1. Tutorial de Photoshop
Cambiar de cuerpo una cara
Por: Cristina Mena-Herrero &
Daniel Bastarrica

2. Escogemos la foto de la persona a la que
queremos añadir nuestra cara.
Abrimos la foto de la cara que queremos
añadir.

3.  Recortamos la foto de la cara que
queremos añadir y la ponemos en una

4.  Vas girando la cara
hasta que todos los
rasgos queden
alineados (imagen,
rotar lienzo,
arbitrario).

5.  Una vez alineada y
cortada, se añade
la cara a la foto
original

6.  Dándole a Edición,
Transformación libre, colocamos

7.  Con la herramienta Borrador borramos las
partes sobrantes para que quede solo el

8. A continuación hay que ajustar los colores, los brillos… etc
para que se parezcan lo máximo posible a los tonos de la
foto original y así hacer que sea más realista.
 Para esto es muy importante tener
seleccionada la capa de la cara añadida, no la
foto original.

9.  Esto lo conseguimos modificando Niveles: (imagen, ajustes,
niveles) se van moviendo las flechas y ajustando a ojo. En
la flechita superior, despliegas los diferentes niveles que
puedes modificar (rojo, azul y verde) y vas modificando
hasta conseguir el tono de color más parecido.

10.  Ahora modificaremos tono, saturación y luminosidad
(imagen, tono/saturación y sobra/Iluminación) y al
igual que en el paso anterior, retocas

11.  Una vez retocados los tonos, cogemos con la
herramienta marco elíptico un trozo de la foto,
que incluya la zona de la cara añadida.

12. Una vez seleccionado, copiamos (ctrl+c) y
pegamos (ctrl+v) esa sección seleccionada para
tenerlo en una capa diferente. Esto lo
realizamos para el efecto del pelo.

13.  Con la herramienta borrador vamos eliminando
la cara añadida para que encaje mejor.

14.  Por último vamos reduciendo la
opacidad para que se igualen un
poco los tonos

15.  Finalmente
conseguimos la
imagen deseada

16. Ejemplo 1: Originales
Hecho por Juan Gómez

17. Ejemplo 1: Resultado
Hecho por Juan Gómez

18. Ejemplo 2: Originales
Hecho por Nieves Herrera
y Helena Sueiro

19. Ejemplo 2: Resultado
Hecho por Nieves Herrera
y Helena Sueiro