1. El hermoso fenómeno de luminiscencia atmosférica conocido como aurora boreal se produce
cuando una eyección de masa solar choca con los polos norte y sur de la magnetosfera terrestre.
Como consecuencia surge la aurora, una luz difusa proyectada en la ionosfera terrestre,
compuesta de partículas protónicas que difunden el color.
Se le denomina boreal cuando se observa este fenómeno en el hemisferio norte y aurora austral
cuando es observado en el hemisferio sur.
Tanto la aurora austral como la boreal pueden generar colores diversos, dependiendo de la
oblicuidad con que las particulas solares choquen contra un polo.
El Sol constantemente emite todo tipo de partículas, algunas simplemente atravesarán la
atmosfera y chocarán contra la Tierra, pero otras se ven afectadas por el campo magnético
terrestre, de forma que las cargadas positivamente tomarán una dirección y las cargadas
negativamente otra.
Debido a la disposición del campo magnético terrestre ambos flujos de partículas llegarán hasta
los polos, para finalmente chocar contra la magnetosfera, produciendo el hermoso fenómeno
lumínico que conocemos como aurora.
Debido a la duplicidad que se produce entre partículas positivas y negativas, la misma
luminiscencia que se produce en el Polo Norte (boreal) se produce en el Polo Sur (austral),
además al mismo tiempo.
Querida Pepa, este tema me parece precioso con la foto incluida. Claro que supongo que en
Granada no podemos verlo fácilmente. ¿Dónde me tengo que ir para ver la aurora boreal?
He conseguido más información sobre este tema y también te incluyo foto.
2. Fuegos del Zorro
En el folklore abundan las explicaciones sobre el origen de estas fascinantes luces del norte. En
finés se llaman "revontulet", que significa "fuegos del zorro". El nombre se deriva de una antigua
leyenda sobre el zorro del ártico que decía que los rabos de los zorros que corrían por los montes
lapones, se golpeaban contra los montones de nieve y las chispas que salían de tales golpes se
reflejaban en el cielo. En otras culturas los fuegos del zorro designaban al brillo resplandeciente
emitido por algunos tipos de hongos que crecen en la madera podrida.
Los esquimales, los lapones, los habitantes de Groenlandia, e incluso las tribus del noreste de la
India estaban familiarizados con esta luz misteriosa del cielo. Sus leyendas tomaban muchas
formas y estaban asociadas con sus ideas de la vida en el otro mundo. Según una leyenda
esquimal, la aurora boreal era un sendero estrecho, sinusoso y peligroso que conducía a las
regiones celestiales y su luz se debía a la llegada de los nuevos espíritus.
La aurora del hemisferio norte fue nombrada aurora boreal (luces del norte) por el científico
francés Pierre Gassendi en 1621, quien fue el primero en hacer observaciones aurorales
sistemáticas. La aurora del sur fue nombrada aurora austral (luces del sur) por el capitán James
Cook en 1773, cuando la observó por primera vez en el Océano Índico. Ya los filósofos griegos
consideraban a la aurora del norte como un fenómeno natural, y la asociaban con el reflejo de la
luz en los hielos polares.
Aurora Boreal
El sol desprende partículas cargadas de mucha energía, iones, principalmente protones, y
electrones, los cuales viajan por el espacio a velocidades entre 320 y 704 kilómetros por segundo,
es decir, necesitan tan solo entre 130 y 60 horas en llegar a la Tierra. Al conjunto de partículas
que vienen del Sol se les conoce como viento solar.
Cuando éste interactúa con los bordes del campo magnético terrestre, que está originado por el
movimiento del núcleo terrestre en estado semilíquido con abundante hierro y animado por la
rotación de nuestro planeta, algunas de las partículas quedan atrapadas por él y siguen el curso
de las líneas de fuerza magnética en dirección a la ionosfera.
Ionosfera es la parte de la atmósfera terrestre que se extiende hasta unos 60 o 100 kilómetros
desde la superficie de la tierra. Cuando las mencionadas partículas chocan con los gases en la
ionosfera, empiezan a brillar, produciendo el espectáculo que conocemos como aurora boreal y
austral. La variedad de colores, rojo, verde, azul y violeta que aparecen en el cielo se deben a los
diferentes gases que componen la ionosfera.
3. Lola, para ver auroras hay que ir a zonas próximas a los circulos polares. En Europa, en el Norte
de Escocia, y paises nórdicos. Tienen mayor actividad en los equinoccios de primavera y otoño.
Esta es la vista desde Figueras.