2. Cuando piensas en lo bueno, hablas de ello y actúas
positivamente, te sientes mejor, y generalmente todo sale mejor.
3. Cuando le alabas, se abre y se fortalece tu vínculo con Él.
Eso le permite hablarte más claramente, lo que contribuye
a poner las cosas en su debida perspectiva. La alabanza te
pone en Su frecuencia de onda y te permite recibir Sus
vibraciones. Abre un canal en el espíritu a través del cual
Él puede verter Sus bendiciones sobre ti.
4. Además manifiesta que confías en Él y en que Él te ayudará
a salir adelante. Tus alabanzas le demuestran que dependes
de Él, que desistes de tus propias obras y confías en que Su
poder obrará el milagro necesario.
5. Agrada a Dios y
le mueve a
responder tus
oraciones.
Además te
levanta el ánimo
y te hace apartar
la vista de tu
petición y de las
circunstancias del
momento y
concentrarte en
el cumplimiento
de la petición.
6. …y de los frutos de Su Espíritu, sobre todo los dones de fe
y optimismo, que propician la sanación, la buena salud y
milagros de todo tipo.
7. Alábale por todas las cosas maravillosas
que ha hecho por ti. Alábale por el bien
que puedes imaginar que Él va a lograr
por medio de lo que está ocurriendo.