El papel se compone de fibras vegetales procedentes de árboles, por lo que al utilizar papel aprovechamos parte de la riqueza viva del planeta. Si no cuidamos los recursos madereros y seguimos una sobreexplotación, las próximas generaciones sufrirán las consecuencias de la escasez de estos recursos. Por lo tanto, debemos ser conscientes de que la abundancia actual podría convertirse en escasez en el futuro.