La gracia de Dios es suficiente para nosotros, ya que su fuerza es perfecta cuando nos sentimos débiles. Su gracia y fuerza pueden ayudarnos cuando nos sentimos vulnerables o sin poder.
1. Te basta mi gracia solo mi gracia
Te basta mi gracia solo mi gracia
Que mi fuerza mi fuerza
es perfecta en tu flaqueza
Que mi fuerza mi fuerza
es perfecta en tu flaqueza