2. La leyenda de la creación de los
Huarpes
Hunuc fue el primer poblador de los territorios de Cuyo, era hijo de la
montaña y el sol y se sentía un privilegiado por poder disfrutar de su
existencia en ese paraíso terrenal aunque un fuerte deseo le carcomía
el corazón; la necesidad de ser amado por alguien.
3. Comenzó a hablar con los animales de la zona sobre esto y el
consejo mas sabio que recibió fue el del guanaco, el cual le dijo que
si deseaba compañía habría de pensar en una hembra que le serviría
para tener crías como lo hacían los animales y no estar solo, en esa
época en todo el mundo conocido el era el único habitante junto a
sus animales y no había ninguna mujer así que decidió hablar con
sus padres.
4. Tras una larga y agotadora escalada subió a la cima del cerro
Mercedario en donde el viento Zonda, que llegó allí con ayuda de
Xumuc el sol, le sopló en forma de susurro que si quería hablar con
su madre la montaña debía escalar hasta la cima del Aconcagua y
desde allí pedirle al cóndor milenario que le permita subir hasta la
precordillera montado sobre este. Después de haber hecho esto
Hunuc invocó a la mulánima, para que llame a su madre montaña
que habitaba la precordillera; le contó todo a ella y esta le dijo que
para que nazca la primera mujer , Xumuc el sol y Chuma la luna
debían fundirse en un eclipse de sol y que Hunuc accediese a
menguar su vida diez años, solo de este modo nacería.
5. Hunuc aceptó de buena manera el sacrificio que debía hacer en pos
del amor y de este modo nació Huar la primera mujer en la tierra.
Hunuc al conocerla quedó perdidamente enamorado y juró darle
amor eterno, ella también se enamoró de él y juntos llevaron la
alegría al mundo.
Muchos años después sucedieron un milagro y una tragedia: Huar
se quedó embarazada pero Xumuc el sol al enterarse de que Huar la
mujer estaba embarazada de Hunuc entró repentinamente en cólera
y obligó a Hunuc y a Huar a decidir entre la vida de estos o la de su
hijo. Ellos decidieron que su hijo viviese y morir por el amor que
sentían hacia su futuro hijo, fue así como un día Huar dio a luz a su
primer hijo Huarpe y luego de enseñarle junto a Hunuc a adorar a la
montaña y al sol se despidieron de su hijo y se abrazaron en una
zona desierta hasta que la parca los hizo suyos.
6. El pequeño Huarpe creció y la luna Chuma y el sol Xumuc se
apiadaron de este y le enviaron una mujer hija de la luna y de Venus,
de este modo nació la primera mujer Huarpe y con esta pareja
nació la etnia Huarpe, más tarde la montaña al saber que el alma de
Hunuc se había unido a la de Huar en una sola convenció al sol
Xumuc para que convierta a Hunuc y a Huar en el dios de sus hijos
los Huarpes. Xumuc arrepentido de haber decidido que estos
mueran lloró y sus lágrimas dieron forma a las lagunas de
Guanacache que fueron aprovechadas por los Huarpes como lugar
sagrado.
Hunuc y Huar subieron a lo alto de la precordillera y sus almas se
metamorfosearen finalmente en el dios Hunuc Huar protector de
sus hijos, los Huarpes.
8. Los huarpes habitaron gran parte de lo que hoy se conoce como el valle del
Tulúm. Su zona de influencia se extendió a las sierras de Zonda, Ullum,
Villicum y Pie de Palo, y los cerros de Valdivia. Otras zonas de arraigo fueron
la de influencia del río Bermejo y de las lagunas de Guanacache y ambas
márgenes del Río Desaguadero, en el actual territorio de las provincias de
San Juan, Mendoza y San Luis.
10. Vivían en grupos pequeños, dirigidos por un cacique, que era el
propietario de la tierra. El cacique o amta era el encargado de la
organización y protección del grupo. La sucesión del poder era
hereditaria, hacia el primogénito varón. Había también una
jerarquía de jefes políticos, religiosos e inclusive princesas de sangre
o ñustas La base de la organización social era la familia. Los
huarpes le daban mucha importancia a los lazos de parentesco.
12. Eran sedentarios, es decir que instalaban sus viviendas en un lugar y
no se trasladaban.
Los hombres practicaban la caza y la pesca, mientras que las
mujeres recolectaban frutos, semillas, raíces y huevos.
También se dedicaban a la agricultura, entonces construían redes de
canales y acequias para aprovechar el agua de los ríos y garantizar el
riego del maíz, la quinoa, el poroto y la calabaza que ellos
sembraban.
14. Para conseguir su alimento cazaban guanacos, ñandúes y otros animales
pequeños. Conservaban la carne charqueada, o sea secada al sol, por largo
tiempo. También recolectaban huevos de ñandú y frutos de chañar y
algarrobo. La algarroba era muy importante en su alimentación; la
conservaban en vasijas, la molían y con la harina obtenida fabricaban el
patay, una especie de pan. También con las vainas de algarroba preparaban
bebidas fermentadas como la añapa. Los grupos que vivían cerca de las
lagunas de Guanacache pescaban bagres y truchas y cazaban patos salvajes.
Para pescar usaban balsas, de cuatro o cinco metros de largo, que también
utilizaban para el transporte.
15. Los huarpes atrapaban a sus presas por cansancio: seguían a medio
trote al animal, sin perderlo de vista y sin dejar que se detuviera a
beber o comer. Al cabo de uno o dos días, el exhausto animal
permitía al cazador que se aproximara. Usaban arco y flecha.
Para cazar patos y taguas usaban otro ardid: diseminaban calabazas
en el agua para que los animales perdieran la desconfianza y se
asentaran en ellas. Entraban luego al agua con una calabaza sobre la
cabeza y esperaban a que algún ave se asentara. Cuando lo hacía, la
atrapaban por las patas y la hundían rápidamente.
17. Algunos grupos de esta cultura, originariamente cazadora-recolectora,
incorporaron con el tiempo la agricultura y la ganadería. Los grupos se
ubicaban en tierras regadas por redes de canales y acequias que ellos
mismos construían para garantizar el riego del maíz, la quinoa, el poroto, la
calabaza y el mate. El maíz o choclo fue entonces fundamental en su dieta;
lo comían asado o cocido y también lo secaban al sol para obtener chuchoca
que consumían molida. Criaban llamas y guanacos para alimentación y
transporte.
19. Además de cazar, pescar y cultivar la tierra, los huarpes practicaban algunas
artesanías y pequeñas industrias. Sobresalieron en los trabajos de cestería,
alfarería y tejido. Hacían cestas de paja, de tejido tan apretado, que podían
usarlas para transportar agua. También armaban plumeros, curtían cueros y
fabricaban vasijas con elementos extraídos del avestruz, el guanaco, la
piedra y la arcilla del lugar donde habitaban.
Poseían una cerámica policromada de carácter ceremonial, pulían la piedra
para vasijas, flechas y objetos de uso doméstico. La alfarería, con motivos de
guardas, figuras de guanacos y otros animales, así como rostros y miembros
humanos.
Hilaban la lana de guanaco y vicuña y confeccionaban telas para mantas y
alfombras, con hilos de distintos colores extraídos de plantas y minerales.
En algunos parajes cordilleranos distantes se han encontrado enigmáticos
petroglifos.
21. Los Huarpes hablaban una lengua que era totalmente distinta a la
de todos sus pueblos vecinos. Sin embargo, las distintas tribus que
integraban esta cultura hablaban distintos dialectos. Así, los que
habitaron San Juan -fundamentalmente en los valles de
Guanacache y Tulum- se comunicaban en allentiac, mientras que
los instalados en lo que hoy es Mendoza hablaban el milcayac. Los
huarpes que habitaron parte de lo que hoy es la provincia de San
Luis hablaban un codialecto puntano.
Desconocían la escritura. Este hecho y la influencia de la lengua
quichua del conquistador inca durante el último siglo antes de la
llegada de los españoles hicieron que quedaran en San Juan pocos
vocablos de esta lengua en uso.
23. Los Huarpes vivían en paisajes distintos a los que hoy predominan
en la provincia. En ese entonces abundaban los bosques de
algarrobos y en algunas zonas había lagunas. En este entorno
instalaban aldeas de pocos habitantes, que trasladaban de un lugar
a otro según la estación del año. Puede decirse entonces que eran
relativamente sedentarios, aunque aquellos grupos que vivían de la
pesca en las lagunas, así como los que desarrollaron la agricultura,
fueron arraigándose en ciertas zonas.
Las viviendas se adaptaban a las características del lugar. En las
zonas montañosas sus casas eran de piedras, techadas con cueros de
guanaco En ocasiones usaban las barracas o laderas como paredes.
En los valles y cerca de las lagunas construían con ramas, barro,
palos, pasto y totora.
25. Hoy en día la mayor parte de esta comunidad vive en lagunas y
humedales de guanacache ubicados en el punto tripartito de las
provincias de San Luis, Mendoza y San Juan
actualmente conservan su arte es decir la cestería y la alfarería además
siguen implementando sus técnicas de siembra y riego. También crían
animales.
Por otra parte su idioma se ha ido perdiendo, muy pocos lo practican