El documento habla sobre la importancia de establecer un lema anual que refleje los valores que se quieren cultivar. Propone que el lema sea transversal y parte de la identidad espiritual de la comunidad. También destaca la necesidad de tejer lazos para construir una iglesia diversa como un tapiz único mediante una historia y vida comunitaria compartidas que generen pertenencia y confianza mutua.