La persona le da al receptor una buena y mala noticia sobre su regalo navideño: la buena es que puede abrazarlo y mordisquearlo cuanto quiera, pero la mala es que se puede magullar fácilmente. Además, aunque no es Papá Noel, envía el mensaje en nombre de alguien que desea lo mejor para el receptor y los que más quiere. Finalmente, comparte una receta para la Navidad que incluye ilusión, amistad, ternura y compartirla con el corazón.