Este poema explora la naturaleza compleja del tacto y cómo se relaciona con la intimidad entre personas. Habla sobre el deseo de tocar a alguien sin ropa para sentir su piel directamente, pero también la posibilidad de lastimar al otro con el tacto. Plantea preguntas sobre si se puede sentir a alguien aunque no haya contacto físico y cuestiona los límites entre dar y recibir el tacto de los demás.