1. 05/02/119
Hoy se presentaba sin avisar otro frío
día de invierno, otro más en el
palacio de Antioquía. Como ya era de
costumbre, todos allí pedían consejo
a los hechiceros para que me
iluminaran el futuro, pero en fin,
aquello no eran más que tonterías ya
que, por lo visto, mi porvenir no
mostraba nada digno de esperar.
A lo largo del día he conseguido
terminar con las vendimias y el mosto
está listo para tomar, ¡cuánto me
alegro!
07/02/119
Ya falta poco para que me vaya de Antioquía y
ponga rumbo a otra parte, así que, como
siempre, fui a hacer el ritual de sacrificio al
monte Casio. Decidí realizar la ascensión por la
noche y lo realicé como en el Etna, y sólo llevé
a unos pocos amigos, capaces de completar el
trayecto. Esta vez no sólo he querido realizar el
ritual en el santuario, sino que además, quería
ver de nuevo la hermosa aurora boreal que
siempre suponía una alegría para todos.
Estuvimos en la cima y el sol se reflejaba en el templo además de en nuestros rostros. La vista
era inmejorable, desde allí se podían divisar las llanuras asiáticas junto al mar. En aquellos
momentos pude concluir que éramos los únicos afortunados que disfrutaban de la bonita
mañana.