En María Magdalena se combinan, sin duda, otras varías Marías bíblicas, mal conocidas incluso por los primeros cristianos. Se cita a la bíblica Pecadora Arrepentida en las enseñanzas esotéricas, así como la recordaron los espiritualistas del período helenístico. A María Magdalena la veneraron los gnósticos, los templarios y los cátaros, así como los buscadores del Santo Grial, porque su persona absorbió muchas enseñanzas esotéricas de la adoración a las Vírgenes Negras, a su vez herederas del culto a la diosa Isis del Antiguo Egipto.