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TRABAJO DE INFORMATICA
PRESENTADO POR:
LILIANY JARABA NAVARRO
PRESENTADO A:
NINFA ASTRID SOLANO
GRADO:
10°B
TEMA:
DERECHOS DEL AUTOR
COLEGIO EMILIO SOTOMAYOR
2013
(BARRANQUILLA-ATLANTICO)
INTRODUCCION
Este trabajo lo realizare con el fin de conocer los derechos de un autor
y profundizar mis conocimientos sobre este tema. También hablara
sobre la historia, los símbolos, los campos de aplicación etc. todo esto
lo encontraras a continuación en el siguiente trabajo.
DERECHOS DEL AUTOR
El derecho de autor es un conjunto de normas jurídicas y principios
que regulan los derechos morales y patrimoniales que la ley concede a
los autores (los derechos de autor), por el solo hecho de la creación de
una obra literaria, artística, musical, científica o didáctica, esté
publicada o inédita.
Está reconocido como uno de los derechos humanos fundamentales
en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.1
En el derecho anglosajón se utiliza la noción de copyright (traducido
literalmente como "derecho de copia") que por lo general comprende la
parte patrimonial de los derechos de autor (derechos patrimoniales).
Una obra pasa al dominio público cuando los derechos patrimoniales
han expirado. Esto sucede habitualmente trascurrido un plazo desde la
muerte del autor (post mortem auctoris). El plazo mínimo, a nivel
mundial, es de 50 años y está establecido en el Convenio de Berna.
Muchos países han extendido ese plazo ampliamente. Por ejemplo, en
el Derecho europeo, son 70 años desde la muerte del autor. Una vez
pasado ese tiempo, dicha obra entonces puede ser utilizada en forma
libre, respetando los derechos morales.
SIMBOLOS
En la legislación española el Real Decreto Legislativo 1/1996, de 12 de
abril, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de la
Propiedad Intelectual, regula en su art. 141 los símbolos o
indicaciones de reserva de derechos:
El titular o cesionario en exclusiva de un derecho de explotación sobre
una obra o producción protegidas por esta Ley podrá anteponer a su
nombre el símbolo © con precisión del lugar y año de la divulgación de
aquéllas.
También se establece que en las copias de fonogramas o las
envolturas de los mismos se podrán anteponer al nombre del
productor o de su cesionario, el símbolo (p), indicando el año de la
publicación.
Estos símbolos y referencias deberán hacerse constar de modo que
se muestren claramente que los derechos de explotación están
reservados
El símbolo ℗ representa la reserva de los derechos de autor sobre una
grabación; y es la abreviatura de la palabra “fonógrafo”; phonograph
en inglés, o registro fonográfico. Este símbolo hace referencia al
fonograma (máster de audio) no a la obra musical en sí grabada; es
muy común verlo impreso en las contraportadas de los discos. Por otro
lado, el símbolo © sí hace referencia al derecho de copia (copyright)
que protege obras intelectuales, como canciones, libros, obras
dramáticas, obras cinematográficas y audiovisuales; dibujos, pinturas;
programas de ordenador, etc.
CAMPOS DE APLICASION
La protección del derecho de autor abarca únicamente la expresión de
un contenido, pero no las ideas. Para su nacimiento no necesita de
ninguna formalidad, es decir, no requiere de la inscripción en un
registro o el depósito de copias, los derechos de autor nacen con la
creación de la obra.
Son objeto de protección las obras originales, del campo literario,
artístico y científico, cualquiera que sea su forma de expresión,
soporte o medio. Entre otras:
Libros, folletos y otros escritos;
Obras dramáticas o dramático-musicales;
Obras coreográficas y las pantomimas;
Composiciones musicales con o sin letra;
Obras musicales y otras grabaciones sonoras;
Obras cinematográficas y otras obras audiovisuales;
Obras de dibujo, pintura, escultura, grabado, litografía;
Historietas gráficas, tebeos o cómics, así como sus ensayos o
bocetos;
Obras fotográficas;
Gráficos, mapas y diseños relativos a la geografía, a la
topografía o a las ciencias;
Los proyectos, planos, maquetas y diseños de obras
arquitectónicas y de ingeniería.
Programas informáticos.
Entrevistas
Sitios web
Hay varias categorías de materiales que generalmente no son
elegibles para la protección de derecho de autor. Éstas incluyen entre
otras como estas:
Trabajos que no han sido fijados en una forma de expresión
tangible. Por ejemplo: obras coreográficas que no han sido
escritas o grabadas, o discursos improvisados o presentaciones
que no han sido escritas o grabadas.
Títulos, nombres, frases cortas y lemas, símbolos o diseños
familiares, meras variantes de decoración tipográfica, letras o
colores; meras listas de ingredientes o contenidos.
Ideas, procedimientos, métodos, sistemas, procesos, conceptos,
principios, descubrimientos, aparatos, como diferenciaciones de
una descripción, explicación o ilustración.
Obras que consisten totalmente de información que es de
conocimiento público y no representan un trabajo que tenga un
autor original. (Por ejemplo: calendarios, tablas de peso y
estatura, cintas métricas o reglas, y listas o tablas obtenidas de
documentos públicos u otras fuentes de uso común).
Las leyes, reglamentos y demás normas. Se pueden publicar
pero no dan exclusividad: otros pueden también publicar
ediciones de las leyes. En los casos de obras como
concordancias, correlaciones, comentarios y estudios
comparativos de las leyes, sí pueden ser protegidas en lo que
tengan de trabajo original del autor.
DERECHOS DE UN AUTOR
El titular de los derechos de autor goza de derechos exclusivos
respecto de:
Reproducir la obra en copias o fonogramas.
Preparar obras derivadas basadas en la obra.
Distribuir copias o fonogramas de la obra al público vendiéndolas
o haciendo otro tipo de transferencias de propiedad tales como
alquilar, arrendar o prestar dichas copias.
Presentar la obra públicamente, en el caso de obras literarias,
musicales, dramáticas y coreográficas, pantomimas, películas y
otras producciones audiovisuales.
Mostrar la obra públicamente, en el caso de obras literarias,
musicales, dramáticas coreográficas, pantomimas, obras
pictóricas, gráficas y esculturales, incluyendo imágenes
individuales de películas u otras producciones audiovisuales.
En el caso de grabaciones sonoras, interpretar la obra
públicamente a través de la transmisión audio digital.
La protección del derecho de autor existe desde que la obra es creada
de una forma fijada. El derecho de autor sobre una obra creada se
convierte inmediatamente en propiedad del autor que creó dicha obra.
Solo el autor o aquellos cuyos derechos derivan del autor pueden
reclamar propiedad. Los autores de una obra colectiva son co-dueños
del derecho de autor de dicha obra a menos que haya un acuerdo que
indique lo contrario. El derecho de autor de cada contribución
individual de una publicación periódica o en serie, o cualquier otra obra
colectiva, existen a parte del derecho de autor de una obra colectiva
en su totalidad y están conferidos inicialmente al autor de cada
contribución. La mera posesión de un libro, manuscrito, pintura o
cualquier otra copia o fonograma le otorga al dueño el derecho de
autor.Los menores de edad pueden reclamar derecho de autor, pero
las leyes específicas pueden reglamentar cualquier transacción
relacionada con este tema donde ellos sean parte.
CLASES DE DERECHOS DEL AUTOR
Dentro de la tradición jurídica del Derecho continental, Derecho
internacional, y Derecho mercantil, se suelen distinguir los siguientes
tipos de derechos de autor:
Derechos patrimoniales: son aquellos que permiten de manera
exclusiva la explotación de la obra hasta un plazo contado a
partir de la muerte del último de los autores, posteriormente
pasan a formar parte del dominio público pudiendo cualquier
persona explotar la obra.
Derechos morales: son aquellos ligados al autor de manera
permanente y son irrenunciables e imprescriptibles.
Derechos conexos: son aquellos que protegen a personas
distintas al autor, como pueden ser los artistas, intérpretes,
traductores, editores, productores, etc.
Derechos de reproducción: es un fundamento legal que permite
al autor de la obra impedir a terceros efectuar copias o
reproducciones de sus obras.
Derecho de comunicación pública: derecho en virtud del cual el
autor o cualquier otro titular de los derechos puede autorizar una
representación o ejecución viva o en directo de su obra, como la
representación de una pieza teatral o la ejecución de una
sinfonía por una orquesta en una sala de concierto. Cuando los
fonogramas se difunden por medio de un equipo amplificador en
un lugar público, como una discoteca, un avión o un centro
comercial, también están sujetos a este derecho.
Derechos de traducción: para reproducir y publicar una obra
traducida se debe solicitar un permiso del titular de la obra en el
idioma original.
OBRAS PROTEGIDAS
Las obras protegidas por el derecho de autor son muy variadas. En
términos generales, cualquier creación original artística, literaria o
científica expresada por cualquier medio o soporte, tangible o
intangible, actualmente conocido o que se invente en el futuro, tal y
como establece el artículo 10 de nuestra Ley de propiedad intelectual.
Esta declaración genérica es completada por una lista de obras
protegidas, que aun siendo bastante completa, tiene carácter
meramente ilustrativo, es decir, estará protegida también cualquier
otra obra, aunque no esté en esta lista, si se trata de una creación
original artística, literaria o científica:
a. Los libros, folletos, impresos, epistolarios, escritos, discursos y
alocuciones, conferencias, informes forenses, explicaciones de
cátedra y cualesquiera otras obras de la misma naturaleza.
b. Las composiciones musicales, con o sin letra.
c. Las obras dramáticas y dramático-musicales, las coreografías,
las pantomimas y, en general, las obras teatrales.
d. Las obras cinematográficas y cualesquiera otras obras
audiovisuales.
e. Las esculturas y las obras de pintura, dibujo, grabado, litografía y
las historietas gráficas, tebeos o comics, así como sus ensayos o
bocetos y las demás obras plásticas, sean o no aplicadas.
f. Los proyectos, planos, maquetas y diseños de obras
arquitectónicas y de ingeniería.
g. Los gráficos, mapas y diseños relativos a la topografía, la
geografía y, en general, a la ciencia.
h. Las obras fotográficas y las expresadas por procedimiento
análogo a la fotografía.
i. Los programas de ordenador.
Por otra parte, el título de una obra, cuando sea original, quedará
protegido como parte de ella.
Además de las obras originales en sentido estricto, las leyes de
derecho de autor protegen las denominadas obras derivadas, es decir,
aquéllas que son el resultado de la transformación de otras obras
preexistentes. Los ejemplos más habituales son las traducciones y
adaptaciones; las revisiones, actualizaciones y anotaciones; los
compendios, resúmenes y extractos; y los arreglos musicales (artículo
11 de la LPI). La razón de su protección es muy simple: su elaboración
exige esfuerzo creador. Muy similar es el caso de las colecciones y las
bases de datos, también el resultado del uso de obras preexistentes.
Así, el artículo 12 de la LPI protege las colecciones de obras ajenas,
de datos o de otros elementos independientes como las antologías y
las bases de datos que por la selección o disposición de sus
contenidos constituyan creaciones intelectuales, sin perjuicio, en su
caso, de los derechos que pudieran subsistir sobre dichos contenidos.
Esta protección se refiere únicamente a su estructura en cuanto forma
de expresión de la selección o disposición de sus contenidos, no
siendo extensiva a éstos. En este caso, la originalidad, y por tanto la
razón de su protección, se encuentra en “la selección o disposición de
sus contenidos”. Por tanto, si no hay una mínima aportación creativa
en la selección o en la disposición de los componentes de la colección
o la base de datos, no tendrá derechos de autor. Finalmente, hay que
decir que hay una serie de obras que están excluidas de la protección
de los derechos de autor, en concreto, las disposiciones legales o
reglamentarias y sus correspondientes proyectos, las resoluciones de
los órganos jurisdiccionales y los actos, acuerdos, deliberaciones y
dictámenes de los organismos públicos, así como las traducciones
oficiales de todos los textos anteriores (artículo 13 LPI).
TITULAR DELOS DERECHOS
El titular de los derechos de una obra es, como regla general, la
persona que crea el trabajo, es decir, el autor. En la LPI (artículo 5) se
considera como autor “a la persona natural que crea alguna obra
literaria, artística o científica”. Aunque en principio sólo las personas
naturales o físicas pueden ser consideradas autores, la ley prevé
ciertos casos en los que también pueden beneficiarse de estos
derechos las personas jurídicas. A este respecto, ¿qué sucede con las
obras creadas por un autor asalariado? En este caso habrá que estar
a lo que determine el contrato entre empresario y autor asalariado, y, a
falta de dicho contrato, se presumirá que los derechos de explotación
han sido cedidos en exclusiva y con el alcance necesario para el
ejercicio de la actividad habitual del empresario en el momento de la
entrega de la obra realizada en virtud de dicha relación laboral
(artículo 51 LPI). Otro caso con cierta complejidad es el de las obras
en las que participa más de un autor. Se pueden distinguir tres
categorías: obras en colaboración, obras colectivas y obras
compuestas (artículos 7-9 LPI). Las primeras son aquellas que son el
resultado unitario de la colaboración de varios autores y los derechos
corresponden a todos ellos. Por su parte, la obra colectiva es aquella
creada por la iniciativa y bajo la coordinación de una persona natural o
jurídica que la edita y divulga bajo su nombre y está constituida por la
reunión de aportaciones de diferentes autores cuya contribución
personal se funde en una creación única y autónoma, para la cual
haya sido concebida sin que sea posible atribuir separadamente a
cualquiera de ellos un derecho sobre el conjunto de la obra realizada.
En este caso, salvo pacto en contrario, los derechos sobre la obra
colectiva corresponden a la persona que la edita y divulga bajo su
nombre. Por último, la obra compuesta es aquella obra nueva que
incorpora una obra preexistente sin la colaboración del autor de esta
última, sin perjuicio de los derechos que a éste correspondan y de su
necesaria autorización. En este caso, los derechos son
independientes. La condición de autor tiene un carácter irrenunciable,
no puede transmitirse inter vivos ni mortis causa, no se extingue con el
transcurso del tiempo así como tampoco entra en el dominio público ni
es susceptible de prescripción. Es decir, que aunque una obra entre a
formar parte del dominio público, el derecho moral de paternidad de la
misma permanece intacto.
CONTENIDO DEL DERECHO DEL AUTOR
El derecho de autor tiene una doble naturaleza, moral y patrimonial,
como deja claro el artículo 2 de la LPI, cuando establece que “la
propiedad intelectual está integrada por derechos de carácter personal
y patrimonial, que atribuyen al autor la plena disposición y el derecho
exclusivo a la explotación de la obra”. De ahí que los derechos que
componen el derecho de autor se puedan agrupar en dos grandes
categorías: derechos morales (paternidad, integridad, divulgación…) y
derechos patrimoniales (reproducción, distribución, comunicación
pública, transformación).
DERECHOS MORALES: Como ya mencionamos previamente, los
derechos morales tienen su origen en los países del sistema jurídico
latino-continental, por lo que disfrutan de una completa protección en
países como España o Francia, mientras que en los países
anglosajones se han reconocido muy recientemente (por ejemplo, en
1988 en el Reino Unido o Canadá) y gozan de una protección mucho
menor.
Según el artículo 14 de la LPI, corresponde al autor:
1. Decidir si su obra ha de ser divulgada y en qué forma.
2. Determinar si tal divulgación ha de hacerse con su nombre, bajo
seudónimo o signo, o de forma anónima.
3. Reconocimiento de su condición de autor de la obra.
4. Respeto a la integridad de la obra e impedir cualquier
deformación, modificación, alteración o atentado contra ella que
suponga perjuicio a sus legítimos intereses o menoscabo a su
reputación.
5. Modificar la obra respetando los derechos adquiridos por
terceros y las exigencias de protección de bienes de interés
cultural.
6. Retirar la obra del comercio, por cambio de sus convicciones
intelectuales o morales, previa indemnización de daños y
perjuicios a los titulares de derechos de explotación. Una vez
retirada, puede revocarse ofreciendo preferentemente los
derechos de autor al anterior titular en condiciones similares a
las originarias.
7. Acceder al ejemplar único o raro de la obra, cuando se halle en
poder de otro, a fin de ejercitar el derecho de divulgación o
cualquier otro que le corresponda. De forma que cause las
mínimas incomodidades al que posea la obra legítimamente, al
que se indemnizará, en su caso, por los daños y perjuicios que
se le irroguen.
De estos siete derechos morales, hay dos que son especialmente
importantes, el tercero (derecho de paternidad) y el cuarto (derecho de
integridad), ya que son los únicos incluidos en el Convenio de Berna
(OMPI, 1971) y, por tanto, los únicos que es obligatorio incluir en las
distintas legislaciones nacionales. En el caso de la ley española, como
en general en los países latino-continentales, estos derechos son
inalienables (no se pueden transmitir por actos inter vivos) e
irrenunciables. Sin embargo, en los países anglosajones es posible
renunciar a ellos. Por lo que se refiere a su duración, los de paternidad
e integridad son perpetuos en la legislación española, pero son de
duración limitada (70 tras el fallecimiento del autor) en países como el
Reino Unido, Canadá o Australia.
DERECHOS PATRIMONIALES: Al contrario que los morales, estos
derechos pueden cederse casi con toda libertad tanto por actos inter
vivos como mortis causa, y son los siguientes:
Reproducción (artículo 18 LPI): Fijación directa o indirecta,
provisional o duradera, por cualquier medio y forma de toda la
obra o parte de ella, de manera que permita su comunicación o
la obtención de copias.
Distribución (art.19 LPI). : Puesta a disposición del público del
original o de las copias de la obra, en un soporte tangible,
mediante su venta, alquiler, préstamo o de cualquier otra forma.
Comunicación Pública (art.20 LPI). Todo acto por el cual una
pluralidad de personas pueda tener acceso a la obra sin previa
distribución de ejemplares a cada una de ellas. No se
considerará pública la comunicación cuando se celebre dentro
de un ámbito estrictamente doméstico que no esté integrado o
conectado a una red de difusión de cualquier tipo. Entre los
actos de comunicación pública más habituales tenemos la
exposición pública de obras de arte o sus reproducciones, la
proyección de obras audiovisuales, la transmisión de obras por
radiodifusión, por vía satélite, por hilo, cable, fibra óptica u otro
procedimiento análogo, o, especialmente relevante ahora, la
puesta a disposición del público de obras, por procedimientos
alámbricos o inalámbricos, de tal forma que cualquier persona
pueda acceder a ellas desde el lugar y en el momento que elija.
Transformación: Comprende su traducción, adaptación y
cualquier modificación en su forma de la que resulte una obra
diferente (art.21).
Colecciones escogidas u obras completas: Publicación por parte
del autor de sus obras reunidas en colección escogida o
completa, sin que haya impedimento por la cesión de los
derechos de explotación (art.22).
Además, hay otros derechos que también tienen consecuencias
patrimoniales:
*Derecho de participación: Derecho de los autores de obras plásticas a
recibir un porcentaje de la reventa de sus obras (art. 24).
*Compensación equitativa por copia privada (art. 25 LPI):
Compensación por la copia privada mediante una serie de cantidades
que gravan los equipos, aparatos y soportes materiales idóneos para
la reproducción. En un primer momento se refería sólo a los aparatos y
soportes digitales (fotocopiadoras, videos, etc.) y, a partir de la reforma
de 2006, también incluye los digitales, de ahí que sea conocido ahora
como “canon digital”. Una característica muy reseñable de este
derecho es su carácter irrenunciable.
LIMITACIONES Y EXCEPCIONES
Como cualquier otro derecho, los derechos de autor no son ilimitados,
al contrario, están sujetos a una serie de limitaciones y excepciones
cuyo objetivo básico es lograr el equilibrio necesario entre los
intereses de todas las partes implicadas: autores, explotadores de las
obras (productores, editores, etc.) y ciudadanos. Las limitaciones y
excepciones a los derechos pueden agruparse en cuatro grandes
categorías de acuerdo con la razón que las justifica (Guabul, 2002): 1)
La defensa de derechos fundamentales; 2) la salvaguarda de la
competencia; 3) el interés público; 4) las imperfecciones del mercado.
Para nuestro trabajo, la primera y la tercera categoría son las más
importantes. Respecto a la defensa de los derechos fundamentales, la
libertad de expresión y el derecho a la información son, entre otros, el
origen del derecho a citar obras, a reproducir informes en los medios
de comunicación, noticias y artículos, del derecho a reproducir o poner
a disposición del público los discursos políticos, o del derecho a
reproducir obras con el objetivo de parodiarlas. Mientras que el
derecho a la intimidad es la base de la copia privada: el derecho de
autor no debería entrar en la esfera privada del individuo (Visser,
1996). En relación al interés público, son habituales las excepciones y
limitaciones que conceden ciertos privilegios a instituciones
educativas, lo que les autoriza a reproducir partes de obras o
comunicarlas, siempre que sea en actividades educativas sin ánimo de
lucro, por existir un interés social. También están las limitaciones y
excepciones que afectan a las bibliotecas e instituciones similares,
permiten por ejemplo facilitar a los usuarios copias de artículos, copiar
una obra completa por motivos de preservación, etc. (Fernández-
Molina & Guimarães, 2007). Al igual que el resto de legislaciones
nacionales, la ley española incluye una serie de limitaciones y
excepciones, en concreto en los artículos 31 a 40 de la LPI. Entre ellas
destacan, para nuestros intereses: reproducciones provisionales y
copia privada (art. 31), cita e ilustración de la enseñanza (art. 32),
reproducción, préstamo y consulta de obras mediante terminales
especializados en determinados establecimientos (art. 37), donde se
tratan las peculiaridades que afectan a bibliotecas e instituciones de
carácter cultural y científico. El último artículo de esta parte de la LPI,
el 40bis, recoge el denominado “test de los tres pasos” (o de las tres
etapas o fases), que supone que, para ser válida, cualquiera de las
excepciones o limitaciones incluidas en la ley debe superar dicho test.
Su origen se encuentra en los trabajos preparatorios del Acta de
Estocolmo de 1967 del Convenio de Berna (que más tarde recogería
en su artículo 9.2), y posteriormente fue reconocido por otros acuerdos
internacionales, entre los que destaca el Acuerdo ADPIC de la
Organización Mundial del Comercio (OMC, 1995) y en el Tratado de
Derecho de Autor de la OMPI (1996). Como señala Endosan (2005),
puede verse como un criterio que trata de “uniformar” a nivel
internacional las excepciones al derecho de autor o como un método
para interpretar las limitaciones ya existentes en las legislaciones de
cada nación firmante. Estos tres pasos o condiciones, que tienen
carácter acumulativo, y que autorizan el aprovechamiento de las
limitaciones y excepciones son: a) en determinados casos especiales;
b) que no atenten contra la normal explotación de la obra; c) ni causen
un perjuicio injustificado a los intereses legítimos del autor. En el caso
del artículo 40bis de la ley española, sólo se mencionan la segunda y
tercera de las condiciones, pero la primera se considera implícita.
Conviene en este punto volver al recién mencionado Tratado de
Derecho de Autor de la OMPI (Organización Mundial de la Propiedad
Intelectual) de 1996, ya que se elaboró y aprobó con la intención de
ser el punto de partida de las reformas de las leyes nacionales de
derechos de autor para adecuarlas al entorno digital. En concreto, su
artículo 10 es el dedicado a las limitaciones y excepciones,
estableciendo que los países firmantes pueden incluir en sus
legislaciones nacionales excepciones a los derechos “en ciertos casos
especiales que no atenten a la explotación normal de la obra ni causen
perjuicio injustificado a los intereses legítimos del autor”, es decir, el
test de los tres pasos. Su interpretación no está exenta de polémica.
Así, no está claro cuáles son esos “casos especiales”. El término
“especiales”, parece ser sinónimo de excepcional, que requiere algo
más, debiendo además de entenderse en el contexto de atentar contra
la normal explotación de la obra o cause un perjuicio injustificado,
tratando así de referirse a una excepción claramente definida y
delimitada. Respecto a “que no atenten contra la norma explotación
normal de la obra” el Grupo Especial de la OMC considera que: “Si las
utilizaciones, que en principio están comprendidas en ese derecho
pero se hallan exentas en virtud de la excepción o a la limitación,
entran en competencia económica con las formas en que los titulares
de derechos consiguen normalmente un valor económico de su
derecho de la obra (es decir, el derecho de autor) y por lo tanto los
priva de percibir utilidades comerciales importantes o apreciables”. Por
último, el tercer paso, “ni causen perjuicio injustificado a los intereses
legítimos del autor”, va encaminado a permitir excepciones que
puedan ocasionar un perjuicio significativo a los intereses legítimos del
autor, siempre que la excepción compense de otro modo la primera y
segunda condición estipuladas en el art. 9.2 y sea proporcionada o se
halle dentro de los límites de lo razonable, o lo que es lo mismo, que
no sea injustificada (Ricketson, 2003). Tanto o más importante que el
texto del artículo 10 es su “Declaración Concertada”, que lo
complementa y ayuda a su interpretación. En concreto, establece que
los países firmantes, en sus legislaciones nacionales, pueden “aplicar
y ampliar debidamente las limitaciones y excepciones al entorno
digital”. Y todavía más importante, pueden establecer “nuevas
excepciones y limitaciones que resulten adecuadas al entorno de red
digital”. En definitiva, el Tratado de la OMPI de 1996 no supone una
disminución o restricción de las limitaciones y excepciones sino que
simplemente es una adaptación a la nueva situación y el entorno
digital (Fernández-Molina & Guimarães, 2007).
LA COPIA PRIVADA:Como ejemplo de cómo funciona estas
limitaciones y excepciones a los derechos de autor, vamos a analizar
con cierto detalle la más ampliamente usada, y sin duda la más
polémica por su importante repercusión económica para los titulares
de los derechos y para el uso de las obras por parte del público, la
denominada “copia privada”. Tanto su reconocimiento como el sistema
de compensación equitativa que lleva unida fueron introducidos en la
LPI de 1987, concretamente en los artículos 31 y 25, donde sigue tras
la reforma de 2006 (Martín Salamanca, 2007b). La redacción del
artículo 31, en su apartado 2 es la siguiente:
El art. 31 LPI, está basado en las excepciones contempladas en el art.
5.2.b de la DDASI, donde se recogían las condiciones para que los
estados miembros emplearan en sus legislaciones nacionales, si
consideraban oportuno, permitir el uso privado, siempre y cuando se
equilibrara con una compensación adecuada. Por su parte en la
legislación española, establece de la siguiente manera las
circunstancias necesarias para ejercer la mencionada copia: “ No
necesita autorización del autor la reproducción, en cualquier soporte,
de obras ya divulgadas cuando se lleve a cabo por una persona física
para su uso privado a partir de obras a las que haya accedido
legalmente y la copia obtenida no sea objeto de una utilización
colectiva ni lucrativa, sin perjuicio de la compensación equitativa
prevista en el artículo 25, que deberá tener en cuenta si se aplican a
tales obras las medidas a las que se refiere el artículo 161. Quedan
excluidas de lo dispuesto en este apartado las bases de datos
electrónicas y, en aplicación del artículo 99.a, los programas de
ordenador.”Por tanto, se puede realizar una copia privada de una obra
en cualquier soporte, tanto electrónico como tradicional (CD, papel,
etc.), siempre que se cumplan las siguientes condiciones:
Obras ya divulgadas
Realizada por una persona física
Para su uso privado
Obra a la que se ha accedido legalmente
Sin fines de lucro
Siempre que no sean bases de datos ni programas de ordenador
Todo ello sin perjuicio de la compensación que generan estas copias
privadas, que está recogida en el artículo 25 LPI (Compensación
equitativa por copia privada, también conocida como “canon digital”).
Su justificación es la idea de que las cantidades percibidas por los
acreedores se dirigen sólo a sustituir los ingresos dejados de percibir
por la realización de copias privadas (Bercovitz et al., 2006) La
doctrina de apoyo a esta excepción se basa en cuatro pilares
fundamentales (Garrote, 2007):
1. Los titulares no puede licenciar cada una de las copias
realizadas por todos los usuarios de las obras, pues los costes
transaccionales son muy altos. Por tanto, aunque tienen el
derecho exclusivo es imposible su gestión práctica.
2. Incluso si los titulares tuvieran medios para negociar licencias
con cada usuario individual, sería imposible verificar si los
contratos se cumplen. La causa es el respeto al derecho a la
intimidad e inviolabilidad del domicilio y a que los medios
policiales y judiciales que se necesitarían serían enormes. Por
tanto, se decide “legalizar” una situación que de todas formas se
daría, compensando indirectamente a los afectados.
3. La copia privada supone un daño en los ingresos que hay que
compensar, pero esta merma no afecta a la explotación normal
de la obra, pues en caso contrario no pasaría el test de los tres
pasos.
4. La copia privada supone un beneficio para la comunidad que
acerca la cultura al ciudadano. Esto sería un reflejo del principio
de protección de los autores y su justa remuneración, por un
lado, y la protección del interés público, por el otro.
DURACION DE LOS DERECHOS PATRIMONIALES: Los derechos
patrimoniales del autor no permanecen eternamente, sino que la ley
estipula su período de duración. El plazo general de los derechos de
explotación de la obra comienza cuando el trabajo ha sido plasmado
en un soporte tangible, continúa durante la vida del autor y en el caso
de la legislación española, con carácter general, durante setenta años
después de su fallecimiento. No obstante, en el texto refundido de la
LPI de 1987 se introdujo una disposición transitoria, la cuarta
concretamente, que establecía que los derechos patrimoniales de las
obras creadas por autores fallecidos antes del 7 diciembre de 1987
tendrán la duración prevista en la Ley de 10 de enero de 1879 sobre
Propiedad Intelectual, es decir, 80 años. En definitiva, aunque el plazo
establecido en la ley actual es de 70 años, buena parte de las obras
tienen en realidad una protección de 80 años tras la muerte del autor.
Esta es la regla general, pero también hay algunas especiales. Por
ejemplo, si se trata de obras anónimas o seudónimas, el plazo es de
70 años desde la divulgación de la obra. Igual sucede con las obras
colectivas: los 70 años se cuentan desde la divulgación lícita de la
obra. Si son obras publicadas por partes, fascículos, volúmenes o
entregas, dicho plazo se computa por separado para cada elemento.
Finalmente, hay que aclarar que estos plazos de protección no
computan desde el día concreto en que se produce el fallecimiento o
la divulgación de la obra: el cómputo comienza desde el 1 de enero del
año siguiente al fallecimiento o divulgación, según proceda. Una vez
que se han cumplidos estos plazos, la obra pasa a ser de dominio
público.
TRANSMISION DE LOS DERECHOS
Al contrario que los derechos morales, los derechos patrimoniales,
pueden transmitirse a terceros con casi total libertad, pero queda
limitada al derecho o derechos cedidos, a las modalidades de
explotación expresamente previstas y al tiempo y ámbito territorial que
se determinen .Si no se expresan de forma concreta las modalidades
de explotación de la obra, la cesión quedará limitada a la que se
deduzca del propio contrato y sea indispensable para alcanzar su
finalidad Además, la transmisión no alcanza a las modalidades de
utilización o medios de difusión inexistentes o desconocidos al tiempo
de la cesión. Por otro lado, si no menciona el tiempo, se limita cinco
años. Finalmente, si no hace referencia al ámbito territorial se supone
que se circunscribe al país en el que se realiza la transmisión.
En cualquier caso, la transmisión de los derechos de autor debe
formalizarse por escrito.
REQUISITOS FORMALES
Aunque la mayoría de las personas creen que para tener los derechos
de una obra es necesario cumplir algún tipo de requisito formal, ya sea
la inscripción en un registro, el depósito legal o poner el símbolo del
copyright, lo cierto es que tales derechos corresponden al autor por el
solo hecho de su creación.No obstante, hay una serie de formalidades
que son de utilidad y que pueden ser recomendables en determinadas
situaciones. Los ejemplos más claros son la inscripción en el Registro
General de la Propiedad Intelectual.El Registro General de la
Propiedad Intelectual permite la presentación in situ o vía telemática,
mediante firma electrónica, de las solicitudes de inscripción de
creaciones originales literarias, artísticas o científicas. Este registro es
un medio de protección de los derechos, ya que constituye una prueba
cualificada, pero, como ya se ha comentado, no es obligatorio para
adquirir los derechos ni obtener la protección que otorga la LPI
IMAGEN
CONCLUSION
Este trabajo lo realice con el fin de enriquecer mis conocimientos
acerca de los derechos del autor y aquí pude aprender y darme cuenta
que para realizar un escrito hay que tener en cuenta muchas pautas.

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  • 1. TRABAJO DE INFORMATICA PRESENTADO POR: LILIANY JARABA NAVARRO PRESENTADO A: NINFA ASTRID SOLANO GRADO: 10°B TEMA: DERECHOS DEL AUTOR COLEGIO EMILIO SOTOMAYOR 2013 (BARRANQUILLA-ATLANTICO)
  • 2. INTRODUCCION Este trabajo lo realizare con el fin de conocer los derechos de un autor y profundizar mis conocimientos sobre este tema. También hablara sobre la historia, los símbolos, los campos de aplicación etc. todo esto lo encontraras a continuación en el siguiente trabajo.
  • 3. DERECHOS DEL AUTOR El derecho de autor es un conjunto de normas jurídicas y principios que regulan los derechos morales y patrimoniales que la ley concede a los autores (los derechos de autor), por el solo hecho de la creación de una obra literaria, artística, musical, científica o didáctica, esté publicada o inédita. Está reconocido como uno de los derechos humanos fundamentales en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.1 En el derecho anglosajón se utiliza la noción de copyright (traducido literalmente como "derecho de copia") que por lo general comprende la parte patrimonial de los derechos de autor (derechos patrimoniales). Una obra pasa al dominio público cuando los derechos patrimoniales han expirado. Esto sucede habitualmente trascurrido un plazo desde la muerte del autor (post mortem auctoris). El plazo mínimo, a nivel mundial, es de 50 años y está establecido en el Convenio de Berna. Muchos países han extendido ese plazo ampliamente. Por ejemplo, en el Derecho europeo, son 70 años desde la muerte del autor. Una vez pasado ese tiempo, dicha obra entonces puede ser utilizada en forma libre, respetando los derechos morales.
  • 4. SIMBOLOS En la legislación española el Real Decreto Legislativo 1/1996, de 12 de abril, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de la Propiedad Intelectual, regula en su art. 141 los símbolos o indicaciones de reserva de derechos: El titular o cesionario en exclusiva de un derecho de explotación sobre una obra o producción protegidas por esta Ley podrá anteponer a su nombre el símbolo © con precisión del lugar y año de la divulgación de aquéllas. También se establece que en las copias de fonogramas o las envolturas de los mismos se podrán anteponer al nombre del productor o de su cesionario, el símbolo (p), indicando el año de la publicación. Estos símbolos y referencias deberán hacerse constar de modo que se muestren claramente que los derechos de explotación están reservados El símbolo ℗ representa la reserva de los derechos de autor sobre una grabación; y es la abreviatura de la palabra “fonógrafo”; phonograph en inglés, o registro fonográfico. Este símbolo hace referencia al fonograma (máster de audio) no a la obra musical en sí grabada; es muy común verlo impreso en las contraportadas de los discos. Por otro lado, el símbolo © sí hace referencia al derecho de copia (copyright) que protege obras intelectuales, como canciones, libros, obras dramáticas, obras cinematográficas y audiovisuales; dibujos, pinturas; programas de ordenador, etc.
  • 5. CAMPOS DE APLICASION La protección del derecho de autor abarca únicamente la expresión de un contenido, pero no las ideas. Para su nacimiento no necesita de ninguna formalidad, es decir, no requiere de la inscripción en un registro o el depósito de copias, los derechos de autor nacen con la creación de la obra. Son objeto de protección las obras originales, del campo literario, artístico y científico, cualquiera que sea su forma de expresión, soporte o medio. Entre otras: Libros, folletos y otros escritos; Obras dramáticas o dramático-musicales; Obras coreográficas y las pantomimas; Composiciones musicales con o sin letra; Obras musicales y otras grabaciones sonoras; Obras cinematográficas y otras obras audiovisuales; Obras de dibujo, pintura, escultura, grabado, litografía; Historietas gráficas, tebeos o cómics, así como sus ensayos o bocetos; Obras fotográficas; Gráficos, mapas y diseños relativos a la geografía, a la topografía o a las ciencias; Los proyectos, planos, maquetas y diseños de obras arquitectónicas y de ingeniería. Programas informáticos. Entrevistas Sitios web Hay varias categorías de materiales que generalmente no son elegibles para la protección de derecho de autor. Éstas incluyen entre otras como estas:
  • 6. Trabajos que no han sido fijados en una forma de expresión tangible. Por ejemplo: obras coreográficas que no han sido escritas o grabadas, o discursos improvisados o presentaciones que no han sido escritas o grabadas. Títulos, nombres, frases cortas y lemas, símbolos o diseños familiares, meras variantes de decoración tipográfica, letras o colores; meras listas de ingredientes o contenidos. Ideas, procedimientos, métodos, sistemas, procesos, conceptos, principios, descubrimientos, aparatos, como diferenciaciones de una descripción, explicación o ilustración. Obras que consisten totalmente de información que es de conocimiento público y no representan un trabajo que tenga un autor original. (Por ejemplo: calendarios, tablas de peso y estatura, cintas métricas o reglas, y listas o tablas obtenidas de documentos públicos u otras fuentes de uso común). Las leyes, reglamentos y demás normas. Se pueden publicar pero no dan exclusividad: otros pueden también publicar ediciones de las leyes. En los casos de obras como concordancias, correlaciones, comentarios y estudios comparativos de las leyes, sí pueden ser protegidas en lo que tengan de trabajo original del autor.
  • 7. DERECHOS DE UN AUTOR El titular de los derechos de autor goza de derechos exclusivos respecto de: Reproducir la obra en copias o fonogramas. Preparar obras derivadas basadas en la obra. Distribuir copias o fonogramas de la obra al público vendiéndolas o haciendo otro tipo de transferencias de propiedad tales como alquilar, arrendar o prestar dichas copias. Presentar la obra públicamente, en el caso de obras literarias, musicales, dramáticas y coreográficas, pantomimas, películas y otras producciones audiovisuales. Mostrar la obra públicamente, en el caso de obras literarias, musicales, dramáticas coreográficas, pantomimas, obras pictóricas, gráficas y esculturales, incluyendo imágenes individuales de películas u otras producciones audiovisuales. En el caso de grabaciones sonoras, interpretar la obra públicamente a través de la transmisión audio digital. La protección del derecho de autor existe desde que la obra es creada de una forma fijada. El derecho de autor sobre una obra creada se convierte inmediatamente en propiedad del autor que creó dicha obra. Solo el autor o aquellos cuyos derechos derivan del autor pueden reclamar propiedad. Los autores de una obra colectiva son co-dueños del derecho de autor de dicha obra a menos que haya un acuerdo que indique lo contrario. El derecho de autor de cada contribución individual de una publicación periódica o en serie, o cualquier otra obra colectiva, existen a parte del derecho de autor de una obra colectiva en su totalidad y están conferidos inicialmente al autor de cada contribución. La mera posesión de un libro, manuscrito, pintura o cualquier otra copia o fonograma le otorga al dueño el derecho de autor.Los menores de edad pueden reclamar derecho de autor, pero las leyes específicas pueden reglamentar cualquier transacción relacionada con este tema donde ellos sean parte.
  • 8. CLASES DE DERECHOS DEL AUTOR Dentro de la tradición jurídica del Derecho continental, Derecho internacional, y Derecho mercantil, se suelen distinguir los siguientes tipos de derechos de autor: Derechos patrimoniales: son aquellos que permiten de manera exclusiva la explotación de la obra hasta un plazo contado a partir de la muerte del último de los autores, posteriormente pasan a formar parte del dominio público pudiendo cualquier persona explotar la obra. Derechos morales: son aquellos ligados al autor de manera permanente y son irrenunciables e imprescriptibles. Derechos conexos: son aquellos que protegen a personas distintas al autor, como pueden ser los artistas, intérpretes, traductores, editores, productores, etc. Derechos de reproducción: es un fundamento legal que permite al autor de la obra impedir a terceros efectuar copias o reproducciones de sus obras. Derecho de comunicación pública: derecho en virtud del cual el autor o cualquier otro titular de los derechos puede autorizar una representación o ejecución viva o en directo de su obra, como la representación de una pieza teatral o la ejecución de una sinfonía por una orquesta en una sala de concierto. Cuando los fonogramas se difunden por medio de un equipo amplificador en un lugar público, como una discoteca, un avión o un centro comercial, también están sujetos a este derecho. Derechos de traducción: para reproducir y publicar una obra traducida se debe solicitar un permiso del titular de la obra en el idioma original.
  • 9. OBRAS PROTEGIDAS Las obras protegidas por el derecho de autor son muy variadas. En términos generales, cualquier creación original artística, literaria o científica expresada por cualquier medio o soporte, tangible o intangible, actualmente conocido o que se invente en el futuro, tal y como establece el artículo 10 de nuestra Ley de propiedad intelectual. Esta declaración genérica es completada por una lista de obras protegidas, que aun siendo bastante completa, tiene carácter meramente ilustrativo, es decir, estará protegida también cualquier otra obra, aunque no esté en esta lista, si se trata de una creación original artística, literaria o científica: a. Los libros, folletos, impresos, epistolarios, escritos, discursos y alocuciones, conferencias, informes forenses, explicaciones de cátedra y cualesquiera otras obras de la misma naturaleza. b. Las composiciones musicales, con o sin letra. c. Las obras dramáticas y dramático-musicales, las coreografías, las pantomimas y, en general, las obras teatrales. d. Las obras cinematográficas y cualesquiera otras obras audiovisuales. e. Las esculturas y las obras de pintura, dibujo, grabado, litografía y las historietas gráficas, tebeos o comics, así como sus ensayos o bocetos y las demás obras plásticas, sean o no aplicadas. f. Los proyectos, planos, maquetas y diseños de obras arquitectónicas y de ingeniería. g. Los gráficos, mapas y diseños relativos a la topografía, la geografía y, en general, a la ciencia. h. Las obras fotográficas y las expresadas por procedimiento análogo a la fotografía. i. Los programas de ordenador. Por otra parte, el título de una obra, cuando sea original, quedará protegido como parte de ella.
  • 10. Además de las obras originales en sentido estricto, las leyes de derecho de autor protegen las denominadas obras derivadas, es decir, aquéllas que son el resultado de la transformación de otras obras preexistentes. Los ejemplos más habituales son las traducciones y adaptaciones; las revisiones, actualizaciones y anotaciones; los compendios, resúmenes y extractos; y los arreglos musicales (artículo 11 de la LPI). La razón de su protección es muy simple: su elaboración exige esfuerzo creador. Muy similar es el caso de las colecciones y las bases de datos, también el resultado del uso de obras preexistentes. Así, el artículo 12 de la LPI protege las colecciones de obras ajenas, de datos o de otros elementos independientes como las antologías y las bases de datos que por la selección o disposición de sus contenidos constituyan creaciones intelectuales, sin perjuicio, en su caso, de los derechos que pudieran subsistir sobre dichos contenidos. Esta protección se refiere únicamente a su estructura en cuanto forma de expresión de la selección o disposición de sus contenidos, no siendo extensiva a éstos. En este caso, la originalidad, y por tanto la razón de su protección, se encuentra en “la selección o disposición de sus contenidos”. Por tanto, si no hay una mínima aportación creativa en la selección o en la disposición de los componentes de la colección o la base de datos, no tendrá derechos de autor. Finalmente, hay que decir que hay una serie de obras que están excluidas de la protección de los derechos de autor, en concreto, las disposiciones legales o reglamentarias y sus correspondientes proyectos, las resoluciones de los órganos jurisdiccionales y los actos, acuerdos, deliberaciones y dictámenes de los organismos públicos, así como las traducciones oficiales de todos los textos anteriores (artículo 13 LPI).
  • 11. TITULAR DELOS DERECHOS El titular de los derechos de una obra es, como regla general, la persona que crea el trabajo, es decir, el autor. En la LPI (artículo 5) se considera como autor “a la persona natural que crea alguna obra literaria, artística o científica”. Aunque en principio sólo las personas naturales o físicas pueden ser consideradas autores, la ley prevé ciertos casos en los que también pueden beneficiarse de estos derechos las personas jurídicas. A este respecto, ¿qué sucede con las obras creadas por un autor asalariado? En este caso habrá que estar a lo que determine el contrato entre empresario y autor asalariado, y, a falta de dicho contrato, se presumirá que los derechos de explotación han sido cedidos en exclusiva y con el alcance necesario para el ejercicio de la actividad habitual del empresario en el momento de la entrega de la obra realizada en virtud de dicha relación laboral (artículo 51 LPI). Otro caso con cierta complejidad es el de las obras en las que participa más de un autor. Se pueden distinguir tres categorías: obras en colaboración, obras colectivas y obras compuestas (artículos 7-9 LPI). Las primeras son aquellas que son el resultado unitario de la colaboración de varios autores y los derechos corresponden a todos ellos. Por su parte, la obra colectiva es aquella creada por la iniciativa y bajo la coordinación de una persona natural o jurídica que la edita y divulga bajo su nombre y está constituida por la reunión de aportaciones de diferentes autores cuya contribución personal se funde en una creación única y autónoma, para la cual haya sido concebida sin que sea posible atribuir separadamente a cualquiera de ellos un derecho sobre el conjunto de la obra realizada. En este caso, salvo pacto en contrario, los derechos sobre la obra colectiva corresponden a la persona que la edita y divulga bajo su nombre. Por último, la obra compuesta es aquella obra nueva que incorpora una obra preexistente sin la colaboración del autor de esta última, sin perjuicio de los derechos que a éste correspondan y de su necesaria autorización. En este caso, los derechos son independientes. La condición de autor tiene un carácter irrenunciable, no puede transmitirse inter vivos ni mortis causa, no se extingue con el
  • 12. transcurso del tiempo así como tampoco entra en el dominio público ni es susceptible de prescripción. Es decir, que aunque una obra entre a formar parte del dominio público, el derecho moral de paternidad de la misma permanece intacto.
  • 13. CONTENIDO DEL DERECHO DEL AUTOR El derecho de autor tiene una doble naturaleza, moral y patrimonial, como deja claro el artículo 2 de la LPI, cuando establece que “la propiedad intelectual está integrada por derechos de carácter personal y patrimonial, que atribuyen al autor la plena disposición y el derecho exclusivo a la explotación de la obra”. De ahí que los derechos que componen el derecho de autor se puedan agrupar en dos grandes categorías: derechos morales (paternidad, integridad, divulgación…) y derechos patrimoniales (reproducción, distribución, comunicación pública, transformación). DERECHOS MORALES: Como ya mencionamos previamente, los derechos morales tienen su origen en los países del sistema jurídico latino-continental, por lo que disfrutan de una completa protección en países como España o Francia, mientras que en los países anglosajones se han reconocido muy recientemente (por ejemplo, en 1988 en el Reino Unido o Canadá) y gozan de una protección mucho menor. Según el artículo 14 de la LPI, corresponde al autor: 1. Decidir si su obra ha de ser divulgada y en qué forma. 2. Determinar si tal divulgación ha de hacerse con su nombre, bajo seudónimo o signo, o de forma anónima. 3. Reconocimiento de su condición de autor de la obra. 4. Respeto a la integridad de la obra e impedir cualquier deformación, modificación, alteración o atentado contra ella que suponga perjuicio a sus legítimos intereses o menoscabo a su reputación. 5. Modificar la obra respetando los derechos adquiridos por terceros y las exigencias de protección de bienes de interés cultural. 6. Retirar la obra del comercio, por cambio de sus convicciones intelectuales o morales, previa indemnización de daños y perjuicios a los titulares de derechos de explotación. Una vez
  • 14. retirada, puede revocarse ofreciendo preferentemente los derechos de autor al anterior titular en condiciones similares a las originarias. 7. Acceder al ejemplar único o raro de la obra, cuando se halle en poder de otro, a fin de ejercitar el derecho de divulgación o cualquier otro que le corresponda. De forma que cause las mínimas incomodidades al que posea la obra legítimamente, al que se indemnizará, en su caso, por los daños y perjuicios que se le irroguen. De estos siete derechos morales, hay dos que son especialmente importantes, el tercero (derecho de paternidad) y el cuarto (derecho de integridad), ya que son los únicos incluidos en el Convenio de Berna (OMPI, 1971) y, por tanto, los únicos que es obligatorio incluir en las distintas legislaciones nacionales. En el caso de la ley española, como en general en los países latino-continentales, estos derechos son inalienables (no se pueden transmitir por actos inter vivos) e irrenunciables. Sin embargo, en los países anglosajones es posible renunciar a ellos. Por lo que se refiere a su duración, los de paternidad e integridad son perpetuos en la legislación española, pero son de duración limitada (70 tras el fallecimiento del autor) en países como el Reino Unido, Canadá o Australia. DERECHOS PATRIMONIALES: Al contrario que los morales, estos derechos pueden cederse casi con toda libertad tanto por actos inter vivos como mortis causa, y son los siguientes: Reproducción (artículo 18 LPI): Fijación directa o indirecta, provisional o duradera, por cualquier medio y forma de toda la obra o parte de ella, de manera que permita su comunicación o la obtención de copias. Distribución (art.19 LPI). : Puesta a disposición del público del original o de las copias de la obra, en un soporte tangible, mediante su venta, alquiler, préstamo o de cualquier otra forma.
  • 15. Comunicación Pública (art.20 LPI). Todo acto por el cual una pluralidad de personas pueda tener acceso a la obra sin previa distribución de ejemplares a cada una de ellas. No se considerará pública la comunicación cuando se celebre dentro de un ámbito estrictamente doméstico que no esté integrado o conectado a una red de difusión de cualquier tipo. Entre los actos de comunicación pública más habituales tenemos la exposición pública de obras de arte o sus reproducciones, la proyección de obras audiovisuales, la transmisión de obras por radiodifusión, por vía satélite, por hilo, cable, fibra óptica u otro procedimiento análogo, o, especialmente relevante ahora, la puesta a disposición del público de obras, por procedimientos alámbricos o inalámbricos, de tal forma que cualquier persona pueda acceder a ellas desde el lugar y en el momento que elija. Transformación: Comprende su traducción, adaptación y cualquier modificación en su forma de la que resulte una obra diferente (art.21). Colecciones escogidas u obras completas: Publicación por parte del autor de sus obras reunidas en colección escogida o completa, sin que haya impedimento por la cesión de los derechos de explotación (art.22). Además, hay otros derechos que también tienen consecuencias patrimoniales: *Derecho de participación: Derecho de los autores de obras plásticas a recibir un porcentaje de la reventa de sus obras (art. 24). *Compensación equitativa por copia privada (art. 25 LPI): Compensación por la copia privada mediante una serie de cantidades que gravan los equipos, aparatos y soportes materiales idóneos para la reproducción. En un primer momento se refería sólo a los aparatos y soportes digitales (fotocopiadoras, videos, etc.) y, a partir de la reforma de 2006, también incluye los digitales, de ahí que sea conocido ahora como “canon digital”. Una característica muy reseñable de este derecho es su carácter irrenunciable.
  • 17. Como cualquier otro derecho, los derechos de autor no son ilimitados, al contrario, están sujetos a una serie de limitaciones y excepciones cuyo objetivo básico es lograr el equilibrio necesario entre los intereses de todas las partes implicadas: autores, explotadores de las obras (productores, editores, etc.) y ciudadanos. Las limitaciones y excepciones a los derechos pueden agruparse en cuatro grandes categorías de acuerdo con la razón que las justifica (Guabul, 2002): 1) La defensa de derechos fundamentales; 2) la salvaguarda de la competencia; 3) el interés público; 4) las imperfecciones del mercado. Para nuestro trabajo, la primera y la tercera categoría son las más importantes. Respecto a la defensa de los derechos fundamentales, la libertad de expresión y el derecho a la información son, entre otros, el origen del derecho a citar obras, a reproducir informes en los medios de comunicación, noticias y artículos, del derecho a reproducir o poner a disposición del público los discursos políticos, o del derecho a reproducir obras con el objetivo de parodiarlas. Mientras que el derecho a la intimidad es la base de la copia privada: el derecho de autor no debería entrar en la esfera privada del individuo (Visser, 1996). En relación al interés público, son habituales las excepciones y limitaciones que conceden ciertos privilegios a instituciones educativas, lo que les autoriza a reproducir partes de obras o comunicarlas, siempre que sea en actividades educativas sin ánimo de lucro, por existir un interés social. También están las limitaciones y excepciones que afectan a las bibliotecas e instituciones similares, permiten por ejemplo facilitar a los usuarios copias de artículos, copiar una obra completa por motivos de preservación, etc. (Fernández- Molina & Guimarães, 2007). Al igual que el resto de legislaciones nacionales, la ley española incluye una serie de limitaciones y excepciones, en concreto en los artículos 31 a 40 de la LPI. Entre ellas destacan, para nuestros intereses: reproducciones provisionales y copia privada (art. 31), cita e ilustración de la enseñanza (art. 32), reproducción, préstamo y consulta de obras mediante terminales especializados en determinados establecimientos (art. 37), donde se tratan las peculiaridades que afectan a bibliotecas e instituciones de carácter cultural y científico. El último artículo de esta parte de la LPI,
  • 18. el 40bis, recoge el denominado “test de los tres pasos” (o de las tres etapas o fases), que supone que, para ser válida, cualquiera de las excepciones o limitaciones incluidas en la ley debe superar dicho test. Su origen se encuentra en los trabajos preparatorios del Acta de Estocolmo de 1967 del Convenio de Berna (que más tarde recogería en su artículo 9.2), y posteriormente fue reconocido por otros acuerdos internacionales, entre los que destaca el Acuerdo ADPIC de la Organización Mundial del Comercio (OMC, 1995) y en el Tratado de Derecho de Autor de la OMPI (1996). Como señala Endosan (2005), puede verse como un criterio que trata de “uniformar” a nivel internacional las excepciones al derecho de autor o como un método para interpretar las limitaciones ya existentes en las legislaciones de cada nación firmante. Estos tres pasos o condiciones, que tienen carácter acumulativo, y que autorizan el aprovechamiento de las limitaciones y excepciones son: a) en determinados casos especiales; b) que no atenten contra la normal explotación de la obra; c) ni causen un perjuicio injustificado a los intereses legítimos del autor. En el caso del artículo 40bis de la ley española, sólo se mencionan la segunda y tercera de las condiciones, pero la primera se considera implícita. Conviene en este punto volver al recién mencionado Tratado de Derecho de Autor de la OMPI (Organización Mundial de la Propiedad Intelectual) de 1996, ya que se elaboró y aprobó con la intención de ser el punto de partida de las reformas de las leyes nacionales de derechos de autor para adecuarlas al entorno digital. En concreto, su artículo 10 es el dedicado a las limitaciones y excepciones, estableciendo que los países firmantes pueden incluir en sus legislaciones nacionales excepciones a los derechos “en ciertos casos especiales que no atenten a la explotación normal de la obra ni causen perjuicio injustificado a los intereses legítimos del autor”, es decir, el test de los tres pasos. Su interpretación no está exenta de polémica. Así, no está claro cuáles son esos “casos especiales”. El término “especiales”, parece ser sinónimo de excepcional, que requiere algo más, debiendo además de entenderse en el contexto de atentar contra la normal explotación de la obra o cause un perjuicio injustificado, tratando así de referirse a una excepción claramente definida y
  • 19. delimitada. Respecto a “que no atenten contra la norma explotación normal de la obra” el Grupo Especial de la OMC considera que: “Si las utilizaciones, que en principio están comprendidas en ese derecho pero se hallan exentas en virtud de la excepción o a la limitación, entran en competencia económica con las formas en que los titulares de derechos consiguen normalmente un valor económico de su derecho de la obra (es decir, el derecho de autor) y por lo tanto los priva de percibir utilidades comerciales importantes o apreciables”. Por último, el tercer paso, “ni causen perjuicio injustificado a los intereses legítimos del autor”, va encaminado a permitir excepciones que puedan ocasionar un perjuicio significativo a los intereses legítimos del autor, siempre que la excepción compense de otro modo la primera y segunda condición estipuladas en el art. 9.2 y sea proporcionada o se halle dentro de los límites de lo razonable, o lo que es lo mismo, que no sea injustificada (Ricketson, 2003). Tanto o más importante que el texto del artículo 10 es su “Declaración Concertada”, que lo complementa y ayuda a su interpretación. En concreto, establece que los países firmantes, en sus legislaciones nacionales, pueden “aplicar y ampliar debidamente las limitaciones y excepciones al entorno digital”. Y todavía más importante, pueden establecer “nuevas excepciones y limitaciones que resulten adecuadas al entorno de red digital”. En definitiva, el Tratado de la OMPI de 1996 no supone una disminución o restricción de las limitaciones y excepciones sino que simplemente es una adaptación a la nueva situación y el entorno digital (Fernández-Molina & Guimarães, 2007). LA COPIA PRIVADA:Como ejemplo de cómo funciona estas limitaciones y excepciones a los derechos de autor, vamos a analizar con cierto detalle la más ampliamente usada, y sin duda la más polémica por su importante repercusión económica para los titulares de los derechos y para el uso de las obras por parte del público, la denominada “copia privada”. Tanto su reconocimiento como el sistema de compensación equitativa que lleva unida fueron introducidos en la
  • 20. LPI de 1987, concretamente en los artículos 31 y 25, donde sigue tras la reforma de 2006 (Martín Salamanca, 2007b). La redacción del artículo 31, en su apartado 2 es la siguiente: El art. 31 LPI, está basado en las excepciones contempladas en el art. 5.2.b de la DDASI, donde se recogían las condiciones para que los estados miembros emplearan en sus legislaciones nacionales, si consideraban oportuno, permitir el uso privado, siempre y cuando se equilibrara con una compensación adecuada. Por su parte en la legislación española, establece de la siguiente manera las circunstancias necesarias para ejercer la mencionada copia: “ No necesita autorización del autor la reproducción, en cualquier soporte, de obras ya divulgadas cuando se lleve a cabo por una persona física para su uso privado a partir de obras a las que haya accedido legalmente y la copia obtenida no sea objeto de una utilización colectiva ni lucrativa, sin perjuicio de la compensación equitativa prevista en el artículo 25, que deberá tener en cuenta si se aplican a tales obras las medidas a las que se refiere el artículo 161. Quedan excluidas de lo dispuesto en este apartado las bases de datos electrónicas y, en aplicación del artículo 99.a, los programas de ordenador.”Por tanto, se puede realizar una copia privada de una obra en cualquier soporte, tanto electrónico como tradicional (CD, papel, etc.), siempre que se cumplan las siguientes condiciones: Obras ya divulgadas Realizada por una persona física Para su uso privado Obra a la que se ha accedido legalmente Sin fines de lucro Siempre que no sean bases de datos ni programas de ordenador Todo ello sin perjuicio de la compensación que generan estas copias privadas, que está recogida en el artículo 25 LPI (Compensación equitativa por copia privada, también conocida como “canon digital”). Su justificación es la idea de que las cantidades percibidas por los acreedores se dirigen sólo a sustituir los ingresos dejados de percibir
  • 21. por la realización de copias privadas (Bercovitz et al., 2006) La doctrina de apoyo a esta excepción se basa en cuatro pilares fundamentales (Garrote, 2007): 1. Los titulares no puede licenciar cada una de las copias realizadas por todos los usuarios de las obras, pues los costes transaccionales son muy altos. Por tanto, aunque tienen el derecho exclusivo es imposible su gestión práctica. 2. Incluso si los titulares tuvieran medios para negociar licencias con cada usuario individual, sería imposible verificar si los contratos se cumplen. La causa es el respeto al derecho a la intimidad e inviolabilidad del domicilio y a que los medios policiales y judiciales que se necesitarían serían enormes. Por tanto, se decide “legalizar” una situación que de todas formas se daría, compensando indirectamente a los afectados. 3. La copia privada supone un daño en los ingresos que hay que compensar, pero esta merma no afecta a la explotación normal de la obra, pues en caso contrario no pasaría el test de los tres pasos. 4. La copia privada supone un beneficio para la comunidad que acerca la cultura al ciudadano. Esto sería un reflejo del principio de protección de los autores y su justa remuneración, por un lado, y la protección del interés público, por el otro. DURACION DE LOS DERECHOS PATRIMONIALES: Los derechos patrimoniales del autor no permanecen eternamente, sino que la ley estipula su período de duración. El plazo general de los derechos de
  • 22. explotación de la obra comienza cuando el trabajo ha sido plasmado en un soporte tangible, continúa durante la vida del autor y en el caso de la legislación española, con carácter general, durante setenta años después de su fallecimiento. No obstante, en el texto refundido de la LPI de 1987 se introdujo una disposición transitoria, la cuarta concretamente, que establecía que los derechos patrimoniales de las obras creadas por autores fallecidos antes del 7 diciembre de 1987 tendrán la duración prevista en la Ley de 10 de enero de 1879 sobre Propiedad Intelectual, es decir, 80 años. En definitiva, aunque el plazo establecido en la ley actual es de 70 años, buena parte de las obras tienen en realidad una protección de 80 años tras la muerte del autor. Esta es la regla general, pero también hay algunas especiales. Por ejemplo, si se trata de obras anónimas o seudónimas, el plazo es de 70 años desde la divulgación de la obra. Igual sucede con las obras colectivas: los 70 años se cuentan desde la divulgación lícita de la obra. Si son obras publicadas por partes, fascículos, volúmenes o entregas, dicho plazo se computa por separado para cada elemento. Finalmente, hay que aclarar que estos plazos de protección no computan desde el día concreto en que se produce el fallecimiento o la divulgación de la obra: el cómputo comienza desde el 1 de enero del año siguiente al fallecimiento o divulgación, según proceda. Una vez que se han cumplidos estos plazos, la obra pasa a ser de dominio público. TRANSMISION DE LOS DERECHOS
  • 23. Al contrario que los derechos morales, los derechos patrimoniales, pueden transmitirse a terceros con casi total libertad, pero queda limitada al derecho o derechos cedidos, a las modalidades de explotación expresamente previstas y al tiempo y ámbito territorial que se determinen .Si no se expresan de forma concreta las modalidades de explotación de la obra, la cesión quedará limitada a la que se deduzca del propio contrato y sea indispensable para alcanzar su finalidad Además, la transmisión no alcanza a las modalidades de utilización o medios de difusión inexistentes o desconocidos al tiempo de la cesión. Por otro lado, si no menciona el tiempo, se limita cinco años. Finalmente, si no hace referencia al ámbito territorial se supone que se circunscribe al país en el que se realiza la transmisión. En cualquier caso, la transmisión de los derechos de autor debe formalizarse por escrito. REQUISITOS FORMALES
  • 24. Aunque la mayoría de las personas creen que para tener los derechos de una obra es necesario cumplir algún tipo de requisito formal, ya sea la inscripción en un registro, el depósito legal o poner el símbolo del copyright, lo cierto es que tales derechos corresponden al autor por el solo hecho de su creación.No obstante, hay una serie de formalidades que son de utilidad y que pueden ser recomendables en determinadas situaciones. Los ejemplos más claros son la inscripción en el Registro General de la Propiedad Intelectual.El Registro General de la Propiedad Intelectual permite la presentación in situ o vía telemática, mediante firma electrónica, de las solicitudes de inscripción de creaciones originales literarias, artísticas o científicas. Este registro es un medio de protección de los derechos, ya que constituye una prueba cualificada, pero, como ya se ha comentado, no es obligatorio para adquirir los derechos ni obtener la protección que otorga la LPI IMAGEN
  • 26. Este trabajo lo realice con el fin de enriquecer mis conocimientos acerca de los derechos del autor y aquí pude aprender y darme cuenta que para realizar un escrito hay que tener en cuenta muchas pautas.