1. LA IMPORTANCIA DE LA NATURALEZA
El ser humano vive de acuerdo al medio social y natural en el que ha nacido,
desarrolla su capacidad creativa tomando del mundo circundante los elementos
para ajustarlo a sus necesidades y aspiraciones futuras.
Podemos decir que la capacidad de prevenir el futuro es lo que lo distingue del
resto de los animales. Esta capacidad es la que lo lleva a crear defensas y
protegerse de posibles agresiones que el exterior pueda ejercer sobre su
comunidad.
La naturaleza nos devuelve el espejo para observarnos, para volver a
reconocer nuestros rasgos sin que ello haga mella en la trama sofisticada del
pensamiento.
Caminar una tarde de sol entre los árboles pisando caminos de tierra nos
devuelve la sensación de pertenecer a un universo maravilloso y entero, es
como si nada estuviera completo si no estuviéramos allí para sentirlo, y la
naturaleza no estaría completa si no caminásemos con ella.
El ritmo de vida nos lleva a vivir en ciudades con porciones de cielo, con
pedacitos de aire limpio, con retazos de hojas verdes y nos acostumbramos
tanto que parecería que la naturaleza nuestra fuese solo ese fragmento, más
no es así. Eso lo saben bien los niños que cuando tienen oportunidad de vivir
un día bajo el sol, en la playa o en la montaña, crecen mejor en esos días, son
más saludables, son más fuertes y sonríen abiertamente.
Cuando sale el sol por las mañanas, cuando sale después de una tormenta,
cuando el viento sopla y la tierra mojada se seca entre fragancias de hojas
verdes y ramas en flor, el mundo respira, el universo entero respira y vive.
Vive de verdad, sin falsas razones para no hacerlo.
Cuando cada uno descubra que el mundo entero ha sido creado para ser
vivido, entonces cada uno será la representación de la vida, el símbolo viviente
de la luz que ilumina los senderos, que brilla en todos los rincones.