La transmisión de televisión comienza con la grabación de un programa en un estudio, luego la señal es transmitida a una antena transmisora y enviada por ondas electromagnéticas. La señal llega a antenas repetidoras para ampliar la cobertura y finalmente a las antenas de los televisores, donde la señal es mostrada en la pantalla a través de líneas pares e impares para evitar parpadeos.