona, 14ª ed., 2007), p. 625. 30 Baltasar Palicio Maestre, «Problemes de les col·lectivitats a Monòver: el cas de la CNT», en Revista de Festes, 1996, pp. 23-25. 31 Cada uno de los concejales fue desigando por el gobernador civil. 32 AMM, acta del Consejo municipal, en Libros de Actas Ayuntamiento de Monóvar, 17 mayo 1938. 33 Luis Corbí Rico, «Al Pueblo», en Acero, 21 mayo 1938, n. 84. 34 Los tres artículos en, AHGD, Sum. n. 3493, Alicante 1939, pp. 9, 10, 11. 35 AHGD, Sum. n. 3493, Alicante 1939, p. 18. 36 AHGD, Sum. n. 3493, Alicante 1939, p. 45. El proceso de Corbí también se reguló por la Ley de Responsabilidades Políticas de 9 de febrero de 1939, con la cual se estableció caracter retroactivo a las disposiciones – hasta llegar a octubre de 1934 – y se asignó a tribunales compuestos por militares, magistrados y falangistas (militantes de FET y JONS) la tarea de proceder a las sanciones.
  • 7. el Consejo de guerra (compuesto por el presidente, Martí Lunas, y por tres vocales, Moral San Clemente, Clavería Iglesias y González García y un ponente, García Rosado), para examinar los casos de Luis Corbí Rico, Inés Hernández Brotons y Remedios Gil Martínez37. El mismo 27 de septiembre se emitió la sentencia de condena a muerte, justificada por haber sido marxista, haber fundado el Partido socialista y la UGT en Monóvar, haber hecho propaganda oral y escrita, haber colaborado en el periódico marxista Acero, haber formado parte del Frente popular, haber sido alcalde en 1938, haber luchado contra el fascismo, haber «confeccionado las listas de personas desafectas al régimen, algunas de las cuales no vivían ya en aquel tiempo», así como haber invitado «en sus discursos a que se cometiesen toda clase de atropellos y desmanes y en resumidas cuentas, era persona de las de más relieve en el régimen marxista y de las de mayor peligrosidad para el Movimento Nacional»38. Los hechos –según el Consejo de Guerra – evidenciaban «la completa identificación con la causa roja, tanto en el orden espiritual como en el material de los hechos, por haber puesto su voluntad y empleado medios de acción suficientes para la consecución de sus propósitos»39. Esto bastaba para establecer «las agravantes de perversidad y trascendencia» en la conducta de Luis Corbí Rico (art. 173 del Código de justícia militar)40. La sentencia ya se había emitido cuando, desde la prisión de Monóvar, Luis escribió a su mujer y a sus hijos una carta desprovista de cualquier esperanza41. Esperaba, probablemente, una ejecución inmediata y no el traslado al Reformatorio de Adultos de Alicante. Desde allí envió más cartas a los familiares para pedirles alimentos, ropa y tabaco, pero sobre todo para tener notícias. Corbí estaba, evidentemente, muy preocupado por la represión que pudieran sufrir sus familiares. Intentó, de esta forma, tranquilizarlos y animarlos a hacer todo lo posible para evitar la ejecución: les pidió que se informaran de si la Comisión de Examen de Penas había propuesto la conmutación de su pena y rogó al cuñado, Enrique Albert Poveda, afiliado a la falange, que visitara a diversas personalidades para que hablaran con el jefe de falange y alcalde. Corbí esperaba que la amistad con algunos conciudadanos que se habían adherido al nuevo régimen pudiese ayudarle. El 11 de agosto de 1940, escribió literalmente así al cuñado: «Yo sigo creyendo que si alguna persona de las que cito en el primer párrafo se interesa, o se interesan todos, pidiendo mi indulto al Caudillo, será concedido, y lo creo por la frase que personalmente me dijo el jefe de Falange y que tú conoces, la que te recuerdo: “contra Ud. personalmente no hay nada”. Si es así y no hay hechos de sangre en mi Expediente, ni mucho menos de inducción, si es que secretamente existe algo, que no creo ni concibo, de la justícia que se viene administrando por parte de Jueces y Tribunales, y solo aparece en él mi actuación política, de ahí mi esperanza al dirigirte ésta, que hará reflexionar a los hombres en mi favor»42. Más de una vez, Corbí sugirió a sus familiares, con insitencia, que no se rindieran y que se pusieran en contacto con las personas indicadas en las cartas para hacer todo lo posible. La mujer de Corbí se dirigió directamente a Franco: «Mi marido, Excelencia, no es un criminal, no es un asesino. Si por haber sido socialista, si por haber pretendido la reivindicación de los menesterosos le alcanza alguna sanción, justo será aceptarla. Pero no es acreedor, Excelencia, a pena tan severa como la que se le ha impuesto, porque, no solamente no ha matado ni ha inducido, sino que cuando ha podido, ha practicado el bien. Y si no pudo evitar que algunos asesinos sin conciencia cometieran crímenes, ha evitado, en el curso de la guerra, que hubiese más crímenes y más encarcelamientos»43. 37 AHGD, Sum. n. 3493, Alicante 1939, pp. 47-48. 38 AHGD, Sum. n. 3493, Alicante 1939, p. 49. En la sentencia consta que la pena de muerte se volvería accesoria en el caso de que llegara el indulto. 39 AHGD, Sum. n. 3493, Alicante 1939, p. 49. 40 AHGD, Sum. n. 3493, Alicante 1939, p. 49. 41 ALCR, Carta de Luis Corbí Rico a su mujer y a sus hijos, 7 noviembre 1939. 42 ALCR, Carta de Luis Corbí Rico a su cuñado, Enrique Albert Poveda, 11 agosto 1940. 43 ALCR, Dolores María Tores Guardiola, Carta a Franco.
  • 8. El 11 de diciembre de 1940, a las 5:30 de la madrugada, con mano temblorosa y caligrafía acelerada, Corbí escribió «querida esposa, hijos, cuñada y sobrinos: adiós para siempre». «La vida – añadió – una vez se pierde, en éste caso en situación dura, pero en fin, con honradez y moral»44. A las 7.00 de la mañana se llevó a cabo la ejecución por fusilamiento en el campamento de Rabasa. Su cuerpo fue enterrado en una fosa común en el cementerio de Alicante. 44 ALCR, Carta de Luis Corbí Rico a su mujer, a sus hijos, a su cuñada y a sus sobrinos, 11 diciembre 1940.