Historia de las concesiones petroleras en Venezuela
1. República Bolivariana de Venezuela
Universidad Yacambú.
Omaira Utrera C.I. 4514390.
Historia Socioeconómica de Venezuela.
Expediente: CJP-132-00123V
Profesor: Leonardo Castillo.
Concesiones Petroleras.
Marzo 26-03-2014.
2. Primero, ¿Qué es una concesión Petrolera?
Es una autorización gubernamental para extraer el petróleo de determinada zona, en
determinada región de un País.
Primera Ley Petroleras.
Con las innovaciones introducidas en la primera Ley de Petróleo, promulgada por el
gobierno de Juan Vicente Gómez en 1920, éste, su familia y sus amistades más
allegadas fueron los más beneficiados. La presente reflexión examina los vínculos
financieros que se desarrollaron entre las compañías petroleras y el círculo gomecista,
grupo cuyos intereses, durante estos años, corrieron a la par del desarrollo de la
industria petrolera venezolana.
Concesiones petroleras que fueron desarrolladas en estos cinco tiempos.
Frente de Comunicadores Revolucionarios
Con la ayuda de la dictadura militar-fascista de Pérez Jiménez, las empresas petroleras logran
desarrollar una ofensiva para quebrar la resistencia que opusieron los gobiernos de Medina
Angarita y de Rómulo Gallegos en el sentido de no otorgamientos de nuevas concesiones,
procurando conservar una pequeña parte de las reservas de hidrocarburos de Venezuela.
“En 1845 el Congreso de la República sancionó el primer Código de Leyes de Minas y en 1855,
en su Reglamente fue ratificada como propiedad de la Nación el subsuelo y todo lo en él
contenido. ‘La propiedad de las sustancias designadas en el artículo anterior-metálicas,
combustibles o piedras preciosas-corresponde al Estado y ninguno podrá beneficiarlas sin
concesión del Poder Ejecutivo en la forma que se dispone en las Leyes del Código de Minas…’,
quedando así establecidas las bases del régimen de concesiones que caracterizó la
legislación minera de Venezuela: la Nación, por ser propietaria del subsuelo, puede explotar
directamente las minas o, previo cumplimiento de disposiciones contenidas en las leyes,
otorgar a un particular la concesión de explotarlas.
“No se trata de aumentar nuestros ingresos solamente, de lo que se trata es de reconquistar
nuestra independencia y de proceder con nuestros propios medios crear y defender nuestra
industria petrolera.Por resolución del próximo Congreso debe quedar establecido de una vez
por todas, que no se otorgarán nuevas concesiones-ni de petróleo, ni de hierro, ni de bauxita-;
que los yacimientos y depósitos que nos quedan deben ser explotados directamente por
nosotros mismos y para beneficio de la colectividad venezolana”.
Derechos legales que otorga el Estado, mediante un contrato o convenio, a una empresa
privada (concesionaria) para el manejo de la actividad petrolera en el país, durante un tiempo
determinado.Los primeros tiempos del régimen concesionario en Venezuela se caracterizaron,
de un lado, por la lucha de las empresas extranjeras entre sí, para tratar de apoderarse de las
mejores áreas prospectivas, con la ayuda de los intermediarios o testaferros venezolanos, y,
del otro lado, por la búsqueda de la República por darle un cauce legal a las actividades
petroleras y mejorar la participación de la nación en las ganancias producidas por tales
actividades.
3. Las primeras concesiones, por lo menos de nombre, fueron otorgadas a venezolanos. En los
años siguientes esta política de concesiones se impuso y ya no a tientas, sino impulsada por los
consorcios angloholandeses desde la sombra, utilizando a venezolanos que habían perdido
todo sentido de dignidad nacional. Ejemplos: El 31 de enero de 1907, Andrés J. Vigas obtuvo
derechos para explotar el petróleo en todo el Distrito Colón del Estado Zulia,
aproximadamente unos dos millones de hectáreas. Esta concesión fue traspasada
inmediatamente a la Colon Development Company, filial del trust Royal Dutch-Shell. En el
mismo año le fueron otorgadas 1.000.000 de hectáreas a Antonio Aranguren; en 1907 a
Francisco Jiménez Arráiz por 500.000 hectáreas en Falcón y Lara; en 1907 a Bernabé Planas por
500.000 hectáreas en Falcón. Estas concesiones constituyen la norma de la política seguida por
el Estado venezolano en las décadas iniciales de la era del petróleo.
Las primeras concesiones otorgadas en Venezuela estuvieron regidas por las legislaciones
mineras vigentes en la época. A finales del siglo XIX y durante las dos primeras décadas del XX
no había en el país leyes propiamente petroleras. En 1917 durante la Primera Guerra Mundial,
iniciada ya la exportación de hidrocarburos venezolanos, se decide suspender el otorgamiento
de nuevas concesiones y someter a revisión las condiciones en que venían siendo concedidas.
Reflexión.
“La política petrolera de no más concesiones, de la limitación de la producción, de creación de
una industria petrolera nacional, de mayores ingresos fiscales (royalty y participación en la
utilidades), de control del Estado sobre la actividades de los concesionarios, no fue planteada
por primera vez en este país con posterioridad a febrero de 1959, sino aspiración enarbolada
desde 1936 por el movimiento progresista, limitándose a divulgar por ellos lo que pasaba.
Voceros de grupos anti-nacionales han planteado de nuevo, desde las columnas de la prensa,
la cuestión de que se deben otorgar más concesiones petroleras a las Compañías que actúan
en el país. La actualización de esta cuestión exige que se tome una posición al respecto, tanto
más cuanto que el denuncio contra el Cartel Internacional del Petróleo llevado a cabo en los
mismos EE.UU. facilita que se pueda hacer comprender mejor al pueblo venezolano la
consigna de “NO MÁS CONCESIONES”, que continúa siendo justa, aunque por otras razones
muy diferentes a las aducidas porotra organización política, como era en ese tiempo Acción
Democrática y que vale la pena recordarla.
Se recordará que Acción Democrática le dio mucho énfasis a esa consigna, oponiéndola a la
política, que atribuía al “medinismo”, de haber otorgado muchas concesiones a las Compañías
con posterioridad a la Ley de 1943. Pero, al explicarla, Pérez Alfonso dejó ver las verdaderas
razones de AD. Declaró que AD se oponía a dar nuevas concesiones porque, de acuerdo con la
fórmula del 50-50, Venezuela no debía otorgarlas sino a aquellas Compañías que por su
desarrollo técnico y, por consiguiente, por el más bajo costo de producción que alcanzaban,
estuvieran en posibilidad de asegurarle a Venezuela una mayor participación en el 50-50 de las
utilidades. Se oponían, por tanto, a otorgar concesiones a compañías pequeñas porque éstas,
por su poco desarrollo técnico, necesariamente sus costos de producción tenían que ser más
elevados y, en consecuencia, Venezuela percibiría una participación más reducida de
utilidades. En verdad, y dados sus compromisos con Rockefeller, la consigna de no más
concesiones en este caso equivalía a reservar yacimientos petroleros para la Creole, la más
desarrollada técnicamente de todas las Compañías del mundo.
4. Para 1947 estaban otorgadas 10.759.567 hectáreas en concesiones de un total de 90.000.000
que tiene el territorio nacional. Para 1949, esa superficie de concesiones había descendido a
6.500.000 hectáreas por renuncia de algunas concesiones, y por la parte de las exploradas que
a la Nación correspondía de acuerdo con la Ley y que pasaron a aumentar las reservas
nacionales. Del total de hectáreas en concesión, el 90% corresponde a la Creole, Socony, Mene
Grande y Shell, y el 10% a las demás Compañías pequeñas. De las 6.500.000 hectáreas, sólo
tienen en explotación 168.485, es decir, el 2.50% de la superficie concedida. Por lo que las
Compañías, especialmente las cuatro más grandes y que forman parte del Cartel Internacional
del Petróleo, cuentan todavía con 6.331.515 hectáreas en las cuales poder realizar
ampliamente exploraciones y localizar yacimientos aún no probados o conocidos.
El reducido número de hectáreas que explotan (168.485 hectáreas de las 6.500.000 que tienen
en concesión) demuestra que esas compañías, si no han explorado y explotado más hectáreas
es porque con las que tienen en explotación cubren sus planes de trabajo inmediato, dándose
el caso de tener un gran número de pozos localizados debidamente sellados y sin explotar.
Solicitan más concesiones para apoderarse y controlar nuestros yacimientos.
La protección de nuestros yacimientos y la defensa de esa riqueza para bien de las
generaciones futuras, determina que no deben darse más concesiones a esas Compañías.
Cerrar drásticamente el otorgamiento y, por medio del control del Estado, obligarlas a cumplir
las obligaciones legales en cuanto a las concesiones de que hoy disponen, realizando
exploraciones para determinar el monto de las reservas nacionales y sepa la Nación la cantidad
de petróleo probado con que cuenta, y realizar la explotación en una forma racional y no
exhaustiva como hasta ahora lo han venido haciendo con gran detrimento de la riqueza
nacional.
El pronunciamiento de “No más concesiones al Cartel Internacional”, nos lleva a considerar
que para contrarrestar la hegemonía que ese Cartel ejerce sobre la explotación de nuestro
petróleo (el 80% de las concesiones otorgadas), se impone de urgencia el que Venezuela por sí
misma y directamente, explote sus reservas y explore el resto del territorio, concurriendo al
mercado internacional como productor independiente. Hegemonía, por lo demás, que se
expresa en el petróleo extraído y exportado en la siguiente forma: De 1.823.088 barriles que se
produjeron por día (término medio en los meses de mayo, junio y julio de 1952), 1.708.388
barriles produjeron las cuatro Compañías del Cartel, la Creole, la Socony, La Mene Grande y la
Shell, por lo que las restantes Compañías sólo produjeron 114.700 barriles por día, cantidad
ínfima. Es necesario, pues, contrarrestar esa hegemonía, ese monopolio a todas luces
pernicioso por cuanto está en posibilidad de aumentar o disminuir la producción y, en
consecuencia, aumentar o disminuir la renta petrolera y de esta manera coaccionar al país. De
aquí que la política justa sea: No más concesiones a las Compañías del Cartel Internacional.
A modo de conclusión.
Para defendernos de ese Cartel, para lograr nuestra independencia económica y recuperar
nuestra completa soberanía, las consignas esenciales son: No más concesiones petroleras a las
Compañías que integran el Cartel; exploración directa por el Estado del territorio nacional;
explotación directa por el Estado de las reservas nacionales; instalación de refinerías para
proveer al mercado interno de sus necesidades de gasolina, combustibles pesados, etc. y
exportación de los excedentes; creación de las bases para el desarrollo de la economía
5. nacional independiente, por medio de la incorporación de la población al proceso de
producción ( dotación de tierras en propiedad a los campesinos, obras de riego, carreteras,
canales, etc.; incremento de la industria nacional, alentando a los sectores privados.