A medida que el mundo desarrolló un mercado global, la necesidad humana de consumir aumentó, afectando los recursos naturales como los árboles. Este consumismo dirigido por la publicidad hace que las personas se sientan especiales al usar ciertos productos, lo que desestabiliza el ecosistema. Además, las exigencias del consumismo cortan los lazos de interrelación humana y provocan aislamiento socioemocional. Todo esto se perpetúa a través de chantajes emocionales donde la aceptación depender de seguir ciertos patrones