Este poema describe la Eucaristía como el pan y el vino que se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Jesús durante la misa. Compara a los cristianos con los granos de trigo que se convierten en pan para representar cómo, aunque seamos diferentes, formamos un solo cuerpo unido por Dios a través de la comunión. El poema concluye afirmando que los cristianos comparten la misma esperanza y se aman como hermanos en la vida.